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La nueva entrega de ‘La momia’ es la secuela innecesaria que realmente necesitamos

La nueva entrega de ‘La momia’ es la secuela innecesaria que realmente necesitamos

Jorge Casanueva (Jorge Loser)

Jorge Casanueva (Jorge Loser)

Editor de JustWatch

Hollywood lleva ya una década intentando revivir franquicias con resultados dispares, pero hay noticias que despiertan una ilusión diferente. Ahora, sabemos que Brendan Fraser y Rachel Weisz están en negociaciones para regresar a una tercera secuela deLa momia, con Radio Silence—los directores detrás de la exitosaScream (2022)—al mando, aunque bajo el paraguas de Paramount en lugar de Universal. 

La noticia llega en un momento bastante prometedor: Fraser vive su mejor momento tras ganar el Óscar, Rachel Weisz sigue siendo una de las actrices más magnéticas de la industria, y una cantidad de fans oculta puede estar esperando la resurrección de las películas de aventuras que definieron el cambio de milenio. A través de JustWatch, exploramos por qué esta secuela tardía podría ser exactamente lo que necesitamos, a diferencia de otros intentos fallidos de revivir glorias pasadas.

El encanto imperecedero de una trilogía imperfecta

Las tres películas de La momia protagonizadas por Brendan Fraser—La momia (1999),El regreso de la momia (2001) yLa momia: La tumba del Emperador Dragón (2008)—, o al menos las dos primeras, tenían algo que muchas superproducciones actuales parecen haber olvidado: ofrecer diversión sin complejos ni pretensiones. Quizá el espíritu de los tiempos ha llevado a que muchas obras de evasión se pongan solemnes, incluso busquen ser obras maestras del cine de superhéroes a rebufo de Christopher Nolan y Zack Snyder, pero las de Stephen Sommers eran pura aventura pulp buscando recrear de verdad el espíritu de los seriales de los años 30 y 40, eso sí, con presupuesto millonario y efectos especiales de última generación para su época.

Más allá del tono, hay una magia en el cine que es imposible de conjurar con hechizos escritos, surge o no surge, y la química entre Fraser y Weisz es uno de esos valores que van más allá del presupuesto, creando una pareja protagonista inolvidable. También cuentan los detalles, Rick O'Connell no era un superhéroe invencible, sino un tipo con suerte, sentido del humor y cierta torpeza que le hacía infalible para los chavales. Evelyn Carnahan empezaba como bibliotecaria resabidilla, pero evoluciona en una heroína por derecho, y sin perder su esencia intelectual. El lado humano se combinaba con secuencias de acción espectaculares, villanos carismáticos, y el equilibrio justo entre la aventura, el romance y el terror ligero. Consecuencia: conectó con una generación entera.

La tercera entrega es otra cosa, la ausencia de Weisz y sus evidentes problemas de guión hacen que muchos no la consideren dentro del canon, pese a que mantuvo un espíritu juguetón parecido. Lo interesante es que estas películas han envejecido de forma paradójica, principalmente por sus efectos especiales, especialmente el infame Rey Escorpión de CGI en El regreso de la momia, que se ha convertido en meme y el ejemplo de cómo no hacer personajes digitales. Pese a ello, Dwayne "The Rock" Johnson debutó precisamente con ese personaje de aspecto cuestionable, y mira dónde está ahora, lo que hace de la franquicia un hito que ha definido muchas constantes del blockbuster, también sus estrellas mejor pagadas.

Cuando las secuelas legado fallan (y cuando triunfan)

El panorama de las secuelas tardías o "revivals" actuales, es un campo minado que se confunde con reboots, “recuelas” y otras fórmulas. Por cadaTop Gun: Maverick (2022)—un éxito masivo que resucitó la asistencia a salas postpandemia, y que para muchos logra superar a su predecesora—hay variosHalloween Ends (2022) que decepcionan hasta a los fans más devotos.The Matrix Resurrections (2021) dividió al público con su metacomentario, pero es en general bastante garrafal, oSé lo que hicisteis el último verano (2025) que pasó sin pena ni gloria, como muchos otros intentos que quedaron como notas al pie de página.

El problema suele ser triple: entre la nostalgia mal entendida que solo repite fórmulas, falta de comprensión de qué hacía especial el original, o el miedo a arriesgar con algo nuevo. Sin embargo, los éxitos recientes comoBitelchús, Bitelchús (2024) demuestran que es posible. ComoTwisters (2024), funcionó al actualizar la premisa con personajes frescos sin traicionar el tono del original, a pesar de haber pasado mucho tiempo entre entregas, y28 años después (2025) está siendo celebrada por expandir su universo con una relevancia temática contemporánea tras el Brexit.

¿Qué tienen en común todos estos éxitos? Que hay un respeto por el material original, directores con su visión clara, y la voluntad de hacer algo que justifique su existencia, más allá del reconocimiento de la marca, que, no nos engañemos, es la razón por la que se nota que se hacen estos viajes al pasado. Aquí es donde La momia tiene una oportunidad para brillar aplicando su propia inercia, continuar la historia que quedó en pausa tanto tiempo y entrar en un panorama de cine de género que empieza a ser más permeable a la combinación que propuso en su momento, comedia, acción y terror.

Por qué esta vez podría ser diferente

El momento no podría ser mejor para este regreso. Brendan Fraser ha vivido un renacimiento profesional y personal que culminó con su Óscar porLa ballena (2022), con la que el público descubrió su talento dramático. Ya no es "el payaso guapetón", sino un actor respetado que puede aportar matices a un Rick O'Connell más mayor, presumiblemente más cansado pero seguro igual de valiente. Rachel Weisz, por su parte, nunca ha dejado de brillar y en los años recientes—desdeLa favorita (2018) hastaViuda negra (2021)—ha logrado una madurez de oro. Su regreso como Evelyn es claramente uno de los mayores atractivos del proyecto.

Radio Silence, el dúo formado por Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, demostraron con Scream (2022) yScream VI (2023) que saben cómo levantar de nuevo franquicias de los 90 con respeto y frescura. Su trabajo equilibra nostalgia con cierta subversión, sabiendo volver a tocar las notas del legado sin quedar atrapados en él, con lo que la diversión irreverente de las películas originales les encaja bastante bien, aunque su trabajo ha venido marcado por presupuestos modestos, habrá que ver cómo se desenvuelven en una superproducción, aunque los avances tecnológicos actuales en efectos especiales digitales son otro factor crucial.

Aquellos momentos que nos sacaban de la inmersión—como el ya mítico Rey Escorpión—ahora podrían realizarse con el nivel de detalle fotorrealista que vemos enDune (2021) o algunos recientes blockbusters que están poniendo más mimo en el acabado. Las secuencias de acción con Imhotep y otras nuevas criaturas de la mitología egipcia pueden ser renderizadas con la tecnología actual, manteniendo el diseño creativo que hizo memorables a los monstruos originales, con lo que ahí hay un valor añadido que promete.

A la tercera va la vencida

Esta nueva La momia también funciona como respuesta directa al intento fallido de 2017.La momia de Tom Cruise intentó lanzar el Dark Universe de Universal, un universo compartido de monstruos clásicos que murió antes de despegar. Aquella quería imitar la ligereza aventurera de la del 99 pero al mismo tiempo ser más seria, e incorporar un humor que no cuadraba y escenas marca de la casa de “imposible” Cruise. Brendan Fraser lo resumió perfectamente en 2022: "Es una película difícil de hacer. El ingrediente que teníamos a favor en nuestra Momia, y que no vi en la nueva, era la diversión. Eso es lo que faltaba en esa encarnación. Era demasiado una película de terror directa. La momia debería ser una montaña rusa, pero no algo aterrador o espeluznante".

Esas palabras no sólo criticaban el proyecto de Cruise, sino que servían como declaración de intenciones para un posible regreso. Fraser entendía—y entiende—que La momia vive en un espacio tonal específico: aventura con toques de terror, romance con acción, humor con peligro real. Es el equilibrio que hizo funcionar aEn busca del arca perdida (1981) oLa princesa prometida (1987), películas que nunca guiñan el ojo con cinismo pero tampoco piden ser tomadas como tratados filosóficos. Curiosamente, el cambio de distribuidora de Universal a Paramount tiene implicaciones interesantes.

Universal tiene programada otra película de momias dirigida por Lee Cronin y producida por Blumhouse, que recientemente cambió su título de The Mummy a The Resurrected. Ese proyecto parece dirigirse hacia el terror puro, más cercano a la visión de Cronin enPosesión infernal: El despertar (2023). El cambio de nombre probablemente responde a cuestiones de derechos—Por algún motivo, Paramount ahora controla esta continuación específica—pero también permite que ambas versiones coexistan en diferentes registros tonales. Una para devolver al mito a su origen en el terror gótico, otra para la forma de entenderlo para mucha gente que ha crecido junto a los films de Sommers.

Lo que hace prometedora esta secuela es que llega sin la presión de crear un universo expandido o establecer secuelas infinitas, al menos que sepamos, porque eso sí que sucedió con los spin offs de Dwayne Johnson. Puede permitirse ser simplemente una de aventuras protagonizada por personajes que queremos, interpretados por actores en un gran momento creativo, con gente que entiende el material detrás de la cámara. Puede que no aporte nada a un recuerdo que era bueno por sí mismo, pero quizá sí es el momento de volver a una sesión de arqueología, monstruos y leyendas ancestrales entre pirámides. Solo se echará de menos, eso sí, la mano de Sommers.

Las 10 mejores películas de Navidad para ver en 2025

Las 10 mejores películas de Navidad para ver en 2025

Juan José Mateo

Juan José Mateo

Editor de JustWatch

La Navidad es ese momento del año en el que repetimos rituales sin quejarnos demasiado: sacar el árbol del trastero, discutir por el roscón… y volver a ver las mismas películas en bucle. Sin embargo, en pleno 2025, con catálogos infinitos y estrenos navideños cada temporada, la pregunta ya no es solo qué ver, sino por qué volver a una película y no a otra: qué tiene de especial hoy, qué te da que no te ofrecen las nuevas películas de usar y tirar, etc.

Si disfrutas de las películas de Navidad, en esta guía de JustWatch hemos seleccionado las 10 mejores películas de Navidad para ver en 2025 mezclando títulos clásicos, animación moderna, fantasía oscura y comedia gamberra. Cada una de ellas aporta algo distinto: una carcajada, un susto, un abrazo o una pequeña crisis existencial con luces de colores de fondo.

Gremlins (1984)

Gremlins es el recordatorio perfecto de que la Navidad no tiene por qué ser siempre amable. La premisa es simple: un padre le regala a su hijo una criatura adorable con tres reglas muy claras, que por supuesto se incumplen, y el pequeño pueblo se convierte en un festival de caos navideño. 

En 2025, en un mundo acostumbrado al CGI limpísimo, estas criaturas animatrónicas aportan su encanto a base de destrozar escaparates, cantar villancicos desafinados y convertir el salón en una zona de guerra.

Lo interesante de Gremlins es cómo dialoga con otras películas navideñas “incorrectas” como Jungla de cristal o El día de la bestia: todas usan la Navidad como excusa para dinamitarla desde dentro. Frente a títulos más dulces de esta lista como Klaus o Polar Express, aquí la infancia viene con la dentadura más afilada. 

Y comparada con Solo en casa, que también convierte el hogar en un campo de batalla, Gremlins es la versión desatada y monstruosa. Es una de las mejores opciones para ver en 2025 porque equilibra nostalgia ochentera con una sátira sobre el consumismo navideño que sigue siendo muy actual.

Solo en casa (1990)

Solo en casa es, con mucha probabilidad, la fantasía definitiva de cualquier niño (y de muchos adultos): quedarse solo en casa en Navidad sin padres, sin normas y con una tarjeta de crédito a mano. Kevin McCallister pasa de víctima de una familia caótica a estratega militar que convierte su casa en una trampa mortal de juguete para dos ladrones torpes. 

Vista en 2025, la película funciona en dos niveles: los peques alucinan con las trampas; los adultos se ríen de la logística imposible y se dejan arrastrar por la nostalgia de los 90.

Comparada con comedias familiares recientes como Navidad en la granja o con algunas secuelas navideñas, Solo en casa tiene algo que muchas han perdido: un sentido del slapstick muy físico, casi de cine mudo, que no depende de chistes de actualidad. Dentro de esta lista, hace un curioso espejo con Gremlins: en ambas hay invasión doméstica, pero aquí la violencia es más tenue que terrorífica. 

Y frente a Love Actually, donde la Navidad es un collage de adultos en crisis, Solo en casa reivindica la fiesta desde la mirada infantil. Es irresistible en 2025 porque se deja ver perfectamente por distintas generaciones: los padres recuerdan, los hijos descubren y todos acaban gritando “¡Kevin!”.

Los teleñecos en cuento de Navidad (1992)

Los teleñecos en cuento de Navidad es la puerta de entrada ideal al clásico de Dickens para cualquiera que haya crecido con Gustavo, Peggy y compañía. Michael Caine interpreta a un Ebenezer Scrooge serio, rodeado de un coro de marionetas que cantan, comentan y desmontan su miseria moral a golpe de gag. 

En pleno 2025, cuando hay mil versiones de Cuento de Navidad compitiendo por tu atención, esta sigue siendo de las más equilibradas: respeta el mensaje original de redención y generosidad, pero lo hace con humor y calidez sin ser edulcorada en exceso.

Si la comparamos con la adaptación más oscura de Cuento de Navidad que protagonizó Jim Carrey o con la sátira Los fantasmas atacan al jefe, esta versión de los Teleñecos es menos cínica y más entrañable. 

Dentro de esta lista, dialoga muy bien con Klaus: ambas reescriben la mitología navideña para nuevas generaciones, pero mientras Klaus apuesta por la animación sofisticada, Los teleñecos en cuento de Navidad reivindica lo artesanal: títeres, decorados físicos y canciones con sabor clásico. 

Es una de las mejores opciones para 2025 si quieres introducir a niñas y niños en la historia más navideña de todas sin aburrirte tú por el camino.

Pesadilla antes de Navidad (1993)

Pesadilla antes de Navidad es ese raro híbrido de títulos que funcionan tanto como películas de Halloween como de Navidad, y que en 2025 sigue pareciendo más moderno que muchas producciones actuales. Jack Skellington, rey de Halloweentown, descubre la Navidad y decide apropiársela a su manera, con regalos peligrosos y villancicos lúgubres. 

La animación stop-motion de Henry Selick (apadrinada por Tim Burton) le da un tacto físico a cada muñeco, cada copo de nieve y cada calabaza, algo que destaca todavía más en la era del 3D perfecto de hoy día.

Comparada con otras fantasías góticas como La novia cadáver o Los mundos de Coraline, Pesadilla antes de Navidad tiene una ligereza musical que la hace susceptible de verla varias veces: las canciones se te quedan pegadas y el diseño de personajes es pura iconografía pop. 

Dentro de esta lista, forma un triángulo curioso con Gremlins y El día de la bestia: las tres pervierten la Navidad desde lugares distintos (monstruos juguetones, terror cómico, apocalipsis satánico), pero esta es la más apta para todos los públicos. En 2025 es irresistible porque habla de apropiarse de una fiesta ajena, de sentir que no encajas en tu rol, con una sensibilidad que hoy resuena especialmente fuerte (y, además, entre todas las películas de Tim Burton, es una de las mejores).

¡Vaya Santa Claus! (1994)

¡Vaya Santa Claus! plantea una de las ideas más lógicas y absurdas del cine navideño: si Papá Noel se cae del tejado y desaparece, alguien tendrá que ocupar su puesto. Tim Allen interpreta a un padre divorciado que, casi sin quererlo, acaba heredando el traje, el trineo y el trabajo menos freelance del planeta. 

En 2025, acostumbrados a versiones muy irónicas del mito de Santa, esta película se ve como un puente entre el clasicismo y la comedia familiar moderna: tiene los clichés de siempre, pero también una lectura interesante sobre la paternidad torpe que aprende a estar presente.

Si la comparamos con películas más recientes como Crónicas de Navidad, ¡Vaya Santa Claus! es menos espectacular en lo visual, pero quizá más honesta en lo emocional: no hay tanta acción, pero sí muchos pequeños momentos padre-hijo que siguen funcionando muy bien. Dentro de esta lista, encaja bien junto a Polar Express: ambas exploran el mito de Santa desde perspectivas distintas, una desde el adulto que debe creer, la otra desde el niño que ha dejado de hacerlo. 

Es una de las mejores películas de Navidad para ver en 2025 porque, en un mundo de agendas imposibles, recuerda que el verdadero milagro navideño es que los adultos se tomen en serio la ilusión de los niños.

El día de la bestia (1995)

El día de la bestia es el reverso blasfemo de cualquier telefilm navideño de sobremesa. Álex de la Iglesia sitúa la acción en una Madrid noventera sucia, caótica y llena de neones, donde un cura está convencido de que el Anticristo nacerá la Nochebuena de 1995 y decide impedirlo con la ayuda de un heavy y un presentador de televisión. 

En 2025, esta película se ve casi profética: la mezcla de apocalipsis, histeria mediática y consumismo desaforado parece escrita para nuestros tiempos.

Comparada con otras películas “no-navideñas pero navideñas” como La jungla de cristal o La vida de Brian, El día de la bestia tiene una mala leche muy española: aquí no hay héroes musculosos ni romanos; sino tipos que se estampan contra el Corte Inglés. 

Dentro de esta lista, es la compañera perfecta de sesión doble con Gremlins o Pesadilla antes de Navidad: todas usan la iconografía navideña para hablar del caos, pero esta es la más satírica y cañera. Es una de las mejores opciones para 2025 si te dan urticaria los anuncios de perfume, los Christmas perfectos y el “buen rollo” obligatorio. 

Además, ver un Belén colgando de un cartel luminoso de Schweppes nunca había sido tan catártico.

El Grinch (2000)

El Grinch de Ron Howard, con Jim Carrey desatado bajo kilos de maquillaje verde, es la gran película sobre el odio a la Navidad… que en realidad acaba siendo una defensa de la fiesta, pero despojada de papel de regalo. El Grinch vive aislado en una montaña, amargado por los traumas de la infancia y por el entusiasmo histérico de Villa Quién. 

En 2025, muchos espectadores adultos se identifican más que nunca con esa mezcla de cinismo y cansancio ante el consumismo navideño, mientras los niños siguen disfrutando del circo visual y los chistes del personaje.

Frente a la versión animada de 2018, más pulida y amable, este Grinch es ruidoso, exagerado, a veces incluso feísta… y ahí reside parte de su encanto. Dentro de esta lista, hace buen contraste con Love Actually: las dos hablan de comunidades que se reúnen en Navidad, pero mientras en una todo es collage romántico londinense, en la otra hay purpurina, rencor y un antihéroe peludo que necesita aprender a querer. 

Es una de las mejores opciones para ver en 2025 porque funciona como válvula de escape: permite reírte de los excesos de la época y, al mismo tiempo, reconciliarte un poco con ellos.

Love Actually (2003)

Love Actually es el equivalente cinematográfico a un panettone enorme: empacha, sí, pero de vez en cuando apetece. Richard Curtis entrelaza varias historias de amor (y desamor) en una Londres previa a las redes sociales donde la gente todavía manda cartas, compra CD's y declara su amor con carteles escritos a mano. 

Vista desde el prisma de 2025, la película ha ganado nuevas lecturas: algunas tramas hoy se ven problemáticas, otras han envejecido bien, y el conjunto se ha consolidado como el gran ritual romántico navideño, para ver con ironía, indulgencia o las dos cosas a la vez.

Comparada con imitaciones como Historias de San Valentín o New Year’s Eve, Love Actually conserva una honestidad y un reparto coral que no han logrado replicar. Dentro de esta lista, funciona como contrapunto a películas más familiares como Solo en casa o más sombrías como El día de la bestia: aquí la Navidad es puro telón de fondo emocional, con aeropuertos, villancicos pop y discursos políticos con baile incluido. 

Es imprescindible en 2025 porque permite algo que muchas de las mejores películas románticas no logran: que un grupo grande (parejas, amigos, familia) la vea junta y cada uno tenga su historia favorita, su escena odiada y su debate posterior en la sobremesa.

Polar Express (2004)

Polar Express es la película que mejor ha entendido la sensación de estar a punto de dejar de creer en Papá Noel y, aun así, querer aferrarse un poco más a la magia. Robert Zemeckis usa la animación por captura de movimiento para contar la historia de un niño que sube a un tren rumbo al Polo Norte la noche del 24 de diciembre. 

En pleno 2025, su aspecto visual puede resultar peculiar frente a la animación actual, pero  eso es lo que le da un aire de sueño raro, de cuento ilustrado que cobra vida de forma casi inquietante.

Si la comparamos con aventuras animadas posteriores como Arthur Christmas o Klaus, Polar Express es menos irónica y más solemne: aquí se habla de fe, de dudas y de la fina línea entre infancia y adolescencia. 

Dentro de esta lista, dialoga muy bien con ¡Vaya Santa Claus!: las dos giran alrededor de la figura de Santa, pero desde lados distintos de la barrera generacional, adulto y niño. Es una de las mejores películas para ver en 2025 porque se convierte en un pequeño rito de paso: cada vez que la vuelves a ver, notas en qué punto estás tú respecto a esa campanilla que solo suena para quienes siguen creyendo.

Klaus (2019)

Klaus llegó cuando parecía que ya se había contado todo sobre Papá Noel y demostró que todavía quedaban historias nuevas por explorar. Sergio Pablos reinventa el origen del mito a través de Jesper, un cartero pijo y perezoso enviado a un pueblo helado donde nadie se habla con nadie. A partir de ahí, un carpintero solitario que fabrica juguetes y una comunidad rota empiezan a cambiar gracias a pequeños gestos anónimos. 

En 2025, Klaus se confirma como el gran clásico navideño del streaming: emocional, bellísima en lo visual y lo bastante inteligente como para hablar de empatía y responsabilidad sin caer en los sermones fáciles.

Comparada con otros intentos contemporáneos de “modernizar” la Navidad, Klaus gana por goleada: donde muchas se quedan en el chiste fácil, aquí hay un guión milimétrico y una animación que mezcla 2D y 3D con textura casi artesanal, más cercana a El gigante de hierro que a productos más genéricos. 

Dentro de esta lista, es la heredera natural de Los teleñecos en cuento de Navidad: ambas utilizan una historia de redención para recordarnos que la Navidad no va de regalos caros, sino de cómo nos tratamos unos a otros. Es, posiblemente, la elección más redonda para ver en 2025 si quieres algo que funcione igual de bien para niños y adultos.

Estas no son las únicas películas de Navidad que puedes en 2025, pero sí forman un mapa bastante completo de todo lo que esta época puede ofrecer en pantalla: monstruos descontrolados, romances empalagosos, sátiras salvajes, trenes mágicos y títeres que cantan a lo Dickens.

Por qué 'Crepúsculo' es mucho mejor de lo que recuerdas

Por qué 'Crepúsculo' es mucho mejor de lo que recuerdas

Mariona Borrull

Mariona Borrull

Editor de JustWatch

Que Crepúsculo exista es, de por sí, una proeza. Resulta tan extraño que una cineasta indie pueda dirigir un film de calibre comercial que, aún hoy, nos agarramos al referente de Kathryn Bigelow (Una casa llena de dinamita) como un clavo ardiendo mientras aplaudimos con entusiasmo excesivo obras funcionales pero sin alma como Barbie de Greta Gerwig como Los Eternos de Chloé Zhao.

Pero Catherine Hardwicke dirigió en 2008 una película fantástica de aventuras solvente y con voz propia, y todo a pesar de lo risible de sus condiciones de producción. Una perla indie de verdad. Cuando no había Los Juegos del Hambre (2012), cuyos bolsillos apenas han bajado de los 100 millones de dólares, ni existía El corredor del laberinto (2014), a Hardwicke, la responsable de la mumblecore dramática A los trece (2003) y sin ninguna experiencia previa con el fantástico, se le encargó rodar con: 37 millones de presupuesto, bajo una productora independiente (Summit) y en cuarenta días, una película de atmósfera gótica en la soleada Los Ángeles, con tramos de mucha acción. Naturalmente, las expectativas eran tan reducidas que ni se realizó un screen test.

Y a pesar de la proeza de que aquella película se hiciera, aún estamos debatiendo si era simplemente un poco mala, o era tan mala que acaba siendo buena. Venga ya. De entrada, lo “tan malo que es bueno” es una falacia urdida por quien tiene reparos en admitir que le gustan las cosas muy malas. Si algo es tan malo, es malo, y Crepúsculo es buena. Aquí por qué.

‘Crepúsculo’ no tiene sólo la banda sonora y la fotografía azul

Que sí, son geniales ambas. No hay forma de ver Crepúsculo obviando los turquesas encapotados que sumergen los espesísimos bosques de Forks, un baño de color que el director de fotografía Elliot Davis descubrió en aquella película y que ha repetido incesantemente desde entonces, en géneros de todo tipo: desde el drama romántico de Efectos personales (2009) hasta la recreación histórica del soleado sur, en El nacimiento de una nación (2016). Aquellos verdes rotundos, fríos y húmedos, tenían el magnetismo de un mundo que no se avergüenza de ser ficción, y contrastaban con la calidez no tan evidente de los interiores ocres –como las pupilas de Edward– con la garra estética del abuelo de todos los cuentos otoñales, Twin Peaks (1990), otra serie que pide chocolate caliente con traguito de irlandés.

Luego está la música seleccionada con exquisitez por Alexandra Patsavas, que venía de Anatomía de Grey (2005) y de Mad Men (2007), que después coordinó las canciones de Los Bridgerton (2020). Lo que vuelve la banda sonora de Crepúsculo un magnífico acompañante audiovisual no es sólo la calidad de los grupos en cartera, desde Radiohead a Iron & Wine, pasando por Muse o Paramore. Más bien, Patsavas logró acompasar los dos extremos que caracterizan la esencia temática de la novela de Stephanie Meyer: el recogimiento romántico de quien se siente enamorado contra el frío filo de quien sabe que su amor no le conviene. Cómo aunar grupos de naturaleza tan variopinta, sobre los extremos de esta ecuación, es algo que sólo una gran banda sonora puede. Patsavas se mantendría en la cartera crepusculera durante toda la saga, por lo que naturalmente, las cinco películas tienen una música increíble. Aquí nuestra guía de mejores canciones de la saga.

‘Crepúsculo’ y el problema de la ironía en Hollywood

Hollywood se dio cuenta, no tantos años ha, de que no tenía nada nuevo que decir. Pudo haber sido una sorpresa para alguien criado en los horizontes posibilistas de la épica yanqui, claro, que se ha especializado en mirar siempre más allá (en Europa, como conocemos nuestros límites, nos limitamos a versionar). Cuando aquello sucedió, auguro que a mediados de 2010, las películas empezaron a contarse con la ironía por vía de escape.

Las masivas Deadpool (2016), Thor: Ragnarok (2017) o Capitán América: Civil War (2016) desplegaban batallas a muerte entre compañeros, amigos y familia, pero iban deteniéndose a cada poco para contar un chascarrillo sobre la consciencia de su propia condición de película. Como si apostaran por todos los caballos en la carrera, “no fuera caso que”. Si buscáis las obras audiovisuales que desde entonces han empleado la ironía por navaja contra su propia gravedad, encontraréis a mares.

¿La ironía es algo necesariamente malo? No, pero a pesar de la variedad de géneros en que se amparan, ninguna de las tres películas que menciono tiene un tono reconocible, un aura o una presencia propia. Apenas años después se nos desdibujan las escenas, recordamos apenas las anécdotas y el par de gags que se dejan contar con facilidad; puro slop. Las malas historias se borran rápido. En cambio, nadie ha sido capaz de olvidar el gesto absolutamente gratuito de Edward colgándose de un árbol para cantar la estupidez del león, que se enamoró de la oveja. 

“Son los fluorescentes”, le dice Edward a Bella. Esa es una réplica tan barata que resulta digna de chascarrillo irónico y, sin embargo, está disfrazada bajo la apariencia de una excusa mal improvisada. La razón para conservar el humor bajo el caparazón de lo genuino, sin evidenciar la pullita autoconsciente, es bien simple. Crepúsculo se dirige a adolescentes, principalmente a las y les adolescentes. El público con más sentido del ridículo y, al mismo tiempo, más dispuesto a abandonarse en brazos de aquello que les entusiasma. Gritan en el cine. Yo grité en el cine.

El mumblecore gótico, un género por explorar

Mantener la ironía en un elegante segundo término –disponible aún para el observador distante– resulta, en definitiva, un gesto de consideración para quienes no vienen a reírse de lo exagerado y grotesco de una película que aman con franqueza. Es cultivar dos lecturas igualmente válidas sobre una obra, al mismo tiempo. Dime si este no es un castillo de cartas complejo de asumir.

Más, cuando todos tus ingredientes (simbólicos y narrativos) se zanjan entre dos imaginarios rotundamente opuestos. Porque Crepúsculo pretende construir un castillo gótico poblado de arquetipos venidos de la tradición mumblecore, las películas de instituto. Porque la película de Catherine Hardwicke sabe que escribe una ahijada fiel a la ascensión social de la Cenicienta, un sobresalir por encima de la farsa del instituto gracias al amor. Nada la separa tanto de Chicas malas (2004), excepto que se trata sin duda ni reparos de una película de vampiros. Con su interés por las lógicas dentro del clan, por la convivencia imposible con humanos y lobos y por un universo que, ya en la primera entrega, suscita muchísima curiosidad.

Los bosques oscuros de Forks, poblados de tribus de hippies trasnochadas, han sido emulados en otros cruces fantástico-adolescentes mejor valorizados pero no tan originales, como Hasta los huesos: Bones and All (2022), de Luca Guadagnino. Sin embargo, aquella abandonaba muy pronto el instituto como nutritivo hogar de lo sobrenatural. Dejaba muy  atrás lo que hizo única a Buffy, Cazavampiros (1997): la posibilidad de soñar sin huir, la convivencia apacible entre un mundo amable (y repleto de criaturas sedientas de sangre) y un universo mucho más despiadado, el de los pasillos de ladrillo visto de una clase de secundaria. Sólo El brillo de la televisión (2024) parece haberse atrevido a mantener este compromiso para con les adolescentes que cada lunes deben volver, sí o sí, a sus pesadillas de aula.

10 películas para aprobar tus exámenes de Historia

10 películas para aprobar tus exámenes de Historia

Mariona Borrull

Mariona Borrull

Editor de JustWatch

Abre las plataformas de streaming, que toca estudiar Historia. El éxito que Un fantasma en la batalla está viviendo en los rankings de JustWatch afianza una vez más el interés del público en la ficción de base histórica. Producida por JA Bayona, Atienza y Hermida (detrás de La sociedad de la nieve), la película de Agustín Díaz Yanes retoma el caso real de La infiltrada (2024) para hilvanar otro thriller basado en hechos reales sobre una guardia civil infiltrada en ETA durante los años noventa y principios de los dos mil.

Si repasamos calendarios, no han pasado tantas semanas desde El cautivo y tampoco queda tanto para el estreno de Anatomía de un instante, la serie de Alberto Rodríguez que da contexto al golpe de estado del 23F. Y aunque verlas no vaya a ayudarte a aprobar esos temidos exámenes de Historia, quizás sí puedas entender algo mejor el sentir de los momentos sobre los que estudias.

Así que te propongo una guía de películas de ficción sobre episodios relevantes en nuestra historia, que ordeno en bisagra: primero, las más clásicas en tono y de temática más asentada en los libros de Historia, y luego algunas perlas sobre realidades menos divulgada (pero no menos necesaria) en los manuales. Siempre, en terreno de la ficción… En documental, tenéis testimonios en primerísima persona como los de Ernest Hemingway en Tierra de España (1937) o las voces del terrorismo en La pelota vasca: la piel contra la piedra (2003).

Alatriste (2006)

Con Viggo Mortensen al frente, un presupuesto desorbitado para el común del cine español y basada en Las aventuras del capitán Alatriste de Arturo Pérez-Reverte, Alatriste del mismo Agustín Díaz Yanes (2006) vive por y para la épica. Aquí encontrarás puro Siglo de Oro español, entre la gloria cultural y la decadencia política. Soldados, espadas y barroco puro. Diego Alatriste es un soldado español en Flandes cuya vida cambia cuando debe hacerse cargo del hijo de un amigo y, para mantenerse, se embarca como mercenario de misión a Madrid. Y a partir de ahí, que choquen las espadas.

Normal, si viéndola no dejas de pensar en El señor de los anillos: El retorno del rey (2003), porque la batalla de Rocroi y las intrigas de la Corte son puro Tolkien. Y también si no te quitas de la cabeza los intríngulis urbanos que se repiten en Juana la Loca (2001) o en Lope (2010), menos recordada pero que también evocaba las contradicciones de una España ilustrada pero frágil y corrupta hasta la médula.

Juana la Loca (2001)

Si crees que Juana I de Castilla estaba efectivamente para internarla, debería leer un poco sobre los siglos XV y XVI. También puedes ver Juana la Loca de Vicente Aranda (2001), con una estupenda Pilar López de Ayala, aunque la película carga demasiado las pilas del melodrama romántico. En fin, sirve para poner en imágenes la transición de los Trastámara a los Austrias en el trono, la política dinástica de los Reyes Católicos y el Imperio Español de los reinados posteriores.

Verás cómo afectaba en lo personal los matrimonios reales como herramienta política, que aseguraron más de un tanto a la familia de Fernando e Isabel, y cómo la “locura” de Juana fue en realidad una excusa para la lucha de poder. Y lo más importante, podrás entender por qué Carlos V heredó medio mundo. Si 1898. Los últimos de Filipinas (2016) o Alatriste te dejaron con la boca abierta, prepárate para un culebrón que ni El ala Oeste de la Casablanca.

El Cid (1961)

Una película que como el Puy du Fou es más ficción que realidad, pero que retrata perfectamente la vanagloria con la que algunos miran a la mal llamada Reconquista. El Cid (1961) refleja perfectamente la figura mítica de Rodrigo Díaz de Vivar, el icónico Cid Campeador, en pleno siglo XI. Pero aquí es Hollywood quien arroja sobre la Península la épica desaforada de Charlton Heston, y qué mejor Cid que el amigo Ben Hur, rodada dos años antes.

Aunque El Cid no te vaya a dar herramientas para contestar la soberbia histórica de los cuentos del cristianismo estatal, sí da cuenta (y por eso figura en la lista) de la cantidad de producciones péplum que se filmaron en España con nuestra historia por telón de fondo. Si ya conoces la película de Heston, prueba con Alatriste de Díaz Yanes o Los cántabros de Paul Naschy (1980), sobre el caudillo cántabro Corocotta. No todos los caminos llevan a Roma.

Esquilache (1989)

Para ilustrar las lógicas del Reformismo ilustrado y las tensiones del siglo XVIII (pura materia de examen), nada comparable con esta ventana directa sobre el famoso motín de Esquilache. Esquilache, de la fantástica Josefina Molina (1989), nos interna de lleno entre pasillos del palacio del Marqués de Esquilache (Fernando Fernán-Gómez) y las mesas de las tabernas, acompañando a un reparto de lujo, con José Luis López Vázquez, Ángela Molina y Concha Velasco como el secretario, la amante y la esposa del ministro por caer.

Otra maraña de poder semejante a la de Juana la Loca, Esquilache es ideal para tomar el pulso a las ideas modernizadoras de Carlos III (cambiarlo todo para no cambiar nada, básicamente) contra la resistencia popular a la modernización. Porque desde los libros resulta difícil de entender, pero cuando tu profesor es Fernán-Gómez…

El crimen de Cuenca (1980)

En 1910, dos pastores cumplieron doce años de prisión, acusados del asesinato de un desaparecido que apareció, vivo y coleando, en un pueblo cercano. El caso fue muy sonado en la época y tiempo después fue llevado a las pantallas de cine de mano de Pilar Miró. El crimen de Cuenca (1980) sirve tanto para representar un período no tan divulgado en la historia de España como para reivindicar el trabajo de la cineasta Miró, más conocida por El perro del hortelano (aunque yo adoro El pájaro de la felicidad).

Cuando veas la película entenderás por qué un conflicto tan local ha sido recordado como uno de los casos más sangrantes de negligencia judicial y señalamiento, que rompió las vidas de todos sus implicados en una tragedia que, como en Negu Hurbilak, acabaron pagando las gentes del pueblo llano.

Las bicicletas son para el verano (1984)

Sobre la Guerra Civil podríamos dedicar toda una guía, pero hoy recomiendo Las bicicletas son para el verano (1984) de Jaime Chávarri y basada en la obra del mismo nombre de Fernando Fernán-Gómez. Al contrario de la opulencia histórica de hitos como Mientras dure la guerra (2019), la de Chávarri narra la vida cotidiana de una familia madrileña en el verano de 1936, justo después del levantamiento militar franquista.

Cómo la vida sigue avanzando con “normalidad” mientras crecen la desconfianza y la pobreza es suficiente para justificar el visionado de esta perla realista: desde la perspectiva del hijo adolescente, pero a sabiendas de los cuarenta años de pobreza económica y moral por llegar, cada sorbo de limonada se siente de veras el último. Y es que el cine, como veremos con Vámonos, Bárbara, explica la Historia desde las tripas.

La escopeta nacional (1978)

Puede que las tripas te duelan después de La escopeta nacional (1978), pero no por hambre sino por el empacho de la risa. Sobre el tardofranquismo el cine escribió grandes joyas, como El espíritu de la colmena (1973) o La lengua de las mariposas de José Luis Cuerda (1999), pero yo he preferido la comedia de José Luis Berlanga para reírnos de nuestras propias miserias (y olvidar, un rato, que el dictador murió en la cama).

En este caso, Berlanga habla sobre las redes clientelares y el modelo de poder franquista en la época final de la dictadura, donde todo se compraba, todo se vendía… Y todo el mundo miraba para otro lado. La escopeta nacional, llena de caricaturas muy verosímiles, es una puerta de entrada fantástica al screwball castizo, y te quitará el mal sabor de boca de Las bicicletas son para el verano.

Zama (2017)

Con Zama (2017) damos dos pasos atrás en nuestro recorrido histórico, hacia los días más altos del Imperio Español, para ver el reverso existencial de una colonización que de gloriosa tuvo más bien nada. Si Juana la Loca os pareció demasiado sentimentaloide, a pesar de su crítica, preparaos para la acidez de estómago de Zama.

A Zama, la burocracia imperial lo ignora, la naturaleza lo agobia y su posición de poder se revela vacía y absurda. Sobre la novela homónima de Antonio Di Benedetto, Lucrecia Martel (La ciénaga) retrata los días vacíos que este oficial criollo destinado en una remota colonia sudamericana, pasa esperando su traslado a una ciudad más prestigiosa, mientras su salud mental se va desmoronando. El Esperando a Godot de nuestra miserable Historia.

Vámonos, Bárbara (1978)

No me canso de recomendar Vámonos, Bárbara (1978), la dramedia de Cecilia Bartolomé que demostró cómo nada era tan sencillo en los humedales del franquismo que le tocaron vivir. Considerada la primera película feminista hecha en nuestro país, esta Alicia ya no vive aquí a la valenciana explica cómo Ana, una mujer bienestante (Amparo Soler Leal, a quien también vimos en La escopeta nacional), se marcha de vacaciones a la playa con su hija Bárbara, hasta que su marido negligente empieza a presionarlas para que vuelvan.

Y es que recuerda que la Ley del Divorcio no llegó hasta 1981, por lo que casos de abuso flagrante como el de Ana son mucho más recientes de lo que nos gustaría pensar. Que Bartolomé le mete comedia al asunto, perfecto, pero esta deslenguada historia de verano es digna de drama.

Negu hurbilak (2023)

Una apuesta para la cinefilia más exigente. ¿Y si contamos la disolución de ETA desde el punto de vista de una de tantas personas que, por su vinculación más o menos directa con el grupo, tuvieron que huir y esconderse en las montañas para evitar la represión policial? Negu hurbilak (2023) recoge los días lentos que una chica sin nombre ni pasado (Jone Laspiur, gran descubrimiento) pasa, oculta en una masía, a la espera de noticias sobre una posible amnistía.

Pero la gran Historia la olvidó fácil así que –como en Zama– a esta implicada sólo le queda esperar a que algo cambie… Y cuarenta años de silencio y dictadura después nos reafirman: en nuestro país el cambio no se estila.

  • Siete series que reflejaron la nostalgia de los 80 mejor que Stranger Things

    Siete series que reflejaron la nostalgia de los 80 mejor que Stranger Things

    Jorge Casanueva (Jorge Loser)

    Jorge Casanueva (Jorge Loser)

    Editor de JustWatch

    Desde que Stranger Things se convirtió en un fenómeno global, la nostalgia por los años 80 se ha transformado casi en un género propio dentro de la televisión. Sin embargo, antes y después del éxito de los hermanos Duffer, otras series han capturado la esencia de aquella década desde muy diferentes perspectivas, desde el humor a miradas más complejas sobre lo que significaba crecer en ese periodo.

    En la víspera del estreno de la quinta temporada de la serie de Netflix, esta selección de JustWatch te ayudará a descubrir siete propuestas que exploraron los 80 de formas más fidelignas, ya sean comedias de instituto ambientados en campamentos de verano o aproximaciones al terror, en las principales plataformas de streaming.

    7. Red Oaks (2014-2017)

    Ambientada en 1985 en un exclusivo club de campo de Nueva Jersey,Red Oaks sigue a un adolescente mientras trabaja como asistente de tenis durante el verano antes de comenzar la universidad. Cambia el terror sobrenatural de Stranger Things por la comedia dramática intimista de toque indie sobre la transición a la edad adulta, pasando por las diferencias de clase, las expectativas familiares y el descubrimiento personal con una sensibilidad muy John Hughes, por lo que no solo interesará a los que vivieron series generacionales como Aquellos maravillosos años, sino a los que tienen un póster de La chica de rosa en la habitación.

    La tensión social es reflejada con tanta sutileza y, a diferencia de GLOW , que utiliza los 80 como escenario para una historia sobre reinvención profesional, Red Oaks se centra en ese momento crucial donde los jóvenes deben decidir entre seguir el camino trazado o arriesgarse a crear uno propio, con tono optimista y melancólico, aunque con la estética y las referencias culturales de la era Reagan comunes con las presentes.

    6. Dead of Summer (2016)

    El terror de los 80 pasa de Oregón a un campamento de verano en el Medio Oeste, mezclando el slasher clásico con ciertos elementos sobrenaturales.Dead of Summer presenta a un grupo de monitores que descubren que el camp Stillwater esconde oscuros secretos relacionados con posesiones y asesinatos del pasado, funcionando como una carta de amor a las películas de terror de aquella época como Viernes 13. Por ello, no caerá mal entre los que han encontrado Black Phone 2 de su gusto, y su parte favorita de la trilogía La calle del terror es laParte 2: 1978.

    Lo que la distingue de otras propuestas nostálgicas es su estructura narrativa, alternando entre el “presente” en 1989 y flashbacks que revelan traumas personales de cada personaje, lo que la acerca de forma cerrada a  American Horror Story: 1984, por ambientación y subgénero, aunque le falten los toques de sangre característico de los slashers ochenteros, aunque sigue siendo una rareza de terror adolescente que se ha olvidado un poco a pesar de salir el mismo año que la primera aventura en Hawkins.

    5. Wet Hot American Summer: First Day of Camp (2015)

    Seguimos de campamento con la precuela de la película de culto de 2001, en la que el elenco original regresa interpretando versiones más jóvenes de sus personajes en 1981, una premisa absurda que funciona por cómo los actores no tienen ningún tipo de vergüenza en hacer una charada embutidos en ropa muy ajustada y estética hortera de esos años.Wet Hot American Summer: First Day of Camp funciona tanto como parodia de las convenciones de las películas de campamentos de verano como las comedias teen de la era American Pie.

    No quedan por parodiar los romances adolescentes ni las tramas de malvadas corporaciones que quieren quedarse con las instalaciones, con un humor tan disparatado que trasciende la simple nostalgia para convertirse en un compendio del ridículo de la nostalgia cultural de los 80. A diferencia de Freaks and Geeks, que busca autenticidad emocional en su retrato de la adolescencia, Wet Hot American Summer dinamita cualquier pretensión de realismo para ofrecer una celebración caótica de los tropos más ridículos de aquella época, con Amy Poehler, Paul Rudd y Bradley Cooper, como garantía de quienes aprecien el humor de Saturday Night Live.

    4. American Horror Story: 1984 (2019)

    Ryan Murphy y Brad Falchuk llevaron su antología de terror al corazón de los slashers ochenteros conAmerican Horror Story: 1984, una temporada que funciona como homenaje y deconstrucción del género, con todos los tropos reconocibles del terror de aquella época, desde el asesino enmascarado hasta los monitores condenados, en clave de parodia de Viernes 13 pero evolucionando hacia territorios más oscuros y sorprendentes, apartando la nostalgia de Spielberg y las aventuras infantiles de la serie de Netflix para abrazar el lado salvaje y transgresor de aquella década, cuando el terror podía ser extremadamente violento y moralmente ambiguo.

    Comparte con Wet Hot American Summer: First Day of Camp su conocimiento enciclopédico de las convenciones del género, pero cambia la parodia absurda por los litros de sangre. Una reinterpretación moderna un poquito meta que conecta con la idea revival de Las últimas supervivientes y sirve de corolario para la serie Scream Queens, también con Murphy de por medio.

    3. GLOW (2017-2020)

    Basada en la verdadera liga deportiva Gorgeous Ladies of Wrestling,GLOW reconstruye Los Ángeles de 1985 con una atención al detalle más allá de la superficie estética, siguiendo a un grupo de mujeres que encuentran su comunidad en el mundo de la lucha libre profesional. Alison Brie y Betty Gilpin lideran un elenco excepcional que lleva la idea de los 80 desde la curiosidad kitsch al drama sobre mujeres buscando su lugar en una industria que las subestima.

    No es tan distinta a Hysteria!, ya que se sumerge en las contradicciones de la época, mostrando el lado menos amable bajo tanto colorido y optimismo superficial. Comparte con Orange Is the New Black su capacidad para equilibrar comedia y drama con personajes femeninos complejos y diversos, y escala posiciones en la lista por su reflejo auténtico de los 80 sin caer en la caricatura, por su contexto histórico bien investigado del wrestling de aquella etapa.

    2. Freaks and Geeks (1999-2000)

    Aunque ha pasado más tiempo desde su estreno que desde este y la época que retrata,Freaks and Geeks de Paul Feig y Judd Apatow permanece casi 30 años después como el retrato definitivo de la experiencia adolescente en 1980. Los "cerebritos" y los "frikis", que incluyen el rol como elemento cultural pop antes que Stranger Things crecieron y se convirtieron en los directores de Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones, una pirueta del destino que hace el visionado de la serie y la película un programa doble mágico.

    Pero no solo había referencias, sino que ahondaba en la angustia y la confusión de crecer en el instituto sin romantizar ni ridiculizar la experiencia, con una honestidad brutal para no ofrecer finales felices fáciles o lecciones morales simplistas, algo revolucionario para una serie sobre adolescentes en ese momento. James Franco, Seth Rogen, Jason Segel o Linda Cardellini conseguían meternos en una cápsula del tiempo emocional antes de convertirse en estrellas, captando la verdadera esencia de lo que significaba ser joven en esa década, con su música, su ropa y sus dinámicas sociales, le gana por unas cuantas millas a Red Oaks, por pionera y por haberse convertido en obra de culto.

    1. Hysteria! (2024)

    La más reciente de esta lista y posiblemente la más audaz en su aproximación a los 80 esHysteria!, que explora el pánico satánico que sacudió Estados Unidos durante aquella década a través de la historia de una banda de heavy metal de instituto que decide aprovechar los temores de su pueblo conservador para ganar notoriedad. La serie captura el aspecto de paranoia religiosa que Stranger Things tocó en la temporada 4, pero además incluye a Bruce Campbell, con lo que podemos esperar bastante comedia oscura y sátira social.

     sin perder nunca de vista su corazón emocional, la historia de unos adolescentes intentando encontrar su identidad en medio del caos. Resulta que el terror de ritos satánicos y posesiones de Dead of Summer tiene bastantes cosas en común, pero a diferencia esta, Hysteria! aborda un conflicto generacional y cultural que va más allá de recrear la música y moda de la época. Su elemento de thriller conspirativo va más allá de los sintetizadores y los neones, pero es su aproximación a la huella de Lucifer en los 70 y 80 a través de la música Heavy metal lo que la alza al número uno de la lista, siendo un complemento perfecto de la imprescindible Muerte a 33 R.P.M.

  • Las 5 peores películas de Navidad que (en secreto) sigues amando

    Las 5 peores películas de Navidad que (en secreto) sigues amando

    Alejandra Bekerman

    Alejandra Bekerman

    Editor de JustWatch

    Llegan los últimos meses del año y con ellos, las ganas de hacer maratón de películas festivas. Los clásicos atemporales ya los conocemos y son populares por una razón. Por eso me pareció buena idea repasar esas películas de Navidad tan malas que terminan atrapandonos.  Si, es verdad no están en ninguna lista de “mejores del año” ni son grandes obras del séptimo arte pero sí transmiten nostalgia, humor absurdo y espíritu festivo a prueba de cinismo. Tienen la capacidad de hacernos sentir, aunque sea entre risas o incredulidad. Y al final, eso también es espíritu navideño: dejarse llevar por la magia del absurdo festivo. 

    Así que si estás buscando títulos menos convencionales para tu maratón, aquí va una selección de 5 películas ordenadas por grado de placer culpable, desde la más defendible hasta la más imposible de justificar (pero que entretiene por igual). Además encontrarás dónde ver cada una de ellas en los servicios de streaming en España. ¡Allí vamos!

    Solo en casa 3 (1997)

    Para la mayoría, el gran problema de Solo en casa 3 es la ausencia de Macaulay Culkin. Pero siempre he sido una fiel defensora de esta película (además, mi favorita en esta lista). ¿Por qué creo que aunque no tuvo tanta popularidad merece una oportunidad? Primero y principal, su protagonista es completamente adorable, segundo los gadgets caseros son muy originales y tiene varios momentos de risas. Los villanos de la historia se llevan un premio por lo patéticos, torpes y odiosos que son, otro punto a favor. Si después de ver las clásicas de Home Alone te quedas con ganas de más, te aseguro que Home Alone 3 es un buen plan. 

    Un padre en apuros (1996)

    Cuando salió Un padre en apuros, nadie esperaba ver a ese actor que hizo de Terminator ahora persiguiendo un muñeco de acción en plena fiebre consumista navideña. Desde su estreno hasta la actualidad, la opinión está bastante dividida sobre si esta película cuenta como un clásico navideño o es una más del montón. Para mi, si tengo que ser sincera, no es tan entretenida como Elf pero si tiene a Arnold Schwarzenegger haciendo comedia y eso es un punto a favor. Además es pura nostalgia noventera y eso siempre se gana mi corazón. Si buscas una película con un tierno mensaje final, acción desenfrenada y comedia torpe, Un padre en apuros es ideal para ti.

