Wicked: Parte 2 (2025) es el esperado cierre de la adaptación cinematográfica del fenómeno de Broadway que lleva triunfando durante más de dos décadas. Dirigida por Jon M. Chu, esta segunda parte continúa la historia de Elphaba Thropp y Glinda Upland tras los eventos de Wicked, adentrándose en el capítulo más oscuro del musical de Stephen Schwartz.
Explicamos cómo concluye la historia de la “Bruja Mala” del Oeste, qué significa realmente ese desierto mortal que aparece en el epílogo y cómo difieren los destinos del personaje entre la película, el musical teatral y las novelas originales de L. Frank Baum que inspiraron el universo de Oz.
Spoilers de la trama de ahora en adelante
El desenlace de Elphaba en 'Wicked: Parte 2'
La adaptación cinematográfica sigue fielmente la estructura del segundo acto del musical, donde Elphaba se ha convertido en enemiga pública número uno de Oz tras los acontecimientos en el Palacio del Mago. La narración profundiza en su relación con Fiyero, quien encontrará su destino transformándose en el Espantapájaros, y su enfrentamiento final con el sistema corrupto que gobierna la Ciudad Esmeralda. El clímax llega cuando Dorothy, la niña de Kansas, y sus compañeros llegan al castillo de Elphaba en el Oeste, repitiendo la escena icónica de El mago de Oz (1939) pero desde una perspectiva radicalmente diferente.
En el musical de Broadway, Elphaba simula su propia muerte cuando aparentemente se derrite tras ser rociada con agua, permitiéndole escapar con Fiyero a través de una trampilla secreta. La película mantiene esa premisa fundamental, pero Jon M. Chu añade algunas capas que expanden lo que sucede en ese momento crucial. Sabemos que la idea de que el agua la mata sólo es una mentira de Oz, por lo que sobrevive haciendo creer a todos que se derrite por el cubo que le arroja Dorothy, cuando en realidad sólo se oculta en una trampilla en Kiamo Ko, el castillo desierto que Fiyero le ofrece como refugio.
Permanece oculta ahí hasta que es seguro salir y, a través de flashbacks de la infancia de Elphaba, su conexión con Nessarose y los momentos que la llevaron a convertirse en "malvada" a ojos del público, se construye una intrahistoria deliberada para dar la réplica a El mago de Oz, el reverso de la historia que creíamos conocer. Pero el verdadero giro emocional llega en los minutos finales, cuando Glinda acepta la primera parte del plan de Elphaba. Su reacción es devastadora porque comprende que debe dejar “morir” a su mejor amiga para protegerla, aceptando el papel de "Bruja Buena" que Oz necesita, quedándose con el libro de hechizos.
La película añade un epílogo extendido que no existe en el musical, mostrando brevemente a Elphaba y Fiyero cruzando hacia territorio desconocido, que habíamos visto cuando los animales comentan que van a un “lugar más allá de Oz”. Ahí Elphaba tenía una visión de dos figuras andando por un desierto. Estas dos personas son ella y Fiyero, sugiriendo su escape permanente del mundo que los persigue, probablemente a ese sitio que está al otro lado.
El misterio del desierto mortal
El desierto mortal es uno de los elementos más mencionados pero menos explorados del universo Wicked, una barrera geográfica y metafórica que rodea el reino de Oz. En el musical se hace referencia a él principalmente cuando Elphaba menciona su deseo de cruzarlo para escapar definitivamente, pero nunca vemos qué hay más allá o qué lo hace tan peligroso. La película de Jon M. Chu lo visualiza por primera vez, mostrando extensiones de arena aparentemente infinitas con propiedades mágicas supuestamente hostiles, aunque en la película se visualizan como polvo o arena brillante, que no parece tan amenazador.
En las novelas de Gregory Maguire—particularmente ‘Wicked: Memorias de una bruja mala’ (1995)—el desierto mortal se describe con mayor detalle. Es una zona donde la magia funciona de forma errática y criaturas peligrosas acechan. No es natural, sino creado mágicamente por antiguos hechiceros para aislar Oz del resto del mundo, lo que plantea preguntas sobre qué existe más allá y por qué alguien querría mantener a los habitantes atrapados. La película muestra tormentas de arena con ecos sobrenaturales y estructuras antiguas parcialmente enterradas que insinúan civilizaciones previas.
Esta versión también conecta el desierto mortal con el Grimorio, el libro de hechizos que obsesiona al Mago y que Elphaba puede leer naturalmente. El libro podría contener conocimientos sobre cómo atravesar el desierto de forma segura, lo que explicaría por qué el Mago está tan desesperado por controlar tanto el Grimorio como a Elphaba. En el contexto de Oz, un mundo fantástico (1985), la secuela del clásico de 1939, vemos que Dorothy puede regresar a Oz a través del desierto, cruzando a través de las piedras, ya que en las novelas de L. Frank Baum es un lugar que transforma en arena a quien lo pisa. En los mapas, sólo el cuadrante oriental se denomina “Desierto Mortal”, mientras que los otros tres se denominan “Arenas Movedizas”, “Desierto Infranqueable” y “Gran Desierto Arenoso”.
Las diferencias entre película, musical y las novelas
En esos textos se presenta una versión completamente diferente de la Bruja Mala del Oeste, sin nombre propio ni historia de fondo. Es simplemente malvada por naturaleza, y muere definitivamente cuando Dorothy la rocía con agua. Baum nunca desarrolló el personaje más allá de ser un obstáculo para los protagonistas, y en las trece novelas subsiguientes de la serie Oz jamás regresa ni se menciona su posible supervivencia. Sin embargo, incluso la novela de Maguire difiere significativamente del musical de Broadway.
En el libro, Elphaba realmente muere al final. No hay supervivencia secreta ni escape romántico con Fiyero. Su muerte es trágica, el precio final de una vida dedicada a luchar contra la injusticia en un mundo que nunca la comprendió, lo que se corresponde con el tono más oscuro y adulto de la novela frente al musical de Stephen Schwartz, con un final más esperanzador que se mantiene en la adaptación de Jon M. Chu, que sí que muestra el costo de esa supervivencia: Elphaba debe renunciar a su identidad pública, a su familia y a cualquier posibilidad de cambiar Oz. Otras adaptaciones musicales del material de Oz, como The Wiz (1978), tampoco se metieron en la historia de la bruja.
Eso sí, M. Chu establece conexiones visuales directas a El mago de Oz, desde la recreación de escenas icónicas hasta el diseño de vestuario. Sin embargo, también hay guiños a adaptaciones a reivindicar como Oz: Un mundo de fantasía (2013) de Sam Raimi, particularmente en cómo se visualiza la magia y el diseño de la Ciudad Esmeralda. Mostrar el destino final de Elphaba más allá de Oz abre posibilidades narrativas que conectan con las secuelas de las novelas de Maguire, donde se explora qué sucede en el mundo después de su supuesta muerte.
Aunque la película no adapta directamente Son of a Witch o A Lion Among Men, los siguientes libros de la serie, deja puertas abiertas para futuros proyectos que podrían explorar las consecuencias de los eventos de Wicked. Como otros musicales cinematográficos recientes como En un barrio de Nueva York (2021) o Tick, Tick... Boom! (2021), Wicked: Parte 2 mantiene una fidelidad notable a su material fuente, pero dado su éxito en taquilla no sería de extrañar que hubiera más aventuras en Oz, con nuevas composiciones y la pareja de actrices que está conquistando al público de todas las edades.



























































































