Diciembre es el mes de listas con lo mejor del año. Pero el 2025 también ha traído listas con lo mejor de lo que llevamos de siglo XXI. Después de publicar las últimas 10 películas de las 20 mejores películas del siglo 21 según Quentin Tarantino, tal y como las anunció a su paso por el podcast del siempre polémico escritor Bret Easton Ellis, publicamos la lista con las diez siguientes de la 10 a la 1, y te pueden sorprender bastante.
Como siempre, te decimos en qué plataformas puedes encontrarlas y te avisamos si no están disponibles en este momento. Sólo tienes que apuntarte.
10. ‘Midnight in Paris’ (Woody Allen, 2011)
Tarantino ya mencionó Midnight in Paris como su película favorita de 2011, y ya entonces tuvimos que arquear la ceja. No es que sea una mala película. Pero Woody Allen no firma una auténtica obra maestra desde Delitos y faltas (1989), y a partir de ese momento, al margen de sus problemas personales, empezó su etapa decadente y casi rutinaria de una película al año, que a veces hasta parecen dirigidas por piloto automático. Hasta The Artist era una mejor comedia para el año 2011. Y la verdad, puestos a escoger una película de aquel dichoso año, le pegaba más haberse quedado con una acción hipnótica y canciones molonas como Drive, de Nicolas Winding Refn, una película de coches, muy inspirada en The Driver (Walter Hill, 1978), de la misma manera que Dead Proof bebía de Punto límite: Cero (Richard Sarafian, 1971). Es el típico caso de no pueden haber dos gallos en el mismo gallinero.
9. ‘Zombies Party’ (Edgar Wright, 2004)
Aquí sí. Aunque salte a la vista que se trata de un nuevo caso de colegueo máximo, ya que Edgar Wright y Quentin Tarantino podrían perfectamente beber pintas en el mismo pub mugriento, también está claro que Zombies Party es la película de zombies más divertida que se ha hecho jamás. No tiene comparación posible ni con Little Monsters (a pesar de la presencia de la adorable Lupita Nyong'o), ni con Bienvenidos a Zombieland (y secuelas), ni con Zombies nazis (y secuelas, a pesar de lo edificante de la propuesta), ni siquiera con la de Jim Jarmusch, Los muertos no mueren, que era mucho más divertida de lo que se dijo, ni con ningún otro muerto de risa. Con esta película, Edgar Wright le podía aguantar a los momentos más divertidos que filmó George A. Romero, que tuvo unos cuantos. Tal vez One cut of the dead (y remake) podría ser un rival a tener muy en cuenta. Pero no, en este ámbito, Wright es el amigo que paga todas las rondas.
8. ‘Mad Max: Furia en la carretera’ (George Miller, 2015)
Aquí tampoco cabe ninguna duda. No le vamos a toser a Tarantino con Mad Max: Furia en la carretera, el gran retorno de George Miller después de Happy Feet y su secuela (sic), que superó en espectacularidad apocalíptica a la trilogía original de Mad Max. Todavía recordamos cómo nos dejó de despeinados a su paso por Cannes, no nos lo podíamos creer, con aquel guitarrista heavy en cabeza del convoy, Charlize Theron calva y sin brazo, y Tom Hardy erigiéndose en el ultimísimo héroe de acción. Miller dio un puñetazo sobre la mesa y dejó claro que la veteranía era un grado. A él eso de retirarse a los 60 no se le ha pasado nunca por la cabeza, al menos que los pingüinos cuenten como jubilación anticipada.
7. ‘Imparable’ (Tony Scott, 2010)
Otra derrapada seria. En equivocaciones, Tarantino está Imparable. Ya sabemos que el bueno de Tony Scott le compró su primer guión y lo convirtió en la estupenda Amor a quemarropa (1993), que tampoco ha envejecido tan bien. Todos lamentamos su temprana y trágica desaparición, y sabemos que fue su última película, un notable actioner a mayor gloria de Denzel Washington. Pero anda en las inmediaciones de The Equalizer, y no computa como una de las mejores películas del siglo XXI ni por asomo. Aquí has votado con el corazón Quentin, pero hay que ponerle un poco de cabeza.