    Como en casa en ningún sitio (2008)

    Como en casa en ningún sitio es una película con un gran reparto y una premisa original, pero lamentablemente no pudo alcanzar el status de clásico navideño y quedó perdida en un mar de películas festivas. Aquí  tenemos a Reese Witherspoon y Vince Vaughn, una pareja que odia la Navidad, y queda atrapada en cuatro celebraciones familiares el mismo día. El concepto inicial gira en torno a la hipocresía de las fiestas, pero es un poco cansina en parte por sus personajes histéricos y sus chistes flojos. Así y todo la química entre los protagonistas es buena y retrata de manera honesta el caos familiar propio de la época. Si, es verdad que no es Love Actually, pero como comedia navideña de sobremesa tiene su lugar.

    El más buscado (2020)

    Cuando supe que había una película de Mel Gibson interpretando a un Santa Claus gruñón y armado, sentí intriga y decidí verla. El más buscado no tuvo tanto reconocimiento y terminó pasando debajo del radar pero para mi tiene una audacia que resulta hipnótica. Aquí Santa se enfrenta a  un niño rico que contrata a un asesino para matarlo. Sí, leíste bien aunque parezca disparatado este concepto funciona. Imagina como si los hermanos Coen dirigieran una peli navideña, bueno a eso le sumas un mix de sátira y el misterio navideño estilo Violent Night. Es oscura y a veces más grotesca que divertida, ideal para quienes disfrutan del humor negro y quieren una Navidad con más pólvora que purpurina.

    Jack Frost (1998)

    Michael Keaton muere en un accidente y regresa convertido en un muñeco de nieve. Eso lo dice todo, ¿no? El resto es una montaña rusa de emociones y decisiones estéticas que te harán reír más de la cuenta. Jack Frost intenta ser una historia conmovedora, pero se queda entre lo terrorífico (ese muñeco animatrónico imposible de olvidar) y lo empalagosamente tierno. Esto le da un punto a favor, y es que sirve tanto para una maratón navideña como para una de Halloween, tu eliges. Como esos adornos feos del árbol que no puedes tirar, Jack Frost se queda en el corazón por pura insistencia emocional.

  • Si 'Una casa llena de dinamita' te hizo olvidar el móvil, aquí 5 otras películas que te engancharán

    Si 'Una casa llena de dinamita' te hizo olvidar el móvil, aquí 5 otras películas que te engancharán

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    Si la acción te aburre, puedes haber desestimado a la responsable de La noche más oscura (2012) o En tierra hostil (2008) con demasiada rapidez. Ahora, olvida que no te gusta el cine bélico o de acción, y escúchame: ¿Y si te digo que Kathryn Bigelow es el remedio anti-doomscroll por excelencia? Cada vez que he visto una película suya, he olvidado el magnetismo inapelable de la caja tonta de bolsillo por lo menos durante hora y media.

    El buen hábito no se pierde y, por ello, ocho años después de arrasar en taquilla con Detroit (2017) y treinta después de clavarnos a la butaca con la genial Días extraños (1995), Bigelow vuelve a destrozar nuestros nervios con Una casa llena de dinamita (2025), que en una línea parecida a la Guerra civil de Alex Garland, dispara la amenaza definitiva a la Casa Blanca: un misil nuclear de procedencia y motivos desconocidos.

    La mecha empieza a arder cuando faltan veinte minutos para que el misil impacte y se centra en repetir los mismos veinte minutos, a tiempo real, a partir de tres puntos de vista diferentes, a lo Rashomon, a sabiendas de que no vemos el final por puro capricho pero que las cosas que van mal, luego, irán a peor. Así, el segundero corre como la pólvora, y una película de dos horas pasa vo-lan-do.

    Sí, lo has adivinado. La número uno en nuestros rankings de estrenos semanales, Una casa llena de dinamita (puedes verla en Netflix), expande la misma fórmula que Corre Lola, corre (1998), donde podemos saltar entre tres líneas temporales distintas, porque la receta sigue vigente casi tres décadas después. Y la receta consiste en: un conflicto muy sencillo, un tiempo muy presente y las apuestas muy, muy altas. No necesariamente tiene que haber acción, disparos y carreras, en las películas que enganchan. Con estos tres elementos, es suficiente para que dejes de mirar el móvil y te entregues por completo a la pantalla.

    Así que en JustWatch hemos reunido películas variopintas, temporal y geográficamente hablando, y de géneros que no asociamos de forma directa con la adrenalina. Un último consejo antes de la montaña rusa… Déjate sorprender.

    Hierve (Philip Barantini, 2021)

    Yo tengo una teoría: si concentráramos series como El oso (2022) en un formato continuo de unas dos horas, mejorarían. Ojalá alguien lo hiciera con las últimas temporadas. Mientras tanto, podemos ver películas como Hierve (Philip Barantini, 2021) y deleitarnos con el nervio que sube como la espuma de la olla a presión. Observa cómo interactúan los ingredientes de la receta de Una casa llena de dinamita.

    En un suntuoso plano secuencia parecido al de Victoria (2015), seguimos a un chef (Stephen Graham, como Gary Cooper “solo” ante el peligro) durante una noche caótica en un restaurante de lujo donde todo puede salir mal: desde la visita de un crítico estricto y capos de la mafia, a accidentes impensables y breakdowns en el peor momento posible. Estrés, egos y algún error son todo lo que usa Philip Barantini para que cancelemos aquel plan de cena romántica, porque necesitamos volver a verla.

    Solo ante el peligro (Fred Zinnemann, 1952)

    Conoces mi amor por los clásicos, y la cinta de Fred Zinnemann lo es por méritos propios. Ha sido mil veces copiada, desde la cuenta atrás de Jungla de cristal (1988) a El tren de las 3:10, la original y el remake de James Mangold… Pero su fórmula es genial. Gary Cooper es un sheriff que sabe que su peor enemigo, un forajido mortífero, se acerca para acabar con su vida. Puede marcharse con su novia, que es Grace Kelly, o quedarse y cumplir con su tarea. Tienes 85 minutos de dilema por delante.

    Si lo que te da rabia del protagonista de Hierve es que podría marcharse a casa en cualquier momento, y a la vez conectaste enseguida con el sentido del deber de los tres protagonistas de Una casa llena de dinamita, Solo ante el peligro es la película perfecta para ti. 

    12 hombres sin piedad (Sidney Lumet, 1957)

    Este filete terso y delicioso, al contacto del fuego, no suelta agua. Pura calidad, sin añadiduras, como la posterior Testigo de cargo (Billy Wilder, 1958). Aquí son doce hombres de un jurado popular que deben emitir una condena unánime sobre la culpabilidad o la inocencia de un joven acusado de asesinato, aunque lo niegue. Todos están de acuerdo en que su criminalidad es muy plausible, pero Henry Fonda duda.

    Cómo irá convenciendo al resto de miembros del jurado, uno a uno, es un espectáculo comparable al tiovivo más adrenalínico del mundo. Que no necesariamente “acelerado”, porque igual que en Solo ante el peligro nadie corre en la salita bochornosa donde se reúnen para deliberar. Pero los diálogos y las razones están colocadas de forma tan estratégica que nunca dejarás de pensar en lo que ocurre en la pantalla, pero no la del bolsillo. Si no conoces 12 hombres sin piedad (Sidney Lumet, 1957), prepárate para desear convertirte en abogado. 

    Antes del atardecer (Richard Linklater, 2004)

    Qué hace un drama romántico en esta lista, te preguntarás. Acaso despegaste los ojos de la pantalla, te respondo. Ambientada nueve años después del “chico conoce a chica” de Antes de amanecer (1995), Linklater vuelve a reunir a Ethan Hawke y Julie Delpy para otro paseo cargado de emociones por una capital europea. Y Antes del atardecer pone a Jesse un límite claro para que haga algo –¡lo que sea!– con su amor del pasado: ahora solo tiene una hora para estar con ella, antes de irse al aeropuerto. Una hora para nueve años de anhelos, dudas y amor no resuelto. Qué intensidad más lesbiana, por favor.

    Aquí, como en la noche más corta de Night Is Short, Walk On Girl, la receta de Bigelow se repite: un tiempo limitado, un conflicto sencillo y… Carisma rebosante pero no exento de tragedia. Sigue habiendo mucho que perder, ante un romance tan encantador como nunca lo hemos conocido. Una burbuja perfecta antes de desaparecer a la siguiente parada.

    Night Is Short, Walk on Girl (Masaaki Yuasa, 2017)

    Esta es mi apuesta más arriesgada, y nada tiene que ver con Antes del atardecer excepto por su título (“la noche es corta, sigue andando”). Después de Yojouhan Shinwa Taikei (2010), a la que sirve de spin-off, Masaaki Yuasa vuelve a tomarse todas las licencias que la animación le ofrece para avivar las aventuras que la noche más corta del año, el 23 de junio en Kioto, ofrece para una chica sin miedo ni pelos en la lengua. Eso es: una fiesta visual y narrativa que exige –y recompensa– toda tu atención..

    Night Is Short, Walk on Girl (2017) se enreda en tramas que recoge y suelta con el capricho propio de una criatura distraída, que traen a la palestra personajes realmente inolvidables, como el endemoniado Ozu, el kami con cara de berenjena Higuchi o el mismo protagonista enamoradizo, senpai. Si te distraes seguramente te pierdas un buen puñado del humor visual que estas miniaturas orientales de Buster Keaton tienen para ofrecerte.

    Además, súmale unos diálogos que se recitan como auténticas piezas de stand-up manzai, es decir, con ritmo frenético. Para que tengas una referencia clara: esto es como Humor amarillo (1986), pero boniquérrimo y metido en LSD. Si aún no lo comprendes, no trates de hacerlo: las montañas rusas no piden ser entendidas.

  • Las 10 mejores series y películas de Luis Zahera

    Las 10 mejores series y películas de Luis Zahera

    Raquel Morales

    Raquel Morales

    Editor de JustWatch

    Luis Zahera es uno de esos actores que no actúa: vive los papeles. Da igual si hace de villano, mafioso, veterinario o amigo de toda la vida, porque siempre consigue que te olvides del actor y te creas al personaje. Su mirada, su voz rasgada, esa forma de hablar que parece improvisada, su acento galego… es inconfundible. 

    Y aunque muchos lo han conocido gracias a Animal (2025), serie con la que está triunfando ahora mismo fuera de nuestras fronteras, su carrera está llena de joyas que mezclan drama, humor y acción. En esta guía encontrarás un repaso de las 10 mejores series y películas de Luis Zahera.

    El Reino (2018)

    Lo fascinante de El Reino (2018) es cómo Zahera convierte un papel secundario en una bomba. Cada vez que aparece, la tensión sube y no sabes si va a estallar o romper a llorar. Lo que más me gusta es esa ambigüedad, la forma en que mezcla rabia, ira y vulnerabilidad sin decir demasiado. Es un tipo atrapado entre la lealtad y la supervivencia, y eso se nota en cada gesto. Tiene la misma intensidad que muestra en As bestas (2022), aunque aquí más contenida. Si te enganchan las historias de corrupción moral y política, te va a encantar House of Cards (2013-2018) que, como sucede en esta película, explora ese filo entre lo correcto y lo necesario.

    As bestas (2022)

    Zahera alcanza en As bestas (2022) uno de sus picos interpretativos, tanto que le valió el Goya al Mejor Actor de Reparto. Su personaje se siente tan real que incomoda, porque lo entiendes aunque te dé miedo. Lo que me encanta es cómo logra transmitir resentimiento sin caer en el cliché del malo de turno. Hay dolor, orgullo, y una humanidad que se intuye bajo la superficie. Esa mezcla de fuerza y fragilidad me recuerda a lo que hacía en El Reino (2018), pero aquí sin filtros, más visceral. Si disfrutas los conflictos que hierven despacio hasta estallar, prueba con Mare of Easttown (2021), donde cada mirada también parece una amenaza.

    Entrevías (2022–2024)

    Lo mejor de Zahera en Entrevías (2022-2024) es que se nota que se lo pasa bien. Tiene un ritmo natural, un humor áspero, y ese tipo de ternura que solo enseña cuando menos te lo esperas. Es el amigo que te suelta una verdad incómoda y luego te invita a una cerveza. Su química con José Coronado es brutal, de esas que sostienen una serie entera. Aquí muestra una humanidad que recuerda a Los lunes al sol (2002), aunque con más mala leche y barrio. Si te gustan las historias como esta donde los personajes se redimen a base de golpes, échale un ojo a Breaking Bad (2008-2013).

    Celda 211 (2009)

    Zahera tiene una energía en Celda 211 (2009) que corta el aire. No necesita gritar ni hacerse notar, basta con estar. Tiene esa mirada que te dice que ha visto demasiado, y que lo que queda por venir tampoco le asusta. Lo que más admiro es cómo logra que sientas empatía en medio del caos. Sus silencios pesan más que los gritos. Es la misma sensación que transmite en As bestas (2022): ese peligro tranquilo, como una tormenta a punto de caer. Si te van las historias tan intensas como esta, donde nadie sale limpio, apunta Plan Oculto (2006). 

    Amanece en Samaná (2024)

    Lo que más me gusta de Amanece en Samaná (2024) es cómo Zahera con su Mario funciona casi como el eje del drama sin que te lo esperes. Mario observa, toma decisiones desde lo bajo, sin estruendo, y eso lo hace creíble. Me encanta que no sea el protagonista tradicional que domina cada escena, sino el aliado imperfecto que también carga sus fantasmas. Se siente similar al rol que Zahera nos regaló en Celda 211 (2009), donde tenía presencia sin necesidad de gritar, y es por eso que aquí da justo lo que necesita la historia. Y si te atraen las películas donde los enredos de pareja se vuelven algo más que sólo diversión, La zona (2017-2018) te va a gustar mucho. 

    Sin tetas no hay paraíso (2008–2009)

    En Sin tetas no hay paraíso (2008-2009), Zahera sorprende. En lugar del tipo rudo habitual, saca una faceta más oscura y calculadora, pero sin dejar de ser reconocible. Lo que me gusta es cómo evita el estereotipo: su personaje tiene carisma y pocos escrúpulos pero también un trasfondo que se intuye, y eso lo hace más interesante. No es solo un villano, es alguien que entiende perfectamente las reglas del juego y las usa a su favor. Esa inteligencia fría recuerda un poco a El Reino (2018), aunque en un contexto mucho más callejero. Si te van las series con ambición, poder y deseo mezclados, échale un vistazo a Vis a Vis (2015-2020).

    La Unidad (2020‑2023)

    En La Unidad (2020-2023) Zahera adopta un rol más…sugerente. Lo que me engancha aquí es su capacidad para estar en el fondo del problema y, aún así, aún ahí. Dejando que los demás tomen la delantera mientras que él mueve los hilos sin que nadie lo sepa. Su personaje tiene códigos, tiene heridas, pero no hace alarde de ellas: simplemente se mueve con ellas. Esa actitud me recuerda a su papel en Amanece en Samaná (2024), donde menos era más. Si te van los personajes que cuchichean en la oscuridad, también disfrutarás mucho de Antidisturbios (2020).

    Pájaros (2024)

    En Pájaros (2024) me encontré con una cara distinta de Zahera: más melancólica, más dulce en el fondo y casi tierna. Lo que más me conmueve es cómo su personaje da un paso atrás y permite que otros personajes también sobresalgan y cuenten su historia. Y su química con Javier Gutiérrez es perfecta y maravillosa desde el segundo uno. La película se sustenta en ellos. En esta película, el personaje de Zahera tiene un aire parecido al de La Unidad (2020-2023) en cuanto a contención, aunque aquí la amistad y la derrota pesan mucho más. Si buscas otra road movie con humor negro, échale un vistazo a Relatos salvajes (2014).

    Infiesto (2023)

    Siento que en Infiesto (2023) Zahera ya no necesita demostrar nada, simplemente actúa con convicción. Su personaje está lleno de grietas—las que no se muestran, las que no se ven, pero se sienten— y eso lo hace fascinante. Lo que más me gusta es que en medio del caos él parece el único que escucha, el único que retiene algo. Me recuerda al Zahera en Pájaros (2024), en ese terror íntimo que vive. Si te va el cine español que se arriesga, el que no busca héroes ni villanos fáciles, tienes que darle una oportunidad, al igual que a una serie que tiene justo eso en común con Infiesto (2023): Los favoritos de Midas (2020).

    Alatriste (2006)

    Zahera aporta nobleza en medio de espadas y traiciones en Alatriste (2006). Su presencia tiene peso, no por el texto—que es para darle de comer a parte, la verdad—sino por la forma en que ocupa el espacio. Te crees cada gesto, cada mirada que habla más que mil palabras, como si arrastrara siglos de lealtades, traiciones y heridas. Esta película tiene un aire melancólico que recuerda al de Los lunes al sol (2002). Desde luego, si disfrutas de las películas donde los personajes viven por un código, aunque les cueste caro, al estilo Gladiator (2000), esta te encantará. 

  • 10 protagonistas de comedias románticas que nos enamoraron

    10 protagonistas de comedias románticas que nos enamoraron

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    Hoy hablamos de ellos. Porque en toda comedia romántica de “chico conoce a chica” hay un actor que aporta el carisma a la fórmula. Cuando pensamos en protagonistas hombres de rom-coms, enseguida nos vienen a la cabeza los grandes clásicos estadounidenses del cambio de siglo. 

    Que si Hugh Grant en Un lugar llamado Notting Hill (1999), como un inocente librero que moderniza y revierte el género de la Cenicienta. Que si Billy Crystal en Cuando Harry encontró a Sally (1989), un tipo cuestionable que nos enseñaba que el mito del amor romántico pide un poco de responsabilidad. O que si Colin Firth, siendo un caballeroso sueño para Renée Zellweger en El diario de Bridget Jones (2001)... Pero ¿qué protagonistas de rom-com solemos pasar por alto que marcaron un estilo personal, tuvieran más o menos descendencia con los años? Si te gusta el género, aquí hay unos que quizás han pasado desapercibidos. 

    Taye Diggs en ‘Brown sugar’ (2002)

    Más allá de Eddie Murphy, padre de la comedia afroamericana de los dos mil (en la guía hemos incluído la fantástica El príncipe de Zamunda), es hora de reconocer actores no tan celebrados, como Taye Diggs, que asentaron las bases de la cultura afroestadounidense en Hollywood. A Diggs quizás le conozcáis por El mejor amigo del novio (1999), que en concepto y reparto se adelantó doce años a La boda de mi mejor amiga (2011).

    Pero de él, recomiendo empezar por Brown Sugar, dirigida por Rick Famuyiwa, en parte una historia de amor y una oda al hip hop. Sanaa Lathan y Diggs, entrañable soft guy, son mejores amigos de toda la vida que van orbitando uno alrededor del otro, cual Harry y Sally, mientras van cambiando la cultura y la música a su alrededor. La película es ante todo una cucada sobre la belleza del afecto en general y, en segunda instancia pero no menos importante, un canto a no vender tus ideales (o tu identidad) al mejor postor.

    Bud Cort en ‘Harold y Maude’ (1971)

    Otro protagonista masculino de comedia romántica al que solemos ver como una excepción a los babygirls tan de moda en el cine comercial, ese es Bud Cort en Harold y Maude. Aquí no hay esa naturalidad híper calculada (de Tom Hanks en Algo para recordar, por ejemplo), esos sonrojos (sonrojantes) de tu típico héroe de rom-com: Cort actuaba desde la impasibilidad absoluta, mirándote con aquellos ojos algo separados que siempre tenían algo de socarrón. El accidente de coche que lo desfiguró poco después de Harold y Maude nos dejó sin un gran actor al que seguir la pista.

    Así que reivindiquémosla: la película de Hal Ashby es el antídoto definitivo para quienes penséis que la comedia romántica poco os tiene por descubrir. Se trata de la relación improbable pero 100% genuina entre un chaval con tendencias suicidas (Cort) y una abuelita octogenaria (Ruth Gordon). Humor negro, tacitas británicas y una pareja inolvidable.

    Winston Chao en ‘El Banquete de boda’ (1993)

    Homólogo asiático de Taye Diggs, Winston Chao es el tesoro mejor escondido del cine comercial chino de los últimos treinta años. Tiene el semblante mundano/atractivo de Tony Leung, pero al contrario que Ang Lee, el director de la comedia romántica que lo encumbró, nunca ha trascendido las fronteras chinas con sus grandes producciones. El banquete de boda cumplió los treinta años y, sin embargo, sigue siendo totalmente contemporánea: de hecho, Andrew Ahn dirigió su remake hará unos meses, bajo el título de El banquete de bodas (2025).

    En El banquete de boda, Winston Chao interpreta a un joven taiwanés que vive cómodamente con su novio blanco en Nueva York, hasta el día en que sus padres se plantan de visita. Entonces, como en toda buena historia de enredos, deberá organizar una pantomima de boda a una joven que quiere obtener el permiso de residencia. Pero los armarios se desballestan con una facilidad pasmosa.

    Clark Gable en ‘Sucedió una noche’ (1934)

    Referente directo de Cary Grant en La fiera de mi niña o en Luna nueva (1940), Clark Gable es también el abuelo de todos los héroes de rom-com de la comedia slapstick desde entonces. Sex symbol de la época del Código Hays, cuando cualquier muestra de erotismo era censurada por defecto, en la road movie más icónica de Frank Capra no sólo enseñó los pectorales de oro del cine de Hollywood (¡qué osadía!), sino que también sentó las bases de todas las historias sobre el “de enemigos a amantes” a partir de entonces.

    Sucedió una noche cuenta cómo un paparazzi ayuda a una rica heredera (Claudette Colbert) a huir de su propia boda de compromiso, mientras atraviesan los Estados Unidos y se van enamorando. Todo, sin que nadie se toque… Eso sí, la química es evidente.

    Rupert Everett en ‘La boda de mi mejor amigo’ (1997)

    Podemos alegar que la protagonista de La boda de mi mejor amigo es Julia Roberts, y que su interés romántico era Dermot Mulroney. Pero el personaje más carismático de toda la película, así como uno de los primeros referentes de la pluma en la rom-com neoclásica del cambio de siglo, lleva la cara de Rupert Everett. Editor simpatiquísimo, voz de la razón (y del corazón), nos recuerda que los héroes de las comedias románticas no siempre tienen que ser los hombres a quienes persiguen las protagonistas. Y si no, ved todas las series donde Andrew Rannells ha robado escenas como “el amigo gay”: de Girls a Modern Love. 

    En realidad, recordamos más cómo Everett sacaba a Roberts de una situación incómoda con una divertidísima versión grupal de I Say a Little Prayer, que la totalidad del romance que ella tenía con Mulroney. La película nos lleva de vuelta a las bases de la rom-com, que pasan siempre por reírse un poco de lo bobalicón del amor romántico.

    Steve Carrell en ‘Virgen a los cuarenta’ (2005)

    Steve Carrell no es sólo el flamante protagonista de La oficina, que quede clarísimo, y Virgen a los cuarenta supone la prueba definitiva de la versatilidad de este cómico nato. Coescrita entre Judd Apatow y Carrell, que se dedicó a improvisar buena parte de sus diálogos, retrataba a un tipo que vive bien tranquilo entre colegas y pasatiempos pero que sigue virgen a los cuarenta (una especie de Jack Lemmon en El apartamento).

    Carrell inauguró con el papel un nuevo arquetipo dentro de la comedia de Hollywood, que se popularizaría finalmente gracias a Girls, que era el del hombre tierno pero inmaduro que trata de sobrevivir en un mundo de machos alfa… Virgen a los cuarenta pide todo el cariñito que el patriarcado ha negado a los Carrell del mundo.

    Jack Lemmon en ‘El apartamento’ (1960)

    La sonrisa torcida de Jack Lemmon no podía faltar en una guía sobre comedias románticas: primero, porque junto a James Stewart (El invisible Harvey) inauguró el arquetipo del “hombre normal” en el subgénero de la rom-com urbana, que luego perfeccionaría Nora Ephron. Luego, porque fue coprotagonista de la mejor comedia de la historia, Con faldas y a lo loco (1959). Y finalmente, porque el espíritu imperfecto pero bonachón de Lemmon marcó todo a lo que Hugh Grant o Tom Hanks han aspirado desde entonces.

    Cuesta catalogar El apartamento de comedia, porque muchos de nosotros podemos ver nuestro drama cotidiano en la historia de este patético empleado (Lemmon) que trata de conciliar la amistad de su jefe con el amor que siente por la amante de él (Shirley McLaine)... Y tantos más nos comeremos un tupper recalentado y triste, mientras soñamos con el amor.

    Cary Grant en ‘La fiera de mi niña’ (1938)

    Se ha teorizado mucho sobre esto, pero comprobarlo en la pantalla es un espectáculo: simpático, atractivo y con una lengua afiladísima, Cary Grant gozaba del aura de los mejores protagonistas de comedia romántica. Y sin embargo, cuando se soltaba dejaba entrever una sombra inquietante sobre cada uno de sus personajes. Por ejemplo, en Arsénico por compasión (1944) no para de correr y gritar durante toda la película, como loco.

    La fiera de mi niña resulta el epítome de esta mezcla entre lo luminoso de la rom-com y lo inquietante del actor. Siguiendo el esquema argumental de Sucedió una noche, explica las desventuras en que la multimillonaria Katharine Hepburn mete al pobre paleontólogo de Grant, que sólo quiere terminar de reconstruir un esqueleto pero que acaba metido en una gimcana de primera. Ideal para descubrir que el género también puede ser totalmente físico.

    Eddie Murphy en ‘El príncipe de Zamunda’ (1988)

    Eddie Murphy encadenó una serie de éxitos en la comedia de los años ochenta, como Entre pillos anda el juego (1983) y Superdetective en Hollywood (1984), pero El príncipe de Zamunda es de lo mejor del período. Aquí Murphy interpreta al príncipe Akeem, un monarca desencantado que viaja a Queens en busca de una esposa que esté a su altura. Y claro, casi medio siglo después y cuando Tinder nos ha enseñado a ser del todo Materialistas, sabemos que el match perfecto resulta más bien improbable.

    A pesar de lo descorazonador de su premisa, bastante en la línea de Algo para recordar, El príncipe de Zamunda sigue siendo una película híper tierna, en la que la desfachatez de Murphy juega un papel capital en que le cojamos cariño a este monarca sin ganas de sufrir. Y la secuela, bastante mediocre (El rey de Zamunda de 2021), sólo confirma lo irrepetible de aquella perla.

    Tom Hanks en ‘Algo para recordar’ (1993)

    Fue el primer gran éxito de Nora Ephron como directora, y nos grabó la imagen de Tom Hanks como héroe de rom-com en las retinas desde el momento en que lo oímos llorar por la pérdida de su esposa, de noche, a través de la radio. Un homenaje a Tú y yo (otra de Cary Grant), la tenacidad periodística de Annie (Meg Ryan) la llevaba a localizar al “insomne en Seattle” antes de que las redes sociales lo pusieran en bandeja.

    Que ahora nos suene raro que Annie esté dispuesta a cruzar todo el país para encontrar a su supuesto amor verdadero, no quita que Hanks esté impecable como aquel viudo sensible y padre entregado. Y la escena en la que le cuenta a su hijo cómo su madre podía pelar una manzana de una sola tira mientras suena Bye Bye Blackbird sigue siendo conmovedora.

  • Las 10 mejores películas de Antonio Banderas, ordenadas

    Las 10 mejores películas de Antonio Banderas, ordenadas

    Juan José Mateo

    Juan José Mateo

    Editor de JustWatch

    Antonio Banderas es uno de esos actores que han sabido reinventarse tantas veces como papeles ha interpretado: del chico tímido que se colaba en los repartos de la Movida al galán que conquistó Hollywood, del villano inquietante al director fatigado que mira atrás con melancolía. 

    El malagueño ha construido una filmografía donde caben el melodrama, la comedia romántica, el musical y el cine de autor más arriesgado. Y siempre con la misma arma secreta: una mezcla de intensidad, carisma y vulnerabilidad que lo hacen imposible de olvidar.

    Si eres fan del actor, en esta guía de JustWatch repasamos las 10 mejores películas de Antonio Banderas, ordenadas por año de estreno, para ver cómo evoluciona su carrera desde los años 80 hasta hoy. 

    Matador (1986)

    Antes de convertirse en estrella internacional, Banderas fue el alumno más oscuro de Pedro Almodóvar. En Matador, el malagueño encarna a Ángel, un joven reprimido, atormentado por visiones y atrapado entre el deseo y la culpa.Lejos del Banderas seductor de Los reyes del mambo o La máscara del Zorro, aquí vemos a un actor que trabaja desde la fragilidad: tartamudeos, miradas perdidas, torpeza… Su magnetismo nace de no controlar nada.

    La película es un thriller erótico retorcido, primo hermano del cine de Brian De Palma, que anticipa el tono perturbador de La piel que habito: sexo, muerte y culpa en clave muy española. Comparada con otras apariciones tempranas en algunas de las mejores películas de Almodóvar como Laberinto de pasiones o La ley del deseo, Matador es la más incómoda y quizá la menos “amable”, pero también una de las que mejor aprovecha la mirada oscura de Banderas.

    Dentro de esta lista, es el reverso tenebroso de Dolor y gloria: en una Banderas es puro impulso sin madurez; en la otra, un hombre que ha sobrevivido a todos esos excesos. Verlas seguidas es como contemplar dos extremos del mismo personaje separados por tres décadas de diferencia.

    Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988)

    Si Matador mostraba la cara obsesiva del deseo, Mujeres al borde de un ataque de nervios enseña su lado más disparatado. En esta comedia legendaria, Banderas interpreta a Carlos, un joven algo despistado que entra por accidente en el huracán emocional que rodea al personaje encarnado por Carmen Maura. Con gafas de pasta y aire de chico formal, el actor despliega una timidez encantadora que contrasta con el caos que tiene alrededor.

    Aquí su atractivo no reside en la pose de galán clásico, sino en la mezcla de educación, torpeza y curiosidad. Es el tipo de personaje que en otra película sería un mero secundario simpático, pero Banderas le da una humanidad que hace que cada gesto (una sonrisa incómoda, un silencio) tenga peso. Es el antecedente de su vis cómica en Two Much o de la ironía autoconsciente de Competencia oficial.

    Frente a otras comedias corales de la época, esta tiene un ritmo y una energía que la acercan al mejor Woody Allen, pero llena de gazpacho, taxis y azoteas de Madrid. Dentro de la propia filmografía de Banderas, se podría ver como la versión luminosa de ¡Átame!: en ambas se mueve entre mujeres al límite, pero aquí todo es farsa; allí, el deseo se vuelve peligroso.

    ¡Átame! (1989)

    En ¡Átame! Banderas asume uno de los papeles más delicados de su carrera: Ricky, un joven recién salido del psiquiátrico que secuestra a una actriz de cine para convencerla de que se casen. Bajo esta premisa, que en manos torpes sería indefendible, Almodóvar construye un extraño cuento de amor retorcido donde el actor camina sobre la cuerda floja entre la ternura y la amenaza.

    Lo irresistible de Banderas aquí es la combinación de inocencia y peligro. Su Ricky tiene la mirada de un niño y la determinación obsesiva de alguien que no va a aceptar un “no” por respuesta. El magnetismo físico, que más tarde explotará Hollywood en Evita o La máscara del Zorro, aparece aquí en bruto: su cuerpo ocupa el encuadre con una mezcla de fuerza y vulnerabilidad que hace que el espectador se debata de manera constante entre el rechazo y la empatía.

    Comparada con Matador, donde el deseo conduce a la destrucción, ¡Átame! apuesta por algo casi imposible: convertir un secuestro en una retorcida historia de amor. Y frente a comedias románticas clásicas como Pretty Woman, aquí el “príncipe azul” viene con cuerda y cinta americana. Dentro de esta lista, es el puente perfecto hacia sus personajes más ambiguos, como el cirujano de La piel que habito.

    Los reyes del mambo (1992)

    Los reyes del mambo marca el verdadero salto de Antonio Banderas al cine estadounidense.En esta historia de dos hermanos cubanos que viajan a Nueva York para triunfar como músicos, el actor interpreta a Néstor, el más tímido y melancólico de los dos. Es un personaje que canta, sueña y sufre con una intensidad romántica que lo acerca al arquetipo del artista torturado.

    Aquí Banderas despliega un tipo de atractivo distinto al del machote de manual: es un romántico incurable, un hombre para el que la música y el amor son lo mismo. Sus escenas musicales (en especial cuando suena “Beautiful Maria of My Soul”) tienen una carga emocional que anticipa su presencia magnética en Evita, donde vuelve a ser narrador y conciencia de un país.

    Si la comparamos con Desperado, otra cinta noventera que lo convirtió en icono, Los reyes del mambo es menos violenta pero igual de física: el cuerpo del actor baila, sufre y se enamora. Dentro de esta lista, funciona como la cara romántica del díptico que completa La máscara del Zorro: en una conquista escenarios con una trompeta; en la otra, con una espada.

    Two Much (1995)

    Con Two Much, dirigida por Fernando Trueba, Banderas se lanza de lleno a la screwball comedy a la antigua usanza.Interpreta a Art, un marchante de arte en apuros que se inventa un hermano gemelo para poder salir a la vez con dos hermanas (Daryl Hannah y Melanie Griffith). Sobre el papel podría parecer un simple farsante, pero el actor convierte al personaje en un desastre entrañable con el que es difícil enfadarse del todo.

    El atractivo de Banderas aquí está en su capacidad para reírse de sí mismo. Coquetea, miente, corre, tropieza… y aun así mantiene una elegancia desastrosa que recuerda a los grandes del screwball clásico como Cary Grant o Jack Lemmon, pero con acento malagueño. Frente al intelectual tímido de Mujeres al borde de un ataque de nervios, este es un seductor desbordado por sus propias mentiras; y frente al villano calculador de La piel que habito, es un hombre que improvisa de forma constante para no hundirse.

    Dentro de su filmografía, Two Much dialoga con la sátira de Competencia oficial: en ambas películas Banderas juega con su imagen de estrella, muestra su lado cómico y demuestra que ser irresistible a veces consiste en aceptar que eres un caos con buena percha.

    Evita (1996)

    En Evita, adaptación del musical de Andrew Lloyd Webber, Banderas interpreta a Che, la figura que narra, cuestiona y comenta la vida de Eva Perón (interpretada por Madonna). Más que un simple narrador, es la conciencia crítica de la película: está dentro y fuera de la historia, seduce a la cámara sin pertenecer del todo al relato.

    Aquí su magnetismo se apoya tanto en la voz como en la presencia. Canta, recita y se mueve por los decorados como si estuviera guiando al espectador por un sueño febril sobre Argentina. Si en Los reyes del mambo la música era expresión de nostalgia, en Evita es arma política y emocional, y Banderas lo entiende a la perfección: cada mirada al público, cada sonrisa irónica, añade capas al personaje.

    Comparada con otros musicales biográficos, Evita tiene una estructura casi operística que se beneficia del carisma del actor. Dentro de esta lista, forma un interesante triángulo con Los reyes del mambo y La máscara del Zorro: tres películas donde Banderas combina canto, acción y romanticismo para consolidarse como estrella global. También anticipa, en clave musical, la capacidad de observación y comentario que llevará a otro nivel en Competencia oficial.

    La máscara del Zorro (1998)

    Si hay una película que definió a Antonio Banderas como héroe de aventuras, esa es La máscara del Zorro.Bajo la dirección de Martin Campbell, el actor interpreta a Alejandro Murrieta, bandido reconvertido en sucesor del mítico Zorro. Es un papel que exige carisma físico, timing cómico, química romántica con Catherine Zeta-Jones y credibilidad en las escenas de acción… y Banderas cumple con todo.

    Aquí su atractivo es de manual: sonrisa pícara, mirada desafiante y una forma de moverse que mezcla elegancia y salvajismo. Pero más allá de la capa y la espada, lo que lo diferencia de otros héroes de acción de los 90 es la vulnerabilidad que deja asomar entre acrobacia y acrobacia. Frente al mariachi vengativo de Desperado, este Zorro es más juguetón; frente al investigador frío de La piel que habito, es pura carne y sangre.

    Comparada con las películas de superhéroes posteriores, La máscara del Zorro tiene un encanto analógico que hoy se ve casi exótico: duelos reales, caballos, sudor y metal chocando. Dentro de esta lista, es la cara más lúdica del Banderas estrella, contrapunto perfecto a la introspección de Dolor y gloria. Si allí se desnuda de manera emocional, aquí lo hace a través del espectáculo puro.

    La piel que habito (2011)

    Tras años en Hollywood, Banderas regresa a la madriguera de Almodóvar con La piel que habito, uno de los papeles más inquietantes de su carrera: el cirujano Robert Ledgard, obsesionado con crear una piel perfecta y dispuesto a cruzar cualquier línea ética para lograrlo. El actor abandona el torrente emocional de sus personajes más jóvenes y abraza una interpretación fría, contenida, donde cada gesto es una amenaza.

    Su atractivo aquí se vuelve incómodo. Ledgard es guapo, educado, elegante… pero algo en su mirada indica que no se debe confiar en él. Es una perversión adulta del enamorado de ¡Átame!: donde Ricky se lanzaba al amor sin filtros, Robert controla, disecciona y manipula. Banderas demuestra que puede ser igual de hipnótico cuando invita al beso que cuando insinúa el bisturí.

    Comparada con otros thrillers de identidad como Los ojos sin rostro o El coleccionista, La piel que habito tiene la marca Almodóvar: colores intensos, melodrama y horror mezclados. Dentro de esta lista, es el polo opuesto de Two Much o Mujeres al borde de un ataque de nervios: si allí su encanto desarma, aquí desarma porque no sabes hasta dónde puede llegar su personaje. Es la prueba definitiva de que su magnetismo sirve tanto para la comedia como para el terror psicológico.

    Dolor y gloria (2019)

    En Dolor y gloria, Banderas se mira a sí mismo a través del espejo de Pedro Almodóvar. Interpreta a Salvador Mallo, un director de cine enfermo y cansado que repasa su vida entre recuerdos de infancia, viejos amores y proyectos pendientes. Su actuación le valió el premio a Mejor Actor en Cannes y su primera nominación al Óscar, consagrando uno de los trabajos más celebrados de su carrera.

    Lo irresistible aquí no viene del físico, sino de la vulnerabilidad. Banderas camina encorvado, habla en susurros y parece cargado de un dolor que apenas necesita explicarse. Sin embargo, incluso en esa fragilidad, hay destellos de humor, coquetería y deseo que recuerdan al joven de Matador y ¡Átame!: la vida le ha golpeado, pero el fuego sigue dentro.

    Comparada con el egocentrismo desatado de otros films sobre artistas, Dolor y gloria es una reflexión serena sobre el paso del tiempo, más cercana a 8½ que a la caricatura. Dentro de esta lista, forma un díptico fascinante con La piel que habito: en una, Banderas es el científico que quiere controlar el cuerpo; en la otra, el artista que acepta sus limitaciones. Las dos juntas resumen la amplitud de su registro dramático.

    Competencia oficial (2021)

    Competencia oficial es la prueba definitiva de que Antonio Banderas sabe reírse de su propia leyenda. En esta sátira sobre el cine de autor, interpreta a Félix Rivero, actor estrella, caprichoso, vanidoso y competitivo, enfrentado a un intérprete “serio” (Oscar Martínez) bajo la dirección de una cineasta excéntrica (Penélope Cruz).

    Aquí su atractivo se basa en la autoparodia: abdominales marcados, colección de premios, anécdotas de rodajes imposibles… Félix es el Banderas que el público imagina cuando piensa en él como estrella internacional, pero llevado al extremo. El actor juega con sus tics, su sonrisa, su manera de impostar la voz, y al mismo tiempo deja ver una inseguridad infantil que hace al personaje muy humano.

    Comparada con las comedias románticas de Two Much o el desenfado de La máscara del Zorro, Competencia oficial es más venenosa: una radiografía del ego artístico que la emparenta con películas como Birdman. Dentro de esta lista, funciona como epílogo perfecto: después de toda una carrera oscilando entre España y Hollywood, Banderas se permite desmontar su propia figura y demostrar que uno de los rasgos más irresistibles de una estrella es saber usar la ironía contra sí mismo.

    También es una de las mejores películas de Penélope Cruz.

  • Los momentos más discutidos del cine y las series de 2025, y por qué nos obsesionan

    Los momentos más discutidos del cine y las series de 2025, y por qué nos obsesionan

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    Este ha sido un año de cambio en las placas tectónicas del audiovisual. Los grandes éxitos en la taquilla y las plataformas parecen apuntar todos a un escenario de imprevisibilidad: de repente, las estrategias tradicionales del cine y las series han empezado a fallar. BlancaNieves (2025) ha roto con la tónica de taquillazo instantáneo del live action de Disney, Thunderbolts* (2025) parece la última víctima en el abandono masivo del barco de Marvel.

    En cine, incluso con las garantías de toda vida, como Dwayne Johnson en La Máquina: The Smashing Machine (2025), premiada y bien publicitada, ya hemos visto los resultados. En cambio, una película adulta y sin recorrido en festivales como Una batalla tras otra (2025) es hoy la más sonada para el Oscar. Algo parecido sucede en las series, donde han triunfado por un lado la cruel y visceral tragedia de Adolescencia (2025) y, por otro, la ligereza verdaderamente adolescente de El verano que me enamoré (2022).

    Para navegar entre la incerteza, esta guía pretende reunir los cinco momentos del cine y las plataformas que sí sabemos del cierto que han marcado el pulso de la temporada audiovisual. Quizás, a falta de tendencias, entre momentos anda la jugada…

    ‘EMILIA PÉREZ’ y los Oscars de la reputación

    El año arrancaba con todo el ruido mediático que los Oscars andaban levantando a su paso. Primero, el destape de los tuits racistas de Karla Sofía Gascón, que partía como la favorita al premio a la Mejor Actriz por EMILIA PÉREZ (2024), que fue abandonada por Netflix ante el rechazo de la opinión pública y que finalmente acudió a la gala, donde se la “perdonó” con un par de chistes.

    Pero todas las nominaciones llevaron polémica, y nunca la previa a los Oscars fue tan comentada: desde el uso de la IA en El Brutalista (2024) a la falta de coordinación de intimidad de Sean Baker en Anora. Que Demi Moore no ganara el galardón por La sustancia (2024) fue casi el menor de los males en un palmarés que acabó demostrando qué tan frágiles resultan, en realidad, las grandes campañas de marketing del cine.

    Timothée Chalamet: el juego de lo genuino

    La fragilidad de la campaña de Emilia Pérez es síntoma del miedo generalizado, porque ni una estrella como Timothée Chalamet sabe cómo atizar el avispero de los medios. El Bob Dylan de Un completo desconocido había trabajado a fondo para publicitar su candidatura en la carrera de premios, asistiendo a cada programa, podcast y entrevista que se le proponía. Pero finalmente acabó siendo recordado por un comentario honesto en su discurso de agradecimiento de los Premios del Sindicato de Actores: “Quiero ser uno de los grandes”, admitió con total franqueza, invocando todos los demonios del recelo en Internet.

    Mientras, la campaña de Cynthia Erivo y Ariana Grande para Wicked: Parte uno (2024) fue comentada como una de las más extrañas de los últimos tiempos: ellas siempre emocionadas, cogiéndose del dedo sin filtro alguno para el melodramatismo. Lo genuino es la nueva ola, pero tendrá que romper en 2026.

    Los bombazos de ‘Sirāt’

    La película evento del año: con Sirāt, Oliver Laxe pasaba de cineasta reconocido por los cuatro gatos filmotequeros a ser considerado uno de los mejores pensadores de la contemporaneidad, o un completo payaso. En realidad, esto habla más del panorama mediático que de un director especialmente abierto a reflexionar en voz alta, pero si tuviéramos que sintetizar 2025 en una sorpresa, esta sería la explosión de su película desde el Festival de Cannes hasta convertirse en una de las candidatas con más números de los Oscars 2026.

    Sirāt cuenta en definitiva lo mismo que Mimosas (2016), el viaje purgativo al fin del desierto de una caravana progresivamente desnuda. Sin embargo, nadie esperaba los giros de guion con que el gallego –junto con Santiago Fillol– repletó la procesión de Sergi López y compañía. Como es natural, y sin campañas de reputación como las de los Oscars de por medio, el debate estaba servido.

    Los diez años de Netflix. Adolescencia y K-Pop

    Netflix piensa cerrar el año con el final de Stranger Things, la perpetua joya de su corona, pero aunque no lo hiciera ya podría considerarse la plataforma reina de 2025. En el cine, han logrado que uno de sus tres estrenos más bombásticos de la temporada de otoño, Frankenstein de Guillermo del Toro, llegue a salas con la máxima expectación (con los tiempos que corren, esto resulta excepcional).

    Pero vienen de sorprendernos con Las Guerreras K-Pop (2025), la película más vista de toda la historia de su catálogo, y con el éxito aún latente de Adolescencia (2025), una serie sin nombres famosos de veras (Stephen Graham lo es, pero sólo para el nicho seriéfilo) que copó durante meses las recomendaciones de todo mi vecindario. En la línea del éxito de Sirat, eso demuestra que no siempre la fórmula conocida es garantía en el mundo de las series, donde ahora triunfan las ideas potentes.

    De ‘Jujutsu Kaisen’ a ‘Downtown Abbey’, las series van al cine

    Lo más curioso es que las series este año se han trasladado todas a las pantallas de cine como ventana privilegiada para anunciarse. Animes como Jujutsu Kaisen (2020) retomarán sus temporadas bien pronto, con JUJUTSU KAISEN: Ejecución (2025), pero antes han pasado momentáneamente por salas como forma de anuncio, con el recap de JUJUTSU KAISEN: Hidden Inventory / Premature Death - The Movie (2025). Lo mismo con Dan Da Dan: First Encounter (2024), que estrenó su segunda temporada como evento cinematográfico limitado.

    Incluso Las guerreras K-Pop, estrenadas primero en Netflix, recuperarán la sala de cine como forma de dar nueva vida a la marca antes de la temporada de Halloween. El cine no ha muerto, simplemente se ha convertido en una cartelera para las plataformas. ¿Qué depara 2026?

  • Colin Farrell, la ‘Maldita suerte’ y otras películas para redimir a sus actores

    Colin Farrell, la ‘Maldita suerte’ y otras películas para redimir a sus actores

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    La Maldita suerte (2025) del oscarizado Edward Berger es en gran parte una farsa muy negra sobre los extremos más alucinantes a los que puede llevar la noche tardocapitalista, un cuento de hadas metidas en sustancias psicotrópicas. Pero también es una película que cae muy cerca de la historia real de su actor protagonista, Colin Farrell, y resulta muy fácil interpretarla como un comentario acerca de los tortuosos orígenes del actor irlandés al cargo de El Pingüino (2024) o Almas en pena de Inisherin (2022).

    Y es que Colin Farrell tuvo unos inicios complicados. Tras una década de trabajos como modelo, bailarín de country y encadenando castings fallidos para boy bands, el joven Farrell finalmente fue fichado como nuevo sex symbol juvenil de Hollywood en Camino de guerra (2000), de Joel Schumacher, pero encadenó una serie de catástrofes en la taquilla del nivel del Alejandro magno de Oliver Stone en 2004 o El Nuevo Mundo de Terrence Malick en 2005.

    La tumultuosa llegada a la fama de Farrell se enrocó aún más con la comidilla que daba su alcoholismo y drogadicción a la prensa amarilla, bien escandalizada ya por los romances y destapes de la nueva “cara guapa” del cine. El irlandés admite no tener recuerdos del rodaje de Corrupción en Miami, la versión de Michael Mann de 2006 junto a Jamie Foxx, y entró a rehabilitación justo al terminar el rodaje de aquella película.

    Es imposible no pensar en la vida real de Colin Farrell al verle en Maldita suerte, absolutamente perdido entre casinos, alcoholizado y abandonado a la ludopatía. Queda por ver si ha escogido el papel para comentar irónicamente sobre el historial que le sabemos a las espaldas, o como una suerte de redención… Aunque el efecto autobiográfico es el mismo. Podríamos incluso aludir que Maldita suerte está basada en hechos reales.

    En fin, Farrell no ha sido el único actor que ha tomado su propia persona como material para construir un personaje de ficción, un doble de sí mismo como suerte de pizarra para re-escribirse. En JustWatch queremos repasar otros cinco casos recientes de personalidades del cine que (se) montaron una película para tener una última palabra sobre su imagen pública o sus propias desgracias.

    Arnold Schwarzenegger en ‘El último gran héroe’ (1993)

    Jack Slater es Arnold Schwarzenegger y Arnold Schwarzenegger es Jack Slater en El último gran héroe (1993). Cuando el exgobernador de California había alcanzado la fama absoluta tras Conan el Bárbaro (1982) o la saga de Terminator (1984), y estaba ya completamente estereotipado como un culturista bien-humorado, el actor decidió vestirse las botas de un héroe de acción totalmente plano que, un día, salta al mundo real como si de La rosa púrpura del Cairo se tratara.

    La película, una muy disfrutable pieza de acción y de humor, anticiparía toda una ristra de films donde los actores se autoparodian o comentan con ironía sobre la imagen que el público hemos arrojado sobre ellos. Siguiendo este legado autoparódico, Nicolas Cage es el gran experto de la autorreferencia: se ha metido en nuestros subconscientes en El hombre de los sueños (2023) y se ha “deconstruido” junto a Pedro Pascal en El insoportable peso de un talento descomunal (2022).

    Takeshi Kitano en ‘Glory to the Filmmaker!’ (2007)

    Arnold Schwarzenegger es el personaje que encarna en El último gran héroe, pero la película podría pasar por una ficción sin componente meta. Ahora, ha habido autobiografías que se han mojado más y actores que se han implicado desde la silla del director o del productor. Es el caso de Takeshi Kitano, que lleva desde el cambio de milenio haciendo autobiografías satíricas como quien vierte un sueños infantiles y muy divertidos sobre la pantalla: de Takeshi’s (2005) a Broken Rage (2024), una parodia sin complejos de toda la saga de Outrage.

    Pero para mí, la mejor de todas es Glory to the Filmmaker! (2007), una comedia sobre un director que no consigue inspirarse para su última gran obra maestra y que, distraída como su protagonista, va pasando por todos los géneros… Como quien va ojeando las páginas de su propia biografía. Porque eso es exactamente lo que ha marcado la carrera del genio de Kitano, del noir ácido en Violent Cop (1989), a los samuráis musicales de Zatoichi (2003) o al melodrama arrebatado de Dolls (2002).

