Con la llegada de varios títulos de Studio Ghibli a plataformas de streaming como Netflix y Prime Video, es el momento ideal para redescubrir aquellas joyas que, aunque no tienen la fama de Mi Vecino Totoro, El Castillo Ambulante o El viaje de Chihiro, si comunican la misma magia, emoción y profundidad.
Lo que hace único al universo Ghibli es su estilo inconfundible, esa mezcla entre lo cotidiano y lo fantástico donde lo pequeño adquiere una belleza casi espiritual. Adoro sus películas porque no solo cuentan historias: invitan a detenerse, a observar cosas tan simples como el viento moviendo las hojas, el vapor saliendo de una taza de té o ser testigo del poder silencioso de una amistad que cambia la vida de alguien. En cada plano se respira una sensibilidad que combina inocencia, melancolía y esperanza, capaz de emocionar y ofrecer confort tanto a niños como a adultos.
En esta guía te presento las películas más infravaloradas del estudio, ordenadas de mejor a peor según su encanto, impacto emocional y legado. Además, te cuento en qué plataformas puedes ver cada una desde España, para que la magia Ghibli continúe desde tu sofá.
Nicky, la aprendiz de bruja (1989)
Empezamos fuerte este recuento, y es que aunque no es completamente desconocida dentro de la filmografía del estudio de animación, Kiki's Delivery Service (como se llamó originalmente) no tiene la suficiente atención que merece. La película sigue a una joven bruja que deja su hogar para independizarse, montar su propio negocio de reparto aéreo en una ciudad costera y descubrir quién es fuera del ámbito familiar.
Esta historia es un precioso y sutil retrato sobre la madurez, la soledad y la pérdida de la inspiración. Mientras Mi Vecino Totoro celebra la inocencia infantil en un entorno rural, Nicky explora el siguiente paso: crecer, mudarse, equivocarse y seguir adelante. Si tuviese que trasladar su espíritu al mundo del live action, tiene el encanto cotidiano de Amelie o Frances Ha. La recomiendo a aquellas personas que buscan un film de Ghibli sin grandes conflictos ni tramas rebuscadas. Es de esas películas que puedo ver una y otra vez y nunca cansarme de ella.
Ponyo en el acantilado (2008)
Sigue en el ranking otra de mis favoritas: Ponyo en el acantilado. Esta historia es puro color, ritmo y vitalidad. Aunque posiblemente sea la película más infantil de Miyazaki, considero que personas de cualquier edad pueden disfrutar de esta obra de arte hecha película. Ponyo de alguna manera reinterpreta La sirenita pero con más foco en la inocencia que en la rebeldía. La trama es simple: una pequeña criatura marina escapa a la superficie y se hace amiga de un niño humano, desatando un caos natural al intentar convertirse en humana. En tono y estilo está más cerca de Mi vecino Totoro que de Nausicaä del valle del viento. Hay varias razones que hacen de Ponyo un must-watch en cualquier lista de Ghibli, desde su animación que tiene un estilo de acuarela en movimiento, hasta la música de Joe Hisaishi con melodías que refuerzan la sensación de magia y aventura. No te la pierdas si buscas algo corto y dulce, es tan encantadora como caótica.
Arrietty y el mundo de los diminutos (2010)
¿Te acuerdas de Los Borrowers? Bueno, esta historia está basada en ese clásico de 1997. Arrietty y el mundo de los diminutos narra la vida de una familia diminuta que habita bajo el suelo de una casa humana, tomando prestado lo que necesitan sin ser descubiertos. Como puedes imaginarte esta película es un festín visual donde cada gota, hilo o grano de azúcar se vuelve gigantesco y bello. Comparada con historias como la de Nicky, también cuenta con una heroína curiosa y valiente, aunque la joven Arrietty es más introspectiva. Si te gustaron películas con ese punto de vista detallista como Minúsculos o Fantástico Sr Fox, no te pierdas este título. Tiene ese ingrediente especial de Ghibli que tanto amamos: la capacidad de convertir lo cotidiano en mágico.
El viento se levanta (2013)
¿Buscas algo de Ghibli no tan conocido pero con un tono sobrio y melancólico? Entonces esta siguiente recomendación es para ti. El viento se levanta está basada libremente en la vida del ingeniero Jirō Horikoshi, un soñador que crea aviones pero termina construyendo armas de guerra. Si disfrutaste películas como Oppenheimer o First Man pero ahora quieres una historia existencial animada, vas a disfrutar la reflexión madura sobre el peso de la creación, la culpa y el amor que plantea este film. La calidad visual es tan buena como cualquier otra del estudio. Su música es mágica y su atención al detalle no falla. Eso si, no la veas si te sientes un poco sensible ya que las lágrimas están aseguradas con El viento se levanta.
