Danny Boyle ha vuelto al terror para recordarnos por qué el revival zombie le debe mucho, y su 28 años después confirma que la saga sigue siendo la referencia inteligente del género, una mezcla explosiva de vísceras y filosofía que nos habla del Brexit, la muerte digna y los roles educativos.
Si ya la has visto y quieres completar la experiencia, además de consultar cuáles son las mejores películas de zombies, hemos recogido diez títulos que tienen algo que ver con la película, ya sea una referencia directa, una influencia o películas hermanadas, desde la épica bélica, las distopías futuristas al anime salvaje. En esta guía de JustWatch te mostramos dónde están disponibles en streaming estas 10 películas y series para ver si te gustó '28 años después'.
1. Enrique V (1944)
Laurence Olivier dirigió y protagonizó esta adaptación de Shakespeare en plena Segunda Guerra Mundial, y el timing no fue casualidad. Enrique V sigue al joven monarca inglés en su campaña francesa, con la batalla de Agincourt, lo que la conecta con 28 años después ya que el discurso de San Crispín es pura épica, pero luego está el barro, la sangre y los rostros de chavales que no deberían estar ahí, como el niño protagonista que debe salir de la isla.
Hay un montaje de arqueros con clips de esta película intercalados en momentos clave, como cuando se muestran las armas que utilizan contra los infectados este reducto de nostálgicos. No es casualidad que se estrenara cuando caían bombas nazis sobre Londres, el espíritu patriótico como bálsamo une la ficción y la realidad. Pero además, es un clásico visualmente bellísimo que merece ser visto por sus propios méritos. Ya no se hacen de estas.
2. Apocalypse Now (1979)
Coppola cogió El corazón de las tinieblas de Conrad y lo plantó en Vietnam, pero lo importante era la misión de encontrar a Kurtz. Boyle hace algo parecido, pero aquí nuestro Kurtz no es un loco, es un doctor que descubre que el mundo post-infección no es peor que el anterior, solo más honesto. Una versión blanca del personaje de Brando de Apocalypse Now al que, de todas maneras, se llega a través de un viaje peligroso, lírico y salvaje.
Es una de las muchas interpretaciones de género de aquella novela, un especialista en esa mirada es James Gray, como demuestran tanto Z, la ciudad perdida y Ad Astra, pero la de Coppola sigue siendo la mejor, así que si no la has visto estás de enhorabuena y si lo has hecho, nunca vas a lamentar darle otro visionado.
3. La tierra de los muertos vivientes (2005)
George A.Romero volvió al ruedo después de veinte años para demostrar que seguía siendo el maestro. En La tierra de los muertos vivientes, los zombies han evolucionado y los humanos viven en una ciudad fortificada donde las diferencias de clase importan más que los muertos andantes que rondan fuera. No hay que sumar dos más dos. Isla aislada por puentes, misiones para conseguir víveres e infectados con poder de liderazgo que algunos personajes humanos empiezan a respetar.
La evolución lógica de 28 días después, que ya era en sí misma un resumen de la primera trilogía del genio de Pittsburgh, es seguir los pasos del creador del cotarro, en su película más parecida a John Carpenter e imprescindible para los que disfruten de una sátira política con vísceras.
4. La naranja mecánica (1971)
Kubrick adaptó a Burgess y dio vida a Alex DeLarge y su pandilla de drugos, quienes campan a sus anchas por una Inglaterra que parece diseñada por un arquitecto de tripi. La conexión con Boyle podría encajar con la idea de la agresividad y lo que nos hace humanos, la música pop del director en sus secuencias más salvajes.
Sin embargo, la idea común con La naranja mecánica se desvela al final de la película, con Jack O’Connell en modo Malcolm McDowell con un grupo de supervivientes que parecen los profetas del nadsat, en una influencia reconocida por Alex Garland que siempre está lista para volver a fascinar a quien la vuelve a ver, y sirve como la perfecta introducción a uno de los grandes maestro del cine.
5. Nosferatu: el vampiro de la noche (1979)
Herzog decidió que el vampiro de Murnau necesitaba un remake, y Klaus Kinski era la elección obvia para interpretar a la criatura. La idea no es que ambos monstruos dieran pesadillas solo con mirarlos o el contagio como metáfora, con la peste en Alemania y la rabia en la sociedad británica, o cualquier otra película de zombies como la que aparecen en la lista.
La conexión con Nosferatu: el vampiro de la noche es un detalle cinéfilo que ya había usado Ari Aster, parte de la pieza “El oro del Rin” de Wagner de su anillo de los Nibelungos, en una escena de persecución que parece unir la película con la fantasía épica tradicional, pero si te quedaste con ganas después del remake de Robert Eggers esta versión es una superior versión experimental con ribetes góticos sobrios, imprescindible para cualquier amante del terror.