    Adam Sandler en ‘Hazme reír’ (2009)

    La autoparodia de Takeshi Kitano no es la única forma de redención posible para los actores. Hay un buen plantel de caras que se han atrevido a meterse en la piel de personajes muy cercanos a su imagen pública, pero desde el drama sosegado. Por ejemplo, Juliette Binoche aprovechó Viaje a Sils Maria (2014) para comentar sobre los gajes de la preparación de un papel, o George Clooney se atrevió a desnudar su propia vanagloria en Jay Kelly (2025).

    Justo acompañando a Jay Kelly se encuentra Adam Sandler, que lleva prácticamente dos décadas construyendo roles por encima de la imagen de “niño tonto” al que lo relegó la comedia de los años dos mil. Y aunque Los Meyerowitz: La familia no se elige (2017) mira muy de frente a la fama cosechada por el actor, yo marcaría la fantástica Hazme reír (2009) como la primera vez en que el actor se enfrentó a la superficialidad a la que lo había relegado el marketing y su filmografía. Allí hacía las de un famoso cómico que descubre que le queda poco tiempo de vida, y decide dar un vuelco a su carrera. Prepara los pañuelos.

    El reparto real de ‘15:17 Tren a París’ (2018)

    Para auto-interpretarte no necesariamente has de tener el estatus de una estrella. De hecho, 15:17 Tren a París (2018) es el ejemplo perfecto de lo contrario: dirigida por Clint Eastwood, la película narra el ataque terrorista real ocurrido el 21 de agosto de 2015, en que tres amigos estadounidenses (Spencer Stone, Alek Skarlatos y Anthony Sadler) lograron reducir a un terrorista armado a bordo de un tren y evitaron una masacre.

    Lo más singular del proyecto es que Eastwood renunció a actores profesionales y decidió que los propios héroes reales interpretaran sus papeles. Con esta elección, el director buscaba la máxima autenticidad y dar un giro autoficcional pocas veces visto en el cine comercial, aunque continúa la línea de Eastwood sobre el heroísmo cotidiano, como en Sully: Hazaña en el Hudson (2016). Es digna de observar como experimento, pero no esperes altísimas cotas interpretativas, claro.

    Angelina Jolie en ‘Couture’ (2026)

    Por último, están las películas en las que los actores no comentan acerca su imagen pública, sino que con sus papeles escriben directamente sobre sus vidas personales; como Colin Farrell en Maldita suerte, o como Angelina Jolie en Couture (2026), un proyecto profundamente personal para quien acababa de ser la Divina en Maria Callas de Pablo Larraín (2024). En ella interpreta a una cineasta de terror estadounidense que recibe un diagnóstico de cáncer de mama en París, como la diva de Cleo de 5 a 7 (1962).

    El papel conecta íntimamente con la historia real de Jolie, quien en 2013 se sometió a una doble mastectomía preventiva tras descubrir que portaba la misma mutación genética que causó la muerte de su madre y su abuela. Gran parte del discurso de la actriz durante la campaña de la película ha orbitado en torno a la fragilidad que sintió durante el rodaje y la fortaleza que le otorgaba llevar consigo un collar de su madre… La línea entre la redención y el marketing, vemos, es bastante fina.

  • Todas las películas y series de Stephen King ambientadas en Derry

    Todas las películas y series de Stephen King ambientadas en Derry

    Jorge Casanueva (Jorge Loser)

    Jorge Casanueva (Jorge Loser)

    Editor de JustWatch

    Derry, Maine, es probablemente la localización más icónica y terrorífica del universo de Stephen King, un pueblo aparentemente tranquilo donde una maldad ancestral se manifiesta cada 27 años aproximadamente. Desde la llegada de Pennywise en las adaptaciones de It hasta las conexiones más sutiles en otras historias, Derry funciona como un nexo que conecta múltiples narrativas del maestro del terror.

    Ahora que de IT: Bienvenidos a Derry está batiendo récords en HBO Max, quizá te apetezca adentrarte más en el pueblo maldito del payaso asesino desde otras perspectivas, por ello, esta guía de JustWatch te ayudará a localizar todas las películas y series ambientadas en Derry disponibles en las plataformas de streaming, explorando cómo cada adaptación ha construido la mitología de este lugar donde las pesadillas viven en sus alcantarillas y el mal nunca duerme del todo.

    7. La maldición de Dark Lake (2011)

    Esta miniserie de dos episodios adapta la novela Un Saco de Huesos de King sobre Mike Noonan, un escritor de best-sellers, en duelo tras la muerte repentina de su esposa, que viaja a su casa de verano, muy cerca de Derry, para descubrir secretos relacionados con apariciones fantasmales y una conspiración que involucra a la élite local. La maldición de Dark Lake no es tanto una historia de terror como un drama gótico con elementos sobrenaturales, pero a pesar de contar con un siempre elegante Pierce Brosnan, se queda algo corta intentado capturar la atmósfera opresiva de King convirtiéndose en un telefilm convencional más del limitado Mick Garris.

    A diferencia de It (1990), que coloca el terror supernatural en el centro de Derry, Un saco de huesos tan solo utiliza la proximidad geográfica al pueblo como parte del tejido conectivo del universo King, sugiriendo que esa indolencia presente en Derry contamina toda la región. Solo para completistas del autor que buscan conexiones entre sus obras más que para quienes esperan terror intenso, comparable en tono a adaptaciones televisivas fieles y correctas como el remake de El resplandor de 1997, pero sin el arrojo y ritmo de las versiones para la gran pantalla, aunque los fans de thrillers paranormales de duelo con misterios como Al final de la escalera pueden encontrar aquí un entretenimiento digno aunque olvidable.

    6. El cazador de sueños (2003)

    Lawrence Kasdan dirige esta adaptación de una de las novelas que más divide tre los fans de King, donde cuatro amigos de la infancia (ejem) se reúnen de adultos para su viaje anual de caza en los bosques de Maine, solo para encontrarse en medio de una invasión alienígena.El cazador de sueños conecta con Derry a través de flashbacks que muestran la infancia de los protagonistas en el pueblo junto a Duddits, un chico con limitaciones cognitivas pero que tiene habilidades telepáticas.

    Aunque es un tanto deslavazada, es una película mejor de lo que la pintan, con un reparto de aúpa, en el que destacan Morgan Freeman, Thomas Jane, Jason Lee o Damian Lewis, pero que iba a por todas en el body horror y la ciencia ficción de monstruitos viscosos, dentro de un corazón de amistad masculina noble que parece la secuela que nunca se vio deCuenta conmigo. A diferencia deIt Capítulo dos o, que explora cómo el trauma infantil en Derry persigue a los adultos, El cazador de sueños utiliza la experiencia de Derry como algo positivo que puede salvar al mundo, invirtiendo la dinámica habitual donde el pueblo es fuente de miedos. Tiene detalles que los fans de King conectarán, como esa biblioteca “psicológica” digna de las trampas de Doctor Sueño, y no deja de ser su visión de clásicos de los 50 como La invasión de los ladrones de cuerpos.

    5. 11/22/63 (2016)

    El sello de J.J. Abrams se nota al adaptar la ambiciosa novela de King sobre un portal temporal que lleva a 1960 para evitar el asesinato de JFK, pero el pasado no quiere ser cambiado donde el autor se deleita con los viajes en el tiempo con consecuencias emocionales como Predestination aunque también tiene su puntito para fans de nuestra El ministerio del tiempo.11/22/63 conecta con Derry de manera crucial en sus primeros episodios, cuando el protagonista viaja al pueblo en 1960 para investigar el pasado de un conserje cuyo padre mató a toda su familia, en la época en la que el Club de los Perdedores se enfrentaba por primera vez a Pennywise.

    James Franco es nuestro guía entre paradojas temporales y, a diferencia de It: Bienvenidos a Derry, que explora los orígenes del mal en el pueblo, 11/22/63 lo muestra como un punto de intersección de diferentes sucesos que coexisten, enriqueciendo su mitología sin centrarse exclusivamente en el payaso, aunque en la serie de este también iremos moviéndonos en el tiempo.

    4. It: Capítulo dos (2019)

    Andy Muschietti completaba su díptico adaptando la mitad adulta de la novela, donde el Club de los Perdedores regresa a Derry 27 años después, en It: Capítulo dos que contaba con un reparto potente con Jessica Chastain, James McAvoy o Bill Hader. Más alocada y menos atmosférica que la primera, es casi un desfile de escenas de terror inagotable, algunas muy creativas y retorcidas, que enlaza más con los elementos de horror cósmico de la novela. Los traumas personales y el horror de la infancia moldea la vida adulta complementando el significado de ambos films de forma inseparable.

    Puede gustar más o menos, pero hace justicia a esa difícil “segunda parte” de la novela que la miniserie It de 1990 no era capaz de reflejar por condensar toda la historia en tres horas. Aquí el presupuesto permite ver al menos una versión del ritual de Chüd, la llegada de “eso” a la tierra y una guarida más alucinante. Los fans del terror geriátrico y escenas como las de Marianne encontrarán en la escena de Mrs Kersh una de las mejores secuencias de ancianos malrolleros de la tendencia de los últimos años.

    3. It (2017)

    La adaptación cinematográfica que se convirtió en la película de terror más taquillera de la historia jugaba con ventaja al centrarse exclusivamente en el verano del pasado, aquí el de 1989, cuando el Club de los Perdedores se conoce.It reconstruye Derry como un personaje propio, un pueblo donde la violencia, el abuso y la indiferencia adulta crean el caldo de cultivo perfecto para que el monstruo prospere. Bill Skarsgård creó a un Pennywise muy diferente al de Tim Curry, convirtiéndose en el contrapunto de la amistad infantil pura como única defensa contra el mal.

    A diferencia de La maldición de Dark Lake, donde Derry es solo una influencia lejana, aquí su historia de violencia y desapariciones normalizadas daban pinceladas de un verdadero pueblo embrujado. Su impacto cultural fue comparable al de Stranger Things, la serie de Netflix que surgió tras el rechazo del proyecto de los Duffer de adaptar la novela de King. Curiosamente, conectaron por su capacidad para mezclar nostalgia de los 80 muy afín a la que presentaba Super 8, pero con más énfasis en el coming-of-age estival y oscuro de Cuenta conmigo.

    2. IT: Bienvenidos a Derry (2025)

    La precuela de HBO Max que promete explorar los orígenes de Pennywise y la fundación de Derry, retrocediendo en el tiempo cada temporada para mostrar cómo la maldad se arraigó en el pueblo mucho antes de los eventos de las películas. IT: Bienvenidos a Derry amplía el universo cinematográfico de Muschietti siguiendo el mismo estilo, pero con algunos momentos con extra de intensidad y gore, todo lo que no se permite ver en una limitación de calificación por edades para salas.

    Es la exploración definitiva de la mitología de Derry, y en cierta forma una adaptación más pura de la novela que It (2017), ya que el periodo de los 60 que presenta es más acorde con los finales de los 50 del original. El pueblo y su historia maldita son el centro absoluto, explorando cómo la comunidad ha normalizado siglos de desapariciones y calamidades. Es la propuesta más ambiciosa para los fans que han seguido toda la saga y quieren profundizar en la mitología, un poco lo mismo que hace Dune: La profecía por Dune, manteniendo, como es habitual en HBO, un estándar de calidad afín que complementa las dos obras.

    1. It (1990)

    La mítica miniserie que introdujo a Pennywise en la cultura popular puede ser un producto muy de su época, con las limitaciones presupuestarias y narrativas de la televisión de los 90, pero sigue teniendo algo que las demás no han conseguido. It de Tommy Lee Wallace captaba las tonalidades más pochas de la novela, y Tim Curry creó una interpretación del payaso aterradora, que metió el miedo en el cuerpo a toda una generación, compensando con carisma diabólico lo que la producción no se podía permitir en efectos especiales o violencia gráfica debido a las restricciones de la época, justo al contrario que lo que puede permitirse It: Bienvenidos a Derry, que tiene plena libertad para set pieces grotescas.

     Esta versión debe sugerir revela sus limitaciones en la parte final, aunque la araña stop motion tiene su encanto. Con todo, la escena inicial de Georgie es insuperable, la visita a Mrs Kersh también es espeluznante y la primera forma de acabar con Pennywise, con el tirachinas, es la única admisible. Hay otras miniseries de King de aquella época que también priorizaban la atmósfera sobre el espectáculo y la filosofía del menos es más, pero si alguien adora La maldición de Hill House de Netflix, debe echar un ojo a esta, ya que ese alternar entre personajes adultos y su infancia traumática en una casa encantada no es nada casual, ya que Mike Flanagan es uno de los mayores expertos en King.

  • Cómo ver todas las series de la franquicia NCIS en orden

    Cómo ver todas las series de la franquicia NCIS en orden

    Raquel Morales

    Raquel Morales

    Editor de JustWatch

    Si pensabas que el universo de NCIS era solo sobre casos navales y agentes con trajes oscuros, te vas a sorprender. Esta franquicia se ha convertido en una especie de legado. Lo mejor es que cada spin-off tiene su propio estilo, pero todas están unidas por ese toque de familia y camaradería que hace que no puedas ver solo un episodio. 

    Al final, terminas encariñándote con todos los personajes sin remedio. Por eso cuando termina una temporada, necesitas ver más. Mucho más. Así que si echas de menos a Tony & Ziva y sus aventuras en NCIS: Europe (2025), nuestra guía te ayudará a saber cómo ver todas las series de la franquicia NCIS en orden, lo que la hace perfecta para entretenerte mientras esperamos nuevas aventuras de Tiva. 

    JAG: Alerta Roja (1995–2005)

    Antes de Gibbs, existió JAG: Alerta Roja (1995-2005). Y sí, sabemos que técnicamente no pertenece a la saga NCIS, pero es el origen de todo. Lo que me encanta de esta serie es que tiene ese espíritu de drama legal militar pero es algo más que eso. Es una aventura. Harm y Mac eran una dupla que mezclaba lo profesional con lo personal a la perfección. Aunque NCIS evolucionó hacia un procedimental al uso, esta serie tenía más de esos dilemas morales que te dejan pensando después del episodio. Si te gustan series como Boston Legal (2004-2008), este es tu punto de partida. Y si lo comparas con NCIS: Origins (2024), notarás cómo ambos exploran el deber y la lealtad de maneras completamente distintas.

    Navy: Investigación Criminal (2003-)

    Navy: Investigación Criminal (2003-) lo inició todo. La joya de la corona. Esta serie se convirtió en una de mis favoritas por su mezcla de misterio, humor y esa chispa de algo que te mantiene atrapada, esa conexión en los personajes. Simplemente encajan. Y crean magia juntos. De hecho, lo que más me gusta es cómo todo el equipo se siente como una familia. No todo es acción, hay una calidez y una forma de hacer crecer a los personajes a través de los casos que pocas series logran. Me recuerda a Castle (2009-2016). Y, desde luego, si te enamoras de la dinámica de equipo aquí, te va a gustar NCIS: Los Ángeles (2009-2023), porque esa serie lo eleva al cubo. Este es el lugar donde todo encaja.

    NCIS: Los Ángeles (2009–2023)

    En la costa oeste, NCIS: Los Ángeles (2009-2023) se focaliza en un equipo de operaciones encubiertas. Y si Navy: Investigación Criminal (2003-) es sobre familia, Los Ángeles es sobre acción. Y me encanta eso. Callen y Sam son de esos dúos que te hacen querer ser parte de su equipo—aunque probablemente acabarías en una persecución por la autopista). Lo mejor es cómo la serie combina espionaje y algunos momentos que hacen crecer a los personajes sin volverse pesada, ñoña o demasiado centrada en la acción. Tiene un ritmo más rápido, parecido a Hawaii 5.0 (2010-2020). Y si lo comparas con NCIS: Hawai’i (2021-2024), notarás cómo ambos comparten ese toque más ligero, con equipos que funcionan más por confianza que por jerarquía. Es puro entretenimiento y eso siempre se agradece.

    NCIS: Nueva Orleans (2014–2021)

    La música, la cultura y la investigación criminal se entremezclan en NCIS: Nueva Orleans (2014-2021). Y esta serie tiene alma. Respira música, cultura y una vibra que no se puede copiar. La ciudad de Nueva Orleans está impregnada en todo y es la seña de identidad de la serie. Pride, el líder del equipo, tiene una forma distinta de hacer las cosas y te atrapa desde el primer minuto. Lo que más me gusta es cómo la ciudad se vuelve un personaje más, con su mezcla de misterio, jazz y tragedia. A veces se siente con más peso y más emotiva que las demás, como si las historias fueran más grises, más humanas. Si disfrutaste True Detective: noche polar (2014-), seguro que conectas con esta atmósfera. En espíritu, se parece más a NCIS: Sidney (2023-) donde el entorno lo define todo y marca la diferencia.

    NCIS: Hawai’i (2021–2024)

    NCIS: Hawai’i (2021-2024) marcó un antes y un después dentro del universo al incluir a una mujer liderando el equipo. Jane Tennant (Vanessa Lachey) es dura, leal y valiente. Es un soplo de aire fresco para la saga NCIS. Me encanta que en esta serie las relaciones del equipo importan tanto como los casos, algo que me recuerda a Bones (2005-2017) en su mejor época. La serie tiene una ligereza que la hace perfecta para maratonear, con ese equilibrio entre acción, drama y un toque de humor relajado. Comparada con NCIS: Los Ángeles (2009-2023), es menos intensa pero más emotiva. ¡Y con un ship principal que te va a encantar!. Y eso es justo lo que la hace especial. 

    NCIS: Sydney (2023–)

    NCIS: Sydney (2023-) es la primera serie de la franquicia en un contexto internacional. Fue un salto inesperado, pero vaya si funcionó. Sidney combina lo mejor del ADN de todo NCIS con una perspectiva más fresca y diferente. Mezcla un equipo de estadounidenses y australianos, eso es sinónimo de caos. Pero del mejor tipo. Me encanta cómo muestra otro tipo de conflictos —más geopolíticos, más culturales— sin perder el humor. Los personajes son distintos, más jóvenes, pero igual de comprometidos. Tiene algo de Jack Ryan de Tom Clancy (2018-2023), pero sin tomarse tan en serio. Lo más interesante es cómo recuerda a NCIS: Nueva Orleans (2014-2021): ambas series aprovechan su entorno al máximo. Sidney es la prueba de que NCIS aún puede reinventarse sin perder su esencia.

    NCIS: Origins (2024–)

    NCIS: Origins (2024-) actúa como precuela de Navy: Investigación Criminal (2003-) y nos transporta a los años 90, cuando un joven Leroy Jethro Gibbs comienza su carrera como agente especial tras dejar los marines. Y ver a un joven Gibbs en sus primeros años dentro del NCIS es casi terapéutico. No se trata sólo de nostalgia, se trata de una mirada al por qué de todo. Esta serie te hace entender a Gibbs de una forma impensable si Origins no existiera. Me encanta cómo muestra su evolución, su dureza y humanidad antes de ser el líder que conocimos. Se siente un poco como Better Call Saul (2015-2022): una precuela que no vive a la sombra, sino que amplía el universo. Si disfrutaste el tono introspectivo de JAG: Alerta Roja (1995-2005), vas a notar ese mismo enfoque aquí. 

    NCIS: Europe

    NCIS: Europe (2025) es lo que los fans llevamos esperando por años. Tony y Ziva, juntos otra vez. No como cameo, no como recuerdo, sino en su propia historia. Lo que más me emociona es que esta serie se centra en su relación, en su familia. En una familia que ha pasado por tantas cosas…pero que siguen ahí, en pie. Una familia que se ha reencontrado y han podido reconstruir la confianza y ese amor imposible que marcó toda una era en NCIS. Si alguna vez soñaste con ver cómo serían sus vidas después del caos, este es el premio. Me recuerda a The Blacklist: Redemption (2017) por ese enfoque más íntimo dentro de un mundo de acción. Y, al igual que NCIS: Hawai’i (2021-2024), lo que más pesa aquí no son las balas, sino los sentimientos.

  • ¿Es ‘Chainsaw Man’ el mejor anime del año? Estas son otras 5 películas espectaculares de anime que debes ver

    ¿Es ‘Chainsaw Man’ el mejor anime del año? Estas son otras 5 películas espectaculares de anime que debes ver

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    Nunca las películas dentro de franquicias de anime fueron comparadas con las series a las que acompañaban, y yo siempre las he visto como un extra para muy cafeteros. Pero la calidad de estrenos como Guardianes de la noche: Kimetsu no Yaiba La fortaleza infinita (2025) o JUJUTSU KAISEN: Hidden Inventory / Premature Death - The Movie (2025), ambas animadas con delicia y montadas con más presteza que las interminables convenciones del episodio de anime tradicional, están empezando a convencerme de que nunca debería haber relegado a una segunda categoría a las películas de anime.

    En fin, si sales de ver Chainsaw Man - La película: El arco de Reze (2025) y estás pletórico, esta lista es para ti. Porque no, no vas a tener más episodios de Chainsaw Man (2022) durante una temporada y sí, sí sabemos que el mono tras el subidón de adrenalina no se pasa tan fácil. Y menos tras el empache de acción espectacular y pirotécnica que abraza la historia de amor entre la yandere Reeze y el bobalicón Denji. Aquello supera de lejos nada que el anime en formato serie pueda habernos entregado y, por ello, hoy te recomiendo cinco otras películas de anime que también se sienten como una tremenda montaña rusa audiovisual. Dale un gusto a tus ojos, anda.

    Mind Game (2004)

    El debut de Masaaki Yuasa como director es puro delirio tremens audiovisual. Mind Game (2004) narra cómo un auténtico perdedor, Nishi, vuelve a la Tierra para vengar su patética muerte en manos de la yakuza y recuperar al amor de su vida, sólo para quedar ambos encerrados en el vientre de una enorme ballena, junto a un viejo visionario ocioso. Si esto te parecen ya varias tramas remachadas en una, espera a ver el repertorio de estilos de animación que Studio 4ºC convoca para explicarlas: desde el stop motion hasta la infografía poligonal, la distorsión abstracta de las figuras en 2D y el uso de fotos reales recortadas. 

    Todo, para que este “juego mental” se vea trepidante, lisérgico y colorido a más no poder, comparable en esta guía sólo a los momentos más radicales de TekkonKinkreet. Si conocéis Inu-Oh (2022), del mismo realizador y estudio, sabéis que las odas psicodélicas son su gran especialidad… Pero en este debut Yuasa andaba tan desatado como Tatsuya Yoshihara dirigiendo la película de Chainsaw Man.

    Metrópolis (2001)

    Coge las bases argumentales de la Metrópolis de Fritz Lang (1927), eso es, una revolución proletaria encabezada por un robot ajado, pero súbele todas las apuestas con el músculo de que disponía la animación japonesa del cambio de siglo. Si de aquellos años solo viste Ghost in the Shell (1995), te queda mucho por descubrir.

    A partir del manga homónimo de Osamu Tezuka y gracias a la mano desatada de Rintaro en la dirección, la ciudad de Metrópolis (2001) se despliega como un laberinto de luces, niveles y contrastes, un universo vibrante que bebe del universo ciberpunk de Blade Runner (1982), dialoga con grandes equivalentes en paisajística futurista del momento, como la también infraconocida Memories (1995), y sienta las bases para que años después Promare brille.

    TekkonKinkreet (2006)

    Si el manga de Chainsaw Man te entusiasma por la suciedad del trazo de Tatsuki Fujimoto, y viste tan a gusto Dorohedoro (2020), una sinfonía urbana con olor a cloaca y manchas de sangre y grasa, TekkonKinkreet (2006) es la película para ti. Incluso menos conocida que el resto de obras de esta guía aun basada en un manga de Taiyo Matsumoto, cuenta cómo Kuro y Shiro, dos huérfanos buscavidas, han de enfrentarse a la yakuza y a los alienígenas asesinos que amenazan Treasure Town y su propia fraternidad.

    Urdiendo esta trama sencillísima, el director Michael Arias lo apuesta todo para que cada imagen sature el cuadro con personalidad propia: desde los ángulos de cámara extremos, que deforman toda la acción, hasta las persecuciones que –de pura velocidad– vuelven los cuerpos en manchas de color expresionistas. Otra recomendación si ya la controláis, también de anime francés: MFKZ (2018), “mutafukaz”, ahora con una bola negra que reparte pizzas por protagonista.

    Batman Ninja (2018)

    Una apuesta diferente a todas las de la lista, aunque con escenas de acción tan memorables como las de Chainsaw Man y Promare. Batman Ninja (2018) es la versión del Caballero Oscuro que seguramente no conocías y no sabías que necesitabas. Yo la descubrí de casualidad navegando por los fondos de catálogo y aún doy gracias por el espectáculo, con guión de Kazuki Nakashima (Kill La Kill) y diseño de personajes de Takashi Okazaki (Afro Samurai).

    Sobre la historia de La broma asesina, es decir Batman contra Jóker, Junpei Mizusaki viste una carcasa hecha a base de lo mejor que el cine japonés ha regalado: la mitología del cine de samuráis, los mechas y un universo visual espectacular, digno de los openings clásicos de JoJo's Bizarre Adventure (2012). Con el estreno de la secuela Batman Ninja vs. Yakuza League (2025), además, puedes montarte un tremendo programa doble.

    Promare (2019)

    Al estudio Trigger les conocerás por Cyberpunk: Edgerunners (2022), pero quizás tuviste la suerte de descubrir Promare (2019) cuando pasó por carteleras españolas. Un festín para los sentidos, esta historia de mechas es una explosión de color, energía y dinamismo que redefinía lo que la acción puede en territorio del anime comercial. Aquí cada escena es un estallido de formas geométricas, luces de neón y composiciones imposibles que convierten el caos en un auténtico espectáculo visual, digno de subidones lisérgicos como el de Evangelion: 3.0+1.01 Thrice Upon a Time (2021).

    Es lo habitual en la casa de Trigger, marcada por las líneas angulosas, las paletas saturadas y la animación vertiginosa, pero en pocas ocasiones han tenido el tiempo y el marco para explotar, de veras, su músculo visual. Eso es lo que hace el cine.

  • ‘Culpa Mía’ y otros 10 dramas románticos basados en historias de Wattpad

    ‘Culpa Mía’ y otros 10 dramas románticos basados en historias de Wattpad

    Raquel Morales

    Raquel Morales

    Editor de JustWatch

    Si te gusta Culpa mía (2023) y el tipo de historias donde el amor es complicado y a veces un poco peligroso, ¡este es tu sitio!. Wattpad se ha convertido en la fábrica de los nuevos romances con mucho drama, triángulos imposibles, segundas oportunidades y muchas ganas de gritarle a la pantalla “¡que se besen ya!”. Y aunque a veces sean un poco caóticos, todos tienen algo que engancha. Ahora, con el estreno de Culpa Nuestra (2025), es el momento perfecto para adentrarse en nuestra lista de otros 10 dramas románticos basados en historias de Wattpad.

    A través de mi ventana (2022)

    A través de mi ventana (2022) es fuego puro. Raquel y Ares tienen una conexión que pasa de cero a cien en segundos, y eso es parte del encanto. Lo que más me gusta es que, detrás de toda esa tensión sexual, hay una evolución real: ella aprende a poner límites, y él a abrirse de verdad, a confiar. No es solo deseo, el amor entre ellos crece poco a poco, y eso hace que funcione. Me recuerda a Culpa mía (2023) por esa mezcla de pasión mezclada con el crecimiento de los personajes. Si te gustan los romances así, con una química tan explosiva como una bomba de tiempo, estamos seguros de que Mi primer beso (2018) te encantará. 

    Saga After (2019–2023)

    Puedes amarla u odiarla, pero la saga After (2019-2023) marcó una era. Tessa y Hardin son la definición de “somos tóxicos, pero nos queremos igual”, y aunque a veces te dan ganas de sacudirlos para que comiencen a actuar como adultos, también entiendes por qué no pueden dejarse ir. Lo que me encanta es cómo, entre idas y vueltas, terminan creciendo. No es el tipo de amor sano que recomendarías, pero sí el que muchos viven a esa edad. Tiene esa intensidad de A través de mi ventana (2022) pero con una historia algo más turbulenta. Si te gusta este tipo de drama que te hace suspirar, échale un ojo a El verano que me enamoré (2022).

    Adicción Perfecta (2023)

    Adicción Perfecta (2023) es el tipo de historia que te deja con el corazón acelerado. Lo que más me gusta es que, detrás del ring, hay una historia de autodescubrimiento brutal. Sienna no solo busca venganza, sino también reencontrarse a sí misma, y eso le da fuerza. La relación que se desarrolla entre ella y Kayden es más que química y tensión sexual no resuelta, se trata de respeto, y eso marca diferencia. Es tan intensa como After (2019-2023), aunque con un toque más maduro. Si te gustan las historias donde el amor y la rabia caminan juntos, te encantará Rompiendo las reglas (2008).

    Boot Camp (2024)

    Lo que más me gusta de Boot Camp (2024) es cómo los personajes se enfrentan a sí mismos y a los demás, y cómo esas dinámicas forjan su relación. Hay tensión, química y momentos en los que sientes que cualquier cosa puede pasar entre ellos, y eso lo hace adictivo. Me encanta cómo la película hace crecer a Whitney hasta que ella encuentra la fuerza para ser ella misma y cómo hace que Axel la vea incluso cuando ella no se ve a sí misma. Me recuerda un poco a Amor fuera de tiempo (2024), donde la presión también pone a prueba la relación. Si te enganchan los romances en los que el crecimiento personal es uno de los pilares, te gustará mucho La cita perfecta (2019). 

    Mala influencia (2025)

    Lo que me engancha de Mala influencia (2025) es cómo el amor tóxico y las segundas oportunidades se mezclan sin filtros, y eso me parece lo más interesante de Eros. Él no es solo el “chico malo”, sino alguien con grietas. Por eso me encanta cómo la película no se limita a presentar el romance: lo complica, lo cuestiona. Me recuerda a After: amor infinito (2022) porque ambos muestran que enamorarse no siempre basta; hay heridas, decisiones y crecimiento. Si te interesa un drama romántico donde el amor duele y al mismo tiempo cura, dale una oportunidad, y luego por ejemplo prueba Adicción Perfecta (2023).

    Ligera como una pluma (2018–2019)

    Aunque Ligera como una pluma (2018-2019) se apoya más en el suspense, su base romántica es innegable. Lo que me gusta es cómo los sentimientos de los personajes se vuelven parte del misterio. No es solo quién muere o quién miente; también quién ama de verdad y quién no sabe cómo hacerlo. La relación central tiene una tensión preciosa, y ese “no puedo, pero quiero” que nos mata. Me recuerda a Mala influencia (2025), por esa mezcla de destino y deseo. Si te gustan las series con un romance algo oscuro, como esta, te encantará Crónicas vampíricas (2009-2017).

    Mi primer beso (2018)

    A veces lo más simple también engancha. Lo que más me gusta de Mi primer beso (2018) es que no pretende reinventar la rueda. La película es pura diversión y emoción. Elle y Noah te hacen sonreír y desesperar al mismo tiempo, como cualquier pareja adolescente. Hay ternura, torpeza, y muchos errores, pero eso la hace real. Me recuerda a Boot Camp (2023), aunque con un toque más ligero. Si te gustó esta película, te encantará 10 razones para odiarte (1999). 

    Amor fuera de tiempo (2024)

    Lo que realmente me atrapa de Amor fuera de tiempo (2024) es esa mezcla de ambición y vulnerabilidad que tienen los protagonistas: ella con sueños grandes, él con presiones enormes… y entre medio, el amor que aparece cuando menos lo esperas. Lo que más me gusta es que ninguno de los dos empieza la historia siendo “perfecto” ni “libre”, sino con cargas, y por eso sus pasos atrás y adelante se sienten reales. Me recuerda mucho a A través de mi ventana (2022) porque la tensión lleva al amor de una forma intensa, loca e irrompible, aunque en esta el entorno de deporte le da un giro distinto. Si te gustan este tipo de historias te encantará Culpa mía: Londres (2025). 

    Mi vida con los chicos Walter (2023- )

    En Mi vida con los chicos Walter (2023-), lo que más me engancha es el “y ahora qué” del romance. No se trata sólo de enamorarse, si no de adaptarse, cambiar de vida, encontrar tu sitio… y ese proceso lo veo reflejado en los personajes con una sinceridad que pocas veces tienen este tipo de adaptaciones. Por eso la recomiendo tanto. Tiene algo que me recuerda a Mi primer beso (2018) en ese “chica nueva, chicos conocidos” pero con más capas. Si te van los triángulos amorosos, los segundos inicios y los entornos complicados, prueba también a ver Heartstopper (2022).

    Culpa tuya (2024)

    Lo que más me gusta de Culpa tuya (2024) es cómo muestra lo que pasa después del primer amor: cuando la pasión ya no basta y los personajes tienen que enfrentarse a lo que realmente significa confiar. Nick y Noah siguen teniendo esa química brutal que conocimos en Culpa mía (2023), pero ahora también cargan con celos, inseguridades y errores que los hacen más humanos. Es ese tipo de historia que te frustra y te atrapa al mismo tiempo. Me recuerda a Adicción Perfecta (2024), porque ambas exploran qué ocurre cuando el amor se vuelve más real. Si te gustan las secuelas que maduran con sus personajes, te va a encantar también After: en mil pedazos (2020).

  • 10 películas con momentos musicales inolvidables

    10 películas con momentos musicales inolvidables

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    Y ahora, hablemos de vampiros. Estrenada el 16 de abril, y desde julio en Apple TV+, Pecadores (2025) ha vuelto a liderar las parrillas de streaming en un regreso que sólo puede explicarse de una forma: más allá de los tiempos del marketing, la película ha calado fuerte. Preguntad a vuestro alrededor y veréis que una palabra sale a relucir una y otra vez. La música, amigas. La banda sonora a base de clásicos de blues que, reinterpretados, ponen la piel de gallina al más blanco de los payos. Y de entre todos los momentos musicales brillantes, “esa escena”, señala con pasión mi vecina. Volvería a verla sólo por ella.

    Pues bien, en JustWatch comprendemos el placer indiscutible de un volantazo musical a tiempo. Aquí van 10 otras películas que puedes revisitar para vibrar de nuevo al son de grandes canciones. No sufráis, hemos escogido clásicos muy obvios y alguna película algo mejor escondida.

    Rocky 3 (1982)

    Si la oyes en cada gimnasio o fiesta aleatoria, será por algo: el momento en que suena ‘Eye of the Tiger’ es pura adrenalina ochentera. Un grito de guerra que supera incluso el tema de la franquicia, el ‘Gonna Fly Now’ de Bill Conti. En Rocky 3 (1982), Rocky pasa de estar hundido por la muerte de Mickey a renacer con fuerza, con ritmo, con furia.

    El tema se convirtió en un himno para coger la vida con ganas y pronto veríamos que la mezcla de músculo, sudor y sintetizadores encapsula toda una década marcada por la cultura y la estética del esfuerzo del esfuerzo. ‘Eye of the Tiger’ supone el mejor momento musical de esta lista porque marcaba un antes y un después en la narrativa y en la cultura popular. Imprescindible.

    Bitelchús (1988)

    “Oh, yo prefiero hablar de mi d–”, espeta la nerviosa Delia ante la llegada de unos colegas snobs. Necesita quedar bien, ahora que vive en los suburbios. Pero el “día” se convierte en la canción ‘Day-O (The Banana Boat Song)’, de Harry Belafonte, la peor pesadilla para una moderna. Absurdidad hilarante con final terrorífico, en Bitelchús (1988) asistimos a una cena de comensales poseídos bailando sin control que convierte lo grotesco en celebración.

    Este temazo, alegre y caribeño, contrasta con el reverso macabro de la mansión encantada y deja claro que la muerte también puede ser un fiestón. Eso sí, sólo si te la tomas con naturalidad. Por eso, y al contrario que los temas más explosivos de la lista (como el de Shrek), ‘Day-O’ es ideal para andar despacio y con aire.

    Perdidos en Tokio (2003)

    Todo lo que no sabemos que Bob (Bill Murray) ha dicho a Charlotte (Scarlett Johansson) lo volcamos en los versos desangelados de ‘Just Like Honey’ de The Jesus and Mary Chain. Una escena que cierra Perdidos en Tokio (2003) por entre edificios callados (¿indiferentes?) y ante una melancolía que te estruja el pecho.

    Y un misterio: ¿Es el primer tema del primer álbum de la banda de los noventa la mejor canción de amor sobre la cocaína jamás hecha? ¿Es una desordenada fantasía de sumisión por un amor complejo, correspondido o no? ¿Va sobre echar de menos el contacto humano, ni que sea con un polvo? Lo único que tengo claro es que como la canción de Millennium Mambo, esta canción no deja de repetirse en mis auriculares.

    Shrek (2001)

    No, no es sólo por el meme. Es que la canción de Smash Mouth explica exactamente qué va bien y mal en la vida del ogro verde. El tema de Shrek (2001) versa sobre este gallito bravucón que cree que no necesita a nadie para brillar y piensa que todo el mundo vive igual que él… Pero la escena musical se ha convertido en tan rotundamente icónica que trasciende su lectura directa: Shrek se cepilla todos los clichés del cuento de hadas, y lo hace al ritmo de una canción que destila sarcasmo y frescura.

    Es el anti-príncipe, y su historia, contada con humor y una pizca de rock noventero, dio un giro radical a la animación infantil. La ‘All Star’ de Smash Mouth resulta casi tan icónica como la urbana y soleada ‘Pump It’ de Pulp Fiction.

    Pulp Fiction: Tiempos violentos (1994)

    Esta la añado como regalo a todos los padrazos fans de Pulp Fiction: Tiempos violentos (1994). Desde los primeros compases de ‘Misirlou’ de Dick Dale sabes que Quentin Tarantino va a por todas –y sí, a ti también te cuesta recordar el título de la canción, pero no has olvidado el baile que la acompaña–. En la antología encocada del gourmet cinéfilo y musical, cada escena tiene su propio tema memorable, pero Misirlou resulta tan rápida, sucia y sexy que incluso ha sobrevivido al ‘Pump It’ de los Black Eyed Peas.

    Y en fin, Tarantino sentó las bases sobre las que crecería Pecadores, enseñándonos que el revival, bien usado, puede ser puro estilo. Y que el estilo (aunque esto quizás lo perfeccione Clueless) es también una forma de vida: por mucho que te sorprenda y aunque citemos la película de Tarantino antes del clásico del mumblecore, ambas van de la mano.

    Cleo de 5 a 7 (1962)

    ¿Cómo representar el vértigo absoluto que siente una joven cuando se convence de que está enferma y que la vida ya no le queda por delante? La escena en que Corinne Marchand canta ‘Sans Toi’ es un giro íntimo y devastador. Hasta entonces, la Cléo de Cleo de 5 a 7 (1962) ha sido toda superficie, bella, coqueta y algo ansiosa. Pero entonces se enfrenta al espejo, cantando sola y la máscara se resquebraja.

    También Agnès Varda transforma la canción en un espejo del alma: a pesar de romper la cuarta pared, en sus palabras no hay artificio, sólo vulnerabilidad. Es mi momento favorito de la lista, y al contrario de éxitos resabidísimos como el de Pretty Woman, aún es demasiado poco conocido.

    Clueless (Fuera de onda) (1995)

    Volvamos a la comedia. Cher creó tendencia (la cantante más, pero aquí hablamos del personaje de la película de Amy Heckerling, la joven Alicia Silverstone) y cinceló en nuestra memoria un tema inolvidable para una época orgullosa e irónica.

    ‘Kids in America’ de Kim Wilde abre los créditos (mega-noventeros) e introduce la nata este desfile de estilismos, frases ingeniosas y cultura mumblecore que no piensa pedirte permiso para existir. Clueless (Fuera de onda) (1995) fue pionera en retratar a las adolescentes no como tontas, sino como reinas de sus propias esferas. Esa canción, pegadiza y vibrante, hace de bandera de este histórico manifiesto fashionista, decíamos, igual que el ‘Misirlou’ es el tótem de la cinefilia del cambio de siglo.

    Pretty Woman (1990)

    La simbiosis absoluta. Porque si yo te digo Pretty Woman (1990), tú piensas en Julia Roberts, pero su película –esta versión moderna de la Cenicienta– acabó tomando prestado el nombre de una de sus canciones más icónicas, el ‘Oh, Pretty Woman’ de Roy Orbison. Lo más buenrollista, desenfadado y clasicón que en el corazón de un yuppie podía esconderse. En fin, la canción da alma a un cuento aspiracional: en los noventa, esta historia de amor improbable marcó a toda una generación que soñaba con finales felices, aunque la realidad fuese otra. En este montaje musical, Vivan (Roberts) abraza su cambio radical con la mejor banda sonora posible.

    Millenium Mambo (2001)

    He convencido a tanta gente para que vean la (mejor) película de Hou Hsiao-hsien sólo con sus primeros tres minutos. Vicky camina por un callejón roñoso al ritmo de ‘A Pure Person’ de Lim Giong, mientras se jura (ella, o su yo del futuro) que nunca volverá con su novio. Flota más que camina, como si el tiempo se diluyera entre luces de neón y beats electrónicos. El cineasta, ya entrado en canas, entendió perfectamente que no podía explicar a la juventud sin música, y qué música. El desencanto del cambio de milenio con una sensibilidad casi líquida. Como Cleo de 5 a 7 no teme a mojarse en melodrama, Millenium mambo (2001) no duda al alcanzar el puro trance.

    Los muchachos no lloran (1999)

    En una de las escenas más íntimas de Los muchachos no lloran (1999), Lana (Chloë Sevigny) canta ‘The Bluest Eyes in Texas’ a Brandon (Hilary Swank) mientras están tumbados en la cama, aislados del mundo. Es un momento de ternura suspendida, donde por un instante el amor parece posible, pese a todo.

    El equivalente más directo a la emoción de ‘Sans Toi’, ‘The Bluest Eyes in Texas’ supone un atentado al lacrimal. Preparad los pañuelos si no la habéis visto: en medio de un entorno hostil, muy violento, la cineasta Kimberly Peirce diseñó un oasis fugaz de conexión real, en la que este amor clama por ser, si no posible, por lo menos verdadero. Es de las escenas que ponen la piel de gallina a cualquiera.

  • Las 10 mejores películas de Pedro Almodóvar, ordenadas

    Las 10 mejores películas de Pedro Almodóvar, ordenadas

    Juan José Mateo

    Juan José Mateo

    Editor de JustWatch

    Si un director ha sabido retratar con tanta pasión y contradicción la esencia humana, ese es Pedro Almodóvar. Desde sus inicios irreverentes en la Movida madrileña hasta su consagración en Hollywood, el cineasta manchego ha construido un universo propio donde el deseo, la maternidad, la identidad y la culpa se entrelazan con humor, color y emoción.

    Sus películas no solo han marcado la historia del cine español, sino que también han fundado un estilo: el almodrama, una mezcla perfecta entre lo popular y lo poético. Si eres fan del director, en esta guía de JustWatch repasamos las 10 mejores películas de Pedro Almodóvar, ordenadas por año de estreno, para descubrir cómo evolucionó su mirada y dónde puedes encontrarlas online hoy.

    ¿Qué he hecho yo para merecer esto! (1984)

    Con ¿Qué he hecho yo para merecer esto! Almodóvar deja atrás el caos punk de sus primeras películas para ofrecer su primer gran retrato social. Carmen Maura interpreta a Gloria, una ama de casa agotada que sobrevive en un piso gris del extrarradio de Madrid, rodeada de miseria doméstica, machismo y soledad.

    Bajo la apariencia de una comedia negra, el director muestra la realidad de muchas mujeres olvidadas por la modernidad. Humor ácido, ternura y crítica social conviven en esta historia que inaugura una de las constantes de su cine: la empatía hacia los personajes femeninos.

    El film, que combina el costumbrismo madrileño con el neorrealismo más áspero, anticipa temas que Almodóvar seguiría explorando durante décadas en otras películas: la frustración femenina, la violencia estructural y la necesidad de romper con lo establecido.

    A día de hoy sigue siendo uno de sus títulos más sinceros y relevantes: el inicio de su madurez creativa.

    En tono y espíritu, puede verse como la versión castiza de Una mujer bajo la influencia de John Cassavetes o incluso del Amarcord de Fellini: retratos del caos cotidiano donde lo grotesco y lo tierno se funden. Dentro de su propia filmografía, es el reverso social de Volver: la mujer oprimida antes de convertirse en heroína.

    Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988)

    La película que lo cambió todo. Mujeres al borde de un ataque de nervios convirtió a Pedro Almodóvar en un fenómeno internacional y definió el tono, el color y el humor de su universo cinematográfico.

    Carmen Maura vuelve a liderar un reparto coral que incluye a Rossy de Palma, Julieta Serrano, María Barranco y un joven Antonio Banderas. Entre gazpachos adulterados, llamadas telefónicas y maletas llenas de mentiras, el caos sentimental se convierte en arte.

    Con una puesta en escena vibrante, diálogos vertiginosos y un dominio absoluto del ritmo, el film transforma la histeria amorosa en una sátira sobre la dependencia emocional y la soledad contemporánea.

    Ganó el Goya a Mejor Película y fue nominada al Óscar, pero más allá de los premios, supuso la confirmación de que el cine español podía ser moderno, brillante y universal sin perder su identidad local.

    Comparada con Todo sobre mi madre, es la cara más luminosa y farsesca del universo femenino del director. Y frente a la sofisticación de Woody Allen en Hannah y sus hermanas, Almodóvar aporta una energía mediterránea y teatral que convierte el desamor en carnaval.

    Todo sobre mi madre (1999)

    Una de las películas más emblemáticas del cine español y la que consolidó a Almodóvar como autor universal. Todo sobre mi madre es un canto a la maternidad, la pérdida y la resiliencia.

    Cecilia Roth interpreta a Manuela, una enfermera que, tras la muerte de su hijo, emprende un viaje para reencontrarse con su pasado y con el padre del chico, una mujer trans.

    A su alrededor orbitan personajes heridos, interpretados por Penélope Cruz, Marisa Paredes y Antonia San Juan, que aportan luz a una historia muy humana.

    Ganadora del Óscar a Mejor Película Internacional, fue también premiada en Cannes y los BAFTA, confirmando a Almodóvar como uno de los grandes narradores del melodrama contemporáneo.

    Más que una película sobre madres, es una reflexión sobre la identidad y el consuelo que ofrecen las redes afectivas entre mujeres. Un punto de inflexión en su carrera.

    Frente a la crudeza de ¿Qué he hecho yo para merecer esto!, aquí la maternidad se ilumina con compasión y estética refinada. Su lirismo y estructura coral evocan a Douglas Sirk (Imitación a la vida) y a Fassbinder (Las amargas lágrimas de Petra von Kant), maestros que también elevaron el melodrama a arte mayor.

    Hable con ella (2002)

    Ganadora del Óscar a Mejor Guión Original, Hable con ella es una de las obras maestras indiscutibles de Pedro Almodóvar.

    La historia gira en torno a la amistad entre dos hombres que cuidan a las mujeres que aman, ambas en coma. Lo que en manos de otro podría parecer imposible, aquí se transforma en poesía sobre la soledad, el deseo y la comunicación.

    Javier Cámara y Darío Grandinetti ofrecen interpretaciones contenidas y conmovedoras, mientras el director combina ballet, circo y cine mudo para hablar del amor como un acto de fe, incluso en su forma más irracional.

    La película se adentra en la frontera entre la ternura y la obsesión, sin ofrecer respuestas fáciles, y plantea una pregunta incómoda: ¿hasta dónde puede llegar la empatía antes de convertirse en invasión?

    Su fuerza radica en su ambigüedad moral y su belleza formal: un Almodóvar más filosófico, más universal y más arriesgado.

    Puede leerse como la contracara de La mala educación: si allí el silencio es castigo, aquí es puente. En tono y pureza visual, conecta con El espíritu de la colmena de Víctor Erice o incluso con el minimalismo emocional de Wong Kar-Wai en In the Mood for Love.

    La mala educación (2004)

    Oscura, compleja y muy profunda a nivel personal, La mala educación es el regreso de Almodóvar al pasado para enfrentarse a los fantasmas de la infancia, el deseo y la culpa.

    Gael García Bernal interpreta con maestría a varios personajes dentro de un relato sobre los abusos sexuales en colegios religiosos y la manipulación entre el amor y el poder.

    El film mezcla cine negro, metacine y memoria, con una estructura en capas que se desdobla entre lo real y lo ficticio. Es, al mismo tiempo, una confesión y una denuncia.

    Aquí el autor da un paso más en la exploración de su biografía emocional: la fe, la identidad sexual, el peso de la educación católica. Su valentía para tratar un tema tabú con elegancia formal lo convierten en uno de sus trabajos más audaces.

    A nivel visual es impecable, y a nivel visual, tensa: La mala educación es la cara más sombría de su universo, pero también una de las más necesarias.

    Comparada con Hable con ella, que explora la empatía, esta película investiga la herida. Es el reverso oscuro del autor, más cercano a Fanny y Alexander de Bergman o La infancia de Iván de Tarkovski, donde el pasado es trauma y no refugio.

    Volver (2006)

    Con Volver, Almodóvar regresa a su tierra natal y a los temas que más lo definen: la maternidad, la muerte y la reconciliación.

    Penélope Cruz brilla en su papel más carismático, interpretando a Raimunda, una mujer fuerte que enfrenta el pasado familiar mientras protege a su hija.

    El regreso de Carmen Maura, tras años sin trabajar con el director, convierte el reencuentro en un símbolo dentro y fuera de la pantalla.

    Ganadora del premio al mejor reparto femenino en Cannes, Volver combina realismo, comedia y fantasía con una sensibilidad que la hace inolvidable.

    Además, marca el equilibrio perfecto entre el folclore de su cine de los 80 y la madurez emocional de sus obras más recientes. Una historia sobre mujeres que resucitan, a nivel literal y emocional, para hacer las paces con su historia.

    En su tono y composición, Volver dialoga con Todo sobre mi madre, pero donde aquella lloraba, esta celebra. Puede compararse con Los amantes del Pont-Neuf de Carax por su exaltación del amor y la supervivencia, o con Magnolia de Paul Thomas Anderson por su coralidad emocional.

    La piel que habito (2011)

    En La piel que habito, Almodóvar se adentra en el thriller psicológico y el terror. Antonio Banderas interpreta a un cirujano obsesionado con crear una piel perfecta, mientras Elena Anaya encarna a la víctima que se convierte en su proyecto.

    La película, inspirada en la novela Tarántula de Thierry Jonquet, aborda los límites del cuerpo, la identidad y la venganza con una frialdad estética que contrasta con la intensidad de su historia.

