Desde que El juego del calamar se convirtiera en el mayor fenómeno global de Netflix en 2021, el subgénero de la ciencia ficción de los juegos mortales ha tenido un renacer notable, aunque la fascinación por ver a personas compitiendo en pruebas letales viene de mucho antes, desde las distopías literarias del siglo XX hasta propuestas japonesas más extremas. Espejos oscuros de la sociedad, donde la supervivencia se convierte en entretenimiento y la desesperación económica empuja a la gente a lo impensable.
Con la segunda temporada de la serie coreana batiendo récords, la llegada de El último samurái en pie también a Netflix y la recientes adaptaciones cinematográficas de La larga marcha y The Running Man, esta guía de JustWatch te ayudará a descubrir las mejores y más brutales propuestas del género en las plataformas de streaming, desde clásicos imprescindibles hasta las producciones más recientes que han redefinido lo que significa jugar para sobrevivir.
8. Perseguido/The Running Man (1987-2025)
Paul Michael Glaser llevó la novela de Richard Bachman (Stephen King) a la gran pantalla con Arnold Schwarzenegger en plena era dorada del action hero ochentero, transformando la premisa original en un espectáculo más cercano al cine de acción tradicional, mientras que Edgar Wright ha sido más fiel al libro. En ambas hay un futuro totalitario donde la televisión domina todo, los prisioneros y maleantes participan en un programa donde deben escapar de asesinos especializados y el público apuesta por su supervivencia, en medio de una revolución contra el sistema mediático opresivo.
Perseguido tenía villanos ridículos pero memorables como Dynamo o Fireball y la de Wright un grupo de cazadores terribles. Ambas comparten con Los juegos del hambre la crítica al entretenimiento voyeurista, la manipulación mediática y presentadores que la obra juvenil imitó. Por otro lado, ambas parecen hermanas de Desafío total, una para nostálgicos del actioner directo y sin complejos de los 80, similar a Comando, la otra con ese toque de ciencia ficción noventera de Freejack. Mientras una anticipaba con décadas de ventaja nuestra obsesión por los reality shows violentos, la nueva muestra qué pasará en la época de la posverdad y la manipulación de imágenes por IA.
7. La larga marcha (2025)
No es ninguna casualidad que sea Francis Lawrence, el director detrás de las últimas entregas de Los juegos del hambre, quien adaptara finalmente la primera novela que Stephen King escribió a los 19 años, publicada bajo su pseudónimo Richard Bachman. Cincuenta adolescentes participan en un concurso anual televisado donde deben caminar sin parar o son ejecutados.
La marcha hacia la muerte tiene lugar mientras la sociedad observa, y La larga marcha la retrata de manera brutal gracias a un minimalismo que apuesta por el horror psicológico, con Cooper Hoffman y David Jonsson brillando en una relación de amistad inolvidable. Una pesadilla distópica muy influyente, ambientada en una América alternativa de los 70, que es la base principal de Battle Royale, aunque más que explotar la violencia, se centra en el colapso mental progresivo de los jóvenes obligados a destruirse. No es la más letal del conjunto, pero probablemente sí la mejor película, ideal para quienes busquen una fábula que profundice en lo existencial como El hoyo.
6. Los juegos del hambre (2012)
Gary Ross adaptó la primera novela de Suzanne Collins creando un fenómeno cinematográfico que dominaría la taquilla adolescente durante cuatro años, estableciendo a Jennifer Lawrence como superestrella con su interpretación de Katniss Everdeen. El futuro distópico de Panem, tiene distritos que deben entregar anualmente a dos "tributos" adolescentes para competir en un circo televisado donde solo uno puede sobrevivir, el mayor espectáculo del año. Los juegos del hambre suaviza mucho la violencia del libro, pero su mensaje político mordaz sobre desigualdad de clases y manipulación mediática es raro en un blockbuster.
A diferencia Battle Royale y su catarsis violenta, Ross construye tensión mediante la estrategia y alianzas, priorizando el romance entre Katniss y Peeta como resistencia contra un sistema que quiere verlos como gladiadores deshumanizados, aunque sus secuelas sí que se parecen a la secuela de la japonesa. Las cuatro películas son un puente entre el nihilismo de Stephen King y propuestas más recientes, creando una fiebre por las distopías juveniles como Divergente, aunque ninguna alcanzó el impacto cultural, ni el equilibrio entre entretenimiento y reflexión social, como esta.
5. El último samurái en pie (2025)
Michihito Fujii dirige esta apuesta japonesa de Netflix que fusiona dramatismo histórico lucha de samuráis a vida o muerte, adaptando el manga Ikusagami de Shogo Imamura. Ambientada en 1878 durante la era Meiji, 292 guerreros caídos en desgracia son atraídos a Kioto con la promesa de 100.000 millones de yenes para el último superviviente en un viaje mortal hasta Tokyo. El último samurái en pie es como un encuentro entre Shogun y El juego del calamar, sustituyendo los juegos infantiles por rituales de supervivencia samurái.
