Convencionalmente—y en muchos casos, equivocadamente—, el cine de animación es considerado un asunto de niños. Pero lo cierto es que, y como demuestra Zootrópolis (Zootopia), incluso lo que termina siendo una historia infantil o familiar puede partir de un concepto original bastante más denso y complicado, que incluso puede no ser apto para niños en su forma original.
No es un caso aislado—y de hecho, Disney con sus adaptaciones edulcoradas es una mina de oro para historias como esta—. Acá seleccionamos para ti otras películas de animación que podrán estar dirigidas a niños, pero cuyos orígenes son bastante más oscuros de lo que resultaron ser en su forma final.
Zootrópolis (2016)
En la superficie, Zootrópolis es presentada como una fábula de tono positivo sobre una ciudad de mamíferos en la que animales depredadores y presas conviven pacífica y civilizada. Esto hasta que un complot comienza a resultar en depredadores que se vuelven salvajes, y una agente de policía, la conejita Judy Hopps, busca resolver el misterio con ayuda de un carismático y estafador zorro, Nick Wilde.
Originalmente, sin embargo, la película iba a ser encuadrada como una distopía, con Nick como protagonista, en la que los depredadores son obligados a llevar “collares de domesticación” que los electrocutan cada vez que comienzan a salirse de control. El tema de discriminación era más burdo y crudo, en una línea más cercana a Blade Runner o Distrito 9, pero afortunadamente nos quedamos con algo más parecido a ¡Canta! y a Elementos.
La Cenicienta (1950)
Como uno de los clásicos animados más tempranos de Disney, La Cenicienta contribuyó a establecer el molde más amigable, por no decir edulcorado, que la “Casa del Ratón” seguiría para sus adaptaciones de cuentos de hadas, en especial las de sus princesas. Y lo cierto es que el cuento en que esta producción se basa es bastante más oscuro en varias de sus iteraciones, siendo la más común la de los Hermanos Grimm.
Sólo digamos que la ácida comedia de horror corporal La hermanastra fea está bastante más cerca de mostrar el destino original del personaje titular (y sí, nos referimos a las mutilaciones). No obstante, la versión de Disney es más cercana a la tradición establecida por Blancanieves y los siete enanitos, y continuada por La bella durmiente.
Pinocho (1940)
Basada en la novela de Carlo Collodi, Pinocho fue el segundo largometraje de Disney Animation después de Blancanieves y los siete enanitos, pero a diferencia de ésta—basada en un cuento relativamente escueto—, debían partir de una novela ya establecida. Se sabe que los primeros tratamientos eran bastante fieles a la novela, en la que el personaje es, por decir lo menos, bastante cruel. Todo el asunto fue más blanqueado para las sensibilidades modernas.
Hay infinidad de adaptaciones del cuento, y si buscas otras más fieles, puedes buscar la animación de 1971 dirigida por Giuliano Cenci, o la versión de Matteo Garrone de 2019. El clásico de Disney es más parecido a tantas otras producciones del estudio, pero si buscas otra versión con espíritu similar, prueba la de Guillermo del Toro.
El jorobado de Notre-Dame (1996)
Basada en la novela gótica homónima de Victor Hugo, El jorobado de Notre-Dame es considerada por muchos como una de las animaciones más oscuras de Disney—al menos, del período conocido como su “Renacimiento”—. Esto lo dicen, claro, quienes no están familiarizados con la trama y tono de desesperanza generalizada en el texto original, repleto de giros trágicos que incluyen, entre otras cosas, destinos bastante desoladores para Quasimodo y Esmeralda. El villano, Frollo, fue cambiado de un archidiácono a un juez. Las implicaciones religiosas harían todavía más oscuro algo que ya lo es.
Existen infinidad de adaptaciones más oscuras, como la de 1923 (silente) y la de 1939. Para estándares de Disney, El jorobado de Notre-Dame es tan oscura como Taron y el caldero mágico, que es más de la norma, pero tampoco te quitará el sueño.
NIMH, el mundo secreto de la Sra. Brisby (1982)
Durante uno de los periodos más turbulentos en la historia de Disney, encontraron uno de sus más acérrimos rivales en Don Bluth y su estudio, Don Bluth Productions, fundado por él y por otros animadores que abandonaron la Casa del Ratón. ¿Su largometraje debut? NIMH, el mundo secreto de la Sra. Brisby (The Secret of NIMH), basado en la novela infantil La señora Frisby y las ratas de NIMH, de Robert C. O’Brien. La película, en sí, ya es bastante oscura, pues lidia con una ratona de campo que busca ayuda para huir de su casa con su hijo enfermo, ante el inminente arado de la granja donde vive. Su viaje la lleva con un grupo de ratas que fueron sujeto de experimentación en el Instituto Nacional de Salud Mental (cuya sigla en inglés es NIMH).
A diferencia de la película, el libro presta más atención a las ratas, que dado el trasfondo da para una historia todavía más oscura. Dada su temática, podría recordarte a su contemporánea El bosque de colores, y a otras fenomenales animaciones de Don Bluth como Anastasia.
Isla de perros (2018)
Debajo de la gruesa capa de imágenes estilizadas y humor inexpresivo características del cine de Wes Anderson, Isla de perros es una película oscura en concepto. Después de todo, se sitúa en un Japón distópico paralelo en el que los canes son víctimas de discriminación y desterrados a una isla de basura.
La cosa se pone mejor cuando descubres que, si bien Anderson no llega tan lejos, una de sus inspiraciones fundamentales para la película fue la animación Los perros de la plaga, animación de 1982 dirigida por Martin Rosen, sobre dos perros que escapan de un laboratorio donde son sometidos a pruebas crueles. Por fortuna, el asunto nunca se pone así de oscuro, e incluso podemos decir que Fantástico Sr. Zorro tiene momentos más fuertes.
La ruta hacia El Dorado (2000)
Hoy considerada un clásico de culto de la animación musical, La ruta hacia El Dorado pasó por múltiples iteraciones de concepto y guión—en su mayoría siempre cómicas, aunque algunas más adultas que otras—antes de llegar al producto final. En otras iteraciones, uno de los personajes moría y volvía a la vida, las escenas románticas eran un poco más adultas, e incluso se lidiaba directamente con la conquista del Imperio Azteca por Hernán Cortés.
Nunca se llegó a niveles de oscuridad propios de, digamos, Aguirre, pero DreamWorks prefirió llevar la película hacia un terreno más ligero luego de la seriedad de su primer largometraje de animación, El príncipe de Egipto. Ambas tienen en común una fenomenal animación en 2D, de las últimas grandes producciones en dicho estilo.

























































