    En ella, el director desmonta los códigos del melodrama para mezclarlos con la ciencia ficción y el horror, explorando el cuerpo como cárcel y como lienzo.

    El resultado es una obra inquietante, perturbadora y muy original, donde la monstruosidad surge del dolor y la belleza de la transformación.

    Es la prueba de que el universo de Almodóvar puede mutar sin perder su alma.

    Comparada con La mala educación, sustituye la culpa religiosa por la culpa científica. Su atmósfera recuerda a Eyes Without a Face de Georges Franju y a El coleccionista de Wyler, pero filtradas por la estética de Kubrick en una de sus mejores películas: Eyes Wide Shut, llena de erotismo, obsesión y control.

    Dolor y gloria (2019)

    El autor frente a su reflejo. Dolor y gloria es la película más íntima y melancólica de Almodóvar, donde Antonio Banderas interpreta a Salvador Mallo, un director en crisis que revive su vida entre el recuerdo y la creación.

    A través de la memoria, la enfermedad y la soledad, el cineasta construye su propio autorretrato: un viaje hacia la reconciliación con el pasado y con el arte.

    Penélope Cruz, Julieta Serrano y Asier Etxeandia completan un reparto perfecto. Ganó el premio a Mejor Actor en Cannes y fue nominada al Óscar.

    Más que una autobiografía, es una reflexión sobre cómo el arte salva, sana y da sentido a la vida.

    Con Dolor y gloria, Almodóvar no mira atrás con nostalgia, sino con gratitud: su película más luminosa sobre el acto de crear.

    Puede considerarse su 8½, como Fellini frente a su espejo, o su All That Jazz por su tono de despedida. Frente al cinismo de La mala educación, aquí hay redención. Es la conclusión emocional de su propio relato cinematográfico.

    Madres paralelas (2021)

    El Almodóvar más político y actual. En Madres paralelas, dos mujeres (Penélope Cruz y Milena Smit) dan a luz el mismo día y ven cómo sus destinos se entrelazan.

    El film combina melodrama íntimo con memoria histórica, abordando la maternidad desde la verdad, el duelo y la reparación.

    Penélope Cruz ganó la Copa Volpi en Venecia y fue nominada al Óscar por su interpretación, una de las más complejas y emotivas de su carrera.

    Aquí, la maternidad ya no es símbolo de pureza, sino de lucha. Almodóvar se atreve a unir lo personal con lo político, lo biográfico con lo colectivo, y ofrece una mirada madura sobre cómo el pasado sigue respirando bajo la piel del presente.

    Una obra valiente que amplía su universo sin perder su esencia.

    Comparada con Todo sobre mi madre, muestra la evolución del director: de la maternidad simbólica a la maternidad consciente y combativa. A nivel temático, recuerda a Roma de Alfonso Cuarón o La flor de mi secreto de su propia filmografía, donde lo íntimo se funde con la Historia.

    La habitación de al lado (2024)

    Su película más reciente y una de las más sobrias de su carrera. La habitación de al lado marca el debut de Almodóvar en inglés, con Tilda Swinton y Julianne Moore al frente.

    La historia narra el reencuentro de dos amigas unidas por la enfermedad, la memoria y la muerte. Es un film contenido y profundo en lo emocional, donde el autor vuelve a hablar del adiós con serenidad y calidez.

    Rodada en Madrid y Nueva York, muestra a un Almodóvar maduro que escribe con menos artificio y más verdad.

    Es, también, una síntesis de todo su recorrido: la compasión de Todo sobre mi madre, la honestidad de Dolor y gloria y la serenidad de quien ya no busca demostrar nada.

    Con La habitación de al lado, el director firma una despedida en vida: una obra sobre cómo decir adiós amando.

    En su tono elegíaco, puede compararse con Amour de Michael Haneke o The Hours de Stephen Daldry: películas sobre el paso del tiempo que prefieren la calma a la tragedia. Es el cierre natural de su propio círculo emocional.

  • Las películas de anime más retorcidas que no dejarías ver nunca a tus hijos

    Las películas de anime más retorcidas que no dejarías ver nunca a tus hijos

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    Que sean dibujos animados no significa que los pueda ver tu sobrino de siete años. ¿Acaso le recomendarías Akira (1988) a un menor por la simple razón de que los actores de la película no están hechos de carne y de hueso? La misma lógica aplica aquí. En esta lista quiero recomendarte perlas del anime asiático que como adulto quizás no conozcas y que te gustará descubrir por Halloween.

    Porque los extremos a los que puede llegar una película animada son mucho más retorcidos que los confines de la media de las producciones con actores reales, con plena potestad sobre su imagen y su cuerpo. Las barbaridades a las que puede llegar el terror dibujado resultarían increíbles, si no las hubiéramos visto superadas película a película.

    Eso sí, en esta lista he incorporado sólo películas verdaderamente retorcidas, de las que te dejan con el sistema digestivo algo patas arriba. Por ejemplo, no te recomiendo otra antología fundamental del fantástico japonés, Memories de Katsuhiro Otomo, Tensai Okamura y Koji Morimoto (1995), porque aunque tiene fragmentos de un vértigo oscurísimo, nunca va a meter el dedo en la llaga, a marear. Y me he propuesto impresionarte con la selección.

    Belladonna of Sadness (1973)

    Eiichi Yamamoto resucitaba el mito de Juana de Arco para convertirla en una rape and revenge que se anticipó décadas a la reivindicación satánico-feminista de La bruja (2015) de Robert Eggers. Belladonna of Sadness (1973) es, antes que todo, una película desagradablísima, donde la violación de una campesina a manos de un señor feudal y el posterior abandono de su pueblo acaba en la aparición de un demonio fálico y sin ningún pudor por el alma humana. En excesos, puede equipararse al folk horror más extremo que en los años setenta se producía en Reino Unido, como La garra de Satán (1971).

    Pero las comparativas acaban aquí, porque Belladonna of Sadness sigue los designios de Neon Genesis Evangelion: The End of Evangelion en traducir a la forma visual las transgresiones que propone en el argumento. Más parecido a un retablo modernista encargado por el Diablo que a una película al uso, los bellísimos cuatro trazos de las acuarelas de Yamamoto demarcan cómo todo lo que vivimos pasa por los ojos y la sensibilidad de ella, la bruja maldita. Un espectáculo retorcido pero inolvidable.

    Vampire Hunter D: Bloodlust (2000)

    Los años noventa acarrearon una buenísima cosecha para el anime adulto, en la pequeña y la gran pantalla. Vampire Hunter D: Bloodlust (2000) es de sus hijos pródigos menos prodigados. Como si volviéramos a los palacios góticos del Drácula de Bram Stoker (1992) a través de la brutalidad apocalíptica de Mad Max: Furia en la carretera (2015), Toyoo Ashida imagina a un demi-vampiro desalmado que se arroja a salvar a una damisela que no quiere su ayuda. Esta es la ligera excusa que se nos propone para construir una ópera de vísceras y terciopelo, donde la muerte acecha veloz detrás de cada encuentro. Diremos que todo el anime que la ha seguido, desde Hellsing (2001) a Castlevania (2017), ha tratado de replicar sus endemoniados pasos.

    Y si buscas una alternativa cyberpunk a la misma apuesta rotunda por el anime adulto, yo te recomiendo de corazón Wicked City (1987). Es la predecesora estética y espiritual de la Akira de Otomo, contiene secuencias de luchas con demonios en la Tokio metropolitana que ya le gustaría a Jujutsu Kaisen (2021) y apostó por una cámara de virtuosidad gimnástica, muy poco habitual incluso hoy día.

    Perfect Blue (1998)

    Perfect Blue (1998) es un hito del noir, aunque nunca gozó de tanta popularidad fuera de la cinefilia anime estricta. Lo cual resulta injusto, atendiendo a lo fundacional de la película más retorcida de Satoshi Kon (el director de Paprika, la Origen lisérgica que tampoco es para criaturas): gracias a Perfect Blue hoy existen Audition (2000) o Cisne negro (2010). Y es que, tras los flirteos del brilli-brilli con el giallo, el thriller de Kon devolvía toda la gravedad a las alucinaciones bajo las que se ve castigada una idol japonesa bajo el peso de la fama. La oscuridad acecha, y llama a tu puerta.

    Como en Seoul Station, la losa que nos arrastra al fondo de la paranoia es la pura realidad: que nos reconocemos en la imagen monstruosa de un acosador que vuelve su admiración parasocial en un delirio asesino, al mismo tiempo que respiramos el miedo de ella mientras cae en espiral. Ni una gota de sangre (vertida en vano), pero Perfect Blue no se borra tan fácilmente.

    Seoul Station (2016)

    Al nivel de Satoshi Kon (Perfect Blue), debemos contar al coreano Yeon Sang-ho dentro de la vanguardia más cínica y sanguinaria de la animación asiática. El cineasta lleva toda su carrera destripando la podredumbre e hipocresía de la sociedad con unos “dibujitos animados” que nos llevan siempre al borde del asiento y del ataque de nervios (por ejemplo, en clave de thriller descarnado, nadie ha subido las apuestas desquiciadas de Park Chan-wook como The King of Pigs, de 2011).

    Sin embargo, para Halloween yo recomiendo descubrir Seoul Station (2016), la precuela de animación que dirigió después de Train to Busan, y que ilustraba la rapidísima expansión de la plaga zombi en la estación de la capital coreana. No es sólo que Yeon Sang-ho no deje títere con cabeza para este atentado sin tapujos a cualquier fe en la bondad: la animación aquí sirve para extremar el horror visual. Los ojos ensangrentados, las heridas supurantes y ennegrecidas, la piel grisácea. Estos zombis, junto con los de Happiness (2021), dan verdadero pavor.

    Neon Genesis Evangelion: The End of Evangelion (1997)

    No necesitas haber visto Neon Genesis Evangelion (1995), la serie emblema de Hideaki Anno para comprender, con apenas unos minutos de película, qué tan jodido está el mundo que nuestros heroicos protagonistas deberían salvar. Neon Genesis Evangelion: The End of Evangelion (1997) recoge los fundamentos narrativos del mundo mecha (los niños elegidos, una invasión alienígena, las entrañables mascotas) y los descarta uno a uno, hasta que no nos quedan amarres que nos aseguren que al final del día todo saldrá bien. Es más: si algo sabemos en The End of Evangelion es que todo está saliendo horrible, catastróficamente mal.

    El resto, lo dejamos a la iconografía cristiana extrema, sanguinaria, que convierte el Mar de Japón en un océano de líquido amniótico repleto de los cadáveres gigantes de tus colegas, y a tus padres en tus peores verdugos. Anno imaginó un auténtico corolario de la depresión en su mejor obra y, como Yamamoto en Belladonna of Sadness, convirtió la angustia en cumbre

  • De ‘Platónico’ a ‘Sin medida’: series románticas de tono autobiográfico

    De ‘Platónico’ a ‘Sin medida’: series románticas de tono autobiográfico

    Héctor Llanos Martínez

    Héctor Llanos Martínez

    Editor de JustWatch

    Si Platónico, que ha regresado a Apple TV con una segunda temporada, es tan realista es porque su creador, Nicholas Stoller, estuvo observando de forma consciente a su entorno y a sus grupos de amigos a la hora de escribir los personajes y situaciones de la serie. 

    Después de un largo paréntesis en su amistad, unos viejos amigos con una conexión platónica vuelven a encontrarse en la mediana edad. Su relación se vuelve más obsesiva y desestabiliza sus vidas, en este relato de 10 capítulos por temporada de tono bastante cómico y que se basa en la vida cotidiana más que en el romance o la épica sentimental. Seth Rogen y Rose Byrne muestran su química en pantalla a la hora de interpretar a la pareja protagonista. Si disfrutas de los romances con tonos autobiográficos, estos son otros títulos de series románticas con tono todavía más autobiográfico que el de Platónico.

    Starstruck (2021)

    La neozelandesa Rose Matafeo recurre en Starstruck a una trama decididamente de anti-comedia romántica, que ella misma protagoniza. La serie británica retuerce muy bien los clichés, haciendo que el chico sea el sensible y la chica la despreocupada. La historia de amor comienza con una chica millenial que vive en Londres y sale adelante gracias al pluriempleo. Un día, descubre que el chico con el que se ha acostado esa misma noche es una estrella de cine. Pero su relación no se limita a un encuentro de una sola noche. Matafeo convierte a este personaje en alguien con los pies muy en el suelo. Él, interpretado por el encantador Nikesh Patel, completa el dúo protagonista durante tres temporadas. Atención al guiño a El graduado en el final de la primera temporada, porque resume muy bien los principios esenciales de la serie en sus siguientes capítulos.Tiene momentos memorables desde el primer capítulo. La más divertida de la lista.

    Sin medida (2025)

    Aunque Sin medida no es la primera serie de Lena Dunham tras el éxito de Girls (ya estrenó en Max en 2018 una llamada Camping de la que nadie recuerda), es la que más expectación ha generado. Principalmente, porque esta miniserie está inspirada muy ligeramente en su propia vida personal. Esta vez, la neoyorquina ha sabido volver a dar en la diana, contando asuntos fuera de lo común que a su vez logra que el espectador sienta como propios. Lo bien que está elegida Megan Stalter, la gran secundaria de Hacks, como su alter ego y que la propia Dunham aparezca como otro personaje, cediendo el protagonismo esta vez, son sus dos grandes aciertos. El protagonista que hace de alter ego de su marido, Will Sharpe, también lo clava a la hora de construir ese difícil equilibrio entre bicho raro y héroe romántico. Comparte algunas de sus reflexiones con El fin del amor. El relato más agridulce de todos los de este listado.

    El fin del amor (2022)

    Una serie que se ha comparado a menudo con el estilo del Girls de Lena Dunham y que tiene una enorme personalidad propia es la argentina El fin del amor, que es un original de Prime Video. Está inspirada en un ensayo de la filósofa de la cultura pop Tamara Tenenbaum, que analiza precisamente la diplomacia de los afectos en el siglo XXI y que a su vez está inspirado en su vida. Tamara, que en pantalla es la famosa cantante y actriz Lali Espósito, huyó en su día de su crianza judía ortodoxa en Buenos Aires. Ahora, deja a su novio para buscar otras formas de romance menos tradicionales. Ese es el comienzo de al menos tres temporadas. Se trata de un Sexo en Nueva York bonarense en el mejor sentido del término, porque la ciudad, a pesar de la crisis en la que está inmersa como capital del país, está representada de un modo muy atractivo y original. Tiene una mirada tan sarcástica del amor como la de Starstruck. Es la serie más salvaje de todas.

    The Four Seasons (2025)

    Netflix también ha estrenado la esperada serie de otro icono femenino de la ficción televisiva, Tina Fey. Esta vez, la autora de 30 Rock deja de lado el humor absurdo y ácido para dar paso a cierto dramatismo generacional al que los espectadores tenemos que acostumbrarnos unos capítulos. Es entendible que parte de sus fans se sientan decepcionados. En su caso, se centra en un grupo de amigos que rondan los 50 años. The Four Seasons, inspirada en una película, muestra a tres parejas que ven cómo su amistad del grupo se pone a prueba cuando una de ellas se divorcia. A su favor, que Steve Carell y Colman Domingo están en el reparto. Y que sabe combinar muy bien lo dulce y lo amargo. En total dura unas cuatro horas. Es la más madura de todas las series de esta lista. Algunos de sus personajes están tan heridos como los de Sin medida.

    Smiley (2022)

    Una comedia romántica española atípica. En este caso, porque los dos enamorados son dos hombres treintañeros. La miniserie está inspirada en la obra de teatro homónima del dramaturgo y escritor Guillem Clua, quien considera el texto su propia vida, en la que lo que se cuenta es todo real. Sus dos protagonistas se enamoran a pesar de tener vidas y personalidades completamente opuestas. Uno es un despreocupado camarero musculoso de un bar y el otro un oficinista algo neurótico, Los personajes están bien perfilados, no se apoyan solo en clichés y el guion explica bien su naturaleza y motivaciones. Así que, a pesar de saber cómo acaba por el género al que pertenece, merece la pena el viaje y se puede ver en dos tardes. Logra huir de muchos clichés, pero no deja de ser la más romanticona de toda la lista y es el contrapunto a El fin del amor.

    Nadie quiere esto (2025)

    Dos actores ídolos de la generación millenial se unen en Nadie quiere esto. Él es Adam Brody, para siempre ligado a The O.C. Ella es Kristen Bell, la inolvidable Verónica Mars. En esta serie son una agnóstica con un podcast sobre sexo y un rabino sensible y recién separado que se enamoran. Como en otras de las series de esta lista, la inspiración le llegó a su creadora, Erin Foster, de su propia vida. Ella misma se convirtió al judaísmo cuando encontró al amor de su vida. Y quizá por eso resulta más madura que sensiblera, más real que ficticia. La premisa tiene muchos puntos en común con la argentina El fin del amor, pero el tono está más cerca del de la británica Starstruck sin llegar a ser tan divertida. Lo que sí consigue es generar ese calor de hogar de las series más antiguas, como Las chicas Gilmore. Es una de esas series que te pones en una tarde lluviosa de fin de semana sin importarte lo que pasa en el mundo. La propuesta más amable de la lista.

    Feel Good (2020)

    Hay que ser muy respetuoso para mostrar las circunstancias en la que se encuentran los personajes de Feel Good y a su vez resultar divertido sin herir sensibilidades. Y esta serie lo ogra. Mae Martin es una cómica canadiense de género no binario que es creadora y protagonista de esta ficción basada, tanto la parte de comedia como la de drama, en sus vivencias. Una mujer llamada George e interpretada por Charlotte Ritchie se enamora de Mae y comienzan una relación. Pero Mae tiene que vigilar su salud mental, para no caer de nuevo en las drogas. La adicción, vivir encerrado en un armario, el miedo a ser dañado son temas resbaladizos que Mae Martin trata con agudeza y valentía. Transita el camino de Todo va a ir bien, la serie del australiano Josh Thomas, pero Feel Good es más compleja y algo más de nicho, en la línea de Sin medida. La más arriesgada de la lista.

    Everything I Know About Love (2022)

    Esta serie de televisión británica es una comedia dramática basada en las memorias ficcionadas homónimas de la autora Dolly Alderton en su época de veinteañera. El resultado en pantalla es como un Diario de Bridget Jones con unos protagonistas una década más jóvenes. Y no tiene miedo a resultar doloroso para los espectadores, en especial para las espectadoras de su generación. Porque Everything I Know About Love cuenta las verdades del barquero. Es el año 2012 y Maggie (el avatar de la autora, interpretada por Emma Appleton) tiene 24 años cuando acaba de llegar a Londres. Sale de fiesta todo el tiempo y eso hace que tanto ella como su grupo de amigos sean proclives a vivir todo tipo de situaciones que dan pie a esta sucesión de interesantes historias y moralejas bastante interesantes y oportunas para el mundo en que vivimos. En este aspecto, se asemeja mucho a Sin medida. Y también trata con gran sensibilidad otra forma de amor que da mucho juego a la ficción (y a la vida real): la amistad. La más juvenil de todas.

  • Las 5 mejores películas y series sobre desastres nucleares de los últimos 10 años (que sí, nos caen cerca)

    Las 5 mejores películas y series sobre desastres nucleares de los últimos 10 años (que sí, nos caen cerca)

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    Hay algo profundamente dramático en el percatarse, de repente, de que todo lo que podía ir mal efectivamente ha salido por la auténtica culata. Y hay algo de farsa tristemente realista en la pésima gestión que suelen llevar las autoridades en los desastres del cine y las series.

    La gravedad, el vértigo, han alimentado grandes dispositivos de acción audiovisual, como el biombo que Kathryn Bigelow ha montado en la reciente Una casa llena de dinamita (2025), donde un misil nuclear avanza directo hacia la Casa Blanca ante la mirada atónita –primero incrédula y luego perdida– de todo el cuerpo de Seguridad, incluidos los muy capaces Idris Elba y Rebecca Ferguson, que ante un final inevitable deben jugar la carta del “sacrificio necesario” y del “daño colateral”.

    Pero la de Bigelow, que está sacudiendo todos los debates tras su estreno en Netflix, ha sido solo una de tantas películas y series que estos últimos diez años han prendido el desastre nuclear como mecha narrativa. Antes, hubo muchas más: desde grandes éxitos como la comedia negra ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (1964) hasta perlas desconocidas, tales que la espeluznante Cuando el viento sopla (1986), una de las películas de animación que no deberías ver con criaturas. Aquí destacamos las cinco mejores de los últimos diez años, porque sólo mirando a la última década ya comprobamos qué tan cerca de casa caen las bombas de la ficción.

    Shin Godzilla (2016)

    Del japonés que mejor ha imaginado los mecha como puerta al absurdo humano, Hideaki Anno (Neon Genesis Evangelion, 1995) en colaboración con Shinji Higuchi, llega la mejor película sobre el desastre nuclear de los últimos diez años, y una de las más destacables dentro de toda la historia de Godzilla. Eso es porque antes que celebrar sin más la iconografía del enorme lagarto mutante, Shin Godzilla (2016) acierta en reducir la receta de la ficción kaiju en una receta minimalista.

    Primero, ahonda en lo primitivo e imberbe que resulta el desastre, que Godzilla encarna entre costras de lava seca, supurando sangre caliente sobre las calles de la ciudad. Y luego, construye el peso de la narrativa sobre una sátira sin treguas alrededor de la burocracia y la incapacidad de reacción de un gobierno que no se decide, y no actúa a tiempo. Aunque el kaiju lleve implícito el signo nuclear, estos dos ingredientes son los que más lo acercan a la realidad que conocemos.

    Los días (2023)

    De otro grande del cine japonés, Hideo Nakata (El círculo, 1998) a cuatro manos con Masaki Nishiura, la miniserie Los días (2023) podría funcionar como episodio complementario al desastre de Shin Godzilla, pero ahora centrándonos en el componente humano de la ecuación. Protagonizada por los abanderados del cine nipón en el panorama internacional, Koji Yakusho y Ken Watanabe (y Fumiyo Kohinata, recurrente de Takeshi Kitano), los capítulos hacen una crónica tan detallada como dolorosa de los siete días críticos que siguieron al tsunami que golpeó la central nuclear de Fukushima en 2011.

    En este tiempo, ingenieros, operarios y políticos debieron tomar decisiones imposibles frente a la incertidumbre total, unas arenas movedizas a todos los niveles que la serie reconstruye de forma muy japonesa –muy a lo Yoji Yamada, en Verano de una familia de Tokio (2017)–, es decir, siempre con el esfuerzo colectivo por bandera. Para convencernos de que incluso en las situaciones más precarias hay que buscar la mano ajena.

    Hora de aventuras (2010)

    Hora de aventuras (2010) parece, a primera vista, un subproducto infantil repleto de chistes absurdos y de colores brillantes. Pero de naíf, el fondo de la serie creada por Pendleton Ward, no tiene nada. Ambientada en la Tierra de Ooo, un mundo nacido tras la enigmática “Guerra de los Champiñones”, el día a día de Finn el humano y Jake el perro va desvelando ruinas ancestrales y criaturas mutantes que son restos de nuestra civilización extinta, que era el hogar de un Finn con lagunas en la identidad y la memoria.

    Ahora, en muy raras ocasiones se deja aplacar la comedia por la melancolía: de forma radicalmente opuesta a las narraciones en presente de la catástrofe nuclear (Chernobyl) y sin caer en la referencia vacua de Fallout a nuestro tiempo, Hora de aventuras toma de la mano el espíritu juguetón del surrealismo y arranca a encadenar rimas sobre la ambivalencia de un mundo muy vivo, y muy raro. Quizás la más luminosa, aun desconcertante, de las ficciones nucleares.

    Chernobyl (2019)

    Ha sido ya tan aplaudida que poco queda decir para recomendarla. La miniserie creada por Craig Mazin (Los últimos de nosotros, 2023) y dirigida por Johan Renck (detrás de Breaking Bad) apuntaba sin dejarse un punto en las íes sobre la catastrófica cadena de errores humanos, negligencias burocráticas y sacrificios heroicos que marcaron la tragedia histórica de la central nuclear ucraniana. La crítica ha insistido mucho en cómo la precisión asfixiante nunca juega en detrimento del pulso narrativo de las tramas, y realmente este es un portento de atmósfera radioactiva. Chernobyl (2019) es un recordatorio de cómo la negación y el miedo pueden ser tan letales como el accidente mismo, y un retrato sombrío y profundamente humano. 

    Ahora, y sé que esta es una opinión impopular, pero me distancia de la serie ver las caras de Jared Harris, Stellan Skarsgård y Emily Watson, en papeles del este de Europa. Es como cuando Penélope Cruz forjó un acento cubano irrisorio en La red Avispa (2020): no cuela.

    Fallout (2024)

    Aligerando el tono y lloviendo sobre mojado, te digo: si has jugado al Fallout 3 o 4, o al New Vegas, quieres ver cómo encara Fallout (2024), la televisión ha imaginado la Vault-Tec, la Hermandad del Acero, los necrófagos y los rifirrafes por la supervivencia en el páramo. Es el desastre nuclear vuelto Funkopop.

    Una historia de aventuras detectivesca, en el juego la trama atómica que persigue Ella Purnell no era más que la excusa para salir a explorar, pero la adaptación de Geneva Robertson-Dworet y Graham Wagner nastante fiel en espíritu, tiene amputaciones, música country, chistes verdes y a Kyle Maclachlan. ¿Qué más quieres? Y lo demás es world-builiding sobre el fantástico mundo (de mierda) que el hongo nuclear nos dejó.

  • Disney se equivoca al rechazar la idea de Adam Driver para 'Star Wars'

    Disney se equivoca al rechazar la idea de Adam Driver para 'Star Wars'

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    En los despachos de Hollywood, se toman decisiones más inverosímiles que el universo de samuráis galácticos, bebés verdes arrugados y babosas esclavistas, y esta es una de ellas. Adam Driver hizo público unos días atrás como Disney había rechazado la mejor idea que veremos en años para la franquicia de La guerra de las galaxias. 

    El actor explicó que propuso a los ejecutivos de Lucasfilm y Disney volver a la saga con una nueva película alrededor de su personaje, Kylo Ren o Ben Solo. Además, admitió haber cerrado un primer pitch escrito con Steven Soderbergh, el responsable de éxitos unánimes de público y crítica como Ocean's Eleven. Hagan juego (2001) o Confidencial (Black Bag) (2024). Lo increíble es que Bob Iger dijo que no. Y acto siguiente, lanzó el muy tibio tráiler de Star Wars: The Mandalorian and Grogu (2026). Tómate una pausa para digerir esto.

    ¿Qué proponía Adam Driver para ‘The Hunt of Ben Solo’?

    El proyecto llevaba por título The Hunt for Ben Solo y seguía la historia del enfant terrible de Han, en un regreso inesperado tras morir en brazos de Rey (Daisy Riley) en Star Wars: El ascenso de Skywalker (2019). El actor describió la película como un guion “hecho a mano y centrado en el personaje”, comparándolo con El imperio contraataca (1980): “Es uno de los mejores guiones de los que he sido parte”. Steven Soderbergh, por su parte, añadió: “Me encantó hacer esta película en mi cabeza. Sólo me sabe mal que los fans no puedan verla”. En el proyecto, además, figuraba el guionista Scott Z. Burns, colaborador habitual de Soderbergh en proyectos tan dispares como ¡El soplón! (2009) o The Laundromat: Dinero sucio (2019).

    Por lo visto, tanto Dave Filoni como Carrie Beck y la misma jefa de Lucasfilm, Kathleen Kennedy, adoraron la idea y animaron a Adam Driver a presentarla hará unos meses a los altos ejecutivos de Disney, que tiene la última palabra sobre la saga.

    ¿Por qué ha rechazado Disney la idea de Adam Driver para ‘Star Wars’?

    Así lo hizo. Bob Iger y Alan Bergman lo recibieron en los despachos, de donde salió con un “no”, sin más, por respuesta. Según Driver, la pareja rechazó el pitch alegando que “simplemente no veían cómo podía seguir vivo Ben Solo, y ya está”. Lo cual, amigas, huele a mala excusa. En la última película del canon principal de Star Wars, El ascenso de Skywalker, Palpatine volvía sólo porque sí. Y no es la única película de la franquicia con regresos inexplicables: Darth Maul sobrevivía a ser cortado por la mitad en La amenaza fantasma (2001) y en El libro de Boba Fett (2021) el cazarecompensas salía del Pozo de Sarlaac, donde había caído en El regreso de Skywalker. En definitiva, no les hubiera costado mucho encontrar una razón para devolver al hijo de Han Solo a la vida… Si nos mofamos con unanimidad del regreso de Palpatine, fue porque la película en la que aparecía era simplemente mediocre.

    Por qué Disney se equivoca impidiendo el regreso de Ben Solo

    Imagina qué podría hacer Adam Driver, un actor de solvencia probada en proyectos de alto presupuesto y voz autoral como Ferrari (2023) o Megalópolis: Una fábula (2024) creando desde cero una faceta desconocida para un personaje ofensivamente desaprovechado en el universo de Star Wars. Súmale las cuatro décadas de grandes películas de Steven Soderbergh, incluyendo una Palma de Oro en Cannes (fue el más joven en conseguirla) y estudios de personaje tan potentes como El asesino (2023).

    Ahora piensa en los proyectos que sí está tirando adelante la factoría Disney, empezando por Mandalorian and Grogu de Jon Favreau o Star Wars: Starfighter, de Shawn Levy. Levy (Deadpool y Lobezno, 2024) y Favreau (El rey león, 2019) cosechan grandes taquillas, pero no sin invertir antes presupuestos desorbitados y nunca saliéndose de los caminos bien demarcados por las tendencias que ya triunfan o los cánones de las sagas adonde aterrizan.

    Tampoco es que Steven Soderbergh sea el colmo del riesgo autoral, porque no olvidamos los revienta-taquillas de la trilogía de Ocean’s Eleven o de Una mujer audaz (2000). Pero por lo menos traería sangre nueva a un imaginario que lleva tiempo mostrando signos de agotamiento, entre series que –a excepción de Star Wars: Visions– acaban viéndose todas iguales. Aceptémoslo, no será la primera ni la última vez en que un estudio de Hollywood rechace una idea tentadora. El mes pasado, conocimos que Steven Spielberg había propuesto a los ejecutivos de Activision dirigir una adaptación de Call of Duty, y que dijeron que no. Será que no entendemos los secretos de la Fuerza, pero hay decisiones que no tienen mucho sentido.

  • Maintenance Required y 10 nuevas comedias románticas que no te puedes perder

    Maintenance Required y 10 nuevas comedias románticas que no te puedes perder

    Alejandra Bekerman

    Alejandra Bekerman

    Editor de JustWatch

    Con el reciente éxito de Maintenance Required en streaming, era inevitable repasar las nuevas rom-coms que nos trajo el 2025. Aquí encontrarás toda la información para sumergirte en las nuevas comedias románticas que están llegando a plataformas como Netflix, Prime Video o Apple TV+. 

    Desde enredos parisinos hasta romances en universidades británicas o encuentros inesperados que cambian vidas, estas historias mantienen vivo el espíritu del género. Algunas son ligeras y encantadoras, otras más melancólicas o reflexivas, por eso las he ordenado de menor a mayor encanto romántico, para enamorarte poco a poco de cada una.

    10. French Lover (2025)

    Empiezo la lista con French Lover porque tiene todo lo que buscamos en una rom-com con alma europea: encanto, imperfección y un romance que no depende de clichés. En esta película una estrella de cine en decadencia se cruza con una mujer corriente que intenta reconstruir su vida tras un divorcio. Es un título que recuerda a Un lugar llamado Notting Hill, pero con un tono más melancólico, más adulto, y menos “cuento de hadas”.Ideal para quienes disfrutan de las historias sobre personas reales, con cicatrices, que aún creen (aunque les cueste admitirlo) en la posibilidad de empezar de nuevo.

    9. The Roses (2025)

    Tengo que  confesar que aunque está en uno de los últimos puestos de la lista, The Roses es la que más captó mi atención desde que me enteré de su premisa. Es una comedia valiente que explora la fase menos idealizada del amor y se siente como una de esas películas que parecen predecibles hasta que no lo son. La historia gira en torno a una pareja que lleva años juntos y decide enfrentarse a la pregunta más temida: ¿y si el amor ya no alcanza? Si Historia de un matrimonio te pareció demasiado dolorosa y Separados demasiado superficial, The Roses encuentra un punto medio: romántica, sí, pero también brutalmente honesta. 

    8. El otro París (2025)

    En El otro París, una mujer se inscribe en un programa de citas convencida de que volará a París, Francia pero termina aterrizando en París, Texas y allí descubre un amor inesperado. Esta película representa ese tipo de rom-com ingeniosa y autocrítica que toma un cliché como “buscar el amor en la ciudad del romance” y le agrega una pizca de humor juvenil. Su premisa absurda me recuerda bastante a Emily in Paris, pero con un espíritu un poco más irónico al estilo (500) días juntos. Es ligera, fresca y perfecta para quienes disfrutan de las comedias donde el desastre inicial termina siendo lo mejor que podía pasar.

    7. Mi amiga Eva (2025)

    Lo que me gusta de esta película es cómo transforma la crisis en una forma de liberación. No busca el romance idealizado, sino uno vivido desde la experiencia y la duda. Tiene el aire maduro de No es tan fácil, pero con el toque más íntimo y contemplativo de Call Me by Your Name, aunque su visual y estética está muy lejos de ambas en comparación. Mi amiga Eva sigue a una mujer de cincuenta años que, durante un viaje de trabajo a Roma, se da cuenta de que quiere volver a sentir algo que hace tiempo perdió. De regreso a Barcelona, decide romper con la comodidad de su vida familiar y lanzarse al vértigo de empezar de nuevo. Para quienes han amado, perdido y vuelto a amar aquí van a encontrar una joya inesperada

    6. My Oxford Year (2025)

    Si quieres reírte pero también soltar algunas lágrimas, esta película basada en la novela de  Julia Whelan es justo para ti. My Oxford Year sigue a una joven becaria estadounidense que llega a Oxford dispuesta a concentrarse en su carrera política hasta que un profesor carismático se cruza en su camino. Es muy bella porque comienza como una comedia romántica universitaria y termina convertida en una meditación sobre la pérdida y la madurez. Si te emocionó Me Before You, aquí encontrarás el mismo tipo de amor contado con mucha sensibilidad. Es ideal para los que disfrutan del drama romántico con inteligencia emocional y escenarios de ensueño.

    5. Splitsville (2025)

    Creo que Amores compartidos es una de las comedias románticas más ingeniosas del año y una que seguiremos recordando en el futuro por ser absoluto caos. La premisa suena simple: un grupo de divorciados que se muda al mismo barrio para empezar de nuevo. Pero aquí hay mucho más humor ácido del que esperamos en una cinta de este estilo. Tiene un reparto lleno de carisma que incluye a Dakota Johnson  y diálogos afilados que siempre aprecio en el género.  La coloco aquí porque logra algo que pocas rom-coms contemporáneas consiguen, y es reírse del fracaso sin cinismo.

    4. Oh Hi (2025)

    Nunca pensé encontrarme con una película que sea básicamente la versión comedia romántica de Misery, pero aquí estamos y ¡vaya que sorpresa! En esta historia, Iris e Isaac intentan disfrutar de su primera escapada juntos, pero cuando la relación se tambalea, ella se aferra a la idea de que la frialdad de él es solo confusión. Su necesidad de salvar el vínculo la empuja a comportamientos cada vez más irracionales. Me gusta Oh Hi porque lleva la rom-com a su límite más incómodo donde el amor se convierte en obsesión. Tiene la ironía de Loca obsesión pero con un enfoque más íntimo y femenino. Es de esas películas que no te hacen suspirar, sino que te dejan pensando en los límites de lo que hacemos por no sentirnos solos, con muchas risas incómodas de por medio. 

    3.  The Life List (2025)

    Mi lista de deseos tiene todos los clichés que uno espera de una gran historia romántica pero ofrece algo más: una mirada tierna y esperanzadora sobre el paso del tiempo. La película sigue a una mujer que, tras la muerte de su madre, encuentra una lista de deseos que ella misma escribió cuando era niña. Decidida a cumplir cada punto, emprende un viaje que la transforma profundamente. Está en el top 3 porque logra equilibrar perfectamente el tono emotivo con la calidez del romance clásico. Es Come, reza, ama  con menos misticismo y más humor. Ideal para quienes disfrutan de las películas que te hacen llorar un poco y sonreír mucho, como Posdata: te quiero.

    2. Materialists (2025)

    Aquí viene una recomendación para quienes aman el glamour de El diablo viste de Prada pero aún así quieren un toque romántico más clásico. Materialists es una sátira moderna sobre el amor, el dinero y el deseo de tenerlo todo. La historia sigue a una “matchmaker” de élite en Nueva York que organiza citas para millonarios  hasta que se enamora de uno de sus clientes. Gran parte del atractivo de esta película es su directora Celine Song (la mente detrás de Vidas pasadas) y el elenco que incluye al trío Dakota Johnson, Chris Evans, y Pedro Pascal. Recomendada por ser un festín visual y emocional que confirma que la comedia romántica puede seguir siendo inteligente y chic por igual.

    1. El Piloto (2025)

    El primer puesto se lo lleva una comedia romántica que sabe hacer reír, incomodar un poco y dejarte al  final con el corazón blando. El Piloto mezcla humor rural, tensiones familiares y la típica química entre polos opuestos pero con una sensibilidad más europea, menos idealizada y más emocionalmente honesta. ¿De qué trata?  La vida de una mujer da un giro inesperado de la noche a la mañana cuando un arrogante piloto de globo aerostático se estrella contra su gallinero y termina convirtiéndose en su nuevo vecino. Si buscas una historia cálida sobre segundas oportunidades, heridas familiares y la belleza de los encuentros improbables, El Piloto entrega lo que promete.

  • 7 películas de terror familiares para ver con niños este Halloween

    7 películas de terror familiares para ver con niños este Halloween

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    Llega Halloween y quieres compartirlo con las generaciones jóvenes de tu familia, ¡enhorabuena! Podrás ver cómo se maravillan ante mitologías que a ti quizás ya no te impresionan tanto, “sustos” que ya no te dan mucho pavor y monstruos que hoy sólo ves como disfraces. Si aciertas, quizás estés formando nuevos apetitos cinéfilos, porque ¿qué engancha más que una buena película de terror en edad temprana?

    En JustWatch nos hemos propuesto recomendarte algunas películas fantásticas que puedes compartir con toda la familia, con algunas directrices. Primero, nos hemos propuesto ser variados en lo que respecta al origen de las películas (no todo es Estados Unidos), a las edades recomendadas e ir un poco más allá de los años noventa, donde parece que quedan el resto de listas disponibles en internet. Conocer el cine clásico está en la base de cualquier dieta cinéfila futura, ¿no? En fin, vamos con esa guía de películas para ver este Halloween con familia.

    Los mundos de Coraline (2009)

    Henry Selick se demostraba el gran artífice de las películas de terror family-friendly ya en Pesadilla antes de Navidad (1993), y en Los mundos de Coraline quiso ir un paso más lejos: sin ninguna música de por medio, construiría un universo inquietante y fantasioso, bello y sin miedo a impresionar.

    Pero Los mundos de Coraline es la gran olvidada del fantástico para toda la familia de principios de los 2000, lo cual es injusto: primero, porque el concepto es genuinamente terrorífico (un país de las maravillas donde para quedarte debes coserte botones por ojos), y segundo porque todo el aparataje estético de esta joyita en clay-motion resulta brillante, único y cuidado con un cariño máximo. Para pre-adolescentes iniciados y neófitos en el terror.

    Los crímenes del museo de cera (1953)

    Los crímenes del museo de cera es una fantástica forma de poner cara a Vincent Price, uno de los actores más icónicos del cine fantásticol, junto a Boris Karloff (aquí figura con El doctor Frankenstein). De hecho, podemos recomendar igualmente la genial El fantasma de la ópera con Lon Chaney, pero debéis aseguraros de acompañar bien el visionado de esta perlita sin diálogos. En fin, la película de André de Toth da un argumento a un lugar de por sí inquietante, un museo de cera (ni os acerquéis al remake con Paris Hilton, por favor).

    Aquí, un artista loco, una bella inocente y un cuerpo de policías algo tontorrones son el trenecillo perfecto para quienes no estén tan acostumbrados a ver cine y terror. Además, el hecho de que se hiciera en un muy incipiente 3D (fue la primera película en color en rodarse así) puede servir para enseñar cómo el cine, ya en los años cincuenta, trataba de superar los límites de la pantalla pequeña. Para niños más jóvenes, o con mucho miedo.

    El círculo (1998)

    Ojo, El círculo (la japonesa) tiene clasificación PG-13 (para mayores de 13 años). Eso sí, aunque contiene algunos sobresaltos, no es demasiado para los niños con algo más de aguante. Simplemente, acompañad bien el visionado y preparaos para verles alucinar. Que los jóvenes de casa puedan descubrir una película como ninguna que hayan visto antes me parece suficiente para justificar el riesgo a asustarles de verdad.

    Si no estáis muy seguros, pero queréis arriesgaros con algo que dé miedo, miedo, o podéis ir a la versión estadounidense, El grito (2004) con Sarah Michelle Gellar, o podéis apostar por nuestra siguiente candidata en la lista, Los otros de Alejandro Amenábar.

    Los otros (2001)

    Como El círculo pero ahora en madera de roble, Los otros es una obra fundacional. Yo descubrí cuánto podía sorprenderme, engancharme y dolerme una película con Los otros de Alejandro Amenábar. No es sólo el giro final, que también podéis encontrar en El sexto sentido (1999). Es toda la ambientación gótica, que resulta obnubilante y casi marea, sin dejarnos de la mano en ningún momento. Resulta tan fácil de seguir por un adulto, que sepa apreciar los arrebatos infanticidas de Nicole Kidman y el trasfondo de la Guerra Civil, como por cualquier joven (no niño, por favor), que disfrutará con una historia de fantasmas a lo montaña rusa, digna de todas las versiones de Otra vuelta de tuerca de Henry James. Hay algún jumpscare, así que es para pre-adolescentes con algo de estómago.

    Pesadilla antes de Navidad (1993)

    Al contrario que Los mundos de Coraline, Pesadilla antes de Navidad, la película que Henry Selick dirigió para el productor Tim Burton es, antes que nada, una comedia musical. Y sí, hay un Hombre del Saco que está cosido a base de insectos, una novia cadáver, un perro fantasma y una Ciudad Halloween, pero aquí imperan la comedia, las canciones y la festividad. Por lo tanto, la recomendamos si tenéis a criaturas muy pequeñas o con poco aguante para el terror.

    Como pasa con Hotel Transilvania (2012) o La familia Addams (1991), podéis presentarla como introducción al imaginario fantástico para luego dirigiros a otros referentes de los arquetipos que aquí salen a la pista, del vampiro sibilino al inocuo monstruo de Frankenstein. Para niños más pequeños, o con mucho miedo.

    El doctor Frankenstein (1931)

    Cuando recomiendo El doctor Frankenstein, lo hago sabiendo que muchos relacionaréis una película en blanco y negro con un aburrimiento. Pero explica bien las bases científicas, filosóficas y humanas de este cuento fáustico y descubrirás un mundo nuevo a quienes te acompañen. La adaptación de James Whale con Boris Karloff tiene todo lo esencial en una buenísima fábula: un héroe incomprendido, una moraleja sobre la negligencia y un mundo fantástico.

    Ahora, si veis que la paciencia no sobra en el contexto en el que la proponéis, podéis optar por Frankenweenie (2012), que no es lo mismo pero quizás apele mejor al estómago de los no-iniciados. Yo la compartiría con niños muy curiosos, especialmente hasta la adolescencia.

    El viaje de Chihiro (2001)

    Pienso qué tanto puede disfrutar una criatura de El viaje de Chihiro (2001), sobre todo si los disfraces de Halloween empiezan a parecerle infantiles. Al final, igual que Coco (2017) pero menos evidente, es una puerta perfecta para explorar qué otros imaginarios del fantástico hay más allá de los confines de Estados Unidos. El viaje de ida y vuelta de Chihiro al balneario de los dioses está zurcido a base de escenas de acción y de introspección, pero sobre todo de espíritus que les darán vueltas por la cabeza mucho después de que termine la película. Para cualquier criatura, siempre bien acompañada.

  • Las 10 mejores películas de terror gratis en plataformas

    Las 10 mejores películas de terror gratis en plataformas

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    Hay tantas buenas películas de terror disponibles de manera totalmente gratuita y legal en plataformas, que el pánico seguramente nos sobrevenga al escoger una. De entrada, están todos los clásicos que son de visionado “obligatorio” para cualquier fan del terror: ya sean las arcadas que provoca El ciempiés humano (2009), una de esas “pruebas de fuego” para la cinefilia adolescente, o abuelos del terror actual como Nosferatu (1922), que ya no nos da tanto pavor pero deberías conocer para tener medida sobre todo lo que se construyó encima.

    O en la liga de terrores modernos, también puedes ver de forma gratuita la Insidious (2011) de James Wan. En fin, que hay mucho donde escoger y, ante el advenimiento de Halloween, toca ser expeditivos. Así que esta guía quiere descubrir 10 joyas del cine de terror que no te harán pagar por el susto, ordenadas según el miedo que creo que dan y las posibilidades de que las conozcas.

    Hush (Silencio) (2016)

    Hush (Silencio) (2016) es simplemente una grandísima perla oculta al gran público y te hará olvidar la existencia de tu móvil a base de dosis de tensión mucho más elevadas que tu típico slasher. La película de Mike Flanagan explota el jumpscare efectivo porque tiene por protagonista a una escritora sorda en una cabaña en el bosque, que debe sobrevivir a los asaltos de un maníaco en medio de la noche. Por lo tanto, si ella no oye al asesino, nosotres tampoco… Hasta que lo vemos. Y cuando lo vemos, temblamos casi tanto como viendo los zombis de The Sadness.

    De un blanco y negro casi tan lustroso como el de Una chica vuelve a casa sola de noche (2014), la gracia definitiva de esta joya se debe a que Kate Siegel, la protagonista escritora, es de veras muy inteligente y da guerra a la altura del atacante. Esto no es un espectáculo de “ver cuándo matan a la rubia tonta”, más bien al contrario. Aplaudimos cada estrategia de esta ahijada de Laurie Strode en La noche de Halloween (1978) como una genuina partida de ajedrez.

    The Sadness (2021)

    No dormí nada la noche que vi The Sadness (2021), tanto asusta. Digamos que tomas el cinismo extremo, la crudeza visual y el contexto urbano de Seoul Station (2016) de Yeon Sang-ho, del director de Train to Busan (2016), le añades dos cucharadas de la acción física que tanto saben ejecutar en el cine tailandés, diez cubos de sangre e inyectas la mezcla con terror puro, en vena. Porque aquí, a diferencia de los zombis tradicionales, los infectados conservan su inteligencia, pero están dominados por impulsos de crueldad extrema… Y sonríen. Auténtico horror.

    De forma parecida a La matanza de Texas o Al interior, dos perlas extremistas repletas de cuerpos mutilados: no veas esta película cerca de personas sensibles.

    Al interior (2007)

    Decía: subiendo todas las apuestas de su hermanada Mártires (2008), esta hija prodigio del Nuevo Extremismo Francés demostró que en el país del pan y del queso también hay espacio para las entrañas desparramadas por entre la mugre y las baldosas. En esta home invasion, bien al contrario que en Hush (Silencio), la protagonista embarazada nunca tiene una posibilidad ante una intrusa con la peor de las intenciones.

    Al interior (2007) lleva el horror visceral y psicológico hasta límites insoportables: nunca asistiremos (por suerte) a otra escena como la de la cesárea que la intrusa ejecuta sobre el cuerpo de su atacada, retratada con los borbotones de sangre desparramándose alegres. Reímos de los nervios.

    Verónica (2017)

    A la risa nerviosa también ataca Verónica (2017), una de las perlas recientes del cine de terror español que, junto con Cerdita de Carlota Pereda, demuestra que se puede ser profundamente castizo y no tener nada que envidiar a los homólogos estadounidenses. De hecho, la película de Paco Plaza podría ser Expediente Warren: The Conjuring (2013) del Vallecas de los ochenta.

    Ambientada en un destartalado edificio dormitorio donde (sobre)vive una joven que huye con sus hermanos (Sandra Escacena, entregadísima), un eclipse va a invocar la presencia de todas las criaturas sobrenaturales que Verónica sí puede ver, así como tres simpáticas vecinas que por las noches leen, seguro, los cuentos de Lovecraft. Apariciones demoníacas, muchos jumpscares, una final girl que no duda en coserse las heridas con grapadora y la absoluta falta de vergüenza del maestro Paco Plaza aseguran un visionado divertidísimo.

    Cure (1997)

    Me he dado el lujo de incluir dos perlas japonesas en la guía, ambas del mismo período pero con dos estilos muy diferentes: Cure (1997) da fe del mal rollo absoluto que puede inducirnos una cámara, una habitación vacía y un rincón a oscuras. Yo, por lo menos, no he sido capaz de superar nunca el nivel de terror en voz baja del gran Kiyoshi Kurosawa en Cure, aunque Pulse (Kairo) (2001) se le acerque mucho en materia de espantos  “domésticos”.

    En breve, un policía investiga una serie de asesinatos cuyas víctimas aparecen con una herida de arma blanca en forma de equis y cuyos culpables son personas totalmente normales, sin ningún motivo. Algo está influenciando a la gente para matar, y ese algo está más cerca que nunca.

    El círculo (1998)

    Muy sencillo: ves un vídeo, te llaman, descuelgas y mueres en siete días. Nos sabemos el argumento de El círculo (1998) gracias a las innumerables versiones y parodias que de ella se han estrenado, desde el notable remake estadounidense de The Ring (La señal) (2002) hasta Scary Movie: no hay dos sin 3 (2003). Sin embargo, igual que con Cure, hay algo de la seriedad absoluta con la que la niña del vídeo emerge lentamente del pozo, arrastrándose a ti, que vuelve esta película una fuente de pavor sin fecha de caducidad.

    El terror japonés contemporáneo está redescubriendo todo el poder de los monstruos que habitan dentro de nuestras cañerías y aparatos de televisor, y que hoy se manifiestan en animes como Jujutsu Kaisen (2020) o Chainsaw Man (2022). El origen de toda esta negrísima fauna se encuentra en El círculo o en la posterior La maldición (The Grudge) (2002).

    Mad God (2022)

    El primer pase de Mad God (2022) en el Festival de Sitges fue una auténtica fiesta: espero que el visionado, colosal, no desmejore mucho en casa. No por nada el maestro de los efectos visuales Phil Tippett dedicó tres décadas a imaginar y recrear esta pesadilla en stop motion, que sigue el descenso de un explorador enmascarado por un infierno mecánico poblado de monstruos y ruinas dignas de los inframundos de Lovecraft o de los recovecos steampunk de Mad Max: Furia en la carretera (2015).

