Hay muchas formas de hablar de deporte en televisión: desde la épica más luminosa hasta la intimidad que nace cuando los focos se apagan. Pero solo unas cuantas series entienden que lo deportivo es, en realidad, una excusa para hablar de lo humano: la presión, la gloria, el fracaso, el compañerismo, la identidad y todo lo que ocurre fuera de la competición.
En JustWatch hemos reunido una lista definitiva con las mejores ficciones deportivas, ordenadas por fecha de estreno, para que encuentres desde clásicos de animación hasta comedias brillantes, dramas monumentales y joyas recientes que miran al deporte con una sensibilidad renovada. Si buscas historias que inspiren, emocionen y, sobre todo, que digan algo real sobre la vida… empieza por esta lista.
Oliver & Benji (1983)
Oliver & Benji es el origen de todo. La serie que convirtió un partido de fútbol infantil en una epopeya capaz de durar lo mismo que un campeonato completo. Más allá de sus campos infinitos y sus saltos imposibles, su verdadero legado está en cómo transformó la idea del esfuerzo y la amistad en motores narrativos. La ilusión como disciplina. El “yo puedo” como filosofía. Para millones de fans, esta serie fue el primer contacto con el drama deportivo.
Comparada con Inazuma Eleven, Oliver & Benji es más elemental pero también mucho más emocionante; frente a Slam Dunk, comparte energía juvenil, pero con un tono más ingenuo y aspiracional. Su mayor mérito es seguir viva como mito, no como producto.
En este top 10 la coloco en el puesto 6, porque aunque no es la más sofisticada, sí es una piedra angular cultural sin la que estas listas no existirían y está a la par de las mejores series de anime de todos los tiempos.
Sports Night (1998)
Sports Night, creada por Aaron Sorkin, es una comedia dramática que se mueve a toda velocidad dentro de un programa deportivo en directo. Más que hablar sobre deporte, lo hace sobre el caos creativo, las tensiones laborales y el arte de hacer televisión cuando todo va al límite. Su ritmo verbal (rápido, afilado y casi musical) la convierte en una pieza de relojería narrativa.
Comparada con The Newsroom, también de Sorkin, Sports Night es menos solemne y mucho más cálida; frente a The Office (y todas sus versiones), comparte sensibilidad laboral, pero con un toque más inteligente que incómodo. Para mí, es de esas series que envejecen bien porque fueron adelantadas a su tiempo.
Dentro de esta selección de series, la ubico en el puesto 9. Es brillante, sí, pero también es menos deportiva a nivel emocional que otras del listado.
Friday Night Lights (2006)
Friday Night Lights no es solo una serie sobre fútbol americano: es un retrato emocionante de una comunidad entera volcada en un sueño colectivo. El deporte funciona como columna vertebral de historias sobre clase social, identidad, familia, expectativas y la fragilidad del éxito. Todo está contado con una sensibilidad naturalista, casi documental, que convierte cada partido en algo más que un encuentro: es un examen emocional.
En comparación a Euphoria, es más realista y menos estilizada; frente a El ala oeste de la Casa Blanca, comparte ese espíritu moralista, pero desde la intimidad doméstica. Para mí, es uno de los grandes dramas estadounidenses del siglo XXI, deportivo o no.
Sin duda es la mejor de la lista. Ninguna otra serie ha captado tan bien el alma del deporte como ella.
Ballers (2015)
Ballers es glamour, caos y dinero. Una mirada a la cara B del deporte profesional estadounidense: egos, contratos millonarios, amistades frágiles y carreras que pueden desaparecer en un segundo. Dwayne Johnson demuestra aquí su mejor versión: carisma, vulnerabilidad y ambición equilibradas a la perfección (un papel a la altura de sus mejores papeles).
Comparada con Entourage, Ballers es igual de excesiva, pero más emocional; frente a Sucesión, comparte la tensión del poder, pero desde un tono más ligero y hedonista. Es una serie que se devora con velocidad: brillante, sexy y llena de contradicciones.
Dentro de esta lista, la situaría en el puesto 7. Muy disfrutable, pero menos profunda que otras opciones.
Home Ground (2018)
Home Ground es una joya noruega que sigue a una entrenadora recién llegada a un equipo masculino de primera división. La serie destaca por su tono sobrio, casi escandinavo, que evita la épica para centrarse en las tensiones humanas, los prejuicios y el precio de intentar cambiar estructuras muy rígidas. Todo está contado con una naturalidad que desarma.