6. ‘Zodiac’ (David Fincher, 2007)
Indiscutible. La obra maestra de David Fincher, Zodiac, tenía que estar, o por lo menos es fácil, incluso previsible, que esté, sobre todo teniendo en cuenta que va a dirigir el próximo guión de Tarantino, Las aventuras de Cliff Booth. No sea que quedes mal, Quentin. A los amigos, ya se sabe, hay que cuidarlos. Pero puestos a meter un caso sin resolver, podrías haber tirado de Memories of Murder, Quentin, y así metías una coreana, que te ha quedado todo muy angloparlante, y antes te gustaba mucho el cine oriental. ¿Ni un solo thriller coreano entre lo mejor del siglo 21? ¿Seguro? Bong Joon-ho podría tener un hueco en esta lista. Por no hablar de Na Hong-jin y The Chaser (2008).
5. ‘Pozos de ambición’ (Paul Thomas Anderson, 2007)
Este juego no puede incluir dos películas de un mismo director, y para quedarse con una de Paul Thomas Anderson habría que retirarse a reflexionar a un monasterio tibetano. Pozos de ambición es, qué duda cabe, una buena opción. Forma parte de esas películas míticas sobre la historia de California como, por ejemplo, Chinatown. Paul Thomas Anderson tenía que estar, aunque El hilo invisible, Licorice Pizza o, sin ir más lejos, Una batalla tras otra, también podrían haber optado al puesto. Que te hayas decantado por esta después de rajar como lo hiciste de Paul Dano en el podcast demuestra que tampoco es una decisión muy sopesada.
4. ‘Dunkerque’ (Christopher Nolan, 2017)
Tarantino ya dijo en su día que Dunkerque era su película favorita de Christopher Nolan, y no le vamos a llevar la contraria en eso, aunque no estemos muy seguros de si merece estar tan cerca del número 1. También dijo que le gustaría verle haciendo un remake de un clásico del cine bélico como La batalla de las Ardenas. Aunque, si hubiese que decantarse por las mejores películas bélicas del siglo 21, probablemente empezaríamos por las de Kathryn Bigelow, En tierra hostil, y sobre todo, La noche más oscura, que nos parece insuperable, y sin necesidad de trucos. Mejores o peores, está claro que son más innovadoras, tanto por el tono como por la forma.
3. ‘Lost in Translation’ (Sofia Coppola, 2003)
Como se nota que aquella lejana relación, cuando Quentin y Sofía aparecieron cogidos de la mano para sorpresa de todos, ha dejado huella. Fuera bromas, está claro que es una de las mejores cineastas del mundo, y al margen de los gustos personales de cada cual también es evidente que Lost in Translation es su película más icónica, sobre todo si tenemos en cuenta que Las vírgenes suicidas se quitaron la vida en el siglo anterior. Seguimos pensando en lo que se dijeron al oído Bill Murray y Scarlett Johansson después de aquella noche en Japón, y hasta puede que la hubiésemos incluido nosotros también.
2. ‘Toy Story 3’ (Lee Unkrich, 2010)
Así sí que sí. Toy Story 3 fue un magnífico broche para la trilogía. Hasta el más pintado lloró a moco tendido cuando Andy, al que habíamos visto crecer en contrapicado, desde el punto de vista de sus juguetes, abandonó su casa para irse a la universidad. A nivel generacional, las tres primeras Toy Story son un viaje vital como puede serlo el Boyhood de Richard Linklater (otra película del texano que es mejor que Escuela de rock), y todo lo que vino después estaba de más, ni la penosa aventura en solitario de Lightyear, que era tan fastidioso como buscar la diminuta pieza de un juguete que se ha perdido entre el papel de regalo navideño, o esa cuarta parte protagonizada por una cuchara de plástico y un peluche psicópata. Ya veremos qué nos reserva la quinta entrega.
1. ‘Black Hawk Derribado’ (Ridley Scott, 2001)
Un sorprendente n.º 1, no porque Black Hawk Derribado esté mal, que no lo está (aunque la Bigelow, una vez más, mucho mejor). Ridley Scott entró en la era digital renovando el cine bélico con máximo realismo de cámara movida para lograr un efecto inmersivo. Pero no es el nº1 que podríamos esperar de Quentin Tarantino, un director que lleva toda la vida descubriéndonos películas ignotas. Todo muy previsible, muy mainstream, muy anglosajón, muy de amiguitos y muy masculino: que la única directora sea una ex dará que hablar. Te ha quedado una cinta muy poco cosmopolita, salvo por los mamporros tailandeses, la batalla japonesa y el torture porn israelí. Y, por supuesto, ni una película de habla hispana, ni de España, ni de toda Latam. Quentin, internacionalízate. Hay un mundo ahí esperándote.




























































