    En plan viaje lisérgico al fondo de la noche, más de ambiente y de imaginería demoníaca que de sobresaltos, en esta guía sólo resulta comparable al mal rollo que despierta en El círculo, cuyas grietas a la realidad podrían conectar perfectamente con el infierno heavy metal de Phil Tippett.

    La matanza de Texas (1974)

    Leatherface cosechó su estatus de clásico a base de garfios, motosierras y cuchillos carniceros, y por el camino quedó una de las películas más desagradables de la historia. La matanza de Texas (1974) no es sólo la madre de todos los slashers actuales (Cerdita, Al interior, incluso el terror en la puerta de La noche de Halloween), sino que representa también una culminación que ha contado con pocas competidoras al mismo nivel de violencia.

    Desde que el autoestopista loco se sube a la furgoneta del grupo de estudiantes, sabemos que la única forma de que no acaben todos muertos pasa por dar la vuelta atrás y tratarse con años de terapia y, sin embargo, Tobe Hopper nos obliga a presenciar su evisceración como si de la chimenea navideña del Netflix del infierno se tratara. Simplemente tremenda.

    Cerdita (2022)

    Junto con Verónica, Cerdita (2022) demuestra que el fantástico español está más vivo (y sobretodo coleando) que nunca. Si no conoces este slasher asado bajo el calor veraniego de las llanuras extremeñas, pegajoso y oloriento como las ronchas entre las piernas, ya puedes correr a comprobar cómo Carlota Pereda no se corta un pelo en la sangre ni en la crueldad. Nuestra protagonista, a quien los abusones del pueblo llaman “cerdita” por su sobrepeso, lo pasa tan mal en la película que la directora decidió dar el papel (adolescente) a una actriz de treinta años, la fantástica Laura Galán.

    Cuando esta finalmente toma venganza (aunque no de la forma en que lo esperaríamos), aplaudimos con cuchillos por manos. Y nos zampamos una loncha de mortadela de las que la madre, Carmen Machi, corta a diario en su carnicería. Que aproveche, supongo…

    Halloween III: El día de la bruja (1982)

    Si alguien trata de convencerte de que las terceras partes nunca fueron buenas, enséñale Halloween III: El día de la bruja (1982). Auténtica película de culto, el cierre de la trilogía original de La noche de Halloween no tiene nada que ver con Michael Myers pero sí mira de frente al clima que luego daría lugar a clásicos del terror corporativo como Están vivos (1988), en la que unas gafas nos permiten ver los hilos de titiritero de un complot (alien) a nivel planetario.

    Por el estilo va Halloween III: una empresa planea un sacrificio masivo usando máscaras y señales televisivas. Estrenada en plena era del pánico satánico y del auge del consumismo, conecta con el miedo al control mental y a los niños inquietantes. Que aunque no den miedo real, como sí lo hace La matanza de Texas, sí la sitúan como referencia evidente de perlas contemporáneas como La Hora De La Desaparición (2025).

  • ‘Good Boy’ no es la única: Todas las películas narradas desde la perspectiva de un animal

    ‘Good Boy’ no es la única: Todas las películas narradas desde la perspectiva de un animal

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    Esta no es otra guía con las mejores películas sobre animales donde incluir todo lo que camina a cuatro patas y sin zapatos (en el enlace, os he incluido la nuestra, que tiene algunas perlas). No, esta lista pretende ser la radiografía de un fenómeno que desde hace meses viene inundando los catálogos de las plataformas, los programas de festivales y las carteleras. Eso es: las películas narradas desde el punto de vista de un animal. Obras que, por estar explicadas por un ser vivo no humano, no se parecen en nada a los dramas con personas.

    Aquí encontraréis perros, burros, gallinas, gatos, vacas… Y alguna sorpresa, que os desvelaremos más adelante (seguid leyendo). El cielo es el límite, dicen, aunque no hemos incluído ninguna fábula que no esté explicada enteramente desde el punto de vista de un ser animado no humano. Por ejemplo, he tenido dudas al incluir Flow, porque aunque el gato negro protagonista es capital y omnipresente, la narración no cambia a través de la perspectiva del felino, como en Los chicos de la Nickel (2024) la voz narrativa sí modifica la historia que se cuenta

    Good Boy: Confía En Tu Instinto (2025)

    Good Boy: Confía En Tu Instinto (2025) ha sido el fenómeno del último Festival de Sitges, por varias razones. Una, que en 75 minutos consigue explicar una historia de posesiones genuinamente terrorífica. Dos, que su protagonista Indy (el golden retriever del director Ben Leonberg y de su pareja y productora de la película, Kari Fischer) se ha demostrado un actor más que solvente.

    Tres, que la suma de las partes no lleva a una película claustrofóbica, como sería de esperar por las limitaciones de su argumento: al final, el perro del protagonista es más inteligente que la media de las final girls típicas del género de la cabaña en el bosque y, cuando el mal acecha, procura huir de él. Igual que Flow, un mundo que salvar, Good Boy: Confía en tu instinto funciona como gran película, además de como gran fábula sobre nuestro mejor amigo.

    EO (2022)

    Junta la perspectiva de un asno con la perspectiva de un autor y tienes la película de Jerzy Skolimowski que revolucionó el Festival de Cannes. EO (2022) toma la premisa piadosa de Al azar, Baltasar (1966), en la que un burro crecía rodeado de niños pequeños para encontrarse de adulto ante los malos tratos y los trabajos más ruines de los humanos, pero sube la apuesta metafísica.

    Ahora no son los ojos compasivos de Robert Bresson quienes miran al burrito, sino el burrito que ve cómo su realidad se tiñe y se distorsiona por la crueldad. Y cuya mirada quizás pueda enseñarnos algo sobre este mundo que vemos y creemos conocer. Compartió parrilla en Cannes con Vaca de Andrea Arnold, que no llega a las cotas aleladas de misticismo pero que tampoco tiene ningún pelo en la lengua.

    Hen (2025)

    Ahora visualiza cómo se mueve una gallina: a saltitos, simpática, ladeando la cabeza entre curiosa y ofendida. La protagonista de Hen (2025) es la única competidora a la altura de la expresividad de Indy en Good Boy, corriendo de un lado para otro cual Buster Keaton de la comedia animal en un road trip que la llevará del matadero a la casa de un abuelo de Heidi.

    Pero la película que la sigue, el debut de György Pálfi, no es solamente mono. Es más: a partir de los treinta primeros minutos, cuando la gallina ya no corre peligro de que se la coman, es cuando a su alrededor –sin que la bicha se dé demasiada cuenta– empiezan a ocurrir las desgracias. Y es que Pálfi aprovecha para hacer una panorámica de los conflictos políticos de Grecia (desde la crisis de los refugiados hasta las mafias locales), a través de los ojos incomprensivos de una gallina. Ojo: como Vaca, Hen te dejará tocado.

    Vaca (2022)

    Vaca (2022) es, de entrada, una promesa dura pero en ningún caso traicionera. En el documental de Andrea Arnold, seguiremos a una vaca desde que entra en una explotación ganadera hasta que acaba sus días allí. En planos obtusos sobre su espalda, siempre cercando sus ojos (la cámara, como si fuera una mosca), acompañamos a la vaca en la que sabemos una vida corta pero muchísimo más compleja de lo esperado.

    Especialmente, porque los pasajes en los que la cineasta la sumerge trascienden lo humanamente emocional. Al contrario que en Flow, cuesta mucho acotar a una experiencia antropológica lo vivido en Vaca, entre el videoclip y el slow cinema. Eso es porque ninguno de nosotros sentiría nada igual en una granja. Si el cine no es un gran ejercicio de imaginación…

    Flow, un mundo que salvar (2024)

    Es la más clásica y conocida de las presentes animaladas, pero resultaría insultante no incluir los esfuerzos narrativos de este Arca de Noé mudo y cien por cien libre de humanos. Flow, un mundo que salvar (2024) ganó el Oscar animado por acercarse a los pasos claves de la vida con la sensibilidad que los ojos de un gato, el compañero más cariñoso si se lo respeta. Y su éxito hizo que las adopciones a gatitos negros aumentaran en España.

    Gustará a quienes aplaudisteis Robot salvaje como nueva imprescindible en el canon de la animación para toda la familia, aunque su gentileza no tenga nada que ver con la línea cruel del resto de integrantes de la lista (a excepción de la simpatía irresistible del perro de Good Boy, paradójicamente).

    Presencia (2025)

    Y aquí me permito dos excepciones, porque la cosa no acaba en plumas y zarpas si andáis buscando una película que se cuente diferente y más allá del punto de vista humano. Presencia (2025) de Steven Soderbergh nos enseñó que una historia de mansión encantada puede convertirse en un drama intimista si la cuenta el fantasma que mora en la casa. Presencia apuesta por enseñar todo lo que en una familia perfecta queda debajo de la alfombra, incluso lo más desagradable.

    Demuestra así que el punto de vista es capital a la hora de definir los sujetos, y se une a perlas indie del género fantástico que han convertido los motivos más gastados del fantástico en excusa para explicar otra cosa: por ejemplo, cómo De Naturaleza Violenta (2024) nos hacía acompañar a un Mike Myers en un viaje lento, a ratos sangriento y sobre todo precioso por los bosques de la América profunda.

    Goma (2010)

    Otro experimento formal parecido a Presencia, aunque de tono mucho más cercano a la tradición 100% slasher de De naturaleza violenta, Goma (2010) nos pone en “los ojos” de un neumático asesino. Y luego, Quentin Dupieux/Mr. Oizo pone a su rueda a rodar por entre moteles de carretera, mientras esta va reventando las cabezas de quienes se cruzan en su camino.

    Como Good Boy, Goma es una fiesta de puro alma fantástica. Sin ninguna vergüenza a la hora de acercarse al género, con un extra de violencia y velocidad que sólo puede imaginarse con unas rayas de alguna sustancia ilegal. El visionado perfecto para una tarde de cerveza y palomitas. Placeres humanos con olor a gasolina.

  • Las 10 mejores películas de Penélope Cruz, ordenadas

    Las 10 mejores películas de Penélope Cruz, ordenadas

    Juan José Mateo

    Juan José Mateo

    Editor de JustWatch

    Si tuviéramos que elegir a una actriz española que haya logrado una carrera internacional, coherente y arriesgada, con toda probabilidad el nombre de Penélope Cruz sería el más pronunciado. 

    Desde su debut adolescente hasta su consolidación como musa de Pedro Almodóvar y estrella de Hollywood, Cruz ha sabido moverse entre el drama, la comedia y el musical con una naturalidad que pocas actrices poseen. Su magnetismo, su expresividad y su capacidad para mezclar fragilidad y fuerza la han convertido en una figura única.

    Si eres fan de la actriz, en esta guía de Justwatch repasamos las 10 mejores películas de Penélope Cruz, ordenadas por año de estreno, para descubrir cómo se convirtió en una de las actrices más admiradas de la industria.

    Jamón, jamón (1992)

    La película que lo cambió todo. Con apenas 18 años, Penélope Cruz debutó en Jamón, jamón, la fábula erótica de Bigas Luna que también lanzó la carrera de Javier Bardem (y que también es una de sus mejores películas). Su papel de Silvia, una joven atrapada entre el deseo y la frustración, refleja la mezcla de inocencia y sensualidad que definió al cine español de los 90.

    La interpretación de Cruz, aunque aún instintiva, tiene una fuerza que anticipa la actriz en la que se convertiría. Frente a la energía física de Bardem, ella aporta vulnerabilidad y fuego interior. 

    La película, exagerada y simbólica, puede verse como la semilla de lo que luego desarrollaría Almodóvar en Volver: el retrato de una mujer rodeada de hombres que la desean pero que son incapaces de comprenderla. Jamón, jamón no es solo el comienzo de su carrera, es el primer aviso de su poder magnético.

    Abre los ojos (1997)

    En Abre los ojos, dirigida por Alejandro Amenábar, Penélope interpreta a Sofía, una joven que se convierte en el ancla emocional de un hombre que pierde el control entre la realidad y el sueño. Su interpretación es delicada, casi etérea, pero también firme: representa la idea de la mujer que salva, que ilumina, que da sentido.

    Comparada con Vanilla Sky, que es el remake estadounidense donde Cruz repite papel, su trabajo en la versión original resulta más genuino y conmovedor. Amenábar juega con los reflejos del amor y la identidad, y Cruz brilla en esa ambigüedad entre lo real y lo idealizado. 

    Si en Jamón, jamón representa el deseo, Abre los ojos constituye la esperanza. Una evolución clara hacia la actriz más madura que veríamos en Todo sobre mi madre.

    Carne trémula (1997)

    El mismo año, Pedro Almodóvar le dio a Cruz uno de sus primeros papeles dentro de su universo cinematográfico: el de Isabel, una joven madre que da a luz en un autobús en plena noche madrileña. Aunque su aparición es breve, su presencia es clave: es el origen del drama sobre el que gira la película.

    En Carne trémula, Penélope demuestra que puede llenar la pantalla incluso con pocos minutos. Su dulzura contrasta con la tensión sexual y moral que domina el resto del filme, algo que la emparenta con su rol en Madres paralelas, donde también es el eje emocional de una historia colectiva. 

    Frente al erotismo de Jamón, jamón, aquí emerge su capacidad para transmitir ternura pura, sin artificio.

    Todo sobre mi madre (1999)

    Con Todo sobre mi madre, Cruz entra de forma definitiva en la familia Almodóvar y alcanza la consagración ante la crítica. Interpreta a Rosa, una monja inocente y luminosa que se convierte en símbolo de compasión en un mundo roto. Su actuación es contenida, sin dramatismos, pero cargada de humanidad.

    La película (ganadora del Óscar a Mejor Película Internacional) es un canto a la maternidad, a la pérdida y a la empatía, donde Cruz representa la fe ingenua frente al dolor. 

    Si Carne trémula mostraba su ternura, aquí la eleva a un nivel mayor. En comparación con Volver, donde su personaje se defiende del mundo, en Todo sobre mi madre lo abraza. Es una de las actuaciones más puras y luminosas de su carrera.

    Todos los caballos bellos (2000)

    En Todos los caballos bellos, Penélope Cruz da el salto al cine estadounidense junto a Matt Damon, en un drama romántico ambientado en el México rural de los años 40. Aunque la película de Billy Bob Thornton no alcanzó el éxito esperado, Cruz ofrece una interpretación elegante y trágica como Alejandra, una joven marcada por el amor imposible y las convenciones familiares.

    Su trabajo recuerda al de Winona Ryder en La edad de la inocencia: ambas mujeres atrapadas entre el deber y el deseo. Frente a la espontaneidad del cine de Almodóvar, aquí Cruz explora el clasicismo, el tempo lento, la mirada nostálgica. 

    Puede que la película no esté entre las más brillantes de su filmografía, pero fue crucial para abrirle las puertas de Hollywood y para demostrar su versatilidad cultural y lingüística.

    Volver (2006)

    Volver merece mención especial como punto de inflexión en su filmografía. Con esta película, Cruz alcanzó la cima de su colaboración con Pedro Almodóvar y recibió su primera nominación al Óscar.

    Su interpretación de Raimunda, una mujer que carga con los secretos de su familia mientras lucha por salir adelante, es monumental. Combina la fortaleza de una heroína clásica con la humanidad de una vecina de barrio. 

    Penélope brilla en cada plano, como lo haría Sophia Loren en Dos mujeres o Giulietta Masina en La strada. Frente al desenfreno de Vicky Cristina Barcelona, aquí domina la serenidad y la verdad. 

    Es el papel que la consolidó como actriz total.

    Vicky Cristina Barcelona (2008)

    Woody Allen encontró en Penélope Cruz una fuerza impredecible, una actriz capaz de incendiar la pantalla sin perder precisión. En Vicky Cristina Barcelona, Cruz interpreta a María Elena, una pintora inestable y apasionada que vuelve a irrumpir en la vida de su ex marido (otra vez Javier Bardem). Su personaje es pura electricidad: cada gesto es arte y locura a la vez.

    Gracias a este papel ganó el Óscar a Mejor Actriz de Reparto, y no por casualidad. Cruz dota a María Elena de un caos encantador que recuerda a Anna Magnani en La rosa tatuada o a Gena Rowlands en Una mujer bajo la influencia. 

    Frente a la serenidad de Volver o la sobriedad de Madres paralelas, aquí se desata de manera completa. Es el arquetipo de la mujer libre, excesiva y herida: un torbellino de emociones.

    NINE (2009)

    En el musical NINE, inspirado en 8½ de Fellini, Penélope interpreta a Carla, la amante del director Guido Contini (Daniel Day-Lewis). En un reparto repleto de estrellas (Marion Cotillard, Nicole Kidman, Judi Dench), su sensualidad y vulnerabilidad la convierten en una de las figuras más memorables del largometraje.

    Su número musical, “A Call from the Vatican”, es pura teatralidad: una mezcla de deseo y tristeza que recuerda a las divas del Hollywood clásico. 

    Comparada con Vicky Cristina Barcelona, aquí canaliza la pasión a través de la danza y la música, demostrando su control absoluto del cuerpo y la voz. Aunque la película no tuvo el impacto esperado, Cruz brilla con un magnetismo que trasciende la pantalla.

    Asesinato en el Orient Express (2017)

    En la adaptación dirigida por Kenneth Branagh del clásico de Agatha Christie, Penélope Cruz interpreta a Pilar Estravados, una versión reinventada del personaje original. Su actuación es sobria y misteriosa, muy distinta al histrionismo de Vicky Cristina Barcelona o la emotividad de Volver.

    Lo más interesante de Asesinato en el Orient Express es cómo Cruz aporta una gravedad silenciosa, una espiritualidad contenida que la separa del resto del reparto. Aunque el film tiene un tono coral, su presencia destaca precisamente por no buscar el protagonismo. 

    Es un ejemplo de madurez interpretativa: la actriz que ya no necesita demostrar nada, solo habitar el personaje.

    Madres paralelas (2021)

    Pedro Almodóvar y Penélope Cruz volvieron a encontrarse en Madres paralelas, una película que aborda la maternidad, la memoria histórica y la identidad femenina con una sensibilidad extraordinaria. 

    Su interpretación de Janis, una fotógrafa que descubre un secreto devastador, es casi con toda probabilidad la más compleja y emocional de su carrera reciente.

    Cruz ganó la Copa Volpi en Venecia y fue nominada al Óscar por su interpretación. Su actuación equilibra fragilidad y coraje, mezclando lo íntimo con lo político, como lo haría Cate Blanchett en Blue Jasmine. 

    En comparación con Todo sobre mi madre, aquí la maternidad ya no es símbolo de pureza, sino de lucha. Madres paralelas confirma que Cruz no solo es una gran actriz española, sino una de las más importantes a nivel mundial.

  • Las 10 mejores películas de ciencia ficción para ver gratis en plataformas

    Las 10 mejores películas de ciencia ficción para ver gratis en plataformas

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    Porque el gran invento del siglo XXI fue que podías tener todo el cine disponible en tus manos sin arruinarte con tus mil suscripciones a plataformas, la guía que hoy te propongo es más necesaria que nunca. Y especialmente, porque este otoño viene cargado de buenos estrenos de ciencia ficción en las carteleras, desde el Frankenstein de Guillermo del Toro (disponible en Netflix el 7 de noviembre) al relanzamiento de Regreso al futuro cuarenta años después de su estreno.

    Mientras tanto, hay muchísima ciencia ficción disponible legalmente en plataformas y tanta otra por la que no es necesario pagar ni un centavo. Si disfrutas el género, hoy te recomiendo diez muy buenas películas en clave sci-fi (también muy variadas) pero que puedes ver gratis, ya mismo. Además, te las ordeno de mejor a peor. ¿Vamos?

    Stalker (1979)

    En la zona prohibida, un guía conduce a dos hombres hacia una habitación que concede los deseos más íntimos. Stalker (1979), del mítico cineasta ruso Andréi Tarkovski, es una meditación sobre la fe, la desesperanza y el poder del anhelo humano en un viaje totalmente diferente a nada que hayas visto antes. Digamos, una película que lleva al fallo el músculo de tu cerebro.

    Estrenada en plena Guerra Fría, refleja la desilusión y la desconfianza hacia el progreso científico entendido como único camino al progreso. En realidad, cuenta lo mismo que la genial Metrópolis de Fritz Lang: que el ser humano puede perderse por el deseo. Pero aquí no hay máquinas ni fuegos artificiales. De forma parecida al viaje de Solaris (también de Tarkovski), la opulencia es existencial y sacra. Vamos, es ver una película como quien entra en una catedral vacía.

    Halloween III: El día de la bruja (1982)

    Si alguien trata de convencerte de que las terceras partes nunca fueron buenas, enséñale Halloween III: El día de la bruja (1982). Auténtica película de culto, el cierre de la trilogía original de La noche de Halloween no tiene nada que ver con Michael Myers pero sí mira de frente al clima que luego daría lugar a clásicos del terror corporativo como Están vivos (1988), en la que unas gafas nos permiten ver los hilos de titiritero de un complot (alien) a nivel planetario.

    Por el estilo va Halloween III: una empresa planea un sacrificio masivo usando máscaras y señales televisivas. Estrenada en plena era del pánico satánico y del auge del consumismo, conecta con el miedo a la viralidad que Cronenberg ya atisbaba en Rabia, aunque aquella apostaba directamente por el body horror y aquí la cosa va de control mental y niños inquietantes.

    Mad God (2022)

    Aún recuerdo la experiencia absolutamente fascinante del primer pase en sala de Mad God (2022), en el Festival de Sitges. Espero que el visionado, colosal, no desmejore mucho en casa. No por nada el maestro de los efectos visuales Phil Tippett dedicó tres décadas a imaginar y recrear esta pesadilla en stop motion, que sigue el descenso de un explorador enmascarado por un infierno mecánico poblado de monstruos y ruinas dignas de los inframundos de Lovecraft o de los recovecos steampunk de Mad Max: Furia en la carretera (2015).

    En plan viaje lisérgico al fondo de la noche, en esta guía solo resulta comparable a la melancólica Psiconautas, los niños olvidados, que también emplea la animación para explorar el detritus de las noches. Pero creedme que el infierno de Phil Tippett sí es heavy metal.

    Armageddon (1998)

    ¿Y tú, lloraste con Armageddon (1998)? Porque yo sí, y aunque hoy la película de Michael Bay se lee en clave de comedia –y como para no hacerlo–, yo la recuerdo como una experiencia conmovedora de verdad. El director de Pearl Harbor (2001) utiliza la catástrofe para despertar un patriotismo flagrante made in A-ME-RI-CA en esta epopeya donde un grupo de mineros debe salvar la Tierra de un asteroide. La idea sí es risible, pero también (y esa es la magia de Bay) hace la mejor de las películas de desastres del Hollywood de los noventa.

    Infinitamente superior a la muy parecida Moonfall. Impacto lunar (2022), Armageddon es puro exceso visual, un ejemplo del cine de acción que sustituye el miedo nuclear por el apocalipsis celeste y que, como Plan 9 del espacio exterior, es preferible ver con una pizca de ironía. O eso, o con pañuelos cerca.

    Palm Springs (2020)

    La ciencia ficción “da que pensar” pero también puede ser divertidísima. Y aunque sabemos que siempre aborda miedos en presente, nos sorprende cuando toca tan de cerca a la actualidad como Palm Springs (2020). En uno de los grandes éxitos de la historia del Festival de Sundance, Andy Samberg y Cristin Milioti hacen de dos invitados atrapados en un bucle temporal que reviven eternamente una boda en el desierto.

    En clave de comedia romántica volvemos al subgénero iniciado por Atrapado en el tiempo, añadiendo humor millennial y existencialismo posmoderno. Porque hoy quizás es más común tener crisis porque no sabes cómo dejar de comer triste delante del ordenador que porque la Vida ya no tiene Un Sentido. Aunque ello no te exima de ver Stalker de Tarkovski.

    Metrópolis (1927)

    La madre de todas las películas aquí listadas, no merece estar tan abajo en la guía pero supongo que la conoceréis de sobras. Si no, vais a flipar con los trucos de esta abuelita sci-fi mañosa. En Metrópolis (1927) Fritz Lang crea una ciudad futurista donde los obreros trabajan bajo tierra mientras los poderosos dominan desde las alturas.

    Metrópolis es la catedral del cine expresionista alemán, hija del clima de desigualdad e industrialización de entreguerras. Su imaginería influenció desde el urbanismo nocturno de Blade Runner hasta las masas de clones de La guerra de las galaxias (1977), y comparte con Mad God la absoluta fascinación que despierta en quien descubre el universo faraónico que Lang orquestó, una Gotham futurista donde nadie queda a salvo de las garras del Estado opresor.

    Psiconautas, los niños olvidados (2015)

    Si Metrópolis es un cuento oscuro pero que aún da pie a rebelarse, la brillante Psiconautas, los niños olvidados (2015) simplemente no encuentra ninguna luz al final del túnel. Ahora, nadie negará que junto con Unicorn Wars y con Decorado, ahora en carteleras, es de las películas más espectaculares que la animación española ha producido nunca. Alberto Vázquez recrea los dibujos más oscuros que una criatura pueda parir para retratar un mundo postindustrial sin esperanza.

    Psiconautas nacía en una España poscrisis, pero la falta de perspectivas y las alucinaciones surrealistas que acompañan a la depresión son hoy perfectamente vigentes. De hecho, la película aboga por el anti-escapismo porque nos asegura que ni en un mundo de ositos y ratoncitos adorables podemos escapar de la miseria y los complots apocalípticos.

    Plan 9 del espacio exterior (1959)

    No recomendaremos la aclamada “peor película de la historia del cine”, pero igual que Metrópolis o Stalker son visionados cinéfilos básicos, tienes que ver –sí o sí– el Plan 9 del espacio exterior de Ed Wood (1959). Por si has vivido fuera del planeta Tierra y no sabes de qué te hablo: el film cuenta cómo unos extraterrestres intentan detener la autodestrucción humana resucitando a los muertos.

    Pero este plan, que de por sí no tiene mucho sentido, queda aún menos explicado por una película fabricada con los pies, que por suerte hoy se ha revisitado como un símbolo del cine de culto y la pasión amateur. Digamos que aspiraba a ser un Ultimátum a la Tierra (2008) pero acabó siendo el The Room (2003) del cine de ciencia ficción.

    Rabia (1977)

    No sé si es peor ver Rabia (1977) esperando encontrar una historia de vampiros, o todo lo contrario. Cuando vi esta perla temprana de David Cronenberg, que anticipa el terror clínico y la obsesión por la Nueva Carne que luego lo encumbrarían gracias a La mosca (1986), me la habían vendido como la evolución natural del vampirismo ligado al sexo, y me cuadró. También me mareó y me inquietó como pocas películas de zombis antes. Pero me cuadró.

    Rabia sigue las andadas sangrientas de una mujer infectada tras una operación experimental, cuyo nuevo cuerpo provoca un apetito sexual incontrolable pero también… La rabia, literal. La película respira toda la paranoia de los años setenta: la obsesión incontrolada por el “progreso” médico, la represión del deseo y la fragilidad del organismo humano como campo de batalla. Y te aseguro, no hay minero fornido de Michael Bay que pueda luchar contra el Mal que llevamos dentro.

    La caja Kovak (2006)

    Si las ollas mentales de Cube (1998) y las paranoias sociales de El hoyo (2019) tuvieran un hijo, ese sería La caja Kovak (2006). En este thriller psicológico de Daniel Monzón, escrita por Jorge Guerricaechevarría (El día de la bestia), un escritor de ciencia ficción despierta en un hotel remoto donde se producen una serie de suicidios al son de una misteriosa melodía. 

    Y no digo más, porque hay que entrar en la película como el ratón que avanza por un laberinto en sus títulos de crédito, o como quien entra en el primer episodio de la serie Perdidos, sin intuir la orografía imaginaria que Monzón planeó al detalle. A día de hoy, la cinta sigue despertando teorías en Internet. Yo no me la perdería.

  • Todas las películas y series de ‘Dora la exploradora’ en orden y como verlas online

    Todas las películas y series de ‘Dora la exploradora’ en orden y como verlas online

    Alejandra Bekerman

    Alejandra Bekerman

    Editor de JustWatch

    Nada delata más el paso del tiempo que darse cuenta que el universo de Dora la exploradora lleva más de 20 años acompañándonos. Con su mochila, su mapa y una curiosidad infinita, se convirtió poco a poco en uno de los personajes más influyentes de la animación infantil. Desde su debut allá por el año 2000, la pequeña aventurera bilingüe le enseñó a millones de niños a lanzarse a la aventura, resolver problemas y por sobre todo atreverse a preguntar.

    Con el estreno de Dora y la búsqueda del Sol Dorado en el 2025, la saga demostró que su magia educativa y aventurera sigue más viva que nunca. Desde series derivadas, especiales, películas y una versión en acción real, esta franquicia lo tiene todo. ¿Qué mejor oportunidad para repasar todas sus películas y series en orden? A continuación te cuento cómo se conectan entre sí y dónde puedes verlas desde España en las principales plataformas de streaming.

    Dora la exploradora (2000-2019)

    Esta fue la serie que lo empezó todo. El original Dora la exploradora de Nickelodeon presentó por primera vez en el 2000 a Dora Márquez, una niña bastante intrépida que invitaba a los pequeños espectadores a resolver acertijos y vivir aventuras mientras aprendían inglés junto a un mono llamado Botas. Infaltable también su mochila y su mapa. No exageramos cuando decimos que fue una revolución en la televisión educativa: cada episodio rompía la cuarta pared, convirtiendo al público en parte activa del viaje. Algo que hasta ese momento no era normal de ver en TV. Una serie con 8 temporadas pensada para preescolares y primer ciclo escolar que hasta el día de hoy sigue contando con una extensa base de fans. Si quieres adentrarte en este mundo, empieza por aquí.

    Go, Diego, GO! (2005-2011)

    Este fue el primer gran spin-off del universo de Dora. Aquí Diego, su primo, se convierte en protagonista de su propia serie como explorador y defensor de los animales. En vez de resolver acertijos, Go, Diego, Go! se centra en la acción y la ecología, con misiones de rescate y un relato mucho más dinámico. Comparada a la serie original, esta es más apropiada para un público de entre 5 y 8 años de edad. Con 7 temporadas y un tono tanto emocional como educativo, es ideal para aquellos que quieren ver más del universo de Dora, incluyendo su familia y entorno. Creo que destaca por que aunque refuerza el componente latino y familiar de la saga, muestra mucho más la importancia de la cooperación.

    Dora y sus amigos (2014-2019)

    Aquí nos encontramos con una Dora más grande y moderna que llega a la ciudad de Playa Verde. Sin su mochila mágica ni su mapa, ahora cuenta con un grupo de amigos con quienes resuelve problemas de su comunidad. Esta serie de tan solo 3 temporadas tiene una enfoque más musical y retrata temas como la amistad, la diversidad y el liderazgo. Se nota que es una serie que busca acompañar a su audiencia en el crecimiento, dando un paso hacia el público preadolescente. A  su favor tiene que busca modernizar la fórmula y lo logra sin perder la energía positiva de la original. Si quieres ver a una Dora en un entorno mucho más social y cantar con ella, Dora y sus amigos es una buena opción dentro de la franquicia.

    Dora y la ciudad perdida (2019)

    EL 2019 fue un año muy importante para el universo de Dora, y es que aquí es cuando se dio el salto al cine en acción real. En Dora y la ciudad perdida, Dora (interpretada por la actriz Isabela Merced) es una adolescente que decide dejar atrás la selva para estudiar en la gran ciudad, pero pronto se ve envuelta en una expedición para rescatar a sus padres y descubrir una antigua civilización en el proceso. Si te gustan películas como Indiana Jones, esta aventura aunque está muy lejos de alcanzar esa calidad o impacto cultural, si combina muy bien el humor familiar con guiños nostálgicos para quienes crecieron con la serie. Si Dora y sus amigos representaban el crecimiento de la exploradora, este film nos muestra una Dora aún más madura y autosuficiente. La curiosidad, el optimismo y el trabajo en equipo se mantienen intactos como siempre.

    Dora: ¡Di hello a la aventura! (2024)

    Más de veinte años después de su estreno, Dora regresó a su formato clásico con una serie animada esta vez en 3D. Con una estética moderna y retomando la interacción directa con el espectador busca cautivar a nuevas generaciones como supo lograrlo en sus comienzos. Podría decirse que es un reboot, pero funciona igual de bien para padres nostálgicos. ¿Buscas un show educativo para niños de preescolar pero con un ritmo más rápido y cinematográfico que la versión del 2000? Entonces Dora: ¡Di hello a la aventura! es exactamente a tu medida.

    Dora: aventuras mágicas en el reino de las sirenas (2025)

    Aventuras mágicas en el Reino de las Sirenas incluye cuatro episodios donde Dora y Botas regresan al océano para rescatar un tesoro perdido y ayudar a una sirena atrapada por un hechizo. El largometraje presenta una historia más ligera y mágica, perfecta para el público infantil. Tiene un estilo visual lleno de color, nuevas canciones y comparte el mismo mensaje que el resto de la saga: la curiosidad y la empatía pueden cambiar el mundo. Frente a Sol Dorado, que apuesta por la acción real y la mitología, Aventuras mágicas en el Reino de las Sirenas recupera ese tono más fantástico y musical de la serie clásica. Tal vez no sea extremadamente popular, pero para los más pequeños garantiza una hora de diversión y aprendizaje sin igual. 

    Dora y la búsqueda del Sol Dorado (2025)

    Para los que quieren una película de Dora más ambiciosa y madura, este título es perfecto ya que está dirigido a un público familiar y juvenil. Dora y la búsqueda del Sol Dorado es una secuela directa de la película de 2019 vuelve a reunir a Isabela Merced como Dora, esta vez en una aventura aún más épica y misteriosa. La trama es la siguiente: La joven exploradora viaja junto a Diego y un grupo de arqueólogos para encontrar una estrella dorada capaz de restaurar el equilibrio del mundo natural. Aquí se acercan un poco más al espíritu aventurero de Indiana Jones o La Búsqueda. Combina muy bien acción, mitología latinoamericana y temas ecológicos, convirtiéndose en la entrega más cinematográfica de la saga. Para mi, que no crecí con la serie original, esta merece una oportunidad, incluso aunque no sepas nada de esta franquicia. 

  • 'Sirat' y otras 5 películas sobre las que parece obligatorio opinar

    'Sirat' y otras 5 películas sobre las que parece obligatorio opinar

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    Sí, tú también eres un poco culpable. Las horas de debate que ha dado Sirāt (2025) la han convertido en un tema ineludible en casi cualquier reunión de amigos o familiares cinéfilos. Tanto, que si no la has visto seguramente andes un poco harto de tanto cuchicheo y de la repetidísima sentencia: “Tienes que verla”. De hecho, metería la mano en el fuego de que esta película de autor desconocido con reparto de actores naturales no estaría hoy tan arriba en nuestros rankings semanales si no fuera por el fenómeno social en el que se ha convertido. Seguramente la nominen al Oscar a Mejor Película Internacional sólo por lo explosivo de las conversaciones que se generan a su alrededor.

    Pero Sirāt no ha sido la única que ha removido el caldero del discurso popular estos años. ¿Cómo son y qué comparten las películas de las que nos ha parecido “obligatorio” opinar en estas últimas décadas? En JustWatch os proponemos un recorrido por algunas de las más saltonas, desde principios del siglo con Irreversible de Gaspar Noé hasta la muy reciente La sustancia, que motivó un tipo totalmente opuesto de discusión cinéfila.

    Sirāt (2025)

    Sirāt (2025) vive en una polarización extrema, ya sea por el exceso de declaraciones místicas de Óliver Laxe o la absurdidad de los giros de la película. La cuestión es que el trance en el desierto que España ha seleccionado para competir en los Oscars lleva desde el Festival de Cannes, donde ganó el Premio del Jurado, siendo objeto de las discusiones más apasionadas.

    En forma, el cineasta gallego no propone nada que en Mimosas (2016) no descubriera ya: un viaje al fondo del desierto en el que vamos desnudándonos hasta purgarnos, literalmente. Sin embargo, la guillotina de Juego de Tronos sigue teniendo un gran atractivo comercial y, como veremos en fenómenos como el de Irreversible, nos deleitamos en el sufrimiento de los demás. De lo único que no se está debatiendo alrededor de esta clara candidata a los Oscars 2026 es de la calidad de la música de Kanding Ray.

    Barbie (2023)

    La versión de Greta Gerwig no enfrentó a dos bandos tan claros en la palestra pública, porque no resultaba tan habitual encontrar a alguien que no la defendiera en medio del revuelo que Barbie (2023) y Oppenheimer (2023) levantaron aquel verano. Tanto éxito tuvo la que recaudara más de mil millones en la taquilla internacional que Gerwig ya está trabajando en adaptar las nuevas películas de la saga Narnia (2026). Si la añado a la guía, en realidad, es porque no haber visto Barbie aquel verano significaba caer en el ostracismo absoluto. Por primera vez en mucho tiempo, era vergonzante no haber ido a una sala de cine (sin mencionar toda la parafernalia de vestirse de rosa).

    Barbie, como La sustancia, fue el producto de un cine concebido como evento que consumir con dresscode y palomitas. Y las críticas que se han levantado desde entonces contra la película –empezando porque es el producto de una gran corporación que “tuitea” alegre en nombre del feminismo– atinan al contemplar que lo de menos, en el julio de Barbie, fue el cine.

    La vida de Adèle (2013)

    La vida de Adèle (2013) arrancó su recorrido en Cannes con la pata coja, porque gran parte de la crítica alabó las tres horas largas de melodrama sobre las primeras veces en el amor, el dolor y el deseo (y ganó la Palma de Oro), pero otra parte de la opinión pública (y ha crecido con el tiempo) hizo notar la mirada notoriamente masculina que organiza película, especialmente en las escenas de sexo lésbico. Entre aquellas voces, figuraba incluso la de Jul Maroh, autora de la novela gráfica original.

    Poco después, algunos miembros del equipo denunciaron un ambiente de trabajo cercano al “acoso moral”, y las propias protagonistas, Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos, afirmaron que trabajar con el director Abdellatif Kechiche fue una experiencia horrible, casi abusiva. La experiencia es similar a la de revisitar la violación de Irreversible o de El último tango en París (1972); y no, no hay manera de no tener una opinión al respecto.

    Irreversible (2002)

    Hay películas que nacieron para epatar. Y autores, como Gaspar Noé, con el don de ofender a cada título que estrenan: desde la eyaculación en 3D de Love (2015) hasta el infanticidio de Climax (2018). Eso sí, Irreversible (2002) es probablemente la más polémica de todas. Narrada del revés, sigue los pasos de una noche traumática en París.

    Decir que la película dividió sería quedarse corto: alrededor de 200 personas abandonaron la proyección en el Festival de Cannes, y desde entonces muchos la han criticado por su representación gratuita de la violencia, con una larga violación en un final físicamente insoportable. Otros, en cambio, abrazan el cinismo como objeto artístico válido en sí mismo, casi necesario. La comparan con A Serbian Film (2010), hoy censurada en un puñado de países y que llegó en varias ocasiones a los juzgados… Aunque a mí parecer, no resulta tan chocante como la pintan las opiniones exaltadísimas que se formaron a su alrededor.

    Star Wars: Los últimos Jedi (2017)

    No todo el ruido mediático está justificado, y en mi opinión (ya que debemos opinar) hay muchas instancias en las que el grueso de fans simplemente se giran de espaldas a cualquier salida de lo inmediatamente conocido. Si en 2017 habías visto Star Wars: Los últimos Jedi y sólo te había parecido pasable o bien, no se te ocurriera publicar nada en redes sociales, donde la octava entrega de la saga era el único tema de conversación posible.

    Pero aquí la opinión no venía de la crítica cultural o de las circunstancias problemáticas del rodaje: eran los memes los que triunfaban. Había quien se reía de los pectorales de Adam Driver, quien se mofaba de la gratuidad del fin de la trama de Palpatine y un ejército de fans reposteando montajes románticos, fuera de tono, de Poe Dameron y Kylo Ren. Antes del “evento Barbie” y antes de cerrar de forma templada con Star Wars: El ascenso de Skywalker (2019), así se hablaba el fandom en estado puro.

    La sustancia (2024)

    Derivan de la cultura meme que describimos sobre Star Wars: Los últimos Jedi, y se nutren del ruido mediático generado por lo memorable de las imágenes de Irreversible. Son películas pensadas para resultar inmediatamente icónicas, recortables y compartibles; virales. La sustancia (2024) es una de ellas: con los litros de sangre vertida y una estética fría pero saturada, muy “A24”, pide a gritos ser comentada. Y así fue.

    Pasó algo parecido con Saltburn (2023), con escenas de una gratuidad irónica explicable sólo en un contexto social en que la publicidad la hacemos quienes opinamos de manera pública, usuarios rasos, influenciadores y críticos a la par. Opina mucho y trabajarás para otros.

  •  Las 10 mejores series Young Adult para ver después de ‘El verano en que me enamoré’

    Las 10 mejores series Young Adult para ver después de ‘El verano en que me enamoré’

    Héctor Llanos Martínez

    Héctor Llanos Martínez

    Editor de JustWatch

    El verano en que me enamoré es un fenómeno de tal magnitud que es imposible que solo vean la serie los espectadores adolescentes. La ficción de Prime Video es uno de los éxitos del año. Por eso, si ya has terminado su recién emitida tercera y última temporada, te recomiendo otras 10 series del género Young Adult para ver a solas o en familia.

    Merlí (2015)

    Es un clásico de la televisión española. Merlí profundiza con empatía y sin exageraciones en los problemas de los adolescentes a través de la relación que un profesor de Filosofía tiene con sus alumnos de instituto. El naturalismo en la interpretación de Francesc Orella como el referente adulto de estos chicos eleva el tono de la serie. Menos edulcorada que otra de las ficciones españolas de esta lista, Pulseras rojas, y que la propia El verano en que me enamoré, es tan educativa como Con amor, Víctor.

    Yo nunca (2020)

    Mindy Kaling, estadounidense de ascendencia hindú, se ha convertido en la voz de una generación de espectadores racializados. En The Mindy Project era la protagonista, siendo su propia versión de Carrie Bradshaw. Pero en Yo nunca se inspira en sus recuerdos para contruir un coming of age que rompe con mucha gracia los estereotipos de la comunidad sudasiática en Estados Unidos y también con algunos de los tópicos en torno a la adolescencia. Asuntos como el duelo prematuro y las tensiones culturales de los estadounidenses de segunda generación están tratados con mucha dignidad, hasta el punto de servir a los espectadores adultos como guía para tratar este tipo de asuntos con los más jóvenes. De nuevo, Con amor, Victor, resuena en esta ficción. Y de nuevo es un visionado con más capas que El verano en que me enamoré, que también cuenta con una creadora asiático-estadounidense, Jenny Han.

    Mi vida con los chicos Walter (2023)

    Una huérfana se muda de Nueva York a una zona rural acogida por la familia Walter, que ya tiene 10 hijos. Entre tantas posibilidades, es imposible que no nazca un triángulo amoroso a lo One Tree Hill o Dawson crece. Mi vida con los chicos Walter, a pesar del título y mi sinopsis, sabe explorar muy bien sus tramas secundarias y también sus temáticas. La protagonista, Jackie, no solo está preocupada por echarse novio, sino que crece en muchos otros aspectos de su vida. Es una buena alternativa a El verano en que me enamoré.

    Maxton Hall (2024)

    La industria alemana quería apuntarse un tanto a nivel internacional a través de una serie juvenil y lo ha conseguido con Maxton Hall a través de Prime Video. Inspirada en un éxito literario young adult, no destaca por su originalidad, con una premisa que ya hemos visto en Élite. Protagonista de origen humilde entra en una exclusiva escuela a través de una beca ganada con su esfuerzo académico, un término que sus millonarios compañeros de clase desconocen. Un puntazo de la serie es que haya grabado en uno de esos castillos alemanes a lo Disney. Y es el éxito en habla no inglesa más potente de su plataforma en toda su historia, así que  no vamos a negar a los espectadores jóvenes que tengan sus propios culebrones. Este tiene garantizado al menos tres temporadas. En la estela de las estadounidenses de esta lista The O.C. y One Tree Hill.

    Friday Night Lights (2006)

    Aunque tiene muchas menos cosas en común con El verano en que me enamoré que otros títulos, sitúo a Friday Night Lights en la mitad alta de la tabla porque es de largo la mejor serie de la lista. Está basada en la novela homónima ganadora del Pulitzer y como adaptación está a la altura del texto. Una pequeña ciudad tejana sacudida por la crisis vive el deporte como si fuera una religión. El equipo de fútbol americano del instituto recibe por tanto una presión inusual. Pero sus jóvenes integrantes ya tienen bastante con ser adolescentes. De su lado está el entrenador que cuida de ellos más allá del campo de juego. Guiones sobrios, tramas exquisitas, personajes bien perfilados con independencia de su edad y la valentía de renovar a casi todo su elenco para no tener que convertirse en un culebrón hacen de esta serie de cinco temporadas todo un clásico. Es como Merlí, pero en los vestuarios del instituto en vez de en sus aulas.

    Con amor, Víctor (2020)

    Como ocurrió antes con su película matriz, titulada Con amor, Simón, esta historia romántica puede que no sea inolvidable, pero es imprescindible al convertirse en la primera de este género interpretada por un adolescente gay. Con amor, Víctor busca glamurizar el asunto con sexo y drogas ni relega a la comunidad LGTBI+ al rol secundario, como sí ocurre en El verano en que me enamoré, anque se esfuerce en integrar personajes bisexuales y no binarios que no tenían presencia en las novelas originales. El antecedente claro de Heartstopper, también en esta lista.

    The O.C. (2003)

    En un subgénero como el de las series young adult, The O.C. es un clásico, aunque se estrenara en 2003. De nuevo chico pobre termina acogido por una familia rica y viviendo en un barrio de élite, en este caso en Orange County. El reparto de la serie, tanto el adulto como el juvenil, es fantástico. Combina a personajes villanos culebronescos con esa fórmula infalible de la literatura clásica (clásica de verdad) como Orgullo y prejuicio. Solo que en este caso no tenemos claro quién es el Darcy de la historia, el chico malo que se ablanda al encontrar el amor. Puede serlo Ryan, el chico de barrio que se muestra sensible y entrañable desde el principio, o Marissa Cooper, esa niña pija que, si no fuera por su clase social, tendría una ficha policial más larga que la de los conflictivos familiares de Ryan. Una versión edulcorada y juvenil de Melrose Place que luego ha inspirado a relatos como el de Maxton Hall.

    Heartstopper (2022)

    Como decía, en la ficción televisiva Con amor, Víctor caminó para que Heartstopper pudiera correr. De hecho, Heartstopper se hace más compleja porque son dos jóvenes gays protagonistas, cada uno de ellos con sus circunstancias y sus diferencias. Es como si el dulce protagonista de Con amor, Víctor se enamorara de uno de los personajes de Friday Night Lights y fuera correspondido. Además, esta serie es muy cuidadosa en respetar la esencia del webcómic en el que se inspira. De nuevo, no es tan excesiva como Élite o Euphoria y navega más cerca de las aguas de El verano en que me enamoré.

    Pulseras rojas (2011)

    La serie española Pulseras rojas es un young adult muy particular, porque ocurre en la planta de un hospital donde intentan aferrarse a la vida pacientes de entre 8 y 17 años. Es un relato de amistad como lo es Merlí que, aunque a veces resulta un poco cursi, emocionó al propio Steven Spielberg, quien produjo una versión estadounidense, The Red Band Society que no supera a la original española. Más trágica y profunda que El verano en que me enamoré.

    One Tree Hill (2003)

    Los primeros años 2000 fueron la era dorada de las series juveniles y en esa época nació One Tree Hill, prima hermana de The O.C. Dos chicos viven en el mismo pueblo pero sus existencias son muy diferentes, a pesar de que hay algo que les une. Son hijos del mismo padre. En la adolescencia, sus vidas se cruzan de varias formas diferentes. Diferencias de clase social, complejo triángulo amoroso, el deporte (en este caso el equipo de baloncesto del instituto) como telón de fondo… La longeva serie de nueve temporadas conecta con muchos títulos de esta lista, pero es más superficial que El verano en que me enamoré o Friday Night Lights.

  • Las 10 mejores películas de Javier Bardem, ordenadas

    Las 10 mejores películas de Javier Bardem, ordenadas

    Juan José Mateo

    Juan José Mateo

    Editor de JustWatch

    Pocos actores españoles han logrado una carrera tan sólida, versátil y universal como la de Javier Bardem. Desde sus inicios con Bigas Luna hasta su consagración en Hollywood, Bardem ha transitado por todos los registros posibles: el drama social, la comedia negra, el thriller psicológico y el cine de autor más introspectivo. Su capacidad para transformarse, su magnetismo en pantalla y su dominio del silencio lo convierten en uno de los intérpretes más potentes del cine actual.

    En esta guía de Justwatch repasamos las 10 mejores películas de Javier Bardem, ordenadas por año de estreno, para descubrir cómo se convirtió en uno de los rostros más respetados de la industria cinematográfica.

    Jamón, jamón (1992)

    El salto a la fama de Javier Bardem llegó de la mano de esta explosiva fábula erótica dirigida por Bigas Luna, donde compartió pantalla (y química) por primera vez con Penélope Cruz. 

    En Jamón, jamón, Bardem interpreta a Raúl, un joven obrero que simboliza la virilidad ibérica en una historia de pasiones, celos y deseo carnal.

    La película es un retrato exagerado y simbólico de la España posmoderna, donde aún lidiamos con algunos clichés. Su tono recuerda al surrealismo provocador de Almodóvar, pero con una mirada más carnal y menos sofisticada. La actuación de Bardem destila energía física y brutalidad, rasgos que luego refinaría en Carne trémula o No es país para viejos. 

    Aquí no hay sutileza: hay instinto puro.

    Carne trémula (1997)

    En Carne trémula, Pedro Almodóvar le da a Bardem un papel mucho más complejo: el de un policía parapléjico atrapado entre el deseo, la culpa y la venganza. Frente al erotismo salvaje de Jamón, jamón, aquí aparece un Bardem más contenido, más matizado en el aspecto emocional.

    La película combina el melodrama almodovariano con un tono noir que recuerda a otros filmes del director como Los abrazos rotos o La mala educación, y muestra a un actor que ya no solo impresiona por su físico, sino por su capacidad para transmitir vulnerabilidad. 

    La interpretación de Bardem se sostiene en los silencios, en las miradas que duelen. Es el momento en que deja de ser una promesa y empieza a ser un intérprete serio, de fondo y de forma.