A diferencia del Calamar y su futuro distópico, esta explora un momento histórico real donde los samuráis perdían sus privilegios y el país se modernizaba. Junichi Okada, también productor y coordinador de acción, lidera un elenco que combina coreografías de combate impresionantes, con secuencias como el gigantesco enfrentamiento en el templo que empapa fuera de la pantalla. Los fans de la épica sangrienta de Kingdom, la estilización extrema del anime llevada a acción real, y películas como 13 asesinos no os la queréis perder.
4. Alice in Borderland (2020-2025)
Shinsuke Sato dirigió la adaptación del manga de Haro Aso sobre un grupo de amigos que despiertan en un Tokyo desierto obligados a participar en juegos inspirados en los que perder significa la muerte instantánea por láseres celestiales en un purgatorio urbano cuyas reglas y origen son un misterio al menos durante dos temporadas. Alice in Borderland destaca frente a El juego del calamar por el diseño de sus juegos, auténticos puzzles mortales que superan en creatividad a casi cualquier otra de la lista, desde escape rooms imposibles hasta dilemas de teoría de juegos aplicada.
Cada prueba es única y sorprendente, haciendo partícipes a los espectadores para que resuelvan los acertijos junto a los personajes. Si te quedaste con ganas de más trampas como Cube y su claustrofobia conceptual y la crueldad inventiva de Saw pero sin su vena torture porn, esta serie tiene el balance perfecto entre ingenio, emoción y consecuencias despiadadas.
3. El juego del calamar (2021-actualidad)
Hwang Dong-hyuk creó el fenómeno cultural definitivo del streaming con esta serie surcoreana que se convirtió en la producción más vista en la historia de Netflix, rompiendo barreras idiomáticas para instalar su imaginería de guardias enmascarados y pasatiempos tradicionales coreanos mortales. 455 desesperados económicamente aceptan participar en competiciones donde la eliminación significa ejecución en una isla secreta donde élites aburridas han convertido el sufrimiento ajeno en espectáculo.
Bajo la violencia extrema y el diseño de producción reconocible, El juego del calamar hace una crítica devastadora al capitalismo salvaje y la desigualdad galopante que sonará a los que hayan visto películas de Bong Joon-ho como Rompenieves o Parásitos, aunque es bueno recordar que sigue teniendo el mismo planteamiento y acervo antisistema que The Running Man, con programas que se nutren de pobres para el entretenimiento brutal de un sector de población corrupto y decadente.
2. Gantz (2010-2011)
Aunque ya hubo una serie anime muy famosa bajo el título Gantz, el díptico cinematográfico japonés dirigido por Shinsuke Sato adaptó la esencia del extenso manga de Hiroya Oku sobre un grupo de personas muertas y resucitadas para cazar alienígenas en Tokyo nocturno y ultraviolento bajo las órdenes de una misteriosa esfera negra. Esta versión da entidad física a loa dibujos y condensan una historia muy compleja dando prioridad a la acción y los efectos especiales sobre la filosofía, pero es una gran introducción visceral a este universo.
Gantz Génesis y Perfect Answer abrazan la ciencia ficción más hardcore y el body horror, con criaturas grotescas y muertes inventivas repulsivas que hacen un gran programa doble con el también genial díptico de Parasyte, pero los amantes del cyberpunk violento de Alita: Ángel de combate también pueden encontrar una buena dosis de acción japonesa. Aunque el anime de 2004 es una experiencia más completa y en profundidad de la mitología, y el mismo Sato demostraría que es un experto en juegos mortales creando Alice in Borderland, que podría ser su mirada en largo al universo de la esfera oscura.
1. Battle Royale (2000)
La película bisagra entre dos eras de juegos mortales fue dirigida por el maestro Kinji Fukasaku, quien estableció el código genético del que beberían otras posteriores. Cuarenta y dos estudiantes japoneses son secuestrados por el gobierno y llevados a una isla donde deben matarse entre ellos durante tres días hasta que solo quede uno, tras una ley creada tras el colapso social para aterrorizar a la juventud rebelde en un Japón distópico. Battle Royale es brutal, directa y llena de rabia rebelde, convirtiendo lo que podría ser pura explotación gratuita en una tragedia generacional.
Una masacre orquestada que, a diferencia de Los juegos del hambre, que suaviza la violencia para alcanzar audiencias más amplias y nunca la reconocer oficialmente su influencia, no tiene piedad mostrando la masacre adolescente, influyendo directamente en películas occidentales tan brutas como The Belko Experiment, uno de los guiones más crudos de James Gunn. Si aún no has visto este clásico imprescindible del subgénero estás de suerte, pero la secuela, eso sí, te la puedes ahorrar.


























































