6. Doomsday: el día del juicio (2008)
Aunque Neil Marshall cogió elementos de Mad Max y 1997: rescate en Nueva York su película funciona como el eslabón perdido de la saga de Boyle y la nueva película, quizá una “28 meses después” que nadie quiso hacer. Cuando un virus devasta Escocia, construyen un muro para contener la infección. Décadas después, alguien tiene la brillante idea de mandar un equipo de reconocimiento en un territorio abandonado.
La premisa de Doomsday es casi a la inversa que esta última secuela, pero la idea de fondo es la misma, aunque aquí lo importante no son los infectados sino las sociedades tribales que emergen del caos, exactamente lo que propone 28 años después. Solo que aquí adoran de igual forma el punk rock y el feudalismo medieval que también podría tener nostalgia de Enrique V (si no fueran escoceses, je). Tanto como si te apetece más regresión social británica apocalíptica, como si necesitas una especie de sesión triple grindhouse en una sola película, esta es tu elección para una noche con cerveza.
7. Ataque a los titanes (2013-2023)
Hajime Isayama creó lo que probablemente sea el anime más brutal y filosóficamente complejo de la última década. En el mundo de Ataque a los titanes la humanidad se esconde tras murallas gigantes para protegerse de titanes caníbales, y solo eso ya se parece bastante a la premisa de nuestra peli, pero es que además estos infectados se comportan exactamente igual que los monstruos de este anime.
Ya lo había reconocido Garland cuando habló de la influencia de estos en su señor en pelotas terrorífico de Men, que al final parece un primo de los Alfas que presenta en su último guión. Tanto si es en su versión anime como sus dos live action, la ficción de Ataque a los Titanes va más allá de un producto para aficionados a la animación japonesa, sino para todo el que busque un enfoque distinto tanto del cine apocalíptico, los kaiju o la ciencia ficción/terror.
8. Ejército de los muertos (2021)
Zack Snyder decidió que los zombies necesitaban más testosterona y menos sutileza, pero la idea común de que los infectados pueden evolucionar y desarrollar jerarquías sociales hace a ambas películas herederas de La tierra de los muertos vivientes, por lo que es sencillo saber por qué la producción de Netflix conjuga con la de Boyle.
La diferencia de ambas con el planteamiento de Romero es que sus infectados pueden incluso reproducirse, con el Alfa actuando como una figura patriarcal tan peligrosa como lo sería siendo humano, el mismo planteamiento del jefe de Ejército de los muertos del autor de Amanecer de los muertos, que también tenía bebé zombie. A veces, el género también necesita muestras de evasión violenta y encefalograma plano, y el festival de tiros de Snyder permite desconectar neuronas, si no vas buscando alegorías sociales intensas.
9. Teletubbies (1997-2001)
Vale, esto requiere explicación. La serie infantil británica de Anne Wood tenía cuatro criaturas de colores viviendo en un paisaje artificial bajo la supervisión constante de una tecnología omnipresente. Diseñada para niños pequeños, pero con implicaciones más siniestras de lo que parece, Teletubbies fue el último programa que ve el niño que conoceremos luego como jefe de los Jimmies, con lo que tendrá importancia en su desarrollo durante los 28 años que tienen lugar desde la infección apocalíptica, con sus amigos en chándales de colores que replican la idea sectaria de culto a sol de los bebés gigantes. Ponérsela ahora es una experiencia psicotrópica y extraña, pero no creo que dures más de tres capítulos, a menos que la veas con tus hijos.
10. Power Rangers (1993-1996)
Poco más o menos que la serie anterior. El Super Sentai adaptado para audiencias occidentales fue un fenómeno que marcó a toda una generación y la forma de Boyle y Garland de explicar por qué es tan importante para los protagonistas de 28 años después es su alocada escena final. Los Jimmies, esa pandilla en chándal, no solo adoran a los Teletubbies, sino que por su forma de luchar (y cómo nos lo presenta el montaje), entendemos que han sido muy fans de Power Rangers.
A pesar de ser mayores, guardan en la memoria esa forma de entender la vida, hay que tener en cuenta que probablemente fuera lo último que vieron cuando el mundo se vino abajo. Volver a verla de mayor es toda una experiencia, pero solo para los muy nostálgicos o amantes del subgénero, aunque probablemente con repasar la película sea suficiente.



























































