    Éxtasis (1997)

    En el mismo año de Carne trémula, Bardem protagonizó Éxtasis, un thriller existencial dirigido por Mariano Barroso. En él interpreta a Rober, un joven marginal que busca redención a través del engaño y la identidad robada. 

    La película, aunque menos recordada, es esencial para entender el Bardem de finales de los 90: magnético, oscuro y carismático incluso en la ambigüedad moral.

    Su interpretación aquí puede verse como un puente entre sus papeles más físicos y los más introspectivos. Si en Carne trémula había dolor, en Éxtasis hay desesperación. Es un personaje tan complejo como los que luego interpretaría en Biutiful o Antes que anochezca. 

    La película comparte cierta melancolía con Trainspotting, pero desde un realismo mucho más seco y español.

    Antes que anochezca (2000)

    Antes que anochezca marca el momento en que Bardem conquistó Hollywood. Dirigida por Julian Schnabel, la película narra la vida del poeta cubano Reinaldo Arenas, encarnado por Bardem, quien ofrece una de las interpretaciones más valientes de su carrera.

    Con una transformación física y emocional, construye un personaje que combina sensibilidad y rabia ante la represión. Es un trabajo que recuerda a Milk de Sean Penn o a Philadelphia de Tom Hanks por su compromiso humano y político. 

    Bardem recibió su primera nominación al Óscar y demostró que podía borrar cualquier frontera lingüística. Si Los lunes al sol era su lado terrenal, Antes que anochezca es su alma.

    Los lunes al sol (2002)

    Con Los lunes al sol, Fernando León de Aranoa consolidó a Bardem como el rostro del cine social español. Su Santa es un obrero desempleado que, entre el humor y la resignación, simboliza a toda una generación golpeada por la precariedad.

    Bardem brilla sin necesidad de impostar nada. Su interpretación es muy humana, una mezcla de ironía y tristeza que recuerda a los protagonistas de Ken Loach o incluso a los antihéroes de Full Monty. 

    Es un papel con el que no busca brillar, sino representar a las personas que pasaron por lo mismo. Frente a la intensidad de Antes que anochezca o Biutiful, aquí domina la contención y la verdad. Es uno de sus trabajos más naturales y entrañables.

    Mar adentro (2004)

    Ganadora del Óscar a Mejor Película Internacional, Mar adentro supuso una cima emocional en la carrera de Bardem. Dirigida por Alejandro Amenábar, cuenta la historia real de Ramón Sampedro, un hombre tetrapléjico que lucha por el derecho a morir de manera digna.

    La interpretación de Bardem es pura contención y serenidad, con una voz que parece venir desde lo más profundo del alma. La película, poética y luminosa, contrasta con la oscuridad de Biutiful, aunque ambas tratan la muerte como una forma de amor. 

    En comparación con Mi pie izquierdo de Daniel Day-Lewis, Mar adentro demuestra que el sufrimiento también puede tener belleza. Es imposible no conmoverse ante su mirada.

    No es país para viejos (2007)

    El papel que convirtió a Javier Bardem en leyenda. En No es país para viejos, de los hermanos Coen, interpreta al asesino Anton Chigurh, una figura casi mitológica del mal. Su corte de pelo y su tono monocorde se volvieron icónicos, pero lo que realmente impresiona es su calma inhumana.

    Bardem ganó el Óscar al Mejor Actor Secundario, y su personaje se convirtió en uno de los villanos más memorables del cine moderno, comparable al Hannibal Lecter de El silencio de los corderos o al Joker de El caballero oscuro (uno de las mejores películas sobre el personaje de Joker). 

    A diferencia de sus papeles anteriores, aquí no hay redención ni ternura: solo destino y violencia. Un Bardem despojado de humanidad, y por eso resulta inolvidable.

    Biutiful (2010)

    Dirigida por Alejandro González Iñárritu, Biutiful es una de las películas más devastadoras de la carrera de Bardem. Interpreta a Uxbal, un padre enfermo que intenta asegurar el futuro de sus hijos mientras se hunde en la marginalidad.

    Su actuación es un tour de fuerza emocional, comparable a la de Al Pacino en El Padrino III o a la de Benicio del Toro en 21 gramos. La cámara lo sigue como si fuera su conciencia, y cada gesto, cada respiración, transmite agotamiento y amor. 

    Es el reverso espiritual de Mar adentro: si allí pedía morir, aquí se aferra a la vida con las uñas.

    Skyfall (2012)

    En Skyfall, Bardem se puso en la piel del villano Raoul Silva, uno de los enemigos más carismáticos de James Bond. Su interpretación, mezcla de ironía, dolor y sadismo, elevó el estándar de los antagonistas en la saga.

    A diferencia de la frialdad absoluta de Chigurh en No es país para viejos, Silva tiene una humanidad retorcida, casi shakesperiana. Su duelo con Daniel Craig recuerda a la tensión entre el Joker y Batman, o incluso al enfrentamiento entre Hannibal Lecter y Clarice Starling. 

    Bardem aporta un toque de tragedia personal que convierte al villano en un espejo del propio Bond. Pocos actores podrían dotar de tanta profundidad a un personaje de un blockbuster.

    El buen patrón (2021)

    Casi tres décadas después de Jamón, jamón, Javier Bardem volvió a trabajar con Fernando León de Aranoa en una sátira sobre el poder y la hipocresía empresarial. En El buen patrón, interpreta a Blanco, un empresario paternalista y manipulador que representa la España del éxito vacío.

    Bardem está brillante, moviéndose entre la comedia y el drama con una naturalidad que recuerda al Jack Nicholson de Mejor… imposible (una de las mejores películas de comedia). 

    Es el reverso moderno de Los lunes al sol: si allí era un obrero sin futuro, aquí es el patrón que juega con las vidas de los demás. Su sonrisa es tan seductora como peligrosa. Una muestra de que, incluso después de conquistar Hollywood, Bardem sigue volviendo al cine español para mostrar de qué está hecho.

  • Las 10 mejores películas románticas que puedes ver gratis en streaming

    Las 10 mejores películas románticas que puedes ver gratis en streaming

    Alejandra Bekerman

    Alejandra Bekerman

    Editor de JustWatch

    Entre tantas secuelas, remakes y universos compartidos que dominan los servicios de streaming principales, a veces lo único que necesitamos es una buena y breve historia de amor. Por eso, me pareció el momento ideal para repasar esas películas románticas que puedes ver gratis en streaming desde tu sofá. Títulos que tuvieron su momento dorado o quizás pasaron desapercibidos, pero que siguen teniendo todo lo que amamos del género: buena química, humor, nostalgia e incluso una pizca de drama.

    Mi selección recorre todas las fases del amor: desde el torpe y absurdo de Llegaron juntos, hasta el romántico y clásico de Planes de boda; pasando por el que nos obliga a replantearnos la vida en Antes del anochecer o ese tan real que duele en Todos los días de mi vida. Algunas te harán reír, otras te romperán un poco el corazón, pero todas tienen algo en común: te recuerdan por qué vale la pena seguir creyendo en el amor.

    Llegaron juntos (2014)

    Si las comedias románticas tradicionales te parecen demasiado predecibles o empalagosas, Llegaron juntos puede ser el antídoto perfecto. Esta película fue dirigida por David Wain y protagonizada por Amy Poehler y Paul Rudd, dos grandes comediantes de la época. Está al inicio de la lista porque el romance que presenta no es típico ni ultra serio. Esta película no intenta enamorar a la audiencia, en cambio se burla con cariño de todas las convenciones del género. Si te gustan las historias donde transforman el cliché en algo exagerado al punto de lo absurdo como ¿En qué piensan las mujeres?, no te pierdas Llegaron juntos.

    Abajo el amor (2003)

    En 2003 Peyton Reed nos regaló una fantasía retro de colores pastel, vestuarios impecables y un sentido del humor igual de elegante que ridículo. Abajo el amor está protagonizada por Renée Zellweger y Ewan McGregor, y  reimagina las comedias románticas de los años 60 al estilo Confidencias de medianoche pero esta vez desde una mirada moderna y feminista. Esta historia no llega a los primeros puestos de mi ranking porque la conexión emocional entre los protagonistas queda en segundo plano frente a lo estético. Sin dudas visualmente es un festín y el guión es sorprendentemente ingenioso, es ideal para amantes del cine clásico, o para los que adoran las películas con una estética fuertemente marcada como las de Wes Anderson. 

    Algo pasa en Las Vegas (2008)

    ¿Prefieres las comedias románticas con ritmo rápido, personajes que se odian antes de enamorarse y un toque de caos absoluto estilo Recién Casados? Aquí te propongo otra del estilo también con Ashton Kutcher pero esta vez haciendo dupla con Cameron Diaz. Algo pasa en las vegas es caótica, exagerada y sorprendentemente romántica. La película arranca con una boda impulsiva en Las Vegas y una herencia millonaria que obliga a dos completos opuestos a convivir como pareja. Se gana un puesto en esta lista porque es perfecta para quienes quieren reírse sin pensar demasiado, algo que siempre apreciamos de las comedias románticas.  No tiene la sofisticación de The Holiday ni la melancolía de Antes del amanecer, pero sí una alta dosis de energía contagiosa.

    La vecina de al lado (2004)

    Aquí llega la recomendación más polémica de este compilado. La vecina de al lado es una película algo olvidada de los 2000, que queda a medio camino entre comedia juvenil y romance improbable. Protagonizada por Emile Hirsch y Elisha Cuthbert, cuenta la historia de un chico tímido que se enamora de su vecina sin saber que ella tiene un pasado bastante más atrevido de lo que imagina. Aunque su tono es más coming-of-age que romántico puro, la elegí porque tiene una ternura inesperada que la separa de otras pelis del estilo American Pie. Si creciste con cintas como 10 razones para odiarte, tienes que darle una oportunidad a La vecina de al lado.

    Planes de boda (2001)

    Si buscas algo para ver poco rebuscado, Planes de boda es para ti. Esta historia incluye vestidos de novia, coincidencias imposibles y Jennifer Lopez en su era dorada junto a Matthew McConaughey en su fase de galán de rom-com. Esta historia trata sobre una organizadora de bodas que, por supuesto, termina enamorándose del novio de una de sus clientas. Si, tiene todos los clichés del género: guión predecible, química evidente y una puesta en escena que roza lo esotérico. Pero también es un recordatorio de por qué estas películas nos atraen tanto: el amor, aunque improbable, siempre parece posible. Ideal para quienes disfrutan de títulos como Un lugar llamado Notting Hill o comedias como 27 vestidos.

    Palm Springs (2020)

    Cuando pensábamos que las comedias románticas ya no podían reinventarse, llegó Palm Springs para demostrarnos lo contrario. Tiene ritmo ágil, un guión brillante y el  toque ideal surrealista que  la convierten en una de las mejores comedias románticas de la última década

    ¿Te intriga? Esta historia mezcla bucles temporales al estilo Atrapado en el tiempo con una buena dosis de humor existencial y la química inesperada de Andy Samberg y Cristin Milioti. Me sorprendió porque logra ser divertida, filosófica y romántica sin caer en cursilerías. Si te ha gustado la serie The Good Place o películas un poco más serias como ¡Olvídate de mí!, es ideal para ti. 

    Amor y otras drogas (2010)

    Ahora nos vamos a una historia más sensual y melancólica que la típica rom-com a la que estamos acostumbrados. Pongo aquí Amor y otras drogas porque representa ese punto medio entre el cine romántico comercial y las historias más adultas del género. Además combina muy bien romance, drama y crítica social. En esta historia un carismático representante farmacéutico conoce a una mujer que padece Parkinson y lo que empieza como una relación sin compromisos se transforma en algo mucho más complejo y emocional. La recomiendo a quienes disfrutaron de Closer: llevados por el deseo o Corazones rotos, donde se muestra un amor más crudo y con todas sus imperfecciones. Le doy un punto extra por la química magnética de Gyllenhaal y Hathaway.

    Antes del anochecer (2013)

    No podía faltar en esta lista este clásico y tercera entrega de la trilogía de Richard Linklater. Antes del anochecer al igual que Antes del amanecer y Antes del atardecer, es una joya del cine romántico moderno. En la última película de la saga, nos reencontramos con Jesse y Celine, quienes ya no viven el amor idealizado de la juventud, sino la realidad de una pareja que lleva años junta, con hijos, rutinas y heridas que el tiempo no ha borrado. Creo que merece uno de los primeros lugares de esta lista porque condensa lo que pocas películas logran: la madurez emocional del amor real. ¿Te han gustado títulos como Historia de un matrimonio o Blue Jay? Entonces esta película seguro te atrapará.

    Todos los días de mi vida (2012)

    Esta es una de esas películas que redefinieron el romance trágico en los 2010. Todos los días de mi vida es realmente preciosa y está inspirada en hechos reales. En esta historia, conocemos a Paige, quien después de un accidente de coche pierde la memoria y su marido debe intentar que se enamore de nuevo. Simple, directa pero emocionalmente demoledora.

    Si es bueno saber que tiene algunos clichés, pero se los dejamos pasar por su honestidad emocional que la separa de otras del estilo Querido John (también protagonizada por Channing Tatum). Si admiras la actuación de Rachel McAdams o películas como El diario de Noa, te encantará. Y si necesitas una buena excusa para llorar con estilo, esta película lo logra sin pedir permiso ni perdón.

    Australia (2008)

    Llegamos a mi favorita de este compilado. Australia es una mezcla de romance clásico, drama histórico y aventura cinematográfica a gran escala. Está dirigida por Baz Luhrmann y sus protagonistas son Nicole Kidman y Hugh Jackman. Su trama es la siguiente: una aristócrata británica que viaja al interior del país, termina formando un inesperado vínculo con un ganadero local. No quiero revelar mucho porque realmente merece la pena, pero si es  bueno que sepas que retrata una relación marcada por la pasión, el conflicto y un telón de fondo que incluye la Segunda Guerra Mundial. La recomiendo por ser el tipo de experiencia que combina épica y emoción, más cercana a El paciente inglés que a una comedia romántica tradicional. ¡No te la pierdas gratis en streaming!

  • 10 películas de terror desconocidas que sí o sí debes ver

    10 películas de terror desconocidas que sí o sí debes ver

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    El Festival de Sitges sirve cada año para descubrir, en bandeja de plata, películas fantásticas de factoría indie a las que no podrías llegar que de ninguna otra manera. Más allá de los éxitos consagrados, que en 2025 aplaudieron al Scott Derrickson de Teléfono negro 2 y a Guillermo del Toro por Frankenstein, el festival es una madriguera gustosa a los nombres más desconocidos de cualquier género fantástico, las bien-llamadas películas de culto.

    Los cinéfilos hardcore acudimos religiosamente, aun con el cansancio físico que eso supone; al final, Sitges es entrar en una muy bien provista tienda de chuches. Pero gracias a las puertas que nos abren las plataformas de streaming, estas perlas pronto estarán accesibles y que, por lo tanto, vale la pena recomendar al gran público. Porque no, no creo que conozcas la gran mayoría de las películas de terror indie que te recomiendo a continuación…

    Buffet Infinity (2025)

    Ha sido el bombazo absoluto de las sección Noves Visions, dedicada a nuevos directores. Podemos leerla como heredera espiritual de El último late night (2024), otro éxito indie donde presenciábamos la llegada del Anticristo a través de un programa en directo en televisión, pero Buffet Infinity sube las apuestas y nos propone contar cómo los extraterrestres gentrifican (y luego invaden y destruyen) un pacífico pueblo dormitorio de Estados Unidos a través exclusivamente de los anuncios que se pasan en televisión.

    Y ya sabéis que la publicidad estadounidense puede ser tan imaginativa como trash como las mejores películas de serie Z. Divertidísima caída en espiral hasta el fondo del subconsciente de Ronald McDonald, fatal/ideal para los amantes del “come hasta reventar”.

    Transcending Dimensions (2025)

    Si pudiera volver virgen a una sola sesión de cine, sería la de Transcending Dimensions. Toshiaki Toyoda mezcla en su película la negritud existencial y metafísica absoluta de los confines del universo de 2001: una odisea del espacio (1968) con los estallidos de violencia del noir japonés de Kiyoshi Kurosawa, Cure (1997) al frente, y los violentos dioses del sintoísmo. Luego, lo riega todo de la absurdidad divertidísima del cine de ninjas, abrazando el espíritu del mejor Hitoshi Matsumoto (Big Man Japan).

    No quiero que entiendas el aluvión de referencias que acabo de desplegar, como Toyoda no quiere que veas un sentido a su película. Sólo date cuenta de que Transcending Dimensions llega para zarandearte entre volantazos de guion, personajes icónicos y situaciones realmente memorables. Igual que Buffet Infinity, esta es una película que no olvidarás en mucho tiempo.

    Bokshi (2025)

    En Bokshi tenemos a un grupo de mujeres algo brujas, todas con sus mochilas bien cargadas de trauma, que desafían los espíritus de un bosque profundo mientras tantean los límites de lo que es empoderamiento femenino o directamente posesión infernal. Pero si llegas a la versión de El ritual (2017) del cineasta indio Bhargav Saikia esperando terror del duro, puede que te decepciones.

    El gran atractivo de Bokshi justamente pasa por mezclar una pizca de terror folk, con dos cucharadas de melodrama queer adolescente y agitar el cóctel para llegar a una Carrie: un extraño presentimiento (1976) pero de culebrón televisivo. Hecha con presupuesto cero y sin miedo alguno a pisar una boñiga estridente, se convierte en el trenecillo de la bruja más extremo y divertido que puedas imaginar, sólo comparable en esta guía con las barbaridades de La hermanastra fea.

    Decorado (2025)

    Puede resultar ofensivo llamar “desconocida” a la nueva película de Alberto Vázquez, autor de la película de animación española más viral de la historia en TikTok, Unicorn Wars (2022)... Pero tengo la triste certeza de que en la calle nadie esperará la fantástica Decorado (2025), una nueva caída a los infiernos de un animalillo perdido por un mundo cruel.

    Una fábula que se emparenta con los thrillers mind-fuck de los años noventa (El club de la lucha), Decorado quizás sea la mejor película de Vázquez porque da a su ratoncillo protagonista una pareja cariñosa, un proyecto vital y esperanzas de mejora, antes de ir arrebatándoselo todo a cuchilladas de paranoia y a golpes de realidad. Tan espectacular en lo visual como las anteriores, entre criaturas nocturnas que ni las de Noche de Urkijo, vale la pena verla en el cine. Aunque te advierto: saldrás de la sala con el estómago revuelto.

    Exit 8 (2025)

    Imagina ver una película como si jugaras a descubrir las ocho diferencias en un periódico. En Exit 8 (2025), Genki Kawamura se propone absorber toda tu atención durante una hora y media con una premisa cruel: un tipo cualquiera queda atrapado en un transbordo de metro y tiene que identificar las diferencias en un anodino tramo de baldosas para lograr avanzar y quizás encontrar una salida. Un videojuego al que tú participas, espectador, al lado del personaje protagonista (en cómo trata de construir una experiencia, se acerca a la genial Good Boy).

    La película es, antes que terrorífica, del todo inquietante: al fin y al cabo, de jumpscares hay un puñadito pero todo el mundo conoce en sus carnes la angustia que levantan los fluorescentes y los pasillos subterráneos. Y antes que nada, resulta divertida a más no poder.

    La hermanastra fea (2025)

    La hermanastra fea (2025) de Emilie Blichfeldt ha ganado el premio a Mejor Película del festival pero hace largos días que llevamos reivindicándola. Primero, como la versión realmente desagradable de La sustancia (2024): porque, si bien la de Fargeat echaba chorros de sangre, la relectura de esta debutante noruega sobre el cuento de la Cenicienta acerca el horror corporal (ella lo llama beauty horror) a los abusos que diariamente infligimos sobre nuestro cuerpo para presumir.

    Y es que Blichfeldt ha recopilado todas las operaciones estéticas reales del siglo XVIII (incluyen narices rotas, dedos amputados y una tenia que ni el mejor Ozempic) para escribir un cuento simpático sobre cómo una chica cualquiera puede acabar convirtiéndose en un monstruo espeluznante y horroroso en nombre del amor (en eso, se parece a la igualmente recomendable –aunque mucho más seria– La virgen de la tosquera). Muy divertida, muy escatológica.

    Noche (2025)

    Paul Urkijo demostró en Errementari: el herrero y el diablo (2018) que en los humedales más oscuros de la montaña pueden arraigar aún nuestras pesadillas. Igual que Robert Eggers en La bruja (2015), Urkijo plantea para su regreso a los aquelarres de la Euskadi antigua en Noche (2025) una pieza atmosférica, que más que asustar pretende despertar a los demonios del medievo fantástico que aún habitan dentro de nuestro inconsciente colectivo.

    Estructurada como cuento de crecimiento con elementos de rape and revenge, Noche recuerda a Bokshi porque te asegura que no volverás a caminar tranquilamente a solas por el bosque, pero al mismo tiempo celebra que la sombra siga siendo cómplice para un feminismo atávico.

    Shelby Oaks (2025)

    No te esperes para la primera película del crítico Chris Stuckmann un nuevo Lago Mungo (2009), es decir, un found footage de puro mal rollo. Sólo los primeros quince minutos de Shelby Oaks (2025) son de metraje encontrado: el resto sigue a una mujer normal y corriente mientras se interna en el corazón de una Ohio ultrarreligiosa, que apesta a madera podrida, en busca de su hermana desaparecida. Y de veras, cuánto se agradece la falta de famoseo en una cinta de terror.

    Yo la catalogaría de comfy horror: Stuckmann nunca pretende subvertir las fórmulas de cada subgénero que toca (viejas locas, manicomios de noche, posesiones demoníacas…), sino sacar lo mejor de cada uno de ellos. Así que Shelby Oaks, como Good Boy, acaba siendo una película con mucha alma; un caramelito para quien ame el fantástico y quiera más, y más sangriento. ¿Sabías que Neon la compró e invirtió sólo para que pudieran rodar todas las escenas gore que el presupuesto inicial de Kickstarter no podría pagar?

    La virgen de la tosquera (2025)

    La primera adaptación de Mariana Enríquez en veinte años (adapta El carrito y el cuento homónimo) es, además, una fantástica película. En clave del realismo claustrofóbico de Lucrecia Martel (La ciénaga), La virgen de la tosquera (2025) sigue las andadas de una Carrie del conurbano que ve cómo el chico del que anda enamorada se le escapa de las manos.

    Así que recurre a la magia negra. Total, no faltan entrañas y maldiciones en el universo que la directora Laura Casabé exprime sobre la Argentina real y violenta de antes de la crisis de 2001. Así que, de manera parecida a los aquelarres de Noche, La virgen de la tosquera acaba siendo tanto una alegoría sobre el malestar real de un país, como una historia de brujas enfurecidas… Con razón. Para sentirte las manos sucias y la mente liberada.

    Good Boy: Confía En Tu Instinto (2025)

    Y vaya fenómeno, el de Good Boy: Confía En Tu Instinto (2025)... En 75 minutos, el director Ben Leonberg y su pareja (y productora de la película) Kari Fischer cuentan una fantástica historia de posesiones, genuinamente terrorífica, pero desde un punto de vista interesante de verdad. Como veréis en nuestra guía de películas narradas desde la perspectiva de un animal, Indy (el golden retriever de Fischer y Leonberg) resulta un actor más que solvente.

    Además, Good Boy no cae en la claustrofobia o la inverosimilitud que el punto de vista de un perro anticipa, sino más bien al contrario: es el instinto de Indy el perro el que lo convierte en una aventajada final girl, que huye cuando toca y, eso sí, trata de salvar a su mejor amigo humano. Podría verse en un programa doble con Shelby Oaks, o con la mucho más reconocible V/H/S Halloween (2025), con las que comparte un amor incondicional por el género.

  • Las mejores películas de Nancy Meyers en orden

    Las mejores películas de Nancy Meyers en orden

    Alejandra Bekerman

    Alejandra Bekerman

    Editor de JustWatch

    Pocas cineastas han logrado construir un universo tan reconocible como Nancy Meyers. En sus películas, los espacios son tan importantes como los personajes, los conflictos se resuelven con humor, y la epifanía emocional viene acompañada de una taza de infusión caliente. Con la reciente noticia de que Apple TV+ prepara una miniserie inspirada en The Holiday, no pude evitar volver a pensar en el inconfundible toque de Meyers. Aunque la directora no está involucrada en este proyecto, su sello es tan fuerte que resulta imposible imaginar una versión sin su estilo.

    Por eso he querido repasar todas sus películas en orden de estreno. Desde los clásicos familiares de los 90 hasta sus comedias románticas más recientes, este recorrido demuestra que el cine de Meyers es puro refugio emocional: elegante, luminoso y siempre capaz de hacernos sentir en casa.

    El padre de la novia (1991)

    Nancy debutó como guionista en esta comedia familiar sobre un padre (interpretado por el gran Steve Martin) que se enfrenta a la idea de que su hija se case. En El padre de la novia ya podemos ver su característico estilo: hogares acogedores, emociones transparentes y conflictos que se resuelven entre risas y lágrimas. Es curioso ver como esta historia comparte mirada con futuras películas de Meyers, donde se habla de los vínculos intergeneracionales y la necesidad de aceptar el cambio. En mi opinión El padre de la novia es ideal para los que disfrutan películas como Señora Doubtfire, papá de por vida o Mi Chica. Un clásico imperdible para una tarde de domingo en casa.

    Tu a Londres yo a California (1998)

    Siete años más tarde, Meyers debutó como directora con Tu a Londres yo a California, una de mis películas favoritas y versión moderna del clásico de Disney. En esta historia tenemos a dos gemelas separadas al nacer (ambas interpretadas por una joven Lindsay Lohan) quienes intentan reunir a sus padres divorciados. La película tiene un diseño visual que parece sacado de un tablero de Pinterest (¿quién no ha soñado con visitar la bella casa de Elizabeth o el viñedo de Nicholas?). Si buscas la ternura y optimismo de The Holiday pero con la inocencia mágica de Disney, esta película te encantará tanto como a mi.

    ¿En qué piensan las mujeres? (2000)

    Si adoras las comedias del 2000 como Mentiroso Mentiroso o El diario de Bridget Jones, seguramente encuentres ¿En qué piensan las mujeres? Igual de entretenida. Esta comedia es sobre un publicista machista que, tras un accidente, empieza a escuchar los pensamientos de las mujeres. Más comercial que sus otras obras, pero con el ingenio y el ritmo típicos de Meyers. Podríamos compararla con The Intern, que salió años después, ya que ambas retratan hombres fuera de su zona de confort que aprenden a escuchar. Si bien muchos de los chistes de esta película no envejecieron tan bien, sigue siendo una cinta ideal para desconectar la mente y disfrutar con la buena química de sus protagonistas.

    Cuando menos te lo esperas… (2003)

    La brillante y talentosa Diane Keaton protagoniza junto a Jack Nicholson una de las comedias románticas más originales de su tiempo. En esta historia ella es una escritora independiente; él, un eterno soltero y poco a poco se van acercando por circunstancias extraordinarias. Me gusta porque tiene un equilibrio de temas como el deseo, humor y autodescubrimiento en una etapa de la vida que Hollywood suele pasar por alto.

    Como cada proyecto de Nancy Meyers, la parte visual juega un papel primordial. Una soñada casa en los Hamptons, los platos de porcelana, la luz filtrada por las cortinas, todo forma parte del lenguaje emocional. Si buscas una historia de amor madura con mucho estilo, o si eres fan de Cuando Harry encontró a Sally, no te pierdas esta comedia.

    The Holiday (2006)

    Llegamos a una de mis favoritas de Nancy, y es que The Holiday tiene un lugar especial en mi corazón y en la maratón anual de películas navideñas junto a Love Actually. Cameron Diaz y Kate Winslet interpretan a dos mujeres que intercambian casas (y destinos) durante Navidad. Una está agotada emocionalmente, la otra busca sentido. Ambas encuentran amor y propósito al otro lado del mundo. No se me ocurre una película que represente tan bien la sensación de taparse con una manta y beber una taza de té bien caliente. Ideal para los que aman las historias feel-good, los paisajes nevados y los romances inesperados.

    No es tan fácil (2009)

    Si algo sabe hacer muy bien Meyers, es demostrarnos que el amor a los 50 puede ser tan caótico como a los 20, solo que con mejores copas de vino y cocinas más grandes. Aquí Meryl Streep, Alec Baldwin y Steve Martin protagonizan una comedia sobre segundas oportunidades, deseos y madurez emocional. No es tan facil es el paso siguiente para quienes disfrutaron Cuando menos te lo esperas… Si aún no la has visto y quieres entender un poco más su tono, es una combinación del humor elegante de El club de las primeras esposas con las epifanías y encanto visual de Bajo el sol de la Toscana.

    El becario (2015)

    Una de las últimas películas que dirigió Nancy Meyers fue El becario, donde Robert De Niro interpreta a un viudo que se convierte en becario de una joven emprendedora (interpretada por Anne Hathaway) en una empresa de moda. Si bien esta no tuvo la repercusión que tuvieron otros de sus proyectos, y la calidad de la película no es sobresaliente, si es un buen retrato sobre la empatía, la reinvención y la amistad encontrada en los lugares menos pensados. Considero que es su película más floja, porque se aleja de la estética a la que la directora supo acostumbrarnos. Aunque si te ha gustado El diablo viste de Prada pero te ha parecido algo despiadada, no te pierdas El becario que es su versión más humana y optimista, sin nada de cinismo. 

  • Las 10 mejores películas de Tom Holland, ordenadas

    Las 10 mejores películas de Tom Holland, ordenadas

    Juan José Mateo

    Juan José Mateo

    Editor de JustWatch

    Tom Holland se ha convertido en uno de los actores más reconocidos y admirados de su generación. Conocido sobre todo por su papel como Spider-Man en el UCM, su carrera aporta más interpretaciones más allá del papel arácnido. Desde que sorprendió al mundo en su debut con Lo imposible hasta producciones independientes como Pilgrimage, Holland ha demostrado que se adapta a registros que abarcan desde el blockbuster más taquillero hasta el drama más íntimo.

    En JustWatch hemos preparado este ranking con sus 10 mejores películas, ordenadas de peor a mejor. Además de repasar sus interpretaciones, comparamos cada film con otros títulos para entender mejor qué lugar ocupan dentro de su filmografía , mientras nos preparamos para una nueva actuación como Spider-man.

    Lo imposible (2012)

    Con Lo imposible, Tom Holland debutó en el cine a los 16 años y dejó claro que tenía un futuro enorme. La película, dirigida por J.A. Bayona, narra una tragedia real con el tsunami sufrido por Tailandia en 2004 desde la perspectiva de una familia española. 

    Holland interpreta al hijo mayor, atrapado en la catástrofe junto a Naomi Watts y Ewan McGregor. Su actuación combina vulnerabilidad y determinación, transmitiendo con realismo el horror y la esperanza en medio del desastre.

    Es inevitable compararla con 127 horas de Danny Boyle: ambas retratan la supervivencia humana frente a circunstancias extremas, aunque la de Holland destaca por una crudeza más coral. Este debut ya anticipaba su capacidad de cargar con papeles dramáticos exigentes, algo que más tarde reafirmaría en Cherry.

    Locke (2013)

    Aunque su papel en Locke es muy pequeño, vale la pena mencionarlo porque demuestra que Holland empezaba a ser tenido en cuenta en grandes proyectos. La película, protagonizada magistralmente por Tom Hardy, se desarrolla en tiempo real dentro de un coche y Holland da voz al hijo del protagonista.

    Recuerda a Última llamada de Joel Schumacher, ya que ambas suponen ejercicios de tensión en espacios reducidos, aunque aquí la carga dramática recae casi en exclusiva sobre Hardy. Si bien el aporte de Holland es breve, confirma cómo incluso en papeles secundarios sabe dejar huella.

    Por cierto, si eres fan del protagonista de Última llamada, tenemos una guía con las 10 mejores películas y series de Tom Hardy, así que te recomendamos echarle un ojo.

    Captain America: Civil War (2016)

    El debut de Tom Holland como Spider-Man se produjo en Capitán América: Civil War, y fue un auténtico terremoto para los fans de Marvel. Aunque apenas aparece unos minutos, la frescura que le dio al personaje lo convirtió en uno de los grandes atractivos de la película. 

    Su Spidey es más juvenil y humano que el de Tobey Maguire o Andrew Garfield, lo que le permitió ganarse a toda una nueva generación de seguidores.

    En comparación con el universo de DC, su irrupción recuerda al Batman protagonizado por Christian Bale con Batman Begins frente al de Michael Keaton: un regreso fresco, diferente y necesario. Sin duda uno de los mejores papeles de Christian Bale.

    Z, la ciudad perdida (2016)

    En Z, la ciudad perdida, Holland se puso bajo las órdenes de James Gray para interpretar a Jack Fawcett, hijo del explorador británico Percy Fawcett (Charlie Hunnam). La película, de tono épico y melancólico, narra la obsesión del padre por encontrar una ciudad perdida en la Amazonia.

    El rol de Holland no es el central, pero aporta un contrapunto emocional en el conflicto familiar. Tiene paralelismos con Apocalypse Now, porque ambas hablan de la obsesión y de cómo la selva devora a los hombres, aunque esta lo hace desde un realismo histórico. 

    Su actuación en este largometraje demostró que podía moverse en un cine de autor más reposado, alejado del mundo Marvel.

    El guardián de la reliquia (2017)

    En El guardián de la reliquia, Tom Holland viaja a la Irlanda del siglo XIII para interpretar a un joven monje que acompaña a otros en la misión de transportar una reliquia sagrada. Es una película oscura, de ritmo pausado y violencia descarnada, donde comparte cartel con Jon Bernthal.

    La película recuerda a El nombre de la rosa por su atmósfera monástica y su mezcla de fe y brutalidad. Holland sorprende por su intensidad en un registro muy distinto a su papel como Spider-Man: más silencioso e introspectivo. Es una de esas obras que muestran su versatilidad y su capacidad para adaptarse a diferentes registros.

    Spider-Man: Homecoming (2017)

    La primera película en solitario de Holland como el trepamuros fue Spider-Man: Homecoming. Bajo la dirección de Jon Watts, el film muestra a un Peter Parker más adolescente y cercano que nunca, lidiando con los problemas del instituto y las responsabilidades de ser un héroe.

    Salvando las distancias, tiene un aire a Kick-Ass, ya que ambas mezclan humor adolescente con acción de superhéroes, pero Holland le añade un toque de ingenuidad que funciona a la perfección. 

    Además, su química con Robert Downey Jr. como mentor es uno de los grandes aciertos de esta entrega, que consolidó a Holland como el Spider-Man definitivo.

    Por cierto, si además de las películas te gustaría saber dónde encontrar más historias sobre este superhéroe de Marvel, te recomendamos visitar nuestra guía con las mejores series de Spider-Man hasta la fecha.

    Vengadores: Infinity War (2018)

    En Vengadores: Infinity War, el papel de Holland no es el más protagonista, pero sí uno de los más memorables. La escena de su desaparición en brazos de Tony Stark (“Mr. Stark, I don’t feel so good…”) se convirtió en un momento icónico del cine de superhéroes.

    El film me teletransporta a El Imperio Contraataca, donde ambas películas se construyen sobre un tono oscuro, dejando al espectador con un vacío emocional. Holland consiguió, con apenas unas frases, que millones de fans llorasen en las salas. Una muestra de su capacidad para elevar incluso escenas breves al nivel de momentos legendarios.

    Por cierto, si buscas alternativas a los superhéroes de Marvel, te recomendamos visitar nuestra guía con películas similares a los Vengadores.

    Avengers: Endgame (2019)

    En Vengadores: Endgame, el regreso de Spider-Man es breve pero decisivo. Su reencuentro con Tony Stark y su participación en la batalla final son momentos cargados de emoción. Aunque no es la película más destacada de Holland, sí supone un cierre perfecto a la relación mentor-discípulo que había construido con Iron Man.

    Recuerda mucho a El retorno del Rey, ya que ambas funcionan como conclusiones monumentales a sagas corales. Holland, en medio de un reparto gigantesco, consigue brillar y aportar su identidad al espectáculo visual.

    Spider-Man: Lejos de casa (2019)

    Con Spider-Man: Lejos de casa, Holland demostró que podía sostener al héroe en solitario sin la figura de Iron Man. La película mezcla acción y comedia adolescente con un villano de lujo: Mysterio, interpretado por Jake Gyllenhaal.

    Es fácil encontrar similitudes con Doctor Strange, ya que ambas juegan con ilusiones y realidades distorsionadas. Holland brilla mostrando a un Peter Parker que empieza a cargar con la responsabilidad de ser “el sucesor” de Tony Stark, en un papel mucho más maduro y emocional que el que muestra en Homecoming.

    Spider-Man: No Way Home (2021)

    Spider-Man: No Way Home es, sin duda, la cima de la carrera de Tom Holland hasta ahora. La película se convirtió en un fenómeno cultural al reunir a tres generaciones de Spider-Man: Maguire, Garfield y el propio Holland. Pero más allá del fan service, lo que hace grande al film es cómo convierte a su protagonista en el Spider-Man más completo y trágico de todos.

    Viéndola te acordarás de Logan, ya que ambas cierran ciclos y llevan a sus héroes a un nivel emocional inédito previamente. Holland logra una interpretación que combina dolor, sacrificio y madurez, confirmando que su Spider-Man no es solo el más joven, sino también el más humano.

  • 10 terroríficas películas que son tendencia este Halloween

    10 terroríficas películas que son tendencia este Halloween

    Héctor Llanos Martínez

    Héctor Llanos Martínez

    Editor de JustWatch

    Cada Halloween se disparan el consumo de películas de terror y también las búsquedas de sus títulos. Es un género con cada vez más ramificaciones y más estilos. Si no sabes qué elegir para montarte una noche de terror, qué mejor prescriptor que el usuario de JustWatch.

    En esta lista repaso las 10 películas de terror más reclamadas en nuestro buscador. Ha quedado una selección bastante ecléctica, así que hay propuestas para todos los gustos.

    Los pecadores (2025)

    Decía que cada vez hay más subgéneros dentro del terror y uno de los más exitosos es el del Afroamerican Horror. En Los pecadores, el cineasta indie Ryan Coogler abraza el estilo de Jordan Peele. Aunque el miedo mezclado con comentario social, como en Nope y Nosotros, no es el único ingrediente de este alambicado relato ambientado en el Estados Unidos profundo de los años 30. 

    Dos gemelos regresan a su pueblo natal para resetear sus vidas, pero lo que se encuentran está más cerca de Abierto hasta el amanecer que de un dulce hogar. Te podrá gustar más o menos su mezcla de estilos, pero desde el punto de vista técnico y artístico, desde la dirección de actores, las interpretaciones, el sonido, los efectos visuales…, esta película es un portento. En ese aspecto se asemeja a otro título de la lista, el Nosferatu de Robert Eggers.

    Vicious (2025)

    Dakota Fanning es una treintañera que no tiene claro hacia dónde va su vida. Una misteriosa mujer le regala una caja que termina siendo un infierno para ella, porque encierra una fuerza maligna que le exige entregarle algo que necesita, algo que ama y algo que odia. A pesar de su trama sobrenatural, buena parte del terror que inspira Vicious es psicológico. 

    Su inquietante tono entre lo cotidiano (o incluso lo anodino) y el miedo más primario recuerda mucho a uno de los éxitos de esta temporada, Hereje, que también está en esta lista.

    Hereje (2024)

    Además del cine independiente en general, la productora A24 ha renovado el género de terror reciente. Hereje, lo ejemplifica muy bien y se hermana con otros títulos de la compañía, como MaXXXine y Bring Her Back. En Hereje, dos jóvenes misioneras que predican la fe a puerta fría, como antiguamente se vendían las enciclopedias, se meten en la casa equivocada. La tensión está construida a la perfección y tiene el talento hitchcockiano de hacerte pasar miedo con los detalles más mundanos. 

    Hugh Grant está fantástico en un rol bastante más oscuro de lo que nos tiene acostumbrados. A diferencia de otras películas de terror, Hereje cuenta con grandes y extensos diálogos y construye una atmósfera perturbadora, como la de Los pecadores, pero que en este caso gira en torno a la fe religiosa, y al mal más genuino.

    Nosferatu (2024)

    El cine primigenio, al estilo del horror mudo de F.W. Murnau, encaja a la perfección en la filmografía de Robert Eggers, que ya jugó con las reglas del blanco y negro en El faro. Por eso, que el director se decidiera a recrear el mito de Nosferatu resulta de lo más lógico y maximiza hasta lo imposible todos los recursos que le ha ofrecido Hollywood para crear su primera película de gran presupuesto. 

    Eggers profundiza como ningún director antes en la simbología y la estética vampírica y mantiene un nivel estético y técnico que en esta lista solo le empata Los pecadores de Ryan Coogler.

    Un lugar tranquilo 2 (2021)

    Después de lograr algo tan difícil a estas alturas como es sorprender al espectador, John Krasinski decidió retomar la historia de Un lugar tranquilo tal y donde lo dejó. Un matrimonio con tres hijos vive en medio del bosque en absoluto silencio, para evitar que los monstruos ciegos de origen alienígena que los rodean puedan detectarlos y asesinarlos. 

    En Un lugar tranquilo 2 es la hija mayor la que toma el protagonismo en un relato que acierta al tomar el tono postapocalítico de dos éxitos recientes: la serie The Walking Dead y el videojuego The Last of Us, luego convertido en serie. Que Milicent Simmons, la joven actriz que interpreta a Regan, salte al primer plano del relato acerca la película a Alien. Asfixiantes como Los pecadores aunque, evidentemente, sin la música como poderoso elemento narrativo.

    La sustancia (2024)

    Otro subgénero que demuestra la versatilidad del cine de terror y su capacidad de estar siempre conectado con la actualidad es el del body horror. La película de Coralie Fargeat, La sustancia, es una oscura, y desatada crítica al edadismo, el culto al cuerpo y la misoginia social. Su largo (muy largo) metraje incluye momentos memorables y metafóricos, como que la versión joven del personaje de Demi Moore, Margaret Qualey, nazca literalmente de su columna vertebral. 

    Aunque se inspire en clásicos de David Cronenberg como La mosca, la espiral en la que se adentra la protagonista doble de esta historia de terror recuerda a una película más reciente, que está en esta lista, Vicious.

    It Follows (2014)

    It Follows es una de esas películas que no arrasó en su momento, pero que con el tiempo se convirtió en un clásico de culto. El hecho de que esté a punto de estrenarse su secuela, They Follow, hace que haya escalado bastantes puestos en el ránking de búsquedas de JustWatch España. La trama, chica que se enfrenta al terror sobrenatural transmitido por vía sexual justo la noche que pierde su virginidad, juega con un tópico del cine de terror del que tanto se reía Scream, también en esta lista: las scream queens tienen que ser castas y puras. 

    It Follows evidencia con su estilo que rinde homenaje a las películas de terror de los años 80 y su protagonista, Maika Monroe, derrocha carisma. Si no conocías esta película, que sepas que es muy recomendable para tu noche de terror particular.

    Men. Terror en las sombras (2022)

    Tras Warfare y Civil War, Alex Garland es uno de los directores de moda. Quizá es la razón por la que los usuarios de JustWatch han impulsado las búsquedas de su filmografía anterior, entre la que se encuentra Men. Terror en las sombras. Una mujer se retira a la campiña inglesa a curar sus heridas tras una tragedia personal, pero allí no encuentra precisamente cobijo. 

    Con esta película, Alex Garland demuestra que sabe construir atmósferas incómodas y desconcertantes desde hace tiempo. Aunque seguramente sea la película más floja de su filmografía, sigue siendo interesante como abraza el surrealismo dentro de una oportuna conversación social, la del machismo como pandemia social.

    Eden Lake (2008)

    Michael Fassbender y Kelly Reilly componen la muy atractiva pareja protagonista de Eden Lake, que parece una película romántica ambientada en un bucólico lago hasta que un grupo de adolescentes más rebeldes de lo habitual deciden hacérselo pasar muy mal. Y a partir de ahí no hay tregua ni para el espectador ni para los pobres personajes principales. 

    Este terror intergeneracional a lo ¿Quién puede matar a un niño?, película muy anglosajona de Chicho Ibañez Serrador, resulta tanto o más vigente en la actualidad como lo era en 2008, cuando se estrenó Eden Lake. Su relato sobre el mal por el mal recuerda también a Hereje.

    Scream (1996)

    Scream es el gran clásico de terror que nació de homenajear y parodiar a los clásicos de terror. Contra todo pronóstico, ha logrado construir una franquicia bastante sólida, pero que en principio no supera a esta primera película de Wes Craven. Indudablemente se inspira en el terror slasher de Halloween. Ojalá Jamie Lee Curtis hiciera un cameo en algún momento de la saga. 

    Es irónica como La sustancia y recurre con inteligencia a los lugares comunes como It Follows. Entre sus logros, además de ser genuinamente divertida, está el de plantear una conversación metarreferencial sobre el género de terror y sus espectadores. Un icono pop en toda regla cuyas seis primeras entregas te pueden dar para un largo maratón de cine de terror esta noche de Halloween.

  • 10 momentos del cine de terror que se quedaron conmigo para siempre

    10 momentos del cine de terror que se quedaron conmigo para siempre

    Alejandra Bekerman

    Alejandra Bekerman

    Editor de JustWatch

    Hay muchísimas películas de terror que te hacen saltar del susto mientras las ves y luego están esas escenas que no solo te sorprenden, sino que se instalan en algún rincón de la mente para siempre, reapareciendo en los momentos más inesperados. A veces no son las más sangrientas ni las más explícitas, sino las que sugieren, las que dejan huecos que la imaginación llena sola, las que tocan una fibra emocional y se graban a fuego. 

    Se acerca Halloween y me parece una gran oportunidad para compartir los 10 momentos del cine de terror que más se quedaron conmigo, ordenados de menor a mayor intensidad para que vayas construyendo la tensión poco a poco. Algunas de estas películas me hicieron taparme los ojos, otras me hicieron pensar demasiado, pero todas lograron lo que el buen terror siempre busca: quedarse en la memoria mucho después de los créditos finales. ¡Aquí vamos!

    El final de la directora Drake en The Faculty (1998)

    Para muchos millennials, el inicio de la adolescencia estuvo marcado por maratones nocturnas de terror con cintas sacadas del videoclub del barrio. Y en esa época para mi The Faculty se ganó un lugar especial por su originalidad y su elenco estelar. Está dirigida por Robert Rodriguez, y combina muy bien el espíritu sarcástico de Scream con la paranoia sci-fi de Invasión de los ultracuerpos. La historia sigue a un grupo de estudiantes que descubre que sus profesores ya no son del todo humanos, y a partir de ahí, el instituto se convierte en un campo de batalla. 

    Nunca olvidaré la escena con la que comienza la película: la directora, interpretada por Bebe Neuwirth, intenta escapar del entrenador del equipo (Robert Patrick) solo para ser apuñalada por otra profesora. Es un arranque seco, violento, y absolutamente perfecto para dejarte en claro que algo anda muy mal desde el minuto uno.

    Los efectos de la deshidratación en The hole (2001)

    La primera vez que vi The Hole no supe apreciar la sutileza del terror psicológico que proponía, pero hay una escena que se me quedó grabada para siempre: el cruel deterioro físico por deshidratación. La película sigue a un grupo de adolescentes británicos que decide esconderse en un viejo búnker subterráneo para pasar unos días de fiesta, hasta que descubren que están atrapados sin salida. Todo ocurre en un espacio cerrado, húmedo y silencioso, donde la tensión crece con cada respiración. No hay monstruos, solo el paso del tiempo devorándolos lentamente. 

    Si te gustan películas como Enterrado, seguramente te interese darle una oportunidad a The Hole. El realismo casi documental, sumado a un giro final inesperado, hace que The Hole no sea solo una historia claustrofóbica, sino una experiencia que se queda contigo para siempre.

    Ivy y Lucius en El Bosque (2004)

    De todas las películas de M. Night Shyamalan, El bosque es la que más me marcó por su belleza silenciosa. Ambientada en una aldea rodeada por un bosque prohibido, la historia parece una fábula sobre criaturas acechando en la oscuridad, pero en realidad es una reflexión sobre el miedo y el precio de proteger la inocencia. Tiene una atmósfera única, una fotografía preciosa y una banda sonora igual de buena.

    La escena que siempre vuelve a mi mente es aquella en la que Ivy, ciega, extiende la mano hacia el vacío mientras la criatura se aproxima, y Lucius llega justo a tiempo para salvarla. Podría decirse que es más romántica que aterradora, pero también es una de las más inolvidables del cine de Shyamalan. Me encanta cómo logra convertir lo sobrenatural en algo profundamente humano.

    El final de Lamb (2021)

    Lamb es una de esas películas que te desconciertan más por lo que callan que por lo que muestran. Gran parte de su atractivo es que está ambientada en los paisajes desolados de Islandia. La historia sigue a una pareja que vive aislada en su granja y cuya rutina se ve alterada por un suceso extraño. A primera vista parece un drama rural, pero bajo su aparente calma se esconde algo profundamente inquietante.

    El final, sin revelar nada, me dejó con una sensación difícil de sacudir. Es una mezcla de tristeza, desconcierto y admiración. Es de esos desenlaces que no buscan asustarte, sino sorprenderte y hacerte pensar. Si El bosque se apoyaba en la fe y The Hole en la desesperación, Lamb se mueve entre ambas. Tiene un ritmo lento con fotografía hipnótica y un silencio casi religioso que crea esa atmósfera que no necesita sobresaltos. Aquí basta una mirada, un gesto o un sonido en la distancia para dejarte completamente paralizado.

    La fiesta de cumpleaños en Señales (2002)

    M. Night Shyamalan tiene la costumbre de dejar en mi memoria grandes momentos de sus películas. Señales sigue a un ex sacerdote (interpretado por Mel Gibson) que vive con sus hijos en una granja donde comienzan a aparecer misteriosos círculos en los cultivos. Una de las razones por las cuales Señales me parece fantástica, es por como Shyamalan logra convertir una historia de invasión extraterrestre en un relato sobre la fe, la pérdida y la esperanza.

    La escena de la fiesta de cumpleaños, cuando vemos por primera vez a una de las criaturas en un video casero, para mi es completamente inesperada y un horror en estado puro a plena luz del día. Años después, sigo recordando ese plano: el silencio, la cámara temblorosa y el estado de shock que deja de regalo.

    El revientapechos en Alien, el octavo pasajero (1979)

    Si hay una escena que definió para siempre el terror en la ciencia ficción, es la del “revientapechos” en Alien, el octavo pasajero. El momento en que Kane, aparentemente recuperado, se sienta a comer con la tripulación y, un segundo después, el alien emerge brutalmente de su pecho sigue siendo una de las secuencias más impactantes que he visto en el cine. No importa cuántas veces la vuelva a ver: la tensión, el silencio previo y la incredulidad en los rostros del resto de la tripulación siguen poniéndome la piel de gallina.

