Para las generaciones más jóvenes, Winona Ryder es más reconocida como parte del elenco de Stranger Things en el rol de Joyce Byers, la ansiosa pero aguerrida madre de Will Byers (Noah Schnapp). Sin embargo, su trayectoria abarca mucho más que la serie de Netflix. Entre los 80 y 90 era una de las jóvenes actrices más brillantes y prometedoras (que es parte de la razón por la que fue elegida para participar en una serie con nostalgia por esa época).
Para que conozcas más de su formidable filmografía, aquí rankeamos las películas y series más icónicas de Winona Ryder para ver en streaming.
Jóvenes asesinos: Atracción letal (1989)
Quizá el rol más fascinante de Winona Ryder, que le permitió abarcar desde el drama hasta el humor histérico y exagerado, es la comedia Jóvenes asesinos: Atracción letal (Heathers). En ella interpreta a Verónica Sawyers, una adolescente que pertenece a un grupo de chicas populares de la preparatoria (todas las otras se llaman Heather). Sus vidas son puestas de cabeza por la llegada de un misterioso estudiante de tendencias misantrópicas y poca tolerancia a la frivolidad.
Si esta premisa te recuerda, en parte, a la de Chicas pesadas, es porque esta comedia es una de las más influyentes de su tipo. Para que tengas una idea de qué esperar, el guionista Daniel Waters la concibió con Stanley Kubrick en mente para dirigirla (inspirado por su satírica Dr. Insólito), como un contraste a las comedias adolescentes optimistas en la línea de El club de los cinco, de John Hughes.
La edad de la inocencia (1993)
La película que le valió a Winona Ryder su primera de dos nominaciones al Oscar (aquí como Actriz de reparto) fue La edad de la inocencia, romance histórico adaptado de la novela homónima de Edith Wharton y situada en Nueva York de 1870, una época en las que la alta sociedad era dominada por dinastías de estrictos códigos de conducta. Ryder es una joven y conformista mujer prometida a casarse con un prominente abogado (Daniel Day-Lewis, ni más ni menos). Sin embargo, él se enamora de la menos convencional prima de su prometida, formando un triángulo amoroso.
Ryder encarna las expectativas societales de los Estados Unidos de la llamada “edad dorada” o gilded age, lo que la hace una película ideal para ver si te gusta la serie de HBO que lleva el nombre de dicho periodo. Es, también, una de las películas más distintas en el notable repertorio del director Martin Scorsese, más similar a dramas históricos austenianos como Orgullo y prejuicio.
El joven manos de tijera (1990)
La segunda colaboración de Winona Ryder con el director Tim Burton fue todavía más icónica que la anterior. El joven manos de tijera (Edward Scissorhands) es un cuento de hadas moderno que sigue a un joven humanoide sintético (Johnny Depp, por entonces pareja de Ryder), cuyo creador murió antes de poder crearle manos, por lo que tiene tijeras por dedos. Llevado por una vendedora (Diane Wiest) a su casa en los suburbios, se enamora de su hija adolescente (Ryder).
Dentro del canon de Burton, es una película más emotiva que macabra, más cercana al tono de El gran pez, y similar a La forma del agua por su temática de monstruos empáticos y romances.
Mujercitas (1994)
Faltan dedos en las manos para contar las adaptaciones de la icónica novela de Louisa May Alcott, pero la de 1994, dirigida por Gillian Armstrong, es una de las mejores. En esta versión de Mujercitas, Winona Ryder interpreta el emblemático rol de Jo March, la ambiciosa joven que sueña con ser autora, rol que le valió su segunda (y hasta ahora, última) nominación al Oscar, ahora como Mejor actriz principal. Además, compartiendo escena con nombres como Susan Sarandon y los jovencísimos Kirsten Dunst, Claire Danes y Christian Bale.
Aunque no tenemos nada en contra de la versión de 2019 dirigida por Greta Gerwig, creemos que ésta es superior. El papel de Jo, conocida por su ímpetu rebelde, sienta de maravilla a Ryder, ya para entonces un ícono de la generación X.
Beetlejuice el súper fantasma (1988)
Tenemos que mencionar el papel que lanzó a Winona Ryder al estrellato: en Beetlejuice interpreta a la extraña y taciturna adolescente Lydia Deetz, que puede ver a los fantasmas en su casa (Geena Davis y Alec Baldwin), y que cae víctima del “bio-exorcista” del título (Michael Keaton).