Porco Rosso (1992)
Siempre sentí Porco Rosso como la película más adulta de Miyazaki y tal vez por eso no ingresó en los primeros puestos de la lista. Pero que su tono no te engañe, aunque podría decirse que es casi un film noir animado, es imperdible para cualquier fan de Studio Ghibli. En esta historia sobre un piloto convertido en cerdo, una Italia entre guerras y un aire de nostalgia inconfundible se combina a la perfección aventura, romance y un humor maduro. Tiene un punto de comparación con El Viento se levanta por representar el amor a volar y el detalle puesto en la belleza mecánica, pero Porco Rosso destaca frente a la otra con un espíritu más romántico.
Susurros del corazón (1995)
La temática sobre el dolor de crecer, es recurrente dentro de la filmografía de Ghibli. Si buscas una versión más introspectiva que Nicky, aprendiz de bruja pero que comparta ese retrato sobre la inseguridad ante la vocación, Susurros del corazón puede ser una buena elección. Esta bonita película cuenta la historia de Shizuku, una estudiante apasionada por la lectura que se inspira para escribir su propia novela tras conocer a un misterioso chico. Su tono me recuerda a films como Lady Bird o Antes del amanecer. Una película sobre la creatividad, el amor adolescente y la búsqueda de propósito que merece una oportunidad y un lugar indiscutible en esta lista.
Haru en el reino de los gatos (2002)
Tengo que admitir que este film fue una grata sorpresa para mi. Es que Haru en el reino de los gatos a simple vista parecía una simple secuela espiritual de Whisper of the Heart, pero es mucho más ligera, divertida y extraña de lo que esperaba. No suele mencionarse al hablar de la filmografía del estudio Japonés y creo que vale la pena darle una oportunidad. Es Alicia en el país de las maravillas de Ghibli, con gatos parlantes, banquetes reales y un humor británico que siempre aprecio en el cine. La protagonista de esta historia es Haru, una chica que salva a un gato y acaba atrapada en un reino felino surrealista. No necesitas saber más para adentrarte en esta aventura inolvidable.
Pompoko (1994)
Los años 90 fueron una gran década para Studio Ghibli, pero entre tantos éxitos inolvidables de ese periodo, muchas joyas quedaron en segundo plano. Una de ellas es Pompoko, la sátira ecológica más loca y tierna de su filmografía. Aquí tenemos la contracara política de Ponyo, si bien ambas hablan de naturaleza, Pompoko lo hace desde la pérdida. Tiene el mismo nivel de comentario social de Zootrópolis pero desde una sensibilidad mucho más japonesa que sinceramente y en lo personal prefiero. La historia cuenta cómo un grupo de mapaches mágicos conocidos como tanukis intentan detener la expansión urbana de Tokio. ¡Ojo! Si es divertida y si es extravagante, pero también profundamente triste.
El Recuerdo de Marnie (2014)
Volviendo al tono más melancólico del estudio, y haciendo eco a películas como Your Name y A Ghost Story, nos encontramos con El recuerdo de Marnie. Esta historia dirigida por Hiromasa Yonebayashi sigue a Anna, una niña retraída que conoce a una misteriosa chica en una mansión junto al mar, y su amistad se convierte en una revelación emocional. Es un dulce retrato sobre la soledad y la identidad en formato de fábula, compartiendo el aspecto del autodescubrimiento con Susurros del corazón pero en este caso desde la pérdida y la memoria. Tal vez tengas que estar en un ánimo muy particular para ver esta película, pero sin duda es uno de los títulos menos populares del estudio que merece la pena.
El cuento de la princesa Kaguya (2013)
Tal vez suene injusto dejar esta obra maestra de Isao Takahata para el final, pero es que aunque su animación artesanal la hace destacar, no tuvo el impacto cultural (aún) que han tenido otras películas de Ghibli. El cuento de la princesa Kaguya está inspirada en un relato del siglo X y cuenta la vida de una niña encontrada dentro de un bambú, criada por campesinos hasta convertirse en una joven que añora la libertad perdida. Este film se estrenó el mismo año que El viento se levanta y comparten esa visión sobre la belleza efímera de la vida desde la naturaleza. Sin embargo la ubicaría más cerca de La princesa Mononoke por su conexión espiritual con el entorno, aunque con un tono más triste y sereno. Considero que es imperdible tan solo por su estilo visual tan único y poético