    Años después, Alien: Covenant llevó esa misma idea corporal a otro nivel. La muerte de Ledward, con la criatura desgarrando su espalda desde adentro, es una evolución igual de perturbadora que dio origen a los “revientaespaldas”.

    La famosa esquina en El proyecto de la bruja de Blair (1999)

    En El proyecto de la bruja de Blair no hay monstruo, no hay casi sangre, ni una sola aparición clara. Pero me enseñó que el miedo más puro nace de lo que no ves. Solo un chico quieto, de espaldas, en una esquina. Recuerdo la primera vez que llegué a ese final: el temblor de la cámara, los gritos fuera de foco, el sonido de algo arrastrándose en la oscuridad. Y entonces, ese plano. Silencio. Terrorífico, durante días no podía sacarme esa imagen de la cabeza.

    Parte de la razón por la que esta escena quedó grabada en mi memoria y en la de toda una generación, es la manera en que la película fue presentada al mundo. En su momento, el estudio tuvo la brillante (y retorcida) idea de promocionarla como si fuera material real encontrado en el bosque. Aunque después supimos que no lo era, para quienes la vimos de niños, esa ilusión bastó para hacerla infinitamente más perturbadora. 

    La revelación de John en Saw Juego macabro (2004)

    Tenía catorce años cuando vi Saw por primera vez, y creo que nunca volví a ver una película de terror igual. Esa escena final, con la revelación de John Kramer levantándose del suelo, me dejó completamente helada. No grité, no pestañeé, solo me quedé inmóvil intentando entender lo que acababa de pasar. 

    A lo largo de la franquicia, tuvimos muchos momentos tan gore como perturbadores, pero el final de la primera película en mi opinión no tiene comparación. Además de ser inolvidable, es uno de esos momentos del cine que redefinieron el género. No solo por el impacto visual, sino por la forma en que reorganiza toda la historia en cuestión de segundos. 

    La revelación de Samara en The ring (2002)

    Hay imágenes que se te quedan grabadas como una cicatriz, y para mí una de ellas es la de Samara saliendo del televisor en The Ring. Nunca volví a mirar un televisor del mismo modo. Ese paso lento, el parpadeo distorsionado, la lluvia cayendo dentro del living. ¡Escalofriante! El horror no venía del susto inmediato, sino de lo inevitable: sabías que no había escapatoria, que lo que estaba viendo el personaje lo estabas viendo tú también.

    Hoy después de parodias como Scary Movie me río, pero en 2002, cada vez que el teléfono sonaba después de ver una peli, hacía falta valor para responder.

    Voces del más allá en La cuarta fase (2009)

    La cuarta fase me aterrorizó de una forma distinta a cualquier otra película de esta lista. Tanto así que solo pude verla una vez y fue suficiente para quedarse para siempre en mi memoria. Esta es otra de esas películas que tuvo un impacto enorme por jugar con el formato documental, supuestos archivos reales, las entrevistas, el tono clínico de Milla Jovovich, todo se siente demasiado real. Pero lo que más se quedó conmigo no fue una imagen, ni un monstruo, sino un sonido. Ese momento en que escuchamos por primera vez la voz del alien diciendo “Yo soy Dios” sigue siendo de los más perturbadores que recuerdo. 

  • Todas las películas y series de Las Supernenas, en orden

    Todas las películas y series de Las Supernenas, en orden

    Raquel Morales

    Raquel Morales

    Editor de JustWatch

    Ya sea que crecieras viendo Las Supernenas o las hayas descubierto gracias a los memes y la nostalgia de Cartoon Network, este trío de superheroínas nunca pasa de moda. Creada por Craig McCracken, la franquicia combina azúcar, especias y muchas cosas bonitas con acción, villanos inolvidables y una sorprendente dosis de crítica social. Desde la serie original de los 90 hasta el reboot más reciente y una película para cines, hay más contenido del que muchos recordamos. Y, como todos necesitamos recordar nuestra infancia de vez en cuando, especialmente cuando no falta demasiado para que la navidad llame a nuestra puerta, aquí están todas las películas y series de Las Supernenas, en orden. Prepara las palomitas… y mucha Sustancia X.

    Las Supernenas (1998–2005)

    Aquí empezó todo. Las Supernenas (1998-2005) se emitió en Cartoon Network y duró seis temporadas y nos conquistó con sus heroínas adorables, tono irreverente y algunos personajes intrigantes a los que nunca vimos la cara. Pétalo, Burbuja y Cactus se volvieron iconos al enfrentarse a villanos como Mojo Jojo, Él y otros tan absurdos como imborrables. Todos queríamos ser como ellas de niños porque tenían superpoderes chulos, se enfrentaban a villanos, vivían aventuras…pero, sobre todo, porque no tenían miedo. 

    Personalmente, siendo una niña tímida a la que le costaba enfrentar el día a día, eso me daba fuerza para poder hacerlo. La mezcla de acción y humor de los dibujos los convirtió en una joya única: perfecta para niños, pero también inteligente para los adultos, parecido a El Laboratorio de Dexter (1996). Cada episodio está lleno de referencias pop, guiños sarcásticos y una energía caótica que sigue brillando hasta hoy y que es mucho mejor que cuando lo intentaron replicar en Las Supernenas (2016-2019). Es el punto de partida obligado para cualquiera que quiera conocer este universo. Y mi favorita.

    Las Supernenas: la película (2002) 

    Las Supernenas: la película (2002) sirve como precuela de la serie original y narra el origen del trío y sus primeros días en Townsville y cómo su hogar termina por verlas como una amenaza. Es más seria que la serie, pero conserva el encanto caótico que caracteriza a las chicas. Lo que más me gusta es que la película no se limita al humor más infantil de Las Supernenas (1998-2005), sino que se atreve a mostrar un giro más serio y sombrío. Al fin y al cabo, las superheroínas que se supone estaban destinadas a salvar a su ciudad, deben aceptar que todo el mundo las ve como si fueran una amenaza y las miran con miedo. 

    Cuando ellas solo intentaban encajar. ¿Nunca os habéis esforzado al máximo en algo solo para terminar empeorándolo? Pues eso les sucede a nuestras Supernenas en la película. Como curiosidad, aunque la película no fue un éxito en taquilla, con el tiempo ha ganado una base de fans que la aprecia por su profundidad emocional y el riesgo que supuso apostar por una trama con un tono menos infantil y unas escenas de acción bien logradas, muy al estilo de Teen Titans (2003). Perfecta para fans veteranos y también como introducción al universo de Las Supernenas.

    Las Supernenas Z (2006-2007)

    Esta versión japonesa del universo de Las Supernenas es un giro total: Las Supernenas Z (2006-2007) toma a los personajes clásicos y los reinventa como chicas mágicas al estilo anime. En lugar de ser creadas en un laboratorio, las protagonistas —Momoko, Miyako y Kaoru— obtienen sus poderes tras ser alcanzadas por rayos de “Chemical Z”. La serie tiene una estética completamente distinta y una trama más propia de una serie de anime como Sailor Moon (1992) que de unos dibujos animados infantiles. 

    Sin embargo, lo que más me gusta de esta versión es que, al contrario que Las Supernenas: la película (2002), los personajes se sienten más cercanos a la madurez y, como consecuencia, lidian con emociones y relaciones que van más allá de su familia o de salvar el día. Aunque su doblaje al español no tuvo un alcance global, tuvo cierto éxito a su llegada a España. Es una joya rara dentro de la saga, pero ofrece una experiencia distinta e interesante para quienes quieran ver a nuestras superheroínas favoritas con un nuevo prisma.

    Las Supernenas: Baile Siniestro (2014)

    Tras casi una década sin contenido nuevo, las superheroínas volvieron en un especial único para Cartoon Network. Con animación CGI en lugar del clásico 2D y un nuevo elenco de voces, Las Supernenas: Baile Siniestro (2014) fue un experimento atrevido. Demasiado atrevido. La historia tiene algunos elementos de musical que no encajan demasiado y un humor más surrealista que absurdo que no es al que estamos acostumbrados. Lo que más me gusta es cómo consigue mantener la esencia de la serie y a la vez introduce algo distinto, parecido a lo que hace Las Supernenas Z (2006-2007). 

    Se nota un esfuerzo por dar un giro sin perder la chispa que hace reconocibles a las protagonistas, y eso genera momentos realmente divertidos, al estilo de Hora de Aventuras (2010). Aunque la recepción fue mixta —especialmente por el nuevo estilo y las voces—, sigue siendo una pieza divertida para quienes echaban de menos a las superheroínas infantiles. Muy recomendable para quienes quieran ver cómo la franquicia se reinventó antes de su reboot.

    Las Supernenas (2016–2019)

    El último reboot de Las Supernenas (2016-2019) intentó presentar a nuestras superheroínas favoritas a las nuevas generaciones, aunque no tuvo demasiado éxito haciéndolo. La serie mantuvo un estilo parecido al original, pero cambió las voces—como hizo Las Supernenas: Baile Siniestro (2014)—e introdujo referencias a redes sociales y jerga de internet, al estilo de Thundercats Roar (2020). Y eso no encaja en absoluto. 

    Aunque algunos episodios de la serie sí lograron capturar el espíritu de la original, otros se sintieron desconectados de todo lo que la hicieron icónica. Es como ponerte un episodio de tu serie favorita…sólo para no reconocerla en absoluto. Aun así, el reboot tuvo tres temporadas con nuevos villanos, nuevas aventuras y tramas que desarrollaban a los personajes, haciéndolos crecer. Puede no gustarle a todo el mundo, pero lo cierto es que vale la pena explorar este reboot, sobre todo si quieres tener algo en común con una pequeña Gen Z. 

  • Cómo ver todas las películas y series de Alauda Ruiz de Azúa

    Cómo ver todas las películas y series de Alauda Ruiz de Azúa

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    Nos preguntamos por qué no habíamos descubierto antes a Alauda Ruiz de Azúa, la cineasta de éxito más rotundo de los últimos años. Ha estrenado tres películas desde su debut en el largometraje, hace tres años, junto con una serie que también cuajó entre la crítica y el público. El estreno de Los domingos, Concha de Oro en el pasado Festival de San Sebastián, no es más que la confirmación de que el fenómeno Ruiz de Azúa llegó para quedarse, así como la oportunidad perfecta para ver todo lo que la cineasta ha creado estos años recientes.

    La de Barakaldo entró tarde en la industria y para cuando debutó con Cinco lobitos su hijo tenía ya seis años. Trabajó durante años en publicidad y mantuvo despierta su afección creativa más de veinte años realizando cortometrajes, con los que ganó multitud de premios en festivales internacionales y entre los que destacan su trabajo final de carrera, Clases particulares (2005) o Dicen (2011), el corto español más laureado del año, ambos disponibles en el repositorio Cortos de Metraje. Todos ellos pueden leerse desde la jugosa geología emocional que después encontramos en sus largos.

    Alauda Ruiz de Azúa se distancia del resto de directoras del ONCE (Otro Nuevo Cine Español), como Pilar Palomero, Belén Funes o Carla Simón, por su interés en la sociología a través del cine. Cinco lobitos es un estudio amplio sobre las dinámicas del cuidado familiar, también en los procesos de muerte, no sólo un cuento sobre la maternidad. La serie Querer puede interpretarse como un proceso de purga colectiva, pero no deja de ser una ventana al dolor personalísimo de una mujer que lo pierde todo. En Los domingos, Alauda Ruiz de Azúa olvida su propia educación en un colegio público-cooperativo para meternos en la piel de una familia radicalmente lejana a la suya. Hoy, junto al guionista Edu Sola, prepara una serie sobre la intimidad en tiempos de OnlyFans.

    En fin, para comprender las múltiples dimensiones de la autora, en JustWatch os proponemos un viaje claro por todo lo que la oriunda de Barakaldo ha dirigido hasta el momento.

    Dicen (2011)

    Cruza el narrador poco fiable de (500) días juntos con el acoso brutal de Playground y tendrás parte de la gracia del mejor cortometraje de Alauda Ruiz de Azúa. En él, una pareja de niños sobreviven a un acoso brutal y sistemático en el instituto, mientras nos narran cómo se ven a ellos mismos y vemos cómo les ve el mundo. La distancia seguramente os arranque una risotada triste.

    En Dicen empezó Alauda Ruiz de Azúa a interesarse por las dinámicas adolescentes, que ya entonces abrazaba reconociendo su incapacidad por comprender del todo, igual que en Los domingos. Pero veréis que el cuidado con que el cortometraje recoge a sus protagonistas lo hace digno del temarral en que se embarra.

    Cinco lobitos (2022)

    En Estados Unidos la maternidad esforzada se ha empleado como una plataforma para la promoción del talento de actrices algo encasilladas: desde Charlize Theron en Tully a Uma Thurman en Una mamá en apuros. Pero Alauda Ruiz de Azúa toma la maternidad primeriza de Laia Costa en Cinco lobitos como prismático para mirar más allá del bebé que no deja de llorar en sus brazos.

    “Ya lo entenderás cuando seas madre”, nos dicen, y es que la cineasta de las familias (que perfeccionó las genealogías en Querer) entiende el convertirse en madre como forma de comunicarnos con nuestras propias madres (Susi Sánchez en la película). Como forma de ver que las renuncias y pequeñas recompensas no acaban cuando dejamos el biberón.

    Eres tú (2023)

    El giro radical de Alauda Ruiz de Azúa, una comedia romántica que no se parece a ninguna otra. Partiendo de la premisa: ¿cómo sería poder ver todo el desarrollo de una relación romántica a través del primer beso? ¿Seguiríamos entregándonos a la química en presente si supiéramos que todo va a salir mal? ¿Sacrificaríamos nuestras amistades actuales por la promesa de un futuro ideal?

    Entre labios, Álvaro Cervantes viaja a través del tiempo como ya lo hacía en El tiempo que te doy y nos entrega una dramedia perfecta para reconectar con nuestro espíritu más romántico. Nada “marca Ruiz de Azúa”, pero yo me dejaría sorprender por Eres tú…

    Querer (2024)

    Yo la llamo “la Intimidad buena”. El conflicto de base de Querer es parecido: la denuncia de un cuadro de violación despierta lo peor de la sociedad –en este caso, una familia acaudalada–, pero aquí el culebrón se sustituye por un drama reposado, siempre atento a lo que Miren (Nagore Aranburu, tocando el cielo interpretativo), la víctima, tiene que decir y vivir.

    Querer demostró que la mejor televisión británica también puede hacerse en España, sin renunciar a un gramo de la gravedad dramática de los seriales de Stephen Graham, como Condena o Adolescencia, pero con la idiosincrasia católica propia de nuestro país, de nuestras sobremesas, de Los domingos que pasamos con los abuelos. Para responsabilizarnos.

    Los domingos (2025)

    Hemos ido acostumbrándonos a una cierta timidez en la ficción realista española: a cineastas que sólo brillan cuando escriben sobre su realidad más cercana. Después de Querer, por lo tanto, nunca pensábamos que la formada en una escuela pública y de base laica pudiera atreverse a meternos en los zapatos de Ainara (Blanca Soroa, debutante), una chica de diecisiete que dice creer en Dios, tal cual. Vamos, La llamada solo que totalmente en serio.

    Peor nos lo pone cuando en Los domingos empatizamos con la tía de Ainara, la “progre” Patricia López Arnaiz, que se niega a dar espacio a su fe creyendo saber qué le conviene. ¿De qué bando nos colocamos? La ganadora de la Concha de Oro despertará sobremesas apasionantes.

  • 10 películas infravaloradas de Studio Ghibli que no puedes perderte

    10 películas infravaloradas de Studio Ghibli que no puedes perderte

    Alejandra Bekerman

    Alejandra Bekerman

    Editor de JustWatch

    Con la llegada de varios títulos de Studio Ghibli a plataformas de streaming como Netflix y Prime Video, es el momento ideal para redescubrir aquellas joyas que, aunque no tienen la fama de Mi Vecino Totoro, El Castillo Ambulante o El viaje de Chihiro, si comunican la misma magia, emoción y profundidad.

    Lo que hace único al universo Ghibli es su estilo inconfundible, esa mezcla entre lo cotidiano y lo fantástico donde lo pequeño adquiere una belleza casi espiritual. Adoro sus películas porque no solo cuentan historias: invitan a detenerse, a observar cosas tan simples como el viento moviendo las hojas, el vapor saliendo de una taza de té o ser testigo del poder silencioso de una amistad que cambia la vida de alguien. En cada plano se respira una sensibilidad que combina inocencia, melancolía y esperanza, capaz de emocionar y ofrecer confort tanto a niños como a adultos.

    En esta guía te presento las películas más infravaloradas del estudio, ordenadas de mejor a peor según su encanto, impacto emocional y legado. Además, te cuento en qué plataformas puedes ver cada una desde España, para que la magia Ghibli continúe desde tu sofá.

    Nicky, la aprendiz de bruja (1989)

    Empezamos fuerte este recuento, y es que aunque no es completamente desconocida dentro de la filmografía del estudio de animación, Kiki's Delivery Service (como se llamó originalmente) no tiene la suficiente atención que merece. La película sigue a una joven bruja que deja su hogar para independizarse, montar su propio negocio de reparto aéreo en una ciudad costera y descubrir quién es fuera del ámbito familiar. 

    Esta historia es un precioso y sutil retrato sobre la madurez, la soledad y la pérdida de la inspiración. Mientras Mi Vecino Totoro celebra la inocencia infantil en un entorno rural, Nicky explora el siguiente paso: crecer, mudarse, equivocarse y seguir adelante. Si tuviese que trasladar su espíritu al mundo del live action, tiene el encanto cotidiano de Amelie o Frances Ha. La recomiendo a aquellas personas que buscan un film de Ghibli sin grandes conflictos ni tramas rebuscadas. Es de esas películas que puedo ver una y otra vez y nunca cansarme de ella.

    Ponyo en el acantilado (2008)

    Sigue en el ranking otra de mis favoritas: Ponyo en el acantilado. Esta historia es puro color, ritmo y vitalidad. Aunque posiblemente sea la película más infantil de Miyazaki, considero que personas de cualquier edad pueden disfrutar de esta obra de arte hecha película. Ponyo de alguna manera reinterpreta La sirenita pero con más foco en la inocencia que en la rebeldía.  La trama es simple: una pequeña criatura marina escapa a la superficie y se hace amiga de un niño humano, desatando un caos natural al intentar convertirse en humana. En tono y estilo está más cerca de Mi vecino Totoro que de Nausicaä del valle del viento. Hay varias razones que hacen de Ponyo un must-watch en cualquier lista de Ghibli, desde su animación que tiene un estilo de acuarela en movimiento, hasta la música de Joe Hisaishi con melodías que refuerzan la sensación de magia y aventura. No te la pierdas si buscas algo corto y dulce, es tan encantadora como caótica.

    Arrietty y el mundo de los diminutos (2010)

    ¿Te acuerdas de Los Borrowers? Bueno, esta historia está basada en ese clásico de 1997. Arrietty y el mundo de los diminutos narra la vida de una familia diminuta que habita bajo el suelo de una casa humana, tomando prestado lo que necesitan sin ser descubiertos. Como puedes imaginarte esta película es un festín visual donde cada gota, hilo o grano de azúcar se vuelve gigantesco y bello. Comparada con historias como la de Nicky, también cuenta con una  heroína curiosa y valiente, aunque la joven Arrietty es más introspectiva. Si te gustaron películas con ese punto de vista detallista como Minúsculos o Fantástico Sr Fox, no te pierdas este título. Tiene ese ingrediente especial de Ghibli que tanto amamos: la capacidad de convertir lo cotidiano en mágico.

    El viento se levanta (2013)

    ¿Buscas algo de Ghibli no tan conocido pero con un tono sobrio y melancólico? Entonces esta siguiente recomendación es para ti. El viento se levanta está basada libremente en la vida del ingeniero Jirō Horikoshi, un soñador que crea aviones pero termina construyendo armas de guerra. Si disfrutaste películas como Oppenheimer o First Man pero ahora quieres una historia existencial animada, vas a disfrutar la reflexión madura sobre el peso de la creación, la culpa y el amor que plantea este film. La calidad visual es tan buena como cualquier otra del estudio. Su música es mágica y su atención al detalle no falla. Eso si, no la veas si te sientes un poco sensible ya que las lágrimas están aseguradas con El viento se levanta.

    Porco Rosso (1992)

    Siempre sentí Porco Rosso como la película más adulta de Miyazaki y tal vez por eso no ingresó en los primeros puestos de la lista. Pero que su tono no te engañe, aunque podría decirse que es casi un film noir animado, es imperdible para cualquier fan de Studio Ghibli. En esta historia sobre un piloto convertido en cerdo, una Italia entre guerras y un aire de nostalgia inconfundible se combina a la perfección aventura, romance y un humor maduro. Tiene un punto de comparación con El Viento se levanta por representar el amor a volar y el detalle puesto en la belleza mecánica, pero Porco Rosso destaca frente a la otra con un espíritu más romántico. 

    Susurros del corazón (1995)

    La temática sobre el dolor de crecer, es recurrente dentro de la filmografía de Ghibli. Si buscas una versión más introspectiva que Nicky, aprendiz de bruja pero que comparta ese retrato sobre la inseguridad ante la vocación, Susurros del corazón puede ser una buena elección. Esta bonita película cuenta la historia de Shizuku, una estudiante apasionada por la lectura que se inspira para escribir su propia novela tras conocer a un misterioso chico. Su tono me recuerda a films como Lady Bird o Antes del amanecer. Una película sobre la creatividad, el amor adolescente y la búsqueda de propósito que merece una oportunidad y un lugar indiscutible en esta lista.

    Haru en el reino de los gatos (2002)

    Tengo que admitir que este film fue una grata sorpresa para mi. Es que Haru en el reino de los gatos a simple vista parecía una simple secuela espiritual de Whisper of the Heart, pero es mucho más ligera, divertida y extraña de lo que esperaba. No suele mencionarse al hablar de la filmografía del estudio Japonés y creo que vale la pena darle una oportunidad. Es Alicia en el país de las maravillas de Ghibli, con gatos parlantes, banquetes reales y un humor británico que siempre aprecio en el cine. La protagonista de esta historia es Haru, una chica que salva a un gato y acaba atrapada en un reino felino surrealista. No necesitas saber más para adentrarte en esta aventura inolvidable. 

    Pompoko (1994)

    Los años 90 fueron una gran década para Studio Ghibli, pero entre tantos éxitos inolvidables de ese periodo, muchas joyas quedaron en segundo plano. Una de ellas es Pompoko, la sátira ecológica más loca y tierna de su filmografía. Aquí tenemos la contracara política de Ponyo, si bien ambas hablan de naturaleza, Pompoko lo hace desde la pérdida. Tiene el mismo nivel de comentario social de Zootrópolis pero desde una sensibilidad mucho más japonesa que sinceramente y en lo personal prefiero. La historia cuenta cómo un grupo de mapaches mágicos conocidos como tanukis intentan detener la expansión urbana de Tokio. ¡Ojo! Si es divertida y si es extravagante, pero también profundamente triste. 

    El Recuerdo de Marnie (2014)

    Volviendo al tono más melancólico del estudio, y haciendo eco a películas como Your Name y A Ghost Story, nos encontramos con El recuerdo de Marnie. Esta historia dirigida por Hiromasa Yonebayashi sigue a Anna, una niña retraída que conoce a una misteriosa chica en una mansión junto al mar, y su amistad se convierte en una revelación emocional. Es un dulce retrato sobre la soledad y la identidad en formato de fábula, compartiendo el aspecto del autodescubrimiento con Susurros del corazón pero en este caso desde la pérdida y la memoria. Tal vez tengas que estar en un ánimo muy particular para ver esta película, pero sin duda es uno de los títulos menos populares del estudio que merece la pena. 

    El cuento de la princesa Kaguya (2013)

    Tal vez suene injusto dejar esta obra maestra de Isao Takahata para el final, pero es que aunque su animación artesanal la hace destacar, no tuvo el impacto cultural (aún) que han tenido otras películas de Ghibli. El cuento de la princesa Kaguya está inspirada en un relato del siglo X y cuenta la vida de una niña encontrada dentro de un bambú, criada por campesinos hasta convertirse en una joven que añora la libertad perdida. Este film se estrenó el mismo año que El viento se levanta y comparten esa visión sobre la belleza efímera de la vida desde la naturaleza. Sin embargo la ubicaría más cerca de La princesa Mononoke por su conexión espiritual con el entorno, aunque con un tono más triste y sereno. Considero que es imperdible tan solo por su estilo visual tan único y poético

  • Las 10 mejores películas y series sobre la IA y dónde puedes verlas online

    Las 10 mejores películas y series sobre la IA y dónde puedes verlas online

    Juan José Mateo

    Juan José Mateo

    Editor de JustWatch

    La inteligencia artificial ya no pertenece al futuro: está aquí, en nuestras casas, en nuestros teléfonos y hasta en las conversaciones que tenemos cada día. Pero mucho antes de que existiera ChatGPT, Alexa o los coches autónomos, el cine y las series ya llevaban décadas imaginando lo que ocurriría si las máquinas empezaran a pensar, sentir o incluso rebelarse.

    Esta lista nace precisamente de ahí: de la fascinación (y el miedo) que provoca vernos reflejados en nuestras propias creaciones. En JustWatch hemos reunido las 10 mejores películas y series sobre inteligencia artificial porque, más allá de los robots y los algoritmos, todas ellas hablan de lo mismo: de qué nos hace humanos.

    Terminator (1984)

    Terminator es una de esas películas que definen un género. James Cameron imaginó un futuro apocalíptico donde las máquinas, lideradas por Skynet, deciden exterminar a la humanidad. Arnold Schwarzenegger quedó inmortalizado como el cyborg asesino que viaja en el tiempo, en una mezcla perfecta de acción, terror y ciencia ficción.

    Lo fascinante de Terminator es que, detrás de los disparos y las persecuciones, late una idea que sigue vigente: ¿qué pasa cuando lo que creamos se vuelve contra nosotros? Esta tensión recuerda a Alien, el octavo pasajero, donde la tecnología y la biología también son armas que escapan al control humano.

    Por cierto, si eres fan del director de Terminator, te recomendamos darte una vuelta por nuestra guía con las mejores películas de James Cameron.

    Matrix (1999)

    Matrix no es solo una película, es un fenómeno cultural. Las hermanas Wachowski mezclaron filosofía, artes marciales, estética cyberpunk y efectos especiales revolucionarios para contar la historia de Neo, un hombre que descubre que vive en una simulación creada por máquinas.

    Más allá de las coreografías y el “bullet time”, lo que hace grande a Matrix es cómo conecta con preguntas existenciales: ¿qué es real? ¿Quién controla nuestra vida? En eso, tiene mucho en común con Origen, de Christopher Nolan, aunque esta última se centra en los sueños y no en la IA.

    Y justo sobre este último director tenemos una guía llamada Dónde ver todas las películas de Christopher Nolan en streaming, por si quieres hacer un maratón con su filmografía.

    Yo, Robot (2004)

    Inspirada en los relatos de Isaac Asimov, Yo, Robot nos presenta un futuro donde los androides forman parte de la vida diaria. Will Smith interpreta a un detective que desconfía de ellos, en una historia que mezcla investigación policial con dilemas éticos.

    Aunque la película se toma muchas licencias frente a los textos de Asimov, lo potente es cómo pone en escena las famosas Tres Leyes de la Robótica. ¿Qué ocurre cuando un robot debe elegir entre obedecer o salvar vidas? En ese sentido, se parece a Minority Report, que también juega con la idea de tecnología que predice y condiciona el futuro humano.

    Se trata de uno de los mejores papeles de la filmografía de Will Smith.

    WALL·E (2008)

    De la crudeza pasamos a la ternura: WALL·E es la demostración de que Pixar también sabe hablar de la inteligencia artificial con profundidad. El pequeño robot que limpia la Tierra deshabitada se convirtió en uno de los personajes más entrañables del cine.

    Lo que hace especial a WALL·E es su tono: sin apenas diálogos, logra emocionarnos y reflexionar sobre el consumismo, la soledad y la relación con la tecnología. La considero prima hermana de E.T. el extraterrestre: ambas historias muestran que incluso lo no humano puede despertar lo más humano en nosotros.

    En Justwatch tenemos una lista con el orden adecuado para ver todas las películas de Pixar, incluida WALL·E.

    Her (2013)

    Con Her, Spike Jonze nos plantea una de las preguntas más provocadoras: ¿se puede amar a una inteligencia artificial? Joaquin Phoenix interpreta a un hombre solitario que se enamora de Samantha, un sistema operativo con la voz de Scarlett Johansson.

    La película es delicada, poética y dolorosamente real en sus reflexiones sobre el amor, la soledad y las conexiones digitales. Si Matrix hablaba de las máquinas como opresoras, Her las muestra como confidentes emocionales. En ese sentido, se parece más a Lost in Translation, otra obra que explora la intimidad en tiempos modernos.

    Mientras Ex Machina disecciona la inteligencia artificial desde el control y la manipulación, Her lo hace desde la vulnerabilidad: donde una busca dominar a la máquina, la otra se deja transformar por ella.

    Sobre Johansson, que aparece en Her y en Lost in Translation, tenemos una guía con sus mejores películas hasta la fecha.

    Black Mirror (2011)

    Más que una serie, Black Mirror es un espejo oscuro (literal) de nuestra sociedad. Cada episodio funciona como una película independiente que explora un aspecto distinto de la tecnología: desde inteligencias artificiales que replican la conciencia humana hasta sistemas de puntuación social.

    Su fuerza está en lo cercano: todo lo que muestra parece a punto de hacerse realidad. Algunos capítulos, como Be Right Back o White Christmas, son auténticas mini-películas sobre la IA y el duelo. Es comparable a The Twilight Zone, pero actualizado para una era digital y con un filo mucho más cortante.

    Y si te apasiona la temática de esta serie, lee nuestra guía con 15 series similares a Black Mirror, no te vas a arrepentir.

    Ex Machina (2014)

    Ex Machina es cine de ciencia ficción en su estado más puro: minimalista, inquietante y profundamente filosófico. Alex Garland nos lleva a una casa aislada donde un joven programador debe evaluar si un androide, interpretado por Alicia Vikander, tiene conciencia real.

    La tensión psicológica es brutal, porque nunca sabemos quién manipula a quién: ¿el creador, el evaluador o la propia máquina? Es un duelo que recuerda a Misery o La huérfana, películas donde el aislamiento y la desconfianza lo son todo, aunque aquí el monstruo posible sea de silicio y no de carne.

    Westworld (2016)

    Westworld tomó como punto de partida la película de Michael Crichton de los 70 y la convirtió en una serie monumental sobre la conciencia artificial. El parque temático poblado por androides es solo la excusa para hablar de identidad, libre albedrío y control.

    La primera temporada es un prodigio de intriga y revelaciones, con interpretaciones memorables de Evan Rachel Wood y Anthony Hopkins. Su complejidad recuerda a Game of Thrones: ambas series son rompecabezas donde nada es lo que parece y el poder se juega en múltiples capas.

    A diferencia de Matrix, que plantea una rebelión abierta entre humanos y máquinas, Westworld apuesta por la ambigüedad moral: aquí las inteligencias artificiales no solo quieren liberarse, sino también entender qué significa estar vivas.

    Justo en relación a la serie de Martin, en Justwatch publicamos hace un tiempo una guía con 10 series similares a Juego de Tronos.

    Tau (2018)

    Tau es una de esas películas de ciencia ficción que, sin necesidad de grandes presupuestos, logra atrapar al espectador con una premisa claustrofóbica. La historia sigue a Julia, una mujer secuestrada en una casa futurista que está controlada por una inteligencia artificial llamada Tau. Su supervivencia depende de cómo logre comunicarse y manipular a esa voz omnipresente, que a ratos se comporta como un carcelero y a ratos como un aprendiz curioso del mundo humano.

    Lo interesante de Tau es que plantea la relación con la IA desde la intimidad: no se trata de batallas épicas ni de rebeliones globales, sino de la convivencia forzada entre un humano y una máquina. En ese sentido, recuerda más a Ex Machina, donde el cara a cara con la inteligencia artificial es el verdadero campo de batalla, aunque aquí con un pulso más cercano al thriller psicológico que a la filosofía pura.

    M3GAN (2022)

    M3GAN es la última en llegar y lo hace con un tono que mezcla terror, humor negro y crítica social. La muñeca androide que se convierte en protectora de una niña lleva al extremo la pregunta: ¿qué pasa cuando confiamos en la tecnología para cuidar lo más íntimo?

    Lo que me gusta es cómo consigue ser inquietante y divertida a la vez, en la línea de Chucky o Annabelle, pero con un barniz contemporáneo sobre la dependencia tecnológica. Es ideal para quienes buscan una película de IA que no solo haga pensar, sino también reírse de los sustos.

  • Cómo ver 7 películas de terror para adultos que no dan miedo este Halloween

    Cómo ver 7 películas de terror para adultos que no dan miedo este Halloween

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    Es una pena que hayas decidido obviar el Spooktober sólo porque vas repitiéndote que no te gustan las películas de miedo. Pero si cuando llega el día de los muertos no sabes donde esconderte, esta es tu guía. Para sumergirnos en la inquietud que propone, el terror no tiene porque regarse de sobresaltos y desparramarse en sangrías (dejándonos por consiguiente con los ojos como platos, a la hora de la cama). De hecho, el suspense siempre se ha basado en saber, desde lo más hondo de tus tripas, que algo va mal… Y que irá a peor.

    Fíjate en las carteleras españolas: Vieja loca, una provocadora comedia snuff (de tortura) con Carmen Maura y con una cantidad desmedida de sustos por minuto, da mucho menos mal rollo que Exit 8, de Genki Kawamura, un juego de claustrofobia y ansiedad disparadísimas sólo por las cuatro paredes de un trasbordo de metro. Así que ahí apuntamos: en esta lista, os proponemos siete películas de tiempos y procedencias variadas que no son tan conocidas y que realmente tocan la tecla de la inquietud, sin que por ello debas perder tus preciadas horas de sueño.

    Hush (Silencio) (2016)

    Hush (Silencio) (2016) es simplemente una grandísima perla oculta al gran público y, si bien te hará olvidar la existencia de tu móvil, las dosis de tensión que entrega son inversamente proporcionales al griterío típico del slasher. La película de Mike Flanagan justifica su rechazo al jumpscare explosivo porque tiene por protagonista a una escritora sorda, en una cabaña en el bosque, que debe sobrevivir a los asaltos de un maníaco en medio de la noche. Por lo tanto, si ella no oye al asesino, nosotres tampoco.

    De un blanco y negro casi tan lustroso como el de Una chica vuelve a casa sola de noche (2014), sin embargo, la gracia definitiva de esta joya es que Kate Siegel, la escritora, es de veras muy inteligente y da guerra a la altura del atacante. Esto no es un espectáculo de “ver cuándo matan a la rubia tonta”, más bien al contrario. Aplaudimos cada estrategia de esta ahijada de Laurie Strode en La noche de Halloween (1978) como una genuina partida de ajedrez.

    Amer (2009)

    El terror no tiene por qué dar miedo, también puede excitarte. La película infraconocidísima de Hélène Cattet y Bruno Forzani es la oportunidad perfecta para reconciliarnos con el giallo, uno de los géneros más eróticos del terror, en que la sangre es también más roja y los asesinatos más macabros. Para Cattet y Forzani, que ya deconstruyeron el western en Dejad que los cadáveres se bronceen (2017), las muertes hay que ganárselas con paladas de atmósfera onírica.

    De Amer (2009), lo único que debes conocer es que sucede en un casoplón enorme, como el de Buenas noches, mamá (2015), donde nadie puede oírte gritar. Que a partir de ahí sea de placer o de dolor, eso ya… Entre sus sombras se esconde nuestra vampiresa protagonista, en una obra casi sin diálogos y que se expresa en cambio a través del color, los sonidos desconcertantes y un montaje que te arranca sin previo aviso de la seguridad (púdica) de la butaca.

    Una chica vuelve a casa sola de noche (2014)

    Una chica vuelve a casa sola de noche (2014) es la película que llevas a tu primera cita como garantía de cinefilia cool, y técnicamente pertenece al terror pero todo el mundo (que la ha visto, lo cual no es mucha gente) la recuerda por sus tremendas escenas musicales, no por haberlo pasado mal. En una estética que nada tiene que envidiar a la de Geoge A. Romero en La noche de los muertos vivientes, Ana Lily Amirpour retrata las madrugadas de Bad City a través de los ojos de una joven skater vampira, que se distrae persiguiendo a la fauna de criminales locales.

    Pero la juventud y las buenas dosis de western de la ambientación chocan contra una monstruo algo triste, muy de cuando imaginamos el panorama fantástico desde la melancolía, como Jim Jarmusch en Sólo los amantes sobreviven (2013). ¿Y quién no ha sentido que una canción lo rescataba de la durísima, monstruosa realidad?

    La noche de los muertos vivientes (1968)

    Alguien podría pensar que La noche de los muertos vivientes es demasiado conocida para reivindicarla de nuevo, entre tantas películas poco conocidas. Yo te pregunto: ¿la has visto de verdad? Hemos aplaudido muchísimo y con razón a la madre de todas las obras de zombis, pero conozco a pocas personas que la hayan visto de veras.

    Además, es una perla perfecta para quienes sepan que el gore o el correteo de los zombies sobrepasan el aguante de sus estómagos: aquí les ves venir, y la sangre salpica sin que veas los rojos profundos de Amer, por ejemplo. Ello no quita un ápice del horror que provocan estas criaturas expresionistas y de las que, justamente por observarles acercarse de lejos (como pasaba en Está Detrás De Ti), desearías advertir a los protagonistas distraídos. Es de las películas más inquietantes y con menos “sustos” de la historia.

    Perfect Blue (1998)

    Si el gore festivo de La sustancia (2024) no fue para ti pero sí te interesó cómo tomaba desde el fantástico la obsesión con la imagen personal, te recomendamos a una de sus precursoras, la Perfect Blue (1998) de Satoshi Kon. Aquí, el maestro responsable de los sueños perturbados de Paranoia Agent (2004) –otra serie buenísima de terror sin sobresaltos–, nos embarca en el viaje interior de una idol japonesa que empieza a romperse bajo la presión del estrellato.

    Porque, ¿es o no es real, el acosador que no deja de ver merodeando su apartamento? Pasa igual que con el dilema central de Buenas noches, mamá: que Satoshi Kon consiga generarnos dudas verdaderas es un efecto secundario de una caída en espiral a los infiernos en la que nos ha embarcado Perfect Blue. Y nada hay más terrorífico que la ansiedad.

    Buenas noches, mamá (2015)

    Dos niños pequeños en una casa enorme: tras la llegada de su madre, quien lleva el rostro vendado después de una operación, empiezan a sospechar que la mujer en casa no es realmente ella. Así que deciden comprobarlo hasta que no les quede ni una duda. Y aquí Buenas noches, mamá (2015) se convierte en un juego del gato y el ratón parecido a Los otros pero mucho más frío, y que llega a cotas extremas de crueldad sin que se derrame apenas una gota de sangre.

    No hay sustos en esta película de snuff donde los verdugos van cambiándose el sitio: ahora vemos a la madre como el monstruo, ahora como víctima de la violencia de sus hijos. La de Veronika Franz y Severin Fiala haría un programa doble perfecto con Salve Maria (2024), otra historia sobre la ambivalencia moral de una madre imperfecta…

    Salve Maria (2024)

    Quizás la película que fue más injustamente tratada en su momento, a pesar de ser sin duda la mejor obra del fantástico catalán de su década (mínimo). Igual que Perfect Blue te obliga a abrazar la paranoia tras la fama, Salve Maria (2024) te mete en la cabeza de una madre que lleva semanas sin dormir, ni apenas respirar, porque su bebé no deja de llorar. Y que un día empieza a obsesionarse con el infanticidio.

    El cine estadounidense ha llegado muy tarde al retrato de nuestra parte sombría y caótica, con películas como Si pudiera, te daría una patada (2025) o Canina (2024). Antes, y con un humor negrísimo, Mar Coll ya retrató qué tan inquietante puede ser habitar una cabeza en plena depresión posparto. Spoiler: no querríais estar en la piel de Laura Weissmahr.

  • Las series de anime más esperadas del otoño en Crunchyroll

    Las series de anime más esperadas del otoño en Crunchyroll

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    Qué gran año ha sido 2025 para el anime. De hecho, si diciembre llegara a día de hoy, cerraríamos con el éxito sorprendente de Dan Da Dan (cuyo boca oreja se ha alargado por meses) o la consagración del anime coreano gracias al triunfo de Solo Leveling en los Anime Awards. Por suerte, el año no acaba en septiembre, aún estamos cosechando una generosa taquilla por Guardianes de la noche: Kimetsu no Yaiba La fortaleza infinita y queda por delante el estreno esperadísimo de la primera película de Chainsaw Man, que cubrirá El arco de Reze.

    En los albores de un nuevo curso académico, nos preguntamos por qué series puedes empezar en Crunchyroll (es decir, de manera gratuita con anuncios) si quieres sacar el máximo provecho a los meses por delante. Hemos seleccionado siete animes que pueden darte un poco de todo (de slice of life hopepunk a adaptaciones literarias reposadas), ordenándolos de menos a más evidentes. Vamos con la lista.

    Egao no Taenai Shokuba desu (2025)

    En español, se traduce como El extrañamente maravilloso lugar de trabajo de una mangaka (A Mangaka's Weirdly Wonderful Workplace), con lo que su premisa inicial ya me llama su atención. Nadie que conozca el mundillo de la creación de manga o anime lo catalogaría de entrada como “maravilloso”, y seguramente se guardaría para la spooky season una serie como esta adaptación de un manga de Kuzushiro.

    Pero ahí está la magia del anime del recién fundado estudio Voil (Acro Trip, 2024): Egao no Taenai Shokuba desu (2025) sigue el día a día de una joven dibujante de shojo mientras trata de sobrevivir al crunch del oficio a base de puro delulu. Además del optimismo del que nos nutrimos para iniciar el curso académico, compartido con series como Shuumatsu Touring (2025), hay otro motivo para darle una oportunidad: que por una vez el slice of life no se ambienta en el instituto. Si las aventuras de Keep Your Hands Off Eizouken! (2020) te dieron un par de años más de vida, te recomiendo este slice of life ahijado de los procesos de Bakuman.

    Shuumatsu Touring (2025)

    Shuumatsu Touring (2025), o Touring After The Apocalypse, es una de las grandes perlas escondidas entre las fronteras japonesas. Fiel a su nombre, va en la línea de Frieren: Tras finalizar el viaje (2023) pero ahora en un contexto post-apocalíptico basado en el mundo real. Cuando la civilización japonesa colapsa, las dos últimas supervivientes deciden darse una vuelta. Al final, sólo son dos jóvenes de instituto, y como en A Mangaka's Weirdly Wonderful Workplace también viven bastante delulu.

    Arrancando desde el cruce entre el slice of life, el hopepunk (es decir, ciencia-ficción esperanzada a pesar de todo) y la dramática devastación que ha causado el fin del mundo, el anime del aún poco conocido estudio Nexus sobre el manga de Sakae Saito puede maridar perfectamente con el mood que nos acompaña al inicio de cada curso escolar.

    Shabake (2025)

    Megumi Hatakenaka tuvo un aplauso insólito con la serie de novelas de las que parte Shabake (2025), aunque su fórmula tiene todos los ingredientes para el éxito: se trata de una investigación en clave de whodunit ambientado en la época Edo, donde los yokai campan entre humanos y en una narrativa que mezclará complots, misterio sobrenatural y lealtades familiares. Vamos, exactamente lo que nos enamoró de Los diarios de la boticaria (2023) y el toque novelesco que esperamos también de Let's Play.

    Aquí seguimos a Ichitaro, un rico heredero que presencia un asesinato y decide actuar, lacrado por su estado de salud pero con la ayuda de dos espíritus con cuerpo de humano. Y ya podéis olvidar la versión en live-action que se hizo sobre las novelas, porque los avances de Shabake tienen buena pinta, a pesar de las críticas que Bandai Namco recibió por la calidad de la animación de su serie histórica más aclamada, Gintama (2006).

    Let's Play (2025)

    Komi-san no puede comunicarse (2021) fue uno de los grandes éxitos indie del Studio OLM, a los que se suman Los diarios de la boticaria (2023) o Don't Toy With Me, Miss Nagatoro (2021). Muy en la línea discurre el romance de Let's Play (2025), una de las series de anime que generará más debate este otoño. Y es que esta adaptación del webcómic homónimo de Mongie (artista estadounidense nominada al Eisner) promete despertar chispas más allá de lo romántico: la serie trata sobre una desarrolladora de software cuyo videojuego recién estrenado (y muy aplaudido) no deja de recibir críticas de parte de un usuario anónimo en internet. Un usuario que deja de ser anónimo cuando se muda al lado de la creadora.

    Sabemos los efectos devastadores del gamergate, y el cómic original no huía de los dolores de estómago que ha generado el machismo en los círculos de gamers en internet, por lo que esperamos la misma dosis de sátira de parte de la adaptación a anime. A pesar de empezar en clave de comedia romántica, quizás es la serie con más mala leche de toda la lista.

    Fumetsu no Anata e (2021)

    La tercera temporada de Fumetsu no Anata e (2021), o To Your Eternity, llega bajo una expectativa algo escéptica (y algo inmerecida, puesto que esta serie empezó siendo un sleeper que nos sorprendió para bien; así que no la odiemos ahora). La segunda temporada fue bastante decepcionante, y el Arco Moderno no convence demasiado a los fans más acérrimos del manga de Yoshitoki Oima, el creador de A Silent Voice (2016)...

    Pero en el cambio está el progreso, y buscar repetir la fórmula del éxito es poco interesante. Como Shuumatsu Touring o Frieren: Tras finalizar el viaje, o como Mushi-Shi (2005), si no conoces To Your Eternity, te la puedo resumir como el viaje conmovedor de un ser inmortal que va tomando la forma de los seres con los que forma un vínculo mientras trata de comprender qué significa ser un humano. Llorera asegurada, que para el inicio del curso nunca viene mal.

    My Hero Academia - Temporada 8 (2025)

    Vamos con las dos series de anime que sí esperábais en la lista: primero, My Hero Academia - Temporada 8 (2025), el cierre de la historia de Izuku Midoriya, el heredero de los poderes de One For All en uno de los shonen que ha tomado el relevo de los grandes animes sobre chicos-héroe tras Naruto (2002).

    La última temporada cubrirá los eventos de los volúmenes 40 al 42 del manga, en lo que se espera sea una temporada de 12 o 13 episodios. Un formato estándar ya bastante raro, cuando Kimetsu no Yaiba: Guardianes de la Noche (2019) está acabando con películas y Chainsaw Man ni ha esperado a su final para continuar en el cine. En fin, está todo en juego en los combates entre All For One y All Might, y Deku contra Shiragaki, que de momento no auguran un final muy feliz para nadie.

    SPY x FAMILY - SPY x FAMILY CODE: White (2025)

    La tercera temporada de SPY x Family, SPY x FAMILY - SPY x FAMILY CODE: White (2025), continuará con las aventurillas autoconclusivas de la familia Forger, que tantas alegrías han dado a la comunidad otaku y a los vendedores de merchandising. Después de dos años de espera (WIT andan ocupados con el remake de One Piece) y entre tantísima competencia por la atención (porque no cada día se acaba My Hero Academia), falta ver si el estreno estará al nivel de las temporadas anteriores; en calidad y en público.

    Pero con la historia de orígenes de Loid y el protagonismo merecido de Yor en las nuevas tramas de espionaje, yo no creo que la monería de Anya tenga demasiados problemas por ser el centro de atención de nuevo.

  • Las aspirantes a los Oscars 2026, según Venecia y Toronto

    Las aspirantes a los Oscars 2026, según Venecia y Toronto

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    Las mates no mienten. Los dos festivales más importantes del otoño, Venecia y Toronto, alimentan cada año las nominaciones de los premios de la Academia, por lo que desde ya hace falta estar muy pendiente de ellos (y de Telluride, en menor medida) para anticiparse a las nominaciones de los Oscars.

    Aunque, te advierto de entrada: este año hay dos excepciones que confirman la regla. Primero, en Venecia se hizo con el León de Oro a la Mejor Película Father Mother Sister Brother de Jim Jarmusch, una contendiente muy indie que sorprendió entre los gigantes con los que competía y que, al no tener el poder de marketing de Leones anteriores como Pobres criaturas o Nomadland, en los Oscars probablemente quede a las puertas del premio gordo.

    Eso sí, de Venecia surgen apuestas seguras como el reconocimiento a Dwayne Johnson por La Máquina: The Smashing Machine de Benny Safdie, o el premio políticamente cargado a La voz de Hind, una impactante ficción sobre el genocidio en Gaza.

    De Toronto, más de lo mismo: de las 18 últimas ganadoras del Premio del Público, 16 han sido nominadas a Mejor Película en los Oscars, desde Green Book (2018) a Los Fabelman (2022). Este año el privilegio fue para Hamnet, el romance lacrimógeno de Chloé Zhao sobre Shakespeare, y la directora no resulta un nombre extraño para la Academia, tras conquistar la categoría de Mejor Película y Dirección en los Oscars prepandémicos con Nomadland.

    En Canadá, el Frankenstein de Guillermo del Toro quedó en segundo lugar en las urnas, a pesar de las críticas templadas que acumulaba desde Venecia, así que no la damos por acabada aún. Y en la tercera posición, Wake Up Dead Man: Un misterio de Knives Out, de Rian Johnson, ya está sonando a premio para Glenn Close…

    Te decía que hay dos excepciones que confirman la regla, y es que la película que más está sonando a día de hoy para el Oscar es Una batalla tras otra, de Paul Thomas Anderson, que ha estado nominado un total de 11 veces a la estatuilla y se ha llevado un total de: cero… Aún. Este año, si todo va acorde con el runrún de las semanas pasadas, el 15 de marzo podríamos verle subir al escenario hasta en 14 ocasiones.

    Te interesa saber desde ya qué películas van a seguir dando juego en la noche de los Oscars para no maratonear las nominadas a pocos días de la gala, así que lee con atención para cazar a tiempo las candidaturas más pujantes en salas y plataformas. Aquí te desgranamos las principales.

    Las aspirantes a Mejor Película

    Su ausencia de cualquier competición festivalera de otoño parecía señal de que la película era indudablemente mala, pero ha resultado todo lo contrario. Warner ha estrenado Una batalla tras de otra, de Paul Thomas Anderson, directa a salas y ante un alud de buenísimas críticas, algunas de las que la califican como la mejor película del año.