Comparada con Un juego de caballeros, Home Ground es más contemporánea y más íntima; por eso abandona la reconstrucción histórica para abrazar un minimalismo emocional muy elegante. Es de esas ficciones que no presumen, pero te dejan conmovido.
En esta lista, la sitúo en el puesto 4. Una obra delicada y potente, de las que se quedan.
Cobra Kai (2018)
Cobra Kai podía haber sido solo un ejercicio de nostalgia… pero es mucho más. La serie reinventa Karate Kid convirtiendo a los antiguos rivales en dos adultos averiados que intentan salvarse a través del karate, del orgullo y del pasado que nunca resolvieron. Lo que podría haber sido un mero fanservice termina siendo una reflexión madura sobre identidad, resentimiento y redención.
Si la comparamos con The Mandalorian, que también rescata un mito ochentero, Cobra Kai es mucho más audaz a nivel emocional; frente a Riverdale, demuestra cómo usar códigos juveniles sin caer en lo absurdo. Es divertida, emocionante y, en el fondo, muy humana.
En la lista la ubico justo a media tabla, en el puesto 5. No es perfecta, pero tiene más corazón del que muchos esperaban.
Ted Lasso (2020)
Ted Lasso es luz pura. Una serie que empieza como un chiste (un entrenador de fútbol americano contratado para dirigir a un equipo de la Premier League) y termina como una carta de amor a la empatía, la vulnerabilidad y la importancia de liderar con humanidad. Su optimismo radical funciona porque está sustentado en una escritura inteligente, sensible y muy honesta.
Comparada con Parks and Recreation, comparte espíritu comunitario; frente a The Office, es una versión más luminosa y generosa del entorno laboral a nivel emocional. Es una ficción que hace bien al alma sin caer en lo cursi.
Dentro de la lista la pongo en el puesto 3, en el podio. Es difícil no quererla: es pura vitamina emocional.
Swagger (2021)
Swagger, inspirada en la juventud del jugador de baloncesto Kevin Durant, es un drama deportivo que mira al deporte juvenil desde una perspectiva social y emocional muy poderosa. La serie explora el talento, la presión, los intereses económicos y las desigualdades que atraviesan el deporte desde la base. Su mirada es honesta, elegante y muy humana.
En comparación con All American, Swagger es más adulta y más política; frente a The Chi, comparte sensibilidad social, pero con una presencia deportiva más marcada. Es una serie que crece episodio a episodio y que demuestra que el deporte también es un campo de batalla cultural.
Para mí dentro de esta lista está en el puesto 8. Excelente, pero menos icónica que otras del top10.
Ellas dan el golpe (2022)
Ellas dan el golpe reinventa el clásico cinematográfico sobre la liga femenina de béisbol y lo convierte en una serie fresca, reivindicativa y emocional. Lo mejor está en su mezcla de comedia, ternura y mirada histórica: diversidad, identidad, deseo y la lucha por ocupar un espacio que siempre les fue negado (perfecta para ver en el Día Internacional de la Mujer).
Comparada con Glow, comparte tono, pero Ellas dan el golpe apuesta por una sensibilidad más luminosa; frente a la película original, amplía universos y da espacio a historias que nunca se contaron. Es accesible, divertida y muy necesaria a nivel cultural.
Dentro del top10 sería la que cierra la lista. Buenísima, pero menos afilada que otras.
Yakarta (2025)
Yakarta es una de las obras más emocionantes recientes del audiovisual español. Diego San José construye un relato íntimo en torno a José Ramón Garrido, ex jugador olímpico de bádminton y ahora profesor que encuentra en una alumna la chispa que creía extinguida. Es una anti-road movie llena de carreteras secundarias, cafés horribles y silencios incómodos donde la humanidad pesa más que el deporte.
Comparada con Gambito de dama, Yakarta es lo antiheroico; frente a Ted Lasso, comparte calidez, pero desde un realismo torpón y luminoso. La química entre Javier Cámara y Carla Quílez sostiene la serie sobre una cuerda floja emocional durante sus 6 capítulos.
Dentro de la lista la posiciono en el puesto 2. Es pequeña en apariencia, enorme en impacto emocional. Y encima es una de esas series que puedes ver en un solo día.



























































































