Hay artistas que, para bien o mal, son perseguidos por un papel o por la sombra de una franquicia. Tal es el caso de Dakota Johnson, que saltó a la fama como Anastasia Steele de Cincuenta sombras de Grey (2015). Sin embargo, la actriz ha demostrado que es capaz de interpretar personajes bastante más complejos que la protagonista de la mencionada saga erótica.
Compartir escena con Pedro Pascal y Chris Evans en Amores materialistas (2025) es sólo una demostración de ello, pues la actriz tiene créditos tanto en dramas independientes y producciones de terror de Luca Guadagnino, por mencionar sólo un poco de su repertorio. Para muestra, seleccionamos las 8 mejores películas de Dakota Johnson y te decimos dónde verlas.
Cha Cha Real Smooth, ¡a bailar! (2022)
Vamos a ser claros: Cha Cha Real Smooth, ¡a bailar!, dirigida, escrita y protagonizada por Cooper Raiff, es una película con un protagonista un poco idealizado. Se trata sobre un joven recién egresado de la universidad que, sin un rumbo claro más que planes para reencontrarse con su novia en Europa, termina trabajando como animador de bar y bat mitzvahs. Es así como conoce a Domino (Johnson) y a su hija adolescente autista (Vanessa Burghardt), con quienes forma un vínculo cercano.
Los personajes demasiado perfectos suelen ser poco llamativos, pero Domino, por fortuna, es una mujer más compleja. Ha padecido depresión, es madre de una chica autista, y tiene una relación complicada con su prometido, que viaja mucho por trabajo. Dakota Johnson logra dotarla de matices emocionales y de vulnerabilidad sin caer en el melodrama o en la exageración. De paso, se roba cada escena en la película, pero le brinda un muy necesario contrapeso de autenticidad que finalmente logra hacerla creíble. Si estás interesado en conocer más de su carrera en un papel dramático y vulnerable, y te gustan las historias pequeñas e íntimas sobre conexiones humanas como Tiempo de volver (Garden State) esta es una buena opción.
Amores compartidos (2025)
La dupla creativa detrás de la comedia Lazos profundos (The Climb), Michael Angelo Covino y Kyle Marvin, presentan aquí una comedia que pone sobre la mesa las complejidades prácticas del poliamor, sobre todo cuando la esposa de un hombre duerme con el mejor amigo de éste, que atraviesa un divorcio. Ante la sorpresa, el caos se desata en las vidas de los cuatro implicados.
Amores compartidos (Splitsville) es una comedia en la que todos, absolutamente todos en el elenco—completado por Johnson y Adria Arjona—despliegan un nivel perfecto de timing cómico para diálogos ingeniosos y dosis inesperadas de comedia física, así que te garantizamos que vas a reír. Sin embargo, las palmas de nuevo son para Dakota, quien exhibe su talento para la comedia y lo equilibra con vulnerabilidad para los aspectos más dramáticos de su personaje. Esta película te gustará si habías visto Lazos profundos, si lo que te gustó de Desafiantes (Challengers) fue el factor poliamoroso, o si prefieres que las historias de triángulos amorosos a lo Vidas pasadas tengan finales menos idealistas.
La hija oscura (2021)
El largometraje debut como directora de la actriz Maggie Gyllenhaal, basado en una novela de Elena Ferrante, es un drama que se sumerge en los rincones más oscuros de la maternidad contemporánea, con su enorme carga emocional, física, incluso social y moral.
La protagonista de La hija oscura es, en realidad, Olivia Colman como una mujer que tuvo una problemática relación con su maternidad en el pasado. Pero ella tiene un espejo en otra joven madre interpretada por Dakota Johnson, quien es una olla de presión a punto de estallar entre el enorme costo que ser mamá ha tenido para ella, además de una difícil relación de pareja y una aventura sexual. La historia de una no funciona sin la de la otra, y Johnson iguala dramáticamente a Colman, por entonces ya ganadora del Oscar, así que comienza por aquí si quieres ver de lo que realmente es capaz en un rol dramático denso. Una gran película para quienes disfruten de los dramas personales con relaciones rotas o maternidades complejas, como Mala suerte, buena suerte o Wild Rose: Sigue tu canción.
Malos momentos en el Hotel Royale (2018)
Uno de los primeros papeles notables de Dakota Johnson vino como la misteriosa hippie Emily Summerspring en el thriller Malos momentos en el Hotel Royale, un neo-noir con un ensamble de actores consagrados y en ascenso, que va desde Jeff Bridges y Nick Offerman a Cynthia Erivo, Cailee Spaeny y Bill Pullman.