    En Estados Unidos ha sido un auténtico fenómeno: adaptación muy libre de la novela Vineland de Thomas Pynchon, encuentra a Leonardo Di Caprio como un padre trasnochado, un Gran Lebowski que se reunirá con su sensei Benicio del Toro para combatir al grupo de extrema derecha liderado por un también despeluchado Sean Penn. El asunto recuerda, según dicen las críticas, a Puro vicio de PTA (2014) y a los laberintos psicotrópicos de thrillers como Lo que esconde Silver Lake (2018). Vamos, que si no gana el Oscar por lo menos se convertirá en película de culto.

    La principal rival de Una batalla tras de otra es a día de hoy Hamnet, de Chloé Zhao, una película que conmovió en donde se ha visto pero que sigue una línea mucho más académica, en un drama de prestigio mucho más clásico y en la línea de Lo que queda del día (1993) o Sentido y sensibilidad (1995). Paul Mescal y Jessie Buckley, los irlandeses del momento, hacen de William y Agnes Shakespeare en los días siguientes a la muerte de su hijo de once años. Queda por ver si Hollywood ha perdonado a Chloé Zhao el batacazo de Los Eternos (2021) y volverá a nominarla a Mejor Película, que ya se llevó por Nomadland, el año anterior. ¿Ganará el emotivo drama de tacitas o el thriller de acción repleto de bilis y sangre?

    Los candidatos a Mejor Actor

    De forma excepcional, el premio a Mejor Actor parece estar más reñido que el de Actriz. De la categoría de Mejor Película nacen los principales aspirantes: Leonardo DiCaprio por Una batalla tras de otra, aunque no creo que se repita un segundo Oscar como el que ganó por El renacido (2015), si no lo hizo ya con Érase una vez en… Hollywood (2019). El tipo de papel acabado y quejumbroso era el mismo, vaya. Y Paul Mescal aún podría presentarse a Mejor Actor de Reparto para ampliar sus posibilidades, pero un Oscar a la interpretación masculina principal le daría el prestigio que su popularidad ya ha acreditado. Y claro, por ser (nada más y nada menos que) Shakespeare en Hamnet.

    Quienes ya pueden darse por satisfechos son los hermanos Safdie, porque en sendas primeras películas por separado se encuentran dos de los aspirantes con más números: en Marty Supreme de Josh Safdie está Timothée Chalamet (que estuvo a punto de ganar el año pasado por Un completo desconocido) y el fantástico Dwayne Johnson lidera La Máquina: The Smashing Machine de Benny Safdie, con buenísima recepción en el pasado Festival de Venecia. No te sorprenderá, si viste el despliegue actoral de Diamantes en bruto o Good Time: Viviendo al límite.

    Y luego está Jeremy Allen White, cuya interpretación de Bruce Springsteen en Springsteen: Música de ninguna parte ha prometido atraer la misma atención que A Complete Unknown. Sería especialmente cruel que Chalamet perdiera otra vez frente a un biopic musical, aunque así es la vida del actor de Hollywood, Leonardo Di Caprio lo sabe.

    Las candidatas a Mejor Actriz

    Los premios son una ciencia bastante menos dispersa de lo que se imagina: de las aspirantes de Mejor Película suelen nacer todos los afluentes de las otras categorías. Así pasa con la interpretación femenina, en la que lidera todas las encuestas Jessie Buckley por Hamnet. A la rotundidad dramática del papel se le suma el “ya va siendo hora” de una industria que la ha visto crecer muchísimo desde Fargo (2014) y que la obvió incluso en Estoy pensando en dejarlo (2020), para sólo nominarla en La hija oscura (2021).

    La noruega Renate Reinsve la sigue muy de lejos en las encuestas de los medios, por lo que una nominación a Mejor Actriz se entendería más como un primer gesto de reconocimiento de parte de la Academia, que ignoró a la musa de La peor persona del mundo (2022) y que ya en Valor sentimental, su siguiente paso colaborando con Joachim Trier, ha estado a la altura (y de sobras) del sénior de Stellan Skarsgård.

    No hay muchas más actrices realmente mainstream en los fogones festivaleros de Venecia y Toronto ahora mismo, quizás exceptuando a Emma Stone en la Bugonia de Yorgos Lanthimos. De su colaboración anterior, en Pobres criaturas, la actriz ya se llevó la estatuilla en los Oscars y los Globos de Oro de 2023, y Bugonia tampoco ha sido tan aplaudida como para esperar un doblete… Pero podríamos verla perfectamente entre las nominadas.

    Y Cynthia Erivo puede tener el encanto suficiente para salvar a la segunda parte de Wicked: Parte Uno (2024), Wicked: Por siempre, una secuela que nadie pidió pero que nos abrirá las puertas a ver el despliegue de talentos de esta actriz-orquesta. Bien vale una nominación.

    Los y las aspirantes a Mejor Dirección

    Los Oscars siempre han tenido una relación peculiar con las películas “internacionales”, que han tratado de subsanar en la categoría de Mejor Dirección. De hecho, desde 2009 el galardón solo ha ido a parar a una persona estadounidense en tres ocasiones. Así que no sería nada raro ver una nominación a la china Chloé Zhao por Hamnet, un ejercicio de drama calculado y un cuadrilátero de interpretaciones que pide buena mano dirigiendo.

    En caso de que Zhao fuera nominada, podría coincidir con Kathryn Bigelow entre las candidatas. Bigelow presentó Una casa llena de dinamita en Venecia y, a pesar de unas reacciones algo tibias, tiene toda la musculatura de Netflix para apoyar una buena campaña de premios. En este caso, sería la primera vez en cinco años con dos mujeres en la categoría.

    También el noruego Joachim Trier acumula números, aunque en Valor sentimental se le valoraría por el trabajo de cámara y la ligazón de los conflictos dentro de esta familia de artistas. Sería una primera vez en la categoría, pero el Gran Premio del Jurado de Cannes respalda sus opciones. Ahora, personalmente me gustaría aplaudir el Oscar para el iraní Jafar Panahi, que se juega la piel día tras día con sus críticas al régimen iraní desde antes de El círculo (2000) y ya desde la primera persona en Taxi Teherán (2015). Pero no es sólo por su valentía y su compromiso: en Un simple accidente (ganadora de la Palma de Oro, lo cual ya da números) logra algo muy difícil, que es mantener la ambivalencia sobre la culpabilidad de un amordazado, un monstruo que no lo parece.

    Que seguramente se lo acabe llevando Guillermo del Toro por Frankenstein, una ilustración bellísima y muy inspirada sobre la novela de Mary Shelley, además de un premio bonito por la índole vocacional del proyecto. O puede que Ryan Coogler, el salvavidas de la taquilla por Los pecadores, que ha sido muy aplaudido por su versión de Abierto hasta el amanecer (1996) y que lleva mucho tiempo mereciendo como mínimo una nominación. O Paul Thomas Anderson, que tras once nominaciones hace ya ojitos de cordero ante los votantes de la Academia.

    Las candidatas a Mejor Película Internacional

    Los resultados de las políticas de diversidad que ha aplicado la Academia son clarísimos en las candidaturas, y es que desde 2016 ya no resulta raro ver películas “en lengua extranjera”, como decían hasta hace unos años, en el resto de categorías de los Oscars. ¿Recordáis el triunfo en 2019 de la Parásitos de Bong Joon-ho, cuando dejó anticuado todo concepto de frontera a base de sátira de clase de lenguaje universal?

    Si apartamos la candidatura obvia de Valor sentimental, noruega, y si tenemos en cuenta que Panahi no podrá presentar su Un simple accidente porque Irán la ha ninguneado en la preselección a los Oscars, quedamos con un puñado de opciones bastante igualado. Desde Venecia podría venir la primera candidata sólida, No hay otra opción de Park Chan-wook, el remake coreano (divertidísimo, aunque algo alargado) de la novela de la que partía Costa Gavras en la oscura Arcadia (buenísima, también). En el Lido y en Toronto no tuvo una acogida espectacular, pero dejar fuera a Park puede resultar impensable para los académicos.

    Menos claro lo tengo con La voz de Hind, el drama que parte de la voz real de una niña asesinada en Gaza… La película de la tunecina Kaouther Ben Hania ha recibido ovaciones por donde ha ocurrido por su visibilidad política, pero con el panorama actual en Estados Unidos creo que se preferirá omitir una nominación.

    Sí me huelo premio probable para la española Sirât, de Óliver Laxe, que se ha convertido en un evento internacional y pop, mucho más allá de la cinefilia del director de Lo que arde (2019). También caerá candidatura para la emoción y la pertinencia política de Kleber Mendonça Filho y Wagner Moura en Agente secreto, una relectura crepuscular al género del thriller de espías que amaréis quienes descubristeis el giro al survival de Bacurau: Tierra De Nadie (2019). En fin, que las nominaciones sean excusa para seguir desenterrando buenas películas.

  • Las mejores películas de terror para ver gratis en JustWatchTV

    Las mejores películas de terror para ver gratis en JustWatchTV

    Mariona Borrull

    Mariona Borrull

    Editor de JustWatch

    ¡Bienvenida, spooky season! Cuando el calor empieza a abandonarnos y los árboles van deshojándose, toca planificar qué películas (de terror, naturalmente) veremos durante el trecho final antes de Halloween. Y ahí va la trampa: si buscamos hacer un maratón extensivo por entre plataformas, el mes de octubre puede salir extremadamente caro. Por ello, he seleccionado unas siete perlas que podéis encontrar en JustWatch TV de forma del todo gratuita.

    He tratado de recomendar, por un lado, clásicos indiscutibles como La brujería a través de los tiempos (1922), mezclados junto con títulos menos conocidos, como Messiah of Evil (1975) o Las tres caras del miedo (1963), un clásico de Mario Bava nunca lo bastante reivindicado. Si sois iniciados del mundo del terror, una buena primera película es aquella que os resulte más chillona, diferente –y creedme, sólo con los seres lyncheanos de Messiah of Evil (1975) tenéis excentricidades para rato–. Si llegáis de cero, id al clásico que más rabia os dé, como La pequeña tienda de los horrores (1960): veréis qué tan larga es su sombra. ¿Listos para un susto bueno, y barato?

    Las tres caras del miedo (1963)

    La obra de Bava es un tríptico gótico y fastuoso que exuda cinefilia por entre vidrieras de colores y a la sombra vibrante de una vela. Las tres caras del miedo (1963) presenta tres operetas macabras de tonos variopintos, desde la paranoia psicosexual a la venganza fantasmagórica, para tres argumentos que sirven de excusa a una atmósfera que se pega a la piel: niebla, gritos y el extraño consuelo del terror clásico.

    Ideal si lo tuyo es la lógica ensoñada de Suspiria (1977) o la sofisticación de La cumbre escarlata (2015), o el pictoricismo arrebatado de Messiah of Evil o incluso la belleza inquieta de La noche de los muertos vivientes… Una fantástica forma de encontrar nuevos terrores, si creías que el género estaba amortecido.

    Savageland (2015)

    Hay algo impostado en ver un mockumentary en una opulenta sala de cine. Por ello, la hiperrealista Savageland (2015), hecha con cuatro duros y colgada en abierto, pide ser vista en casa. True crime sobre la masacre en un pueblo fronterizo, nos enfrenta al terror de lo que pudo haberla causado, a la amenaza eminentemente política bajo la tranquilidad horizontal de sus paisajes granulados.

    Ahijada de Lago Mungo (2009) y, cómo no, de la inquietud profunda, aun sin sustos, de El proyecto de la bruja de Blair (1999), puede ser un magnífico primer volumen para una sesión doble de límites del terror junto con La pequeña tienda de los horrores, que convierte en musical el pavor.

    Messiah of Evil (1975)

    Messiah of Evil (1975) es una pesadilla febril que se está empezando a reivindicar estos años. En ella, una joven busca a su padre en un pueblo costero habitado sólo por seres catatónicos. La película está repleta de atmósferas surrealistas (gente en cines vacíos, rituales nocturnos, paredes que sangran…), que van amontonándose poco a poco hasta alcanzar un estado hipnótico y bellísimo, como de terror nocturno.

    Tiene algo de la extrañeza de El carnaval de las almas (1962), aunque anticipa claramente el reparto y paisaje liminal de Twin Peaks (1990). En su momento, fue un eslabón clave entre el terror gótico de los sesenta y el horror cósmico posterior, aunque veréis que emplea bastante menos brilli brilli que el desparrame italiano de Bava en Las tres caras del miedo.

    La pequeña tienda de los horrores (1960)

    Entra un clásico más conocido, aunque como todos los clásicos ello no implique que demasiada gente lo haya visto de verdad. En el dulce terreno de la comedia, el musical y el terror, Roger Corman dirigió La pequeña tienda de los horrores (1960), una joya macabra (y ácida, y queer, y muy icónica) sobre cómo un florista torpe (Rick Moranis, la cara más ochentera que recuerdo) acaba criando a una planta devoradora de hombres para complacer a su novia. Oh, y Steve Martin le hará la vida imposible con un flamante flequillo.

    El gran experto en hacer limonadas cinematográficas, Corman, convirtió la escasez de medios y un rodaje atropelladísimo en canciones memorables –de esas tiene muchas– y encumbró al terror caníbal-vegetal en un nuevo ídolo al que adorar, un dios monstruoso hasta lo sexy. No sé si tiene sentido, pero la voz del cantante de Motown Levi Stubbs me resulta grave, interesante y… No esperéis asustaros aquí, sólo descubrir o re-descubrir un musical de culto tan instantáneo como El Show de Horror de Rocky (1975), o como la misma Messiah of Evil. Preparaos para recomendarla.

    La noche de los muertos vivientes (1968)

    La piedra angular del cine de terror moderno, en La noche de los muertos vivientes (1968) George A. Romero reinventó el género con un survival zombi áspero y claustrofóbico… Una historia sobre un grupo de desconocidos que deben atrincherarse en una casa durante una invasión zombi. Y si bien no hay más trama que esa, ni grandes nombres en el reparto, cuatro paredes, una amenaza y un puñado de gente discutible son suficientes para montar una reflexión de primera sobre la xenofobia y las alianzas forjadas bajo el miedo.

    El comentario político tras Savageland, de hecho, bebe directamente de las intenciones de Romero. Eso sí, al contrario que Las tres caras del miedo, en este abuelo de The Walking Dead de presupuesto subterráneo sólo encontraréis el blanco y el negro más radicales, de una crudeza que invita a la barbarie.

    La brujería a través de los tiempos (1922)

    La brujería a través de los tiempos (1922) o simplemente Häxan es un híbrido indiferenciable entre documental, ensayo y pesadilla escénica, un mockumentary como Savageland antes incluso de que el género se pensara en estos términos. La película “estudia” la historia de la brujería mezclando discurso académico con recreaciones bastante inquietantes de la brujería. Dignas del mejor folk horror posterior, desde La garra de Satán (1971) a Midsommar: el terror no espera la noche (2019).

    Surrealismo y un coro de monstruos familiares, desde los demonios medievales, brujas volando a un diablo sonriente. Tras las estampitas se esconde, cómo no, una feroz crítica al pánico moral… Aunque las lecciones sobre brujería que aquí aprendemos resultan arcaicas, oníricas e inmediatamente icónicas. Dentro de tu lista, es la más experimental y vanguardista, adelantándose décadas a lo que Robert Eggers propondría con todo su cine posterior.

  • Cómo ver las películas de Kevin Smith en orden: The View Askewniverse, explicado

    Cómo ver las películas de Kevin Smith en orden: The View Askewniverse, explicado

    Jorge Casanueva (Jorge Loser)

    Jorge Casanueva (Jorge Loser)

    Editor de JustWatch

    El View Askewniverse es el universo cinematográfico que Kevin Smith ha ido construyendo durante su carrera, empezando por Clerks en 1994. Llevamos ya tres décadas viendo cómo este gurú de la cultura pop de Nueva Jersey ha ido estableciendo un mundo donde Jay y Bob el Silencioso se pasean por diferentes historias, conectándolas con guiños, cameos y una continuidad coherente.

    No es tanto una saga como una extensión del cine independiente de los 90 llevado hasta el concepto de universo compartido, que ya funcionaba años antes de que Marvel triunfara con la fórmula. Lo bueno es que sus pelis se pueden picotear sueltas o seguidas y esta guía de JustWatch te servirá para verlas en el orden lógico.

    1. Clerks (1994)

    Kevin Smith estaba hasta las narices de currar en una tienda de Nueva Jersey y se gastó 27.575 dólares que no tenía (vendiendo sus cómics y pidiendo prestado) para hacer una comedia de empleados en un trabajo basura que hizo una radiografía transparente de la generación X. Sus imágenes en blanco y negro recogían la sensación de estar estancado, y sus diálogos, que van de debates frikis sobre Star Wars a filosofías de bar improvisadas entre cliente y clientes, retrataban cómo es sobrevivir al día a día en un entorno suburbano. Jay y Bob aparecen por primera vez como camellos fuera de la tienda, estableciendo ya su papel como coro griego del resto de la primera trilogía.

    2. Mallrats (1995)

    Tras su primer bombazo, Smith contó ya con un presupuesto de estudio para hacer algo más mainstream. Mallrats lleva su espíritu underground a un centro comercial, siguiendo a dos personajes a los que sus novias les acaban de mandar a freír espárragos en su plan para recuperarlas. Aquí aparece el mejor personaje de la saga, Jason Lee como Brodie, un alter ego descarado del propio Smith: geek de los cómics con opiniones para todo y una capacidad infinita para las referencias frikis. Se alejaba del realismo sucio de la anterior para acercarse al cine de John Hughes, pero también se ha convertido en una película de culto que expandía la mitología de Jay y Bob y contaba con el primer gran cameo de Stan Lee en el cine, antes de convertirse en gag recurrente del MCU.

    3. Persiguiendo a Amy (1997)

    Smith decidió ponerse serio en su tercera película, contando con Ben Affleck como Holden, un dibujante de cómics que se enamora de una artista lesbiana, complicando su amistad con su socio creativo. Persiguiendo a Amyfue el momento álgido de la trilogía de New Jersey, equilibrando el humor escatológico e irreverente de Smith con temas bastante complejos, desde la identidad sexual, o la amistad, que son tratados con una profundidad que pilló por sorpresa tanto a críticos como a fans. El guion relata la propia experiencia de Smith en el mundillo del cómic independiente, mientras Jay y Bob proporcionan alivio cómico y, sorprendentemente, momentos de lucidez inesperada.

     4. Dogma (1999)

    La película más ambiciosa y controvertida del View Askewniverse mandaba a “Jesucristo Colega” a una aventura fantástica cuando dos ángeles caídos encuentran un vacío legal que podría cargarse toda la creación. Smith reunió un reparto de lujo con Ben Affleck, Matt Damon, Linda Fiorentino, Chris Rock y Salma Hayek para su gran sátira religiosa, que parecía beber de ciertos cómics de la línea Vértigo. Dogma muestra a un Smith más provocativo, cuestionando la religión organizada, desde su propia fe confesa, con Jay y Bob pasando de camellos a profetas accidentales, mientras pasa por temas de redención, propósito divino y utilitarismo espiritual.

    5. Jay y Bob el Silencioso contraatacan (2001)

    Esta iba a ser supuestamente el gran final del View Askewniverse original, convirtiendo a Jay y Bob de secundarios en protagonistas absolutos. Cuando se enteran de que Hollywood está haciendo una película basada en los cómics de “Bluntman y Chronic” (inspirados en ellos), se lanzan a atravesar el país para sabotear la producción y reclamar los derechos de su imagen. Jay y Bob el Silencioso contraatacanes una celebración y despedida del universo que dispara con veneno al Hollywood, el primer fandom de internet y su propia carrera. Una locura en la que todo funcionaba, quizá por aparecer en plena explosión de la comedia escatológica, sexual y universitaria que American Pie ayudó a construir.

    6. Clerks II (2006)

    Cinco años después de dar por finalizada su primera etapa, Smith rompió su promesa para regresar con una secuela que encuentra a Dante y Randal currando en una cadena de comida rápida tras el incendio del Quick Stop. Ahora tienen otras expectativas de la vida, y sus problemas tienen que ver con el matrimonio, la carrera y su propia amistad. Clerks II hacía el milagro y conseguía el equilibrio entre la nostalgia y la actualización de sus bromas de brocha gorda con gracia, en parte porque la química entre Jeff Anderson y Brian O'Halloran seguía funcionando. Rosario Dawson añade una dinámica romántica encantadora y hacía que un tema de los Jackson 5 se hiciera uno de los momentos memorables de toda la colección.

    7. Jay & Silent Bob's Super Groovy Cartoon Movie! (2013)

    La única del lote no dirigida por Smith, quien se limitó a escribir el guion para jugar con la animación en una historia que transforma a Jay y Silent Bob en superhéroes, cuando crean accidentalmente a un supervillano del que deben salvar su ciudad natal. Jay & Silent Bob's Super Groovy Cartoon Movie! es un experimento creativo que permite al director introducir elementos fantásticos imposibles de acometer en sus películas de acción real. Es ligera, pero mantiene el humor irreverente del universo y supone un complemento a los cómics de “Bluntman and Chronic” que van apareciendo en las películas, es decir, café para muy cafeteros.

    8. Jay y Bob el silencioso: El reboot (2019)

    Casi dos décadas después de Jay y Bob el Silencioso Contraatacan, Smith se puso de nuevo la gorra hacia atrás y reunió al dúo para una “recuela” en la que Jay y Bob deben viajar a Hollywood para detener el rodaje de un reboot de “Bluntman y Chronic”, mientras Jay descubre que tiene una hija adolescente a la que nunca conoció. La naturaleza meta del View Askewniverse explota en Jay y Bob el silencioso: El reboot, con referencias constantes a las películas anteriores, la propia vida del director, incluyendo su infarto de 2018 y la de los actores que han pasado por la saga, mientras ridiculiza (¿y hace autocrítica?) de la adicción de la industria por explotar franquicias.

    9. Clerks III (2022)

    El cierre de la trilogía del Quick Stop Convenience Store no fue lo que muchos esperaban, una reflexión sobre la mortalidad, la creatividad y las amistades duraderas que, de nuevo juega con la vida real del director. En Clerks III, Randal también sufre un infarto y decide hacer una película sobre su vida trabajando en la tienda, convenciendo a Dante para que le ayude, una autobiografía, con Smith utilizando las experiencias de sus personajes para procesar su propia mortalidad y el legado de su carrera, poniéndose bastante serio en los temas que bordean el melodrama, que postulan este capítulo final como una coda excesivamente agri-amarga.

    Dónde ver todas las películas del View Askewniverse

    Para descubrir todos los títulos del universo cinematográfico de Kevin Smith disponibles en España como estas consulta la siguiente guía de streaming de JustWatch. Puedes filtrar tu búsqueda por servicio de streaming, género, precio, clasificación por edades y puntuación. Asegúrate de crear tu lista de favoritos y recibir notificaciones útiles sobre qué ver a continuación según tus preferencias.

  • Galactus: ¿Es el devorador de mundos el dios más poderoso de Marvel?

    Galactus: ¿Es el devorador de mundos el dios más poderoso de Marvel?

    Jorge Casanueva (Jorge Loser)

    Jorge Casanueva (Jorge Loser)

    Editor de JustWatch

    Durante décadas, Galactus ha representado una de las amenazas más terribles del universo Marvel, estableciéndose por fin, como el villano definitivo de Los 4 Fantásticos: Primeros pasos. Originalmente conocido como Galán—en serio—, era un brillante científico del planeta Taa que sobrevivió al colapso de su universo, transformándose en una fuerza cósmica cuyo poder trasciende la comprensión humana. Vemos en JustWatch, dónde ha aparecido este devorador de mundos y si puede considerarse verdaderamente el dios más poderoso del MCU.

    Los orígenes cósmicos del último superviviente

    La transformación de Galán en Galactus lo convirtió una fuerza fundamental del cosmos, cuya hambre atroz no nace de la malicia sino que es más una maldición, necesita alimentarse por supervivencia, lo que le distingue radicalmente de otros antagonistas cósmicos como Thanos, al que vimos en Los Vengadores: Infinity Wardisertando sobre si debe matar o no matar, (esa es la cuestión), a causa de sus ideas distorsionadas sobre el equilibrio universal.

    La naturaleza de Galactus como único superviviente de un universo anterior le otorga una perspectiva temporal insólita para la mayoría de seres, ha presenciado la muerte y el renacimiento de realidades enteras, lo que explica su aparente indiferencia hacia la vida individual. No es que sea malvado en el sentido tradicional, simplemente opera en una escala donde los planetas son sustento y las civilizaciones, recursos no renovables…, vamos hasta que encuentra otra a la que merendarse.

    Aquí merece hacer un inciso sobre las películas de Guardianes de la Galaxia, donde Ego, el Planeta Viviente, tiene un inmenso poder y el deseo de rehacer el universo, sería lo que consideramos un Celestial “corrupto”, considerado un ser antiguo y altamente inteligente con poder divino. En Guardianes de la Galaxia 2 manipula la materia y la energía, creando su propio planeta y una forma humanoide para explorar el cosmos. Ego se cree un dios y ve a los demás como herramientas para alcanzar sus objetivos, un “proyecto de expansión”. En los cómics, lucha contra Galactus.

    Dioses de diferentes propósitos

    Pero, a diferencia de los Celestiales, que crean y modifican vida, Galactus representa más bien la muerte, como una parte del equilibrio natural del cosmos, por lo que en ese aspecto sí podría ser considerado un Dios, o al menos un Anti-dios. Una distinción que marca la diferencia entre dos tipos de entidades cósmicas de roles opuestos en el universo Marvel. Se ha teorizado que si Galactus “terminara” de devorar mundos, podría trascender a un Celestial, aunque en principio no están relacionados.

    Los Celestiales, que aparecen en la película The Eternals, actúan como “jardineros” cósmicos, experimentando con la vida y guiando la evolución de especies enteras a través de millones de años. Su propósito es constructivo, aunque sus métodos puedan parecer fríos, serían responsables de la creación de los Eternos, los Desviantes y las mutaciones que dan lugar a los mutantes. Luego tenemos a los dioses del olimpo como Zeus, que son una raza extradimensional separada de superhumanos que no tienen la consideración cósmica de los creadores, y son a los que se quiere cargar el villano de Thor: Love and Thunder.

    Es muy poco glamouroso decirlo así, pero el poder de Galactus depende de su hambre, pero en su estado completo rivaliza con entidades como Eternidad y Muerte (aquella que Thanos quiso seducir y sale en Agatha, ¿quién si no?). Su capacidad para manipular la materia a nivel molecular, alterar la realidad local y proyectar energía suficiente para destruir sistemas solares lo sitúa en la cúspide de los seres cósmicos. Sin embargo, su dependencia de la energía planetaria también representa una gran debilidad, su fuerza es la inevitabilidad. Héroes como Reed Richards han logrado detenerlo temporalmente, pero nunca eliminarlo permanentemente.

    Galactus y el cine

    Es una fuerza de la naturaleza, como la entropía o la gravedad, que puede ser redirigida pero nunca verdaderamente derrotada. Su relación con Estela plateada indica que puede forzar la lealtad. El heraldo plateado sirve como puente entre la humanidad de Galactus perdida hace eones y la realidad actual, haciendo también de pequeño pepito grillo. Vimos esta coalición por primera vez en Los Cuatro Fantásticos y Silver Surfer, que se basó en la trilogía de Galactus publicada en los números 48 a 59 del cómic original.

    Fue una representación cinematográfica controvertida, ya que, en lugar de mostrar su forma humanoide clásica, la película de 2007 lo presentó como un nubarrón cósmico bastante cutrillo, eliminando todo su impacto visual. En Los Cuatro Fantásticos de 2005 no se hacía referencia a él, pero en la nueva, Primeros Pasos, es mucho más fiel a los cómics, una versión más imponente con la profunda voz de Ralph Ineson encajando de forma magistral en el diseño icónico de Jack Kirby.

    Ahora también se sabe que casi sale en Cuatro Fantásticos, la frustrada adaptación de Josh Trank, gracias a su guionista, Jeremy Slater, que ha revelado que primero, era el villano principal. Luego, solo iba a aparecer en una escena, para pasar a planear que solo aparecía en la escena post-créditos, y al final no queda ni rastro, aunque haya ciertas referencias muy lejanas que pudieran relacionarse con él.

    ¿Dónde ver todas las apariciones de Galactus en cine y otras películas relacionadas?

    A continuación, puedes encontrar todas las películas donde Galactus ha aparecido o donde se han presentado elementos de su mitología, así como las principales entregas del MCU que establecen el contexto cósmico necesario para entender su lugar en el universo Marvel. JustWatch te ayuda a encontrarlas en Apple TV, Prime Video, Netflix y otras plataformas. Puedes filtrar tu búsqueda por servicio de streaming, género, precio, clasificación por edades y puntuación. Asegúrate de crear tu lista de favoritos y recibir notificaciones útiles sobre qué ver a continuación según tus preferencias.

  • 9 películas y series para ver si te gustó 'Los Cuatro Fantásticos: Primeros Pasos' y dónde verlas

    9 películas y series para ver si te gustó 'Los Cuatro Fantásticos: Primeros Pasos' y dónde verlas

    Jorge Casanueva (Jorge Loser)

    Jorge Casanueva (Jorge Loser)

    Editor de JustWatch

    Cuatro Fantásticos: Primeros Pasosha logrado devolver el optimismo espacial que hacía únicos los cómics de Stan Lee y Jack Kirby, mezclando nostalgia sesentera con aventura familiar, y asombro científico, un homenaje a la era en la que los viajes espaciales daban esperanza a la sociedad, y la tele estaba llena de películas de ciencia ficción. Además de nuestra lista de ranking de Cuatro Fantásticos, hemos reunido nueve títulos que comparten la misma fascinación por la exploración espacial, el retrofuturismo y las familias extraordinarias que se enfrentan a lo desconocido. En esta guía de JustWatch encontrarás dónde verlas en streaming.

    1. Ultimátum a la tierra (1951)

    El clásico de Robert Wise cuando la era atómica tenía a la humanidad mirando las estrellas con esperanza y terror a partes iguales. Es imposible no establecer una pauta con la visita de la Estela Plateada con la mítica escena de Klaatu bajando de su nave con su robot Gort para dar una opción a los humanos, o dejar las guerras o desaparecer. Ultimátum a la tierra gustará a quienes adoren la estética retro-futurista de Primeros Pasos, desde la nave de Klaatu, el traje plateado o para interesados en ciencia ficción con trazas de diplomacia intergaláctica.

    2. El experimento Quatermass (1955)

    El primer héroe científico de la televisión británica, el profesor Bernard Quatermass, no era alguien tan distinto a Reed Richards, y ambos encuentran horrores cósmicos en sus investigaciones espaciales. En su primera aventura se enfrenta a un astronauta que vuelve del espacio infectado por alguna condición alienígena que le convierte en algo inhumano. Algo no tan diferente a lo que les pasa a Los Cuatro Fantásticos, con la diferencia de que estos obtienen poderes que los hacen mejores, no monstruos pringosos. En El experimento Quatermass, las consecuencias de cruzar ciertas fronteras científicas son vistas desde un ángulo muy distinto, pero ambos conectados por un mismo espíritu de curiosidad astronómica.

    3. Los Supersónicos (1962-1963)

    Hanna-Barbera creó la familia del futuro en una sociedad automatizada donde los coches volaban, los robots fregaban platos y trabajar era apretar botones, un optimismo tecnológico nacido en los 60 de Stan Lee y Jack Kirby, que en Primeros Pasos se transmite de forma aún más explícita. No solo por la dinámica familiar deLos Supersónicos o sus conflictos domésticos, sino la arquitectura flotante de Orbit City y los diseños aerodinámicos primos del edificio en Baxter, el humor naïf y la forma de tratar lo extraordinario como algo cotidiano. Si te quedas con ganas de esa interacción, estos dibujos animados son para ti.

    4. Star Trek (1966-1969)

    La serie sobre exploración espacial más famosa (y longeva) de la historia tenía una perspectiva humanista y ye-ye que debería encantar a todos los que han disfrutado con Primeros Pasos. Especialmente conectados están los uniformes coloridos de la Flota Estelar y la tecnología vintage de la nave, que comparten el ADN visual con el equipo de los Cuatro Fantásticos. Shakman también ha reconocido que la Star Trek original influyó directamente en cómo quería que fueran sus viajes estelares: aventuras emocionantes con trabajo en equipo, color y una emoción genuina por enfrentarse a lo desconocido.

    5. 2001: Una odisea del espacio (1968)

    Es difícil que la película de ciencia ficción más influyente de la historia no deje su huella en Primeros Pasos, que no deja de ir de un contacto con inteligencias superiores que resulta peligroso para la humanidad. La secuencia del salto dimensional al final de 2001: Una Odisea en el espacio y sus efectos visuales tiene su coherencia en los viajes a través de la Zona Negativa, así como los diseños de naves de Kubrick, con líneas limpias y elegancia de colores claros, pero es el momento en el que la nave se torna de color rojo tiene esa misma sensación de peligro de la escena en la que Bowman trata de desactivar a Hal.

    6. Star Wars (1977)

    No queda nadie que no conozca la gran revolución de George Lucas en las aventuras espaciales, y en Los Cuatro Fantásticos: Primeros Pasos vemos una recreación de los saltos al hiperespacio de Han Solo y el Halcón Milenario, un lenguaje visual de cómo sería viajar entre dimensiones a velocidades imposibles que Shakman replica con bastante reverencia para los saltos de Reed Richards a través de la Zona Negativa, es decir túneles de luz y distorsiones espaciales con aura mágica, pero la saga de Lucas también marca un tono de viajes en el cosmos con héroes que se atreven a bromear en medio de batallas épicas y peligros. Pero vamos, a nadie vamos a descubrir ahora Star Wars, ¿verdad?

    7. Los Increíbles (2004)

    Aquí hay una influencia de ida y vuelta, pues el concepto de familia de superhéroes de Pixar, salía directamente de los cómics de los Cuatro Fantásticos, y esa misma lucha entre su vida doméstica y las amenazas asociadas a tener es la misma en esta Primeros Pasos. Pero además, Brad Bird también abrazaba esa estética retrofuturista sesentera, con diseños entre de tebeo de la época y arquitectura modernista. Los trajes pijameros de Los Increíbles, sus gadgets entre la nostalgia y el futuro y la percepción pública son casi simultáneos, y no es una referencia baladí, si tenemos en cuenta lo que viene firmado por el mismo autor.

    8. Interstellar (2014)

    Hay una dualidad entre la aventura familiar y la especulación cósmica en Interstellar, que incluye una relación padre-hija intensa y viajes por agujeros de gusano compatible con Primeros Pasos, pero lo que Shakman admira de la película de Nolan es el equilibrio entre la ciencia real y la fantasía espacial, viajes dimensionales que dan espectáculo visual e ideas que no están al alcance de los humanos que se plantean como solución para salvar al mundo en un viaje casi suicida. Pero además, claro, están los planos del espacio desde la base de la nave que Nolan convirtió casi en una marca personal.

    9. Tomorrowland (2015)

    Y, de nuevo, otra vez Bird y su diseño futurista antiguo que parece una etapa del de Primeros Pasos, con una dimensión paralela donde la humanidad ha desarrollado una sociedad utópica basada en ciencia y la innovación. La estética visual de Tomorrowland tiene edificios que desafían la gravedad, tecnología y arquitectura donde que no desentonaría el diseño del edificio Baxter y, por supuesto, vehículos voladores como los que utiliza la sociedad del universo Tierra-828.

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    Esta selección abarca desde clásicos de ciencia ficción de los 50 hasta aventuras espaciales contemporáneas, todas disponibles en las principales plataformas de streaming españolas. Aquí tienes esta guía de JustWatch que puedes filtrar por servicio de streaming, género, precio, clasificación por edades y puntuación. Crea tu lista de favoritos y recibe notificaciones sobre qué ver según tus preferencias.

  • Los 10 episodios de Outlander que debes ver antes de Outlander: Sangre de mi Sangre

    Los 10 episodios de Outlander que debes ver antes de Outlander: Sangre de mi Sangre

    Raquel Morales

    Raquel Morales

    Editor de JustWatch

    Estamos obsesionados con Jamie y Claire en Outlander (2014). Su historia de amor hace que los cuentos de hadas parezcan bebés. Saber que su historia está llegando a su fin fue un golpe duro del que aún no nos hemos recuperado. ¿Cómo decirle adiós a una pareja que te ha hecho soñar y volver a creer en el amor verdadero? Así que cuando se anunció Outlander: Sangre de mi Sangre (2025), la precuela que nos contará la historia de amor de Brian & Ellen y Julia & Henry, los padres de Jamie y Claire, volvimos a ser felices. La precuela se sitúa unas décadas antes de las aventuras de Jamie y Claire, por lo que volveremos a revisitar a algunos personajes que ya conocimos en Outlander (2014), así que vendría bien refrescar la memoria sobre todos los detalles que la serie nos dio sobre ellos. Aquí tienes los 10 episodios de Outlander que debes ver antes de Outlander: Sangre de mi Sangre, por qué debes hacerlo y por qué esta serie debía tener una precuela. 

    "La boda" (Temporada 1, Episodio 7)

    El episodio donde comienza la verdadera historia de Outlander (2014). Pero también es el episodio que nos hace suspirar. Es romántico, es apasionado y te hace entender por qué Jamie y Claire son el espejo donde todos los ships deberían mirarse. Al principio del episodio, Jamie y Claire se casan y comienzan a conocerse. Sentados en una mesa, alrededor de una vela, Jamie comienza a contarle a Claire su historia. Él le cuenta sobre sus padres y le confiesa que Ellen, su madre, era la hermana mayor de Colum y Dougal Mackenzie—a los que Claire ya había tenido el placer de conocer. Y son esos pequeños momentos de intimidad, de conexión, los que forjan una historia de amor que nada podrá romper…y que te mantiene pegada al sillón para siempre. 

    Además, descubrimos que Ellen murió bastante joven, aunque no sabemos cómo. Por lo que después de eso, Jenny, la hermana de Jamie, se hizo cargo de él, de Brian y de su casa. Jamie también revela pequeños detalles sobre el amor de su padres, y aunque no profundiza demasiado, sí menciona que Murtagh estaba enamorado de Ellen y le regala a Claire el collar de perlas que le perteneció a su madre. Podemos esperar que Outlander: Sangre de mi Sangre (2025) desarrolle mucho más lo que sucedió a Ellen, lo que significó para Murtagh amarla sin que ella sintiera lo mismo y también el origen de ese collar de perlas. 

    "La guardia" (Temporada 1, Episodio 13)

    Este capítulo conecta a Claire con la hermana de Jamie, Jenny. Aparece por primera vez, así que es muy recomendable para todos aquellos que disfruten de la relación de Jamie y Claire porque, de algún modo, conocer a su hermana de está manera, la confianza que se crea entre ellas, significa que Claire da un paso más en el mundo de Jamie. Pero es un episodio que se aleja del romance un poco en beneficio de darnos una historia de fondo para los Fraser. 

    Así, Jenny y Claire tienen oportunidad de hablar mientras que Claire se ocupa de ayudar a Jenny a dar a luz. El parto de Jenny se complica y eso la lleva a recordar lo que sucedió con su madre, Ellen. Es en este momento cuando descubrimos que ella murió dando a luz al hermano pequeño de Jenny y Jamie, Willie. Además, Jenny le entrega a Claire unos brazaletes hechos de colmillos de jabalí. Esos brazaletes pertenecían a Ellen, pero ella nunca quiso revelar qué pretendiente se los regaló. Es muy probable que Outlander: Sangre de mi Sangre (2025) nos cuente la historia de estos brazaletes y también veamos cómo fue el parto traumático de Ellen que la llevó a la muerte.

    "La búsqueda" (Temporada 1, Episodio 14)

    Este episodio es especialmente para los que disfrutan de ese hombre gruñón, protector y de pocas palabras que es Murtagh. Si el personaje te encanta, este es tu capítulo porque, gracias a él, descubrimos su pasado y entendemos un poco mejor por qué daría hasta su vida por Jamie. En el episodio, Claire y Murtagh se lanzan en un viaje para encontrar a Jamie, que en ese momento había caído preso de los ingleses. Esto le da a ambos la posibilidad de pasar tiempo juntos, lo que supone tanto un desafío como una catarsis. Murtagh no confía del todo en Claire y es demasiado hosco para su propio bien. Pero él puede ver que ella ama a Jamie. Y Claire es consciente de cuán importante es Jamie para Murtagh. 

    Así que, con ese amor en común, Murtagh se abre con Claire y le cuenta el amor que siempre ha sentido por Ellen y cómo, por ella, cuida a Jamie como un padre lo haría. Es aquí donde descubrimos que Murtagh es ese pretendiente que Ellen mantuvo en secreto. Él le regaló los brazaletes como una muestra de su amor, ya que intentó demostrar que era digno de ella matando a un jabalí sólo con su daga, eso sorprendió a Colum y Dougal, y ambos le regalaron esos colmillos. Murtagh los convirtió en brazaletes para Ellen y consiguió dárselos como un símbolo de lo que sentía por ella, aunque fuera unilateral.

    "La cárcel de Wentworth" (Temporada 1, Episodio 15)

    Este es un episodio que sólo verás una vez. Es duro porque contiene la agresion sexual de Jamie a manos de Jack Randall el Negro. Y es horrible y perturbadora. Y te deja con un nudo en el estómago y ganas de vomitar a la vez. Pero es un episodio que nos da alguna información valiosa sobre Ellen. Así, nos muestra un nuevo personaje del pasado de Ellen: Sir Marcus MacRannoch. Mientras que Claire está pensando cómo rescatar a Jamie, ella piensa en vender el collar de perlas que él le regaló el día de su boda para poder sobornar a MacRannoch. 

    Claire no quiere hacerlo porque sabe lo especial que es ese collar para Jamie y también para ella, pero no ve otra solución. Al ver las perlas, MacRannoch las reconoce y le cuenta a Claire que fue él quién le regaló ese collar a Ellen como regalo de bodas. Así que seguramente Outlander: Sangre de mi Sangre (2025) contará todos los detalles sobre cómo y por qué Ellen terminó comprometida con MacRannoch.

    "La guarida del zorro" (Temporada 2, Episodio 8)

    Durante este episodio y mientras Claire y Jamie están en medio de la rebelión jacobita, ambos viajan al Castillo de Beaufort, el hogar de Lord Lovat, el abuelo de Jamie, que es el actual jefe del Clan Fraser. Y si disfrutas de la parte más historia de la serie, este será tu capítulo favorito, ya que establece muy bien las bases de la historia del Clan Fraser y su rivalidad con el Clan Mackenzie. Por lo que los padres de Jamie tendrán una historia de amor a lo Romeo y Julieta que seguro que te conquistará. 

    En el episodio, mientras que Jamie pone a Claire en antecedentes sobre cómo Lord Lovat utilizó métodos bastante rastreros para casarse y que incluso intentó secuestrar a Ellen, Lord Lovat hace lo propio diciéndole a Claire que Jamie es hijo de un bastardo, ya que Brian era hijo ilegítimo de Lord Lovat y de Davina, una cocinera que trabajaba para él. Davina fue principalmente la que crió a Brian. Además, Lord Lovat deja claro que odia profundamente a los Mackenzie y siempre fueron sus enemigos, por lo que nunca perdonó a Brian cuando él eligió no una, si no dos veces a los Mackenzie por encima de él: cuando huyó de Beaufort para unirse a Ellen y rechazando la oferta de su padre de ser su sucesor una vez que ésta murió. Outlander: Sangre de mi Sangre (2025) explorará a buen seguro lo que significó para Brian tomar esta decisión.

    "El avemaría" (Temporada 2, Episodio 12)

    Este episodio nos ayuda a conocer mucho más a los hermanos de Ellen, Colum y Dougal Mackenzie. Es un episodio que le da su espacio a los personajes secundarios y aleja el foco de Jamie y Claire. Pero la verdad es que no te da tiempo a echarlos de menos porque el capítulo es demasiado interesante como para pensar en otra cosa. En él, Colum está a punto de morir y Dougal busca tanto su apoyo como Jefe del Clan Mackenzie a la rebelión jacobita como una especie de cierre de esa tensión y animadversión que ha existido entre ellos desde siempre. 

    Esto provoca que Dougal revele el motivo de la lesión en las piernas de su hermano—fue arrojado por un caballo—y lo que sintió entonces. Él pensó que Colum moriría y, por tanto, no habría ninguna lucha por ser Jefe del Clan. Pero no fue así y Colum terminó consiguiendo lo que él siempre había ansiado. Eso llenó a Dougal de una ira y una envidia que fueron creciendo con el paso de los años. Esta es la última oportunidad de Dougal de zanjar este asunto pero Colum no le da esa satisfacción cuando decide suicidarse con el veneno que le había pedido a Claire. En Outlander: Sangre de mi Sangre (2025) veremos cómo Colum llegó a comandar el Clan y cómo eso afectó su relación con su hermano.

    "Todas las deudas pagadas" (Temporada 3, Episodio 3) y "Muerte, no seas altiva" (Temporada 7, Episodio 3)

    Aunque estos dos episodios están separados por varias temporadas de diferencia, los dos nos hablan de algo en lo que Outlander: Sangre de mi Sangre (2025) seguramente profundizará: la maldición del oro jacobita. Y ambos episodios le dan a Jamie y Claire una historia individual en la que centrarse pero también expanden el lore de Outlander (2014) y casi que lo convierte en una serie de aventuras o de búsqueda de tesoros mediante antiguas leyendas al estilo de Outer Banks (2020). Y es tan interesante como suena.

    En el episodio 3 de la temporada 3, tras Culloden, Jamie se encuentra recluido en Ardsmuir y se convierte en líder del resto de prisioneros. El nuevo alcaide, Lord John Grey, le pide que hable con un hombre con el que él no puede, ya que sólo habla francés y gaélico. Jamie accede y éste le habla a Jamie de un oro maldito escondido por una Dama Blanca—que Jamie, en un primer momento, piensa que es Claire. Además, en el relato incoherente del hombre aparecen los nombres de Colum, Dougal y Ellen. 

    El episodio 3 de la temporada 7 retoma esta historia y nos da algunas respuestas, aunque no todas. El escondite del oro es descubierto después de que Jamie e Ian descubran a Arch Bugg robándolo de la cripta de Héctor Camerón, el que fue marido de Jocasta. Jamie no sabe de dónde proviene ese oro pero Arch le explica que es el oro enviado desde Francia para sufragar la rebelión jacobita fallida. Una vez que el oro llegó, se dividió en tres partes iguales entre Dougal Mackenzie, Héctor Camerón y Arch, que lo recibió en nombre del jefe de su Clan, Malcolm Grant. El oro fue entregado demasiado tarde, así que Grant lo utilizó para el beneficio de su Clan, haciendo jurar a Arch que nunca diría nada sobre su origen. Así que es de esperar que en la precuela el oro jacobita y la supuesta maldición que viene con él tengan un papel más que relevante. 

    "Si no es por la esperanza" (Temporada 4, Episodio 11)

    Mientras Jamie y Claire buscan a Roger, que fue vendido a los Mohawk, Brianna acude a River Run para quedarse un tiempo con su tía Jocasta mientras sus padres y Roger regresan. En este episodio, la serie ya no sólo se trata de Jamie y Claire, si no también de su hija, de su próximo nieto y del resto de su familia. Por lo que este capítulo lo disfrutarán especialmente los que les guste la forma única en la que la serie consigue ir más allá del amor de Jamie y Claire y unir generaciones a través de la historia de dos familias.

    En este sentido, en el episodio, Jocasta le habla a Brianna sobre Ellen y, gracias a ella, descubrimos que, al igual que Brianna, Ellen era una pintora con mucho talento y que, además, era la favorita de su padre. Mientras que el destino de las mujeres estaba sellado desde muy temprana edad, siendo utilizadas para reforzar las alianzas del Clan a través del matrimonio, el padre de Ellen y Jocasta permitió que Ellen permaneciera soltera mucho más allá de lo aceptable. 

    Además, Jocasta le confiesa a Brianna que, tras la muerte de su padre, Ellen y Brian se escaparon juntos, después de que Ellen rechazara los pretendientes escogidos por sus hermanos. Y Jocasta comparte una última cosa: Ellen estaba embarazada cuando se casó con Brian. Por lo que Outlander: Sangre de mi Sangre (2025) va a tener mucho que decir sobre cómo fue esa fuga de Brian y Ellen y el hecho de que ella se casara embarazada.

    "La cruz ardiente" (Temporada 5, Episodio 1)

    La temporada 5 de Outlander (2014) comienza con un flashback ubicado justo después de la muerte de Ellen. En la escena, Murtagh se arrodilla ante Jamie— igual que hizo cuando él nació, como el mismo Murtagh le confiesa—y le jura que siempre va a estar con él, que irá donde él vaya y le apoyará no importa qué. Outlander: Sangre de mi Sangre (2025) nos contará cuál es el papel de Murtagh en la vida de Jamie y en la de su padre, así que la historia tendrá algo especial para los que disfruten de esta familia encontrada que está unida más allá de la sangre. 

    Además, la precuela se ocupará de rellenar los espacios en blanco y de darnos respuesta a por qué Murtagh le prometió a Ellen que cuidaría de su hijo de esa manera o incluso por qué estaba presente en el nacimiento de Jamie. Así que sí, todo indica que Murtagh es mucho más importante para la historia de la precuela de lo que parece.

    "Escrito con la sangre de mi corazón" (Temporada 7, Episodio 15)

    El penúltimo episodio de la temporada 7 de Outlander (2014) nos da un marco de tiempo muy claro para la muerte de Ellen. El capítulo empieza con Jamie preparándose para la batalla mientras recuerda el día de la muerte de su madre, la primera vez que vio un cadáver. Es un momento muy triste, en el que Jamie es consciente de que su final puede que esté cerca y eso lo lleva a pensar en los últimos momentos de su madre. Es un homenaje a su historia, al pasado de Jamie y a quiénes forjaron al hombre que hoy es. 

    Así, Jamie comparte con Claire que Ellen estaba en el ataúd con el pelo recogido en una trenza pero su padre deshizo la trenza para que el pelo de Ellen se desparramara por la almohada. Salvaje e indomable, como la misma Ellen. Jamie le confiesa a Claire que, a la edad de 38 años, Ellen aún tenía su pelo completamente rojo. De esta forma, el episodio nos deja claro la edad a la que Ellen muere. Outlander: Sangre de mi Sangre (2025) contará cómo será el viaje de Ellen hasta llegar ahí y, no sólo eso, ya podemos hacer un seguimiento de la edad de los personajes en cada temporada de la precuela.

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