Sería la primera de sus dos icónicas colaboraciones con el director Tim Burton, cuya filmografía es definida por una dirección de arte tan expresionista como caricaturesca para abordar un humor macabro que también veríamos en otras películas suyas como El cadáver de la novia, y que podría recordarte en cierto modo a Los locos Addams.
Una noche en la Tierra (1991)
Durante los primeros años de su trayectoria, era como si Winona Ryder coleccionase colaboraciones con los grandes cineastas y actores de su tiempo. Como muestra: Una noche en la Tierra, una comedia antológica del director Jim Jarmusch sobre cinco taxistas y sus fugaces vínculos con sus respectivos pasajeros en cinco ciudades diferentes durante una noche. En Los Ángeles, Winona es la taxista. ¿Su pasajera? Gena Rowlands, quien resulta ser una de sus principales influencias.
Aunque Ryder es una parte pequeña de un ensamble mayor, deja una gran impresión a punta de actitud, suciedad y una gran compañera de escena. Es una película que recuerda a otra fenomenal antología de Jarmusch, Café y cigarrillos, ambas con más actitud y profundidad de la que Pulp Fiction podría soñar.
Drácula de Bram Stoker (1992)
Siguiendo con la colección de colaboraciones notables, Winona Ryder protagonizó Drácula de Bram Stoker, dirigida por Francis Ford Coppola, en el emblemático rol dual de Mina Harker y Elisabeta, la amada por quien el vampiro titular (Gary Oldman) cruza “mares de tiempo”.
Se trata no sólo de una suntuosa producción fantástica—a menudo opacada por la obra más conocida de Coppola, El padrino—, sino también de una de las adaptaciones fundamentales del mito vampírico de Stoker. Su más reciente “hermana menor”, Nosferatu de Robert Eggers, no existiría sin ella.
La dura realidad (1994)
Winona Ryder se volvió símbolo de la generación X en virtud de muchas cosas, pero pocas películas la conectaron directamente con las aspiraciones y padecimientos de sus contemporáneos como La dura realidad (Reality Bites), que protagonizó junto a otro ícono de la época, Ethan Hawke, además de Ben Stiller, quien también debutó aquí como director.
Ryder es una videógrafa que aspira a ser documentalista, y que está dividida románticamente entre su amigo guitarrista (Hawke) y un yuppie ejecutivo de MTV (Stiller) que quiere ayudar a sus aspiraciones. Hoy considerada una película de culto, podría decirse que es lo que El graduado fue para la generación boomer o, con distancias guardadas, lo que 10 cosas que odio de ti fue para los millennials.
Stranger Things (2016-2025)
Dado el fenómeno masivo que es, parece increíble ver a Stranger Things tan abajo en el ranking del repertorio de Winona Ryder, pero a la sombra del resto de su formidable filmografía, tiene que ser así. Su rol como Joyce Byers fue su regreso triunfal a la pantalla (con nominación al Globo de Oro), y este personaje tan desbordante de emoción, expresividad y de espíritu combativo no sería el mismo sin ella.
Durante la primera temporada de la serie, por lo menos, el personaje de Joyce tuvo una influencia importante en el de Richard Dreyfuss en Encuentros cercanos del tercer tipo, otro ser obsesionado con sus certezas de lo que no puede comprobar. Otra a la larga lista de influencias para la serie. Stranger Things le abriría la puerta a Ryder para más trabajo en televisión, un medio que casi no exploró en su carrera temprana. En 2021 también fue nominada a los Premios de la Crítica por su trabajo en la miniserie The Plot Against America.
Sirenas (1990)
Un rol infravaloradísimo en la carrera de Winona Ryder es Sirenas (Mermaids), quizá porque hace mancuerna con otro nombre monumental: Cher (liderando juntas un elenco que también incluye a Bob Hoskin y una pequeña Christina Ricci). Ambas protagonizan como un incómodo dúo de madre e hija: la primera, excéntrica, libre y propensa a mudarse con toda la familia cada vez que termina una relación; la segunda, ansiosa, en busca de estructura y extrañamente obsesionada con el catolicismo.
Es una divertida película que aborda una relación disfuncional entre una madre joven y una hija adolescente, no muy distinta de lo que veríamos después en la emblemática serie Gilmore Girls y en películas como Lady Bird.




























































