A pesar de tantos nombres de peso, la actriz destaca en un rol que mezcla la frialdad propia de una femme fatale, con la vulnerabilidad de una joven que intenta huir de una secta a salvar a su hermana, mientras los secretos de otros cinco extraños convergen en una fatídica noche. Es uno de los primeros roles fuera de Cincuenta sombras de Grey por los que Johnson recibió buenas críticas, así que puedes comenzar por aquí si quieres ver su evolución como actriz. Además, por sí sola, es una gran película para quienes disfrutan de historias con intriga y sorpresas, en una línea similar a Entre navajas y secretos.
¿Estoy bien? (2022)
Basta con ver el póster de esta película para darse una idea de los niveles de vulnerabilidad y comicidad que Dakota Johnson puede alcanzar en una sola película. La comedia ¿Estoy bien? es una historia inspirada en hechos sobre la angustia de no tener las respuestas para todo, y el camino de autodescubrimiento para encontrarlas.
La trama sigue a una mujer en sus treintas que, dadas las constantes frustraciones de su vida romántica, comienza a creer que su sexualidad no es lo que ella pensaba. En su viaje de autoconocimiento debe aprender a lidiar con sus amistades—y consigo misma—de nuevas maneras. Una protagonista que requiere de Johnson la capacidad de mostrar inseguridad, vulnerabilidad y cierto patetismo, pero también esperanza, por lo que es una excelente opción para ver si buscas una feel good movie que también mueva tus emociones, en un estilo similar a Beginners: así se siente el amor, o la comedia adolescente sobre autodescubrimiento Si supieras.
Suspiria: El maligno (2018)
Recrear un clásico del terror como Alarido o Suspiria (1977) con una visión propia requiere cierta radicalidad. Eso es precisamente lo que hizo el cineasta italiano Luca Guadagnino (con quien Dakota Johnson ya había trabajado en Cegados por el sol (2015).
Suspiria: El maligno (2018) es una película decididamente distinta a la original de Dario Argento, con los pies plantados con firmeza en el body horror. Johnson interpreta una versión muy distinta de la protagonista, Susie Bannion, en un rol que le requiere tanto disciplina física para las rigurosas secuencias de danza contemporánea, pero también contención emocional para un personaje cuyas motivaciones reales son un misterio. Es una película más anclada en el terror corporal característico de directores como David Cronenberg (La mosca), así que si bien es otra demostración de la versatilidad de la actriz, te recomendamos tomar en cuenta que verás imágenes impactantes.
Música, glamour y fama (2022)
Uno de los papeles más infravalorados de Dakota Johnson es en Música, glamour y fama, junto a Tracee Ellis Ross. Se trata de una comedia dramática en el que ambas mujeres interpretan, de algún modo, a la contraparte de la otra: Grace (Ross) es una cantante de R&B cuya carrera va en declive, y cuyo productor (Ice Cube) cree que debería limitarse a una residencia en Las Vegas. Su asistente, Maggie (Johnson), no comparte la opinión e intenta animarla a crear material nuevo, mientras ella misma sueña con ser productora musical.
Es una feel good movie de manual en cierta manera, y la historia concluye exactamente como imaginas. Sin embargo, lo que la hace funcionar es la química de compañerismo y complicidad entre ambas mujeres. Hay algo de las dinámicas de El diablo viste a la moda, pero con un giro musical (y más positivo) que la acerca a producciones como Yesterday.
Papi (2023)
La película más minimalista en este listado tiene que ser Papi (2023). La premisa es tan simple que no debería sostener un largometraje: una joven mujer toma un taxi desde el Aeropuerto Internacional JFK en Nueva York hacia su departamento en Manhattan. Sin esperarlo, entabla una conversación cada vez más personal con el chofer (Sean Penn), en la que discuten temas desde el pasado hasta sus amores. Eso es todo.
Es una película que aborda las complejidades de las conexiones humanas desde las experiencias de dos seres humanos durante un viaje en taxi, tan simple como eso. Tanto Johnson como Penn transmiten ternura, tristeza y vulnerabilidad en perfectas dosis para sostener el centro emocional de la película de principio a fin. Dos actores en pleno despliegue de sus talentos y una sólida dirección llevan la película a buen destino, así que la disfrutarás más si te gustan las propuestas con elencos reducidos pero de primer nivel, como Antes del amanecer.



















































































