El concepto de intercambio de cuerpos entre madre e hija ha fascinado a Hollywood desde hace décadas, y ninguna franquicia lo ha explorado con tanta persistencia como Ponte en mi lugar (Freaky Friday), cuya versión más popular estrenó una secuela en 2025 bajo el título Otro viernes de locos, por lo que la ocasión es estupenda para repasar toda esta saga, o más bien universo.
No mucha gente sabe que, en realidad, no comenzó con la película con Jamie Lee Curtis y Lyndsay Lohan, sino que fue en 1976, con la adaptación de la novela de Mary Rodgers. Luego se ha reinventado la misma premisa en múltiples ocasiones, adaptándose a las sensibilidades de cada época, aunque las comedias familiares de Disney (podéis ver las mejores en nuestra lista de sus mejores películas) se han llevado el premio acumulando más versiones. En nuestra guía de JustWatch te mostramos todas en orden y te decimos dónde puedes verlas.
1. Viernes loco (1976)
Barbara Harris y Jodie Foster fueron la primera madre e hija adolescente que intercambian cuerpos tras pedir un deseo mágico en un restaurante chino. Era 1976 y el tono más serio que sus sucesoras, especialmente que Ponte en mi lugar (2003), con tensiones generacionales de la época e incluso cierto realismo psicológico en el cambio de personalidades.
Viernes Loco es sin duda una parada obligatoria para los fans de Foster, puesto que, como en la terrorífica, y también recomendable, The Little Girl Who Lives Down the Lane, del mismo año, se pueden ir viendo los destellos del talento que la convertiría en una de las actrices más respetadas de Hollywood, y aquí logra emanar frustración adolescente muy auténtica que equilibra la premisa fantástica con comedia y reflexión sobre las diferentes perspectivas de la edad, así que no te disgustará si te sorprendió Lady Bird.
2. Summer Switch (1984)
Summer Switch representa la primera y última vez que la franquicia experimenta con el intercambio de cuerpos entre padre e hijo, en lugar de madre e hija. Un ejecutivo y su hijo adolescente intercambian cuerpos durante las vacaciones de verano, y esta variación en la fórmula le permite explorar dinámicas familiares diferentes, como las expectativas paternas y las presiones de la adolescencia, en una versión que puede ser un buen complemento para los que quieran completar una trilogía “masculina” con otros films apócrifos como De tal palo, tal astilla o Viceversa. El contexto veraniego ofrece situaciones cómicas en un campamento y deja clara la versatilidad del concepto, abriendo paso para otras más ligeras como Qué desmadre de hija, pero no es una de las mejores entregas.
3. Un billón para Boris (1984)
La única conexión de esta “secuela” con la original es que adapta otra novela de Mary Rodgers, pero sin seguir exactamente la fórmula del intercambio de cuerpos, aunque se considera parte del “universo temático Freaky Friday”. En Un billón para Boris, Annabel Andrews (Alex Rocco), descubre que su tele puede sintonizar la programación del día siguiente, lo que le permite predecir el futuro y ayudar a su vecino Boris a ganar dinero.
El ADN de Viernes loco se mantiene al colocar a adolescentes frente a situaciones extraordinarias causadas por una “magia” destinada a enseñarles lecciones importantes sobre la responsabilidad y aquí, concretamente, el destino, las consecuencias de nuestras acciones, y la importancia de vivir el presente, ideas que regresarán en futuras entregas. Para completistas que busquen más adaptaciones moralista de la autora como El diablo y Max.
4. Qué desmadre de hija (1995)
Otra nueva versión para los años 90, aunque esta vez directamente para televisión. Qué desmadre de hija, que estaba protagonizada por Shelley Long y Gaby Hoffmann, mantiene la premisa básica de siempre del cambio de cuerpos entre madre e hija, pero incorpora elementos culturales y tecnológicos de su época, con un mayor énfasis en la rebeldía y las diferencias generacionales de música, moda y actitudes sociales, reflejando los cambios de la década de “lo cool”. Los que vivieran la proyección televisiva colorida de la adolescencia de Sabrina, la bruja adolescente y Blossom se encontrarán en terreno familiar.
Long, que se curtió en la comedia gracias a Cheers, aporta mucho más humor que las anteriores, con una gran química con Hoffmann, lo que sirve de puente entre la seriedad de la original y el enfoque ligero de las posteriores adaptaciones, abriendo media puerta para la Ponte en mi lugar de Disney.
5. Ponte en mi lugar (2003)
La versión más conocida de la franquicia llegó en 2003, con Jamie Lee Curtis y Lindsay Lohan como protagonistas. Ponte en mi lugar es la adaptación de Disney que modernizó completamente la historia, incorporando elementos de rock, romance adolescente y humor tipo slapstick, con Curtis desatada como una rebelde en plena pubertad atrapada en el cuerpo de su madre conservadora, nada que ver con la contención casi ingenua y educativa de Viernes loco.
Mark Waters logró equilibrar la comedia con el gancho emocional de la saga, incorporando nuevos conceptos como el nuevo trabajo femenino o las familias reconstruidas que ayudaron a que arrasara en taquilla. Mientras tanto, Lohan hacía un poco lo contrario que en la vida real, ser una adulta responsable en el cuerpo de una chavala de pelo alborotado y medias de color. Es una parada obligatoria para sus fans, completando la evolución de niña Disney de Tú a Londres y yo a California a la adolescente de Chicas Malas.
6. Ponte en mi lugar (2018)
Hace unos años, Disney empezó a olfatear que una generación empezaba a tener nostalgia de los años 2000 y, en consecuencia, de su “nuevo clásico”, así que produjo esta Ponte en mi lugar musical para su canal de televisión, protagonizada por Cozi Zuehlsdorff y Heidi Blickenstaff. Un reflejo del éxito de la idea principal, que triunfaba en Broadway a partir de la película de 2003, y por tanto se enfoca sobre todo en los aspectos musicales de aquella, que no están en Qué desmadre de hija.
Tiene canciones nuevas e ideas que reformulan la plantilla del original hasta tal punto que sus temas de presión académica, redes sociales y expectativas familiares en la era digital, la convierten en un objeto extraterrestre frente a Summer Switch o Un billón para Boris. Además, sirve como una exploración más espontánea de los sentimientos de los personajes gracias a letras con una honestidad cristalina.Especialmente recomendada para los que amen su concepto de intercambio en versiones de diferentes géneros, como el terror de Este cuerpo me sienta de muerte, o, ahí viene el trabalenguas, las películas musicales basadas en musicales basados en películas como Hairspray.
7. Otro viernes de locos (Freakier Friday, 2025)
Era inevitable. Si el musical ya indicaba un redescubrimiento inesperado por nuevas generaciones, el Óscar de Jamie Lee Curtis y la “recuperación” a la vida pública de Lindsay Lohan hacía lógico que ambas volvieran a sus papeles originales en Otro viernes de locos, que nos muestra qué sucede años después del primer intercambio de cuerpos, cuando Lohan es ahora madre y debe lidiar con su propia hija adolescente.
Una secuela que, si ya es más loca que Ponte en mi lugar, convierte a Viernes loco en una anécdota, puesto que se atreve con un intercambio cuádruple, incluyendo abuelastra y nieta, y en la que Mark Waters vuelve tras la cámara, planteando cómo lecciones aprendidas en la primera peli han cambiado la relación madre e hija. Especialmente indicada para la generación de Tuenti que ya son padres que busquen una dosis de nostalgia de “su época” al estilo Mamma Mia: Una y otra vez o American Pie: el reencuentro.



























